Belén, mi mejor amiga (parte 3).

Este relato es la tercera parte de una serie.

Parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/2935629/Belen-mi-mejor-amiga-1ra-parte.html

Parte 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/2937733/Belen-mi-mejor-amiga-2da-parte.html

Me puse una remera y un pantalón corto, Belu se metió un momento en el baño y después le abrí al camarero que traía la cena.

Unos minutos después, Belu me preguntó si estaba todo listo y le dije que saliera, que ya estaba lista la cena. Ella salió desnuda del baño, se había sacado la camisa. Estaba deslumbrante, siempre se había cuidado, corre y va al gimnasio… y se nota. A mitad de camino la detuve, le di un beso y le pedí que se pusiera las sandalias de taco alto que había traído, me calienta muchísimo una mujer desnuda con zapatos abiertos de taco. Ella hizo una sonrisita cómplice y se los puso, sus piernas y cola resaltaron tremendamente.

Yo me saqué todo, pero la vista me había ocasionado una durísima erección. No estaba para comer con la pija dura, así que dejamos el carrito a un costado y nos fuimos al sillón que estaba frente a la TV.
Yo me senté y Belu se sentó sobre mí, poniendo sus piernas a cada lado. Nos besamos mientras mis manos buscaban su cola. Ella frotaba su conchita contra mi pija, haciéndonos perder la cabeza a ambos.

Así estuvimos unos minutos, hasta que ella me agarró la pija y la acomodó en la entrada de su conchita. Se fue acomodando de a poco, yo estaba en las nubes, sintiendo sus tetas en mi cara y la caliente y tibia concha de Belén aprisionando mi pija. Cuando llegó a tener toda mi verga adentro, empezó a moverse lentamente. Yo amasaba su cola y le abría los cachetes, aprovechando para acariciar su hermoso agujerito trasero.

Ella gemía poco, pero sus respiración larga y profunda denotaba que estaba gozando. Lentamente fue aumentando la velocidad de sus movimientos, hasta que, al cabo de tres o cuatro minutos, estábamos en una cabalgada violenta.

Belu se estaba cansando y yo quería volver a cogerla en mi posición preferida, en cuatro. Así que en cuanto se detuvo a recuperar el aire, salí de debajo de ella y Belu quedó arrodillada en el sillón, pero apoyada contra el respaldo y la pared. Rápidamente me puse detrás de ella y empecé a cogérmela otra vez. Belu puso su colita en pompa para ayudarme a penetrarla.

Yo no empecé despacio, una vez que estuve todo dentro de ella, empecé a cogerla fuerte, ella empezó a gemir de inmediato y a decirme que quería más fuerte y más profundo. Para eso la acomodé un poco más atrás en el sillón, de forma que pudiera recostarse más sobre el respaldo y permitirme penetrarla más profundamente. Empecé a darle con mucha fuerza, agarrado de su cintura, los golpes entre nuestros cuerpos eran fuertes y ninguno de los dos iba a aguantar mucho.

Ella empezó a arquear la espalda y a gemir más fuerte, estaba acabando intensamente y yo cambié a bombeadas menos violentas, pero más profundas. Ella gemía fuerte y una de las piernas le temblaba. Me pidió que parara. Se dio vuelta en el sillón y se sentó, yo empecé a pajearme fuerte frente a su boca, ella puso la lengua en la cabeza de mi pija y me hizo subir un pie al sillón. Mientras yo me pajeaba ella empezó a masajearme las bolas con una mano, mientras con la otra se tocaba ella. Menos de diez segundos después siento un dedo que me toca el ano y con toda la lubricación de su concha empezó a empujar para adentro. Aunque la primera sensación fue rara, enseguida comencé a tener sensaciones espectaculares, ella masajeó un poco y me metió un dedo en el culo. Yo empecé a pajearme más fuerte y ella empezó a mover el dedo que tenía dentro mio. El orgasmo fue brutal, la cantidad de leche que le tiré en la boca, la cara, las tetas y el sillón fue totalmente sin precedentes. Me caí sobre el sillón sin aire y ella se quedó pajeándome despacio.

Estuve un par de minutos totalmente desarmado, nunca me habían hecho algo así. Belu me preguntó si me había gustado y le dije que sí. Me besó y me dijo que eso había sido en castigo por haberle hecho la cola la noche anterior. Le dije que estaba perdonada y que tal vez le iba a pedir que lo repitiese, pero no esta noche.

Menos mal que el sushi se come frío, porque la cena todavía estaba ahí, esperando.
Nos duchamos rápido y cenamos desnudos. Charlamos un rato y me animé a preguntarle porque había dicho que necesitaba tener esto. Belu me contó que el marido es muy tradicional, le hace el amor en una sola posición y no le gusta mucho jugar o fantasear y me contó que ella tiene mil fantasías y que a algunas de esas fantasías quería cumplirlas.

Los ratones me daban vuelta por todos lados. Obviamente le pregunté que fantasías tenía. Me miró a los ojos y me respondió que una era garcharse a un amigo. No habló más del tema, pero como que el tema quedó abierto, para charlarlo en otro momento. En mi caso, es un poco distinto, mi mujer es más zarpada, pero no es puta como yo quiero que sea, por lo menos no lo es conmigo. Esto iba a ser copado para los dos, si podíamos mantenerlo dentro de las reglas establecidas.

Nos acostamos en la cama y yo busqué en la TV si había algo de porno. Encontré un par de películas que eran con abono y puse una de ellas. Empezamos a verla acostados uno al lado del otro y yo empecé a acariciarle la entrepierna muy despacio, la idea no era hacerla acabar sino calentarla y mantenerla ahí. Al cabo de unos minutos, Belu subía y bajaba sus caderas lentamente mientras yo acariciaba su clítoris despacio. Estaba muy mojada y eso me gustaba. Empecé a hablarle al oído, le dije que la iba a coger con la pija bien dura y ella gemía y me decía que quería que me la coja ya. Yo seguía despacio y cuando ya estaba a punto de explotar bajé un poco la intensidad y empecé a preguntarle por las otras fantasías que tenía. Me miró como entendiendo que todo esto era trampa para ponerla cachonda y me contara. Al principio se negó a hablar, pero le dije que si me decía la iba a coger bien duro, ella gimió y me dijo que tenía una fantasía de violación, quería que la violaran atada y amordazada.

Me puse durísimo de golpe. Belu no sabe que yo tengo un fetiche con el cloroformo, tengo la fantasía de secuestrar a una mujer con cloroformo y someterla. Esta es una fantasía que no tenía previsto realizar nunca, pero ahora Belu me daba la oportunidad de armar algo medio parecido.
Mis dedos recorrían su clítoris despacio pero enérgicamente, de vez en cuando le metía un par de dedos en la concha, como para elevar un poco más la calentura. Seguí preguntándole por otras fantasías y Belu no respondía. Empecé a preguntarle por un trío y me dijo que sí, que lo haría, pero no fue muy convincente su entusiasmo. Le pegunté si le gustaría estar sola con otra mujer y se rio. Me hizo el gesto de “check”, Ese gesto era una juerga que teníamos de cuando éramos chicos, cuando alguno hablaba de algo que el otro ya había hecho, la seña era como de chequear una casilla en el aire. Así que Belén había garchado con otra mujer, otra vez los ratones me volaban por la cabeza.

Como dándose cuenta que estaba hablando demás, se sentó y se colocó sobre mí. Estábamos para un 69. Ella se metió mi pija en la boca de una y empezó a chupar como desesperada. Yo empecé a chuparle la concha toda mojada como estaba. Mientras le chupaba la concha, empecé a meterle un par de dedos en y a pajearla más rápido. Después de unos segundos saqué los dedos y empecé a masajearle el ano. Ella se metió los dedos en la concha y una vez mojados, empezó a masajearme el ano a mí.

Era un juego de imitación. Yo acariciaba su culito en forma circular y ella hacía lo mismo, yo apretaba y ella apretaba, todo mientras ella me chupaba la pija y yo le chupaba la concha. Empecé a frotarle el ano más intensamente e inmediatamente empecé a sentir lo mismo yo. Tomé aire y le mandé un dedo adentro del culito y ella hizo lo mismo, ambos volábamos de placer. Belén no había dejado de chuparme a mí ni yo a ella. Empecé a girar el dedo y a moverlo adentro y afuera sin sacarlo. Ella acabó de golpe, lo sentí cuando se puso dura por la tensión. Al cabo de unos segundos se levantó y se puso entre mis piernas. Me dijo que me dé vuelta y que me acueste boca abajo. Belu me hizo levantar la cola. Mi pija durísima colgaba debajo mío y Belén empezó a pajearme despacio. Sentí su lengua pasar por mi culo y me quedé extasiado. Ella volvió a meter el dedo y lo movía al mismo ritmo que me pajeaba. El dedo giraba y entraba y salía. No aguanté mucho, en menos de un minuto acabé con mucha intensidad. Ella siguió pajeándome y moviendo el dedo durante el orgasmo y unos momentos más, pero estaba tan sensibilizado, que tuve que pedirle que se detenga. No tenía aire ni para gemir un poco.

Al cabo de unos minutos nos sentamos, nos besamos con intensidad y ella me llevó de la mano a la ducha. Nos enjuagamos, nos secamos y nos acostamos en la cama en posición de cucharita. Nos dormimos de inmediato.

(continuará)

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