El mejor cumpleaños de Mariel.

-¿Juancito, mañana tenés algún problema para quedarte con las nenas y darle de cenar? - preguntó, mi esposa, quitando los ojos del celular y fijándolos en los míos.
“¡Acabáramos, Mariel tiene in mente un encuentro erótico, después del horario de oficina!” pensé.

Los cuernos te causan escozor, obvio, aunque no sean furtivos como, casi siempre, en nuestro caso. No somos una pareja swinger – sólo hicimos contados intercambios -, admitimos compartir la vida con alguien que realmente te quiere aunque, alguna vez, siente prurito por otro, en la entrepiernas.
Claro que los dos no somos fanáticos de la exclusividad y admitimos que si damos con alguien que, a ella, le hace mojar la bombacha o a mí, me provoca una gloriosa erección, es un hallazgo demasiado precioso para desperdiciarlo. En última instancia el/la amante ocasional no se queda con nada de tu mujer/hombre que sigue siendo la /el misma/o.

-No, mi amor. – acepté, con el escozor mencionado, ante una nueva infidelidad.
-¡Qué bueno! ¿El Café de los Angelitos queda en Rivadavia y ..?-
-..esquina Rincón. -
Volvió con la vista al móvil y, sus dedos ágiles, “sellaron” el entrevero lujurioso del día siguiente.
-Voy a encontrarme con …. alguien … en ese local.- confirmó mi presunción.
Esa noche cogimos intensamente, tal vez potenciados ambos por el evento programado.
Recobrada la calma, impulsado por una curiosidad no habitual, le expresé que me hubiese gustado conocer pormenores del regreso a casa demorado, previsto para la tarde/noche siguiente.

