mi alumna veronica

mi alumna veronica
HOLA GENTE P, DESPUÉS DE MUCHO TIEMPO LES TRAIGO UN NUEVO RELATO, ES UN POCO LARGO PERO VALE LA PENA
Lo que les voy a contar sucedió hace algunos años:
Era profesor de diseño en penúltimo y último año en un colegio privado. Y ocasionalmente daba asesorías privadas a los estudiantes, ese semestre todo pasaba tranquilamente excepto por Verónica. Verónica tenía unas piernas de infarto que parecían eternas con un culito respingón, una cinturita diminuta, sus tetas no tan grandes pero lo justo para su cuerpecito. Si fuera por su cuerpo ella podría pasar por una mujer de 20 años, pero era su cara aniñada lo que le daba un aire inocente que me volvía loco, su pelo rubio llegaba hasta la cintura y era lacio. ¿Pueden imaginarse a un bombón así usando encima un uniforme increíblemente sexy?
Verónica me volvía loco. Era una alumna excelente pero últimamente estaba muy despistada, durante la clase me miraba, pero no parecía estar prestando atención y cuando la retaba no hacía más que sonrojarse. Fue luego de un examen oral en el que le fue muy mal que comenzó a preocuparme. En realidad, no preste mucha atención a lo que me decía, todo sonaba bien saliendo de esos labios carnosos. Sin embargo, su lección dejo mucho que desear, pero ya que no había estado atento lo deje pasar y la aprobé.
Semanas después me pidió clases privadas ya que me dijo que le estaba costando entender un tema, le dije que sí y que la esperaba en mi casa luego de la escuela.
Ella asistió usando el uniforme del colegio todavía, pero llevaba más botones de su camisa desprendidos y mientras hacía unos ejercicios no pude evitar mirar sus pechos que asomaban o sus largas piernas.
En una de las veces que me encontró mirándola me dijo: -que miras?
No fue de manera grosera, se había puesto colorada y parecía de verdad interesada en la respuesta.
me acerque a ella y tome la cadenita que usaba alrededor de su cuello, aprovechando para rozar con mis dedos su suave piel.
- Estaba mirando este colgante- mentí- es precioso. Ella sonrió orgullosa a mi observación.
- Me lo regalaron la semana pasada por mi cumple- dijo mirando hacia el colgante, luego levanto la mirada y agregó mirándome fijamente - ya cumplí 18, profesor
Supe en cuanto lo dijo que eso era una insinuación, ella nunca me decía profesor, cuando mucho profe, pero sino me llamaba por mi nombre, siempre.
No pude evitar ponerme duro "profesor" sonaba increíblemente erótico viniendo de ella.
- ¿Sabe, profe? Yo sé que no me merecía aprobar en el último examen, quería agradecérselo bien...demostrarle que me lo merezco...
No respondí así que ella siguió:
- He visto como me mira...como si quisiera comerme con los ojos. Siempre está mirando mis piernas y varias veces lo he encontrado mirando mi escote... Me hace creer que usted tiene tantas ganas de que pase esto como yo
Al decir esto me dieron ganas de subirla a la mesa y cogérmela allí mismo. Lo dijo con tanta inocencia, ruborizándose, se veía tan dulce que solo podía pensar en lo angelical que se vería con mi verga en su boca.
Se levantó, se sentó arriba mío antes de que tuviera tiempo de reaccionar y se quedó a centímetros de mi rostro.
- Tiene que saber profe que no paro de pensar en usted, en lo rico que lo debe hacer. - dijo tensa, parecía muy nerviosa, fue allí que me di cuenta
- Verónica tu no serás virgen o sí? - No, profe - respondió mirando hacia abajo, parecía decepcionada, ¿haciendo un pucherito que me dio ganas de comerle la boca - eso le molesta?
Me acerqué a su oído mientras le besaba el cuello y susurré
- No, significa que voy a poder follarte tan duro como estaba esperando.
Ella sonrió pícaramente y como respuesta simplemente me beso, tanto tiempo había esperado por esos labios carnosos que nada más tenerlos entre mis labios me puso aún más caