Mi primer escort en mardel

Me encontraba de viaje en mardel y decidí probar suerte con un pibe que hacía sus anuncios en internet, había probado algunas pijas pero esta vez quería la de un profesional. En sus anuncios proponía los mejores masajes relajantes.
Llegué a la hora acordada, me invitó a a pasar a una habitación donde había una cama y una camilla, me pidió que me desnudara y me acostara boca abajo, él también se desvistió salvo por su boxer y me empezó a masajear.
Colocó bastante aceite en mi cuerpo y comenzó su masaje relajante, en realidad de la calentura que portaba de relajante no tenía nada. Sentí sus manos recorriendo mi cuerpo, se detenían en especial en mis nalgas, las acariciaba deliciosamente, todo esto detrás de mí. Cuando pasó a masajear mis hombros se colocó delante de mí, a la altura de mi cabeza y no me pude aguantar, empecé a rozar con mis dedos tratando de averiguar el tamaño de esa pija. Grande fue mi sorpresa porque así era el tamaño de esa pija, dormida era grande y a medida que lo acariciaba esta empezaba a crecer de manera espectacular. Sin demorar demasiado se quitó el bóxer y acercó esa pija a mi boca, la tenía completamente sin pelo y de muy rico aroma. Empecé por su cabeza degustando, tomé sus huevos con mi mano y empujé para que metiera todo lo que pudiera, mi sorpresa fue mayor cuando sentí mis labios tocar su cuerpo, me había comido toda su verga, jamás pensé que lo podía tragar por lo larga y gruesa que era. Él empezó a coger mi boca mientras sus dedos buscaban mi culo, te das cuenta que estás con un profesional por la maestría de su trabajo, sus dedos se iban abriendo camino en un culo que jamás había sido probado por ninguna pija. Con la desesperación de tener esa pija en mi boca no dimensionaba como me abría el culo, o mejor dicho como lo preparaba. Me puso de pie, se puso detrás de mi e hizo que me recostara sobre la camilla, y así él de parado metió dos dedos bien profundos para dirigir su pija a mi culo y empujarla de golpe. El dolor fue importante, los primeros segundos fueron para tratar de acomodar el impacto, al rato el dolor se empezó a mezclar con placer y el gozo fue tremendo. Mientras me cogía yo le decía cuanto me dolía y él parecía que se calentaba más porque me daba con más fuerza.
Después de un rato pasamos a la cama y volví a chupársela, así estuvimos un rato porque amo la pija, amo chuparlas y saborearlas. Luego le pedí que se acostara y me subí arriba de él, sentí que ese sable me llegaba hasta lo más profundo de mis intestinos, lo cabalgué un rato largo hasta que él se salió, se paró al costado de la cama y me empujó nuevamente la pija en la boca, me pidió que acabara. Él me cogía la boca mientras yo me pajeaba, me agarraba de la cabeza y empujaba hasta el fondo, acabé de una manera espectacular, lamento no habernos filmados.

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