Mariel, estaba comunicativa, en vena de evocar, recordar y describir con lujo de detalles:
Unos dos meses antes se encontraba, por trabajo, en la ciudad de Mendoza. El día siguiente era su cumpleaños y le entristecía amanecer fuera de casa. Después del horario de oficina, salió, sola, a recorrer el centro y se sentó en un bar con escasa concurrencia.
De pronto lo vio entrar. De 1.85 m. con cabello corto castaño con entradas, no era un modelo, pero era un hombre bien puesto, tenía una mirada penetrante, ojos color miel. Ella, impulsivamente, se levantó para, ir a retocar su maquillaje:
- Yo no estaba muy producida. Pero no me veía nada mal. Llevaba zapatos altos color crema, un pantalón crema pegado al cuerpo, y una blusa de manga larga con un escote pronunciado. Aparentaba ser más alta de lo que soy –
(Nota: su estatura es 1.75 descalza).
-Cuando regreso al salón, lo veo sentado en la mesa contigua a la mía con una jarra de cerveza.-
-Me sorprendieron sus lindos ojos fulminándome con la mirada. No fue extraño que me pusiera roja como tomate y sonriese tímidamente Me devolvió una sonrisa un poco sobradora. Se levantó, me dijo su nombre – Federico- yo le dije el mío. Preguntó si podía sentarse conmigo. Sin pensar respondí: “Claro. No hay problema”. Le pidió a la camarera que le alcanzase su jarra y el ticket.-
- Con, intercaladas, miradas y sonrisas intencionadas charlamos, sobre de donde veníamos, a que nos dedicábamos, si teníamos pareja, en que hoteles estábamos,….le mencioné que el día siguiente era mi cumpleaños, etc.... Me sentía tan bien con él que no noté cuando terminamos las bebidas, era como si lo demás no me importara y solo estuviésemos los dos. -
-De pronto me largó:
“¿Te gustaría festejar tu cumpleaños conmigo?” Puse cara de ¿Qué me propone éste?
“No te preocupes, te invito a cenar.”
“¿Hoy? Mi cumpleaños es mañana y voy a estar de regreso en casa.”
“¡Si hoy! Será cuestión de estirar la cena hasta pasadas las 12:00 y brindamos”.
Acepté consciente de la posibilidad razonable de que algo iba a proponer, él, además de la última comida del día y el brindis. Fue mucho antes que mostró las uñas.-
-Pagó la cuenta y salimos, pensé que tomaríamos un taxi, pero no, me tomó del brazo y caminamos hasta la vidriera de una boutique de lencería:
“Te voy regalar ese lindo conjuntito.”
-Eran corpiño, bombachita y portaligas blancos de primera marca brasilera. Ante mi resistencia, entró él a la tienda, me señaló al hablar con la empleada y salió con la bolsita, elegante, con moñito y etiqueta.-
“Supongo que vas a cambiarte para la cena. Vamos a tu hotel.”
-Camino a tomar un taxi, dimos con una farmacia, me dijo que no tardaba y entró. Imaginé lo que compraba. –
-Más que indicios ahí tuviste la semiplena prueba que iba a intentar voltearte- acoté.
-¡Claro Juan!! Y no me pareció mala idea la de auto regalármelo, lo cual hizo excitarme con solo pensarlo. Vos sabes que no soy una mujer fácil, nunca había tenido relaciones con un hombre el primer día de conocerlo pero, ya sentía deseos de besarlo y, algo dentro de mí me decía: alguna vez tendrá que ser la primera.-
-Por fin llegamos a mi hotel, él se quedó en el lobby, quedamos de vernos en una hora y subí a mi habitación.
Mientras, bajo la ducha, pasaba el jabón por mi cuerpo pensaba en él, en que sentiría si me tocase o besara, cada vez deseaba más sentirlo cerca de mío.-
-Vestí la lencería del regalo – sólo sutien y bombacha, no me puse medias -, vestido ajustado con breteles, me arregle como nunca, me peiné y maquillé con esmero, me delinee de negro los ojos. Tenía necesidad de verlo lo más pronto posible, solo tardé 45 minutos, estaba ansiosa, prendí la televisión para entretenerme y no delatar mi agitación. –
-¡Sí que estabas volada y no lo disimulaste!! ¿Te acostó ahí mismo en tu pieza? -
-¡No!! Bajé al lobby, él vino a mi encuentro, bizarro y elegante. Sentí como si me desvistiera con la mirada, me miró como embobado y clavó su mirada en la mía, me sentí más linda y deseada que nunca. Había otros huéspedes, de no, creo que lo hubiese besado ahí mismo. Me tomó del brazo y nos encaminamos a la salida. -
-Había venido con su auto. Camino al restaurante empezó suavemente a rozar el interior de mi pierna con sus dedos, subió a medio camino entre rodilla y entrepiernas, empecé a ponerme más caliente. De pronto detuvo el coche y comenzó a besarme y acariciarme. -
-Me propuso que nos salteásemos la cena.
“¿Y el brindis de que me hablaste?” le pregunté en broma.
“Donde vamos están la botella y las copas” replicó. Agarré viaje.-

Mariel dudó en incluir en el relato, los pormenores de lo vivido.
-¿En serio, Juan, querés que te cuente todo lo que pasó?-
-¡Sii … dale …. Me gusta mucho y me calienta! Eso sí te vas a tener que hacer cargo del dolor de huevos que me estas provocando.-
-¡Dale!!!-

