Juli se apiada de papá II: adicta a la verga de pá.

He volvido, je.

La historia de ´dulce amor incestuoso empieza acá:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2934965/Juli-se-apiada-de-papa-I-traga-todo.html



Después de aquella mamada piadosa a su padre las cosas realmente cambiarían para ambos, Julia se cebó con la leche abundante de papi aquella mañana: TENÍA que tragar más, TENÍA que tener más verga de papi dentro de ella. Roberto sentía profunda culpa, qué pensaría su difunta y amada esposa, !la madre de Julia!, pero dios… cómo se la había mamado su nena y cómo le había lamido las bolas, con qué cariño lo había hecho y cómo había tragado hasta la última gota…
Pero no, se dijo Roberto mientras volvía a casa,”esto se iba a terminar antes de que creciese”, por respeto a su difunda y amada señora. Decía eso y pero el pecado y suciedad de la historia no dejaban de amorcillarle la pija mientras iba a en el auto a la casa.
El modo en que lo iba a esperar Juli iban a terminar de engrosarle y endurecerle la verga.
Roberto entró el auto, cerró el portón, saludó a un vecino, puso la llave en la puerta, la abrió y se quitó la camisa al instante, como solía hacer esos días de verano.
Cuando al fin estuvo atento al living vió lo impensado, lo que arruinaría sus planes de ser un buen y correcto padre luego de esa aventura de pecado. Su hija estaba de rodillas en la sala de estar, en adolescentes tetas y con los labios bien pintados, con sus ojos deliñeados y con el pelo recogido, con un collar de la madre y los lentes de nena bien y estudiosa, el uniforme de la pendeja estaba tirado en el suelo, el consolador anal estaba bien aceitado y tirado junto a ella:
— Papi, quiero más de tu verga, perdón— dijo, implorante, cabizbaja, como avergonzada por lo que hacía pero desesperada por verga, de rodillas, nuestra protagonista.
Roberto se acercó a Juli, le acarició la mejilla y el pelo, estuvo a punto de cortar todo ese horror pecaminoso, miró al cielo, dijo “dios...” y se bajó el cierre del pantalón liberando la verga que ya estaba durísima, para alegría de Julia, que no dudó en empezar a mamar mientras miraba a papi, agredecida.
Roberto tomó de las coletas a Juli, pensó en su difunda señora y pensando perversamente en lo que ella diría si viera lo que hacía, se la culeó bucalmente, mientras le escupía la carita a su hija, y luego Juli escupiría la verga a su papi y seguiría mamando. Y mamó largo y apasionadamente, papi la empezó a llamar como lo que era y ella fue aún más feliz:
— Dale, puta de papi, tragatela toda, hasta la garganta, jaja..
Juli amaba ver a su papi sonreír de nuevo, y se metió la vergota lo más adentro de pudo de su boquita.
Y papi acabó, y la atragantó de leche a la nena, y pero ella siguió con su tarea y tragó lo que había derramado luego también, mezclado con babita y quizás alguna lágrima, bebió lo que estaba derrado en el piso también.
— Dazias, papi — dijo de nuevo, y agregó, luego de una pausa en la que se miraron a los ojos como 2 enamorados, para ternura y locura extremas de papi — quiero tu leche en mi cola, tengo la cola muy hambrienta de tu verga, papi....
Roberto levantó a su princesa, como había hecho con su señora ya muerta la noche del casamiento, la cargó hasta su cuarto, a la cama de dos plazas a la que también había cargado a su muerta esposa, mientras besaba profundamente a su hija y le decía cosas tiernas, le desnudaba el ojete y la concha, bien apretaditas y calientes, que acariciaba con ternura mientras le susurraba a su nena “qué apretadito ojete que tnés, mi nena, qué ganas de hacértelo como se lo hacía a mamá…”.

Juli se apiada de papá II: adicta a la verga de pá.
Una hija agradecida y dadivosa con su amado y dolido papi.

6 comentarios - Juli se apiada de papá II: adicta a la verga de pá.

ragnablade
Se le echaba de menos, extrañaba leer de esas pendejitas adictas a la pija:p
elpaj10 +1
Excelente relato!!, que bueno que volviste.

"se la culeó bucalmente, mientras le escupía la carita a su hija"
eso es una nenita que se porta bien 😉

te deje un mensaje por privado, saludos!
Incestando
Después de aquella mamada piadosa a su padre las cosas realmente cambiarían para ambos, Julia se cebó con la leche abundante de papi aquella mañana: TENÍA que tragar más, TENÍA que tener más verga de papi dentro de ella. Roberto sentía profunda culpa, qué pensaría su difunta y amada esposa, !la madre de Julia!, pero dios… cómo se la había mamado su nena y cómo le había lamido las bolas, con qué cariño lo había hecho y cómo había tragado hasta la última gota…
Pero no, se dijo Roberto mientras volvía a casa,”esto se iba a terminar antes de que creciese”, por respeto a su difunda y amada señora. Decía eso y pero el pecado y suciedad de la historia no dejaban de amorcillarle la pija mientras iba a en el auto a la casa. ahahahaha