que noche la de anoche IV

Y entonces volvemos a esa noche de viernes. Es alrededor de la medianoche y Eduardo acaba de tocar el portero de la casa indicada con el número 2134. Una voz masculina pregunta:
- Si, quien?-
- Edu.- Responde él con un poco de inseguridad y nervios.
La espera de pocos segundos se convierte en horas.
Qué hacer, cómo comportarse? Los mensajes de la semana fueron bastante explícitos. Melina quiere cojerlo, Pablo quiere filmarlos. El quiere enterrarse entero en la concha de la hermana de su esposa. Es la relación familiar más que su cuerpo lo que lo calienta y hace que su cabeza sea un torbellino de fantasías depravadas. Quiere explorarla y encontrar las similitudes. Ver qué es lo que es igual en los pliegues de su vulva, en las rugosidades de sus pezones, como gime cuando acaba.
Todas esas preguntas y visiones lo rondaron en la semana, desde el domingo de la confesión y propuesta de Pablo.
Hacía calor, estaba transpirado y con olor a humo del asado a la vera del río. Pablo salió con una sonrisa a abrirle la puerta, estaba sin remera, con un pantalón de futbol negro y descalzo. Lo abrazó y lo hizo pasar dentro de la casa. En el living estaba ella. Desnuda completamente y con tacos altos. Se levantó y lo esperó parada, viéndolo. Cuando estuvieron más o menos cerca, se arrodilló. Pablo lo guió hasta dejar el bulto cerca de su cara. Del resto se ocupó ella.
Bajó la bragueta del pantalón y dejó libre su verga dura como una piedra. Casi no la miró. se la metió directamente en la boca. La devoró con ansias reprimidas. Como quien no come hace días, se tragó el pedazo de su cuñado sin mediar palabras. La chupaba y lo miraba calentarse con su cara llena de su pija. Pablo, detrás de él, filmaba con su celular desde la perspectiva de sus ojos. Eduardo sentia la respiración agitada del marido cornudo detrás suyo. Agarró la cabeza de Melina a la altura de las orejas y empezó a empujarla para que se trague la verga entera. Ella se quedaba unos segundos hasta que aflojaba la presión y resoplaba. Sus ojos llenos de lágrimas y calentura no se despegaban de los suyos. Sentía la verga al palo de su cuñado en su boca, haciéndola explotar de calentura en cada embate dentro suyo.
Pablo dejó el celular y empezó a desabrocharle el pantalón a Eduardo desde atrás, sin que Melina deje de chuparlo. Así desabrochó el cinturón y le bajó los calzoncillos hasta los tobillos. Después le tiró la remera hacia arriba, sacándosela también. En todos esos movimientos Eduardo fué sintiendo el roce de las manos de Pablo por su piel que ardía de calentura, su respiración agitada y también se dejó acariciar de ese modo subversivo. Dándose cuenta de lo que pasaba y no haciendo nada para detenerlo. También dejando gozar a Pablo y disfrutando de su calentura.
Después Pablo volvió a agarrar el celular y quedándose también desnudo, se sentó en un sillón cercano a filmar y pajearse. Ella lo chupaba cada vez más rápido.
- Me vas a hacer acabar Meli.- dijo Eduardo a punto de estallar.
- Llename la boquita de guasca Edu, dale papi, dame lechita que la estuve esperando toda la semana.- le dijo ella apurando el ritmo de la boca y las manos.
Pablo se acercó hasta lograr el primer plano de la cara de su mujer que tanto había anhelado en esos meses. Eduardo entendió que los dos querían su semen y se los dió con total gusto. Acabó en tres gruesos chorros de leche que se fueron a chocar contra el paladar de Melina que gemía en cada nueva oleada de líquido que le llenaba la boca.
Pablo filmaba todo y pajeándose como loco. Ella dejó salir la leche por las comisuras de sus labios para que cayeran por su barbilla. Pablo la empezó a besar y a lamer el semen que se derramaba de su boca. Después se paró frente a ella y también le acabó en la cara, enchastrándole la frente y el pelo. Pablo quiso dar un paso hacia atrás sin recordar que tenía los pantalones y en los tobillos y trastabillándose cayó sentado en medio del living. Se miraron y viendo la escena, se empezaron a reir a carcajadas.
De todas maneras Eduardo tenía la pija dura todavía. Melina agarró un forro de la mesa ratona y poniéndoselo se subió encima suyo ahí nomas en el piso del living y empezó a cojerlo. Eduardo la veía enloquecida sobre su pija, con la cara llena de leche. Algunas gotas caían de vez en cuando sobre su pecho. Ello lo galopaba con ganas, con ansias, con toda la calentura acumulada durante años, viéndolo como su hermana se lo comía delante suyo.
Eduardo conoció a Pilar en el club del barrio, pero era Melina la que le tenía ganas. Todos estos años ella no hizo otra cosa que calentarse al verlo en los brazos de su propia hermana y ahora había encontrado la forma de sacarse la calentura acumulada a traves de la fantasía de su marido.
Y ahí estaba finalmente, montada en la verga deseada. Cojiéndose al macho deseado y con otro macho también para ella. Se recostó contra el pecho de Eduardo para seguir cojiéndolo y apoyando sus tetas en su pecho, sintiendo su piel transpirada y con olor a humo, su verga metiéndose en sus entrañas, el placer corriéndole por todo el cuerpo.
Pablo se arrodilló a la altura de la cabeza de Melina y le dió la verga para que se la chupara. Eduardo sentía la presión del cuerpo de la mujer, y vió casi pegado a su cara, su boca recibiendo la pija del cuñado. La veía gozar y gemir y moverse. Sintió que la calentura lo estaba volviendo loco. Nunca había estado en un trío.
De repente Melina agarró la pija de Pablo a la altura de los huevos y empezó a moverla delante de su boca.
- La querés Edu?-
El hizo un gesto de asco, pero sin parar de cojer. Estaba caliente y eso no estaba en los planes.
Ella le pasaba la lengua por la cabeza y caliente lo incitaba a unirse a la chupada.
- Dale, acompañame papi...- le decía y se la acercaba cada vez más hasta apoyársela en los labios cerrados. Ella empezó a chupar y a besarlo. Eduardo sintió su lengua deseosa, su propio semen todavía entre sus labios que corría por la pija y su boca. La calentura de los tres unidos y gozándose. Eduardo hervía de morbo y abrió la boca. El tronco de la pija quedó entre las dos bocas y lenguas que se entrelazaban en medio de la cojida. Todo era jadeos y gemidos. No había palabras.
Pablo filmaba todo con su celular desde arriba y gemía de manera rudimentaria. Gozaba también él con todo ésto.
Melina acabó mordiendo la verga y empujándola dentro de la boca de Eduardo.
- Seguime cojiendo Edu.- le pidió, pero ahora se incorporó y se puso en cuatro, con los brazos apoyados en el asiento del sillón. Eduardo la tomó por la cintura y la ensartó lo más profundo y fuerte que pudo. Ella se estremeció por el dolor repentino.
- Tranquilo papi, que me vas a tener toda la noche si queres.-
Eduardo volvió a penetrarla, ésta vez con un poco más de delicadeza, pero con las mismas ansias de taladrarle la concha. Veía su culo, su tatuaje, las nalgas entre sus manos, la verga entrando y saliendo de la concha húmeda y abierta para él. Pablo filmaba y con la otra mano empezó a juguetear con su ojete. Le pasaba un dedo por encima y luego dos.
Melina en cuatro sentía cada embate de su cuñado como un acto de justicia. Cada mínima pizca de placer que le iba extrayendo como la venganza tantas veces planeada. Su concha era el recipiente de toda la satisfacción que iba sintiendo. Satisfacción y placer, porque su pija era mucho mejor de lo que pensaba y su cuerpo la calentaba aún más que en las más afiebradas fantasías con Pablo.
Quería más y los dedos de Pablo enterrándose de a poco en su orto eran la frutilla del postre de su momento de goce. La verga dura en la concha, los dedos hurgando su ojete. En medio del frenesí dijo con ganas verdaderas:
- Quiero las dos pijas. Háganme la doble papis.-
Pablo se sentó en el sillón, le dijo a Melina que se le siente encima. Ella, de frente al él, lo montó y se ensartó ansiosa con la pija conocida. Lo cojió un poco para calentar a Eduardo más que nada. Para que la vea perra y con ganas de su verga en el orto.
Pablo le pasó a Eduardo un pomo de vaselina. Eduardo echó un chorro profuso sobre el ano y con una mano fué abriéndose camino en el agujero, que entre movimientos de goce iba cediendo.
Cuando sintió que estaba listo para recibirlo acercó la pija. Melina paró los movimientos para recibirlo. La cabeza encontró un poco de resistencia al principio, pero después el esfinter fue un camino allanado para llegar a lo más profundo. Ella se hacía chupar las tetas por Pablo mientras sentía el pedazo cada vez más adentro suyo. Una vez que el orto estuvo listo, ella les dió rienda suelta para que la cojan todo lo que puedieran. Los tres cuerpos se fundieron en un vaivén de goce entrelazado. Ella en el centro, recibiendo electricidad por ambos lados y retorciéndose de goce.

Pablo la sintió acabar entre sus brazos una, dos, tres veces casi seguidas. Y siempre pidiendo más y más pija. La cosa iba mucho más allá de sus fantasías. Su mujer en celo como nunca antes la había visto era el espectáculo más hermoso para sus ojos perversos. Chupaba las tetas sin parar, sintiendo los flujos caer a mares por sus huevos y los huevos de Eduardo que lo rozaban en cada embestida. Esa mezcla de piel de mujer y hombre encima suyo lo extasiaban. Habían hablado con Melina de la fantasía con otro hombre también incluía su propio culo. Sentía que también quería la pija de Eduardo dentro suyo, pero esperaba el momento indicado para decirlo. La chupada de un rato antes le daba ánimo y calentura a la vez. Acabó el también dentro de su dama, pero siguió sin sacarla de la calentura que tenía. Siguieron así hasta que Melina pidió parar porque ya le dolía el culo de tanto cojer y zafándose de ambos se tiró en el sofá al lado de los dos hombres que quedaron enfrentados con las pijas duras, como espadachines a punto de enfrentarse en un duelo a muerte.
- Edu, me parece que el Pali también quiere pija. Le das?- Dijo Melina con cara de pícara y tomando ambas pijas con las manos y rozando los glandes.

CONTINUARA...

5 comentarios - que noche la de anoche IV

Pervberto +1
Al leerlo, se sienten hasta los olores del celo. Pura lujuria.
paspadohastalos
Gracias!
Lady_GodivaII +1
por qué no me enteré de este relato???? grandioso
paspadohastalos +1
Muchas gracias! Ando un poco ausente de P! últimamente...
grancucon +1
¡¡¡¡ Muy bueno...Bien candente....Gran relato, gracias por compartirlo capo...!!!!
paspadohastalos
Gracias a vos!!!!!
mimilau
Uff, por favor... excelente, como siempre....