Reanudó la narración:
- Te cuento. Llegamos al hotel. El conserje le entregó la llave y se hizo “el que no ve” cuando fuimos a al ascensor. En la habitación, yo era un coctel de nervios y deseos. Me rodeó con sus brazos, me besó y empezó a tocar mis pechos suavemente, mis pezones los sentía como rocas, sus manos comenzaron a hurgar en mi piel, en mis nalgas, debajo del vestido. -
- Noté el duro bulto en su pantalón, y me asaltó el deseo de hacer el amor sin más demora. –
-Empecé a quitarle la camisa y la demás ropa mientras él quitaba la mía. Quedamos, con corpiño y bombacha yo, con slip, él. Fue a su notebook sobre una mesita, metió dedos con destreza en el teclado y, de un parlante próximo, “brotó” una música que me resultó conocida.
Me tendió los brazos, invitante, se acercó con movimientos sensuales de vientre y bajo vientre, me tomó de una mano y de la cintura, canturreó en mi oído, el estribillo de la canción que se oía:
“….bailar pegados es bailar,
igual que baila el mar con los delfines,
corazón con corazón, en un solo lugar dos bailarines,…..”
mientras me hacía menear el cuerpo pegado al suyo, en particular, haciendo que mi vulva frotase la elevación de la tela de su slip por la hinchazón de su miembro.-
-Como imaginarás el “bailecito” fue cortito. Nos pusimos los dos al re-palo, desordenadamente, alocadamente comenzamos a manosearnos con lascivia, caímos acostados sobre la cama y terminamos de desnudarnos.
Previo calzarse el preservativo, subió entre mis piernas, acarició suavemente mi concha y mi pubis, yo manotee su miembro y lo ubiqué. ..-
-¿Qué te pareció su garrote? ¿Robusto, largo, importante? – indagué.
-¡Nada para el asombro, normal. Eso sí recio, duro. Me lo metió, me provocó un gozo, inenarrable, con cada embestida que me daba, era tan sutil y tierno a la vez, que me hacía sentir completa y feliz. Lo suave y acompasado fue subiendo de ritmo, terminamos fundidos uno en el otro entregándonos plenamente al placer, a más de un orgasmo yo y él, gritándome su epílogo.-
“Por como ensalza y alaba la cogida esa, difícil que un polvo conmigo la pueda empardar” pensé sin manifestarlo en voz alta. Otra ver el escozor.
-Quedamos lado a lado compartiendo la misma almohada e intercambiado adulación por los méritos amatorios y lo gozado.- siguió Mariel
-No duró mucho la calma: el primer minuto del día de mi cumpleaños, me encontró enrabada y embelesada por el placer que me daba, cogiendo, ese machazo. –
“Está revolviendo el cuchillo en la herida de mi amor propio” Fue la idea en mi mente.
-Cumplió con lo prometido: destapó una botella de champagne, bridamos por mis 36 años, los dos “en bolas” y chorreando fluidos.
-¿Pese a que usó forro?-
-Sólo en la primer cogida. La segunda ….. fue, sin querer - sin capucha. Me tiró “más leche que en un tambo”-
- después y a desgano, nos higienizamos, vestimos, anotó mi número de celular (me sorprendió gratamente, pensé que ahí terminaba lo nuestro) y me llevó a mi hotel. Eran casi las 2:00 cuando me acosté.-
-¡Ya veo que la pasaste “bomba”!!-
-¡Siiii!!! Y el día lo terminé, brindando aquí con la familia, empomada por vos y alucinada como siempre que hacemos el amor. Como vos no hay dos, Juancito. Fue mi mejor cumpleaños hasta ahora.-

-Hoy recibí un whatsapp de Federico. Está en Buenos Aires y quiere verme. Gracias por permitirme verlo mañana.-
-¿Sólo verlo?-
-No creo, con …. ¿El recuerdo de mi cumple …. y el hotel Uman a cuatro o cinco cuadras?-
-No vuelvas muy tarde, pasado mañana es día laborable.-
-Vos no te duermas ¡ehhhh!.-
-Dudo que te queden ganas…...después de cogerte al “machazo” ese.-
-Ponele la firma. Otro día de doble turno con un “machazo” primero y, luego, con mi semental doméstico, re-machazo, no me lo pierdo, ¡Ni locaaa!.-
Con la última frase laudatoria, recuperé, en parte, mi autoestima. Con la “acción”, a la noche, a su regreso, quedó restaurado mi amor propio.


Nota: relato, precedentemente publicado, por mí en OTRO sitio.

1 comentario - El mejor cumpleaños de Mariel.

amigolo
Excelente relato. Van 10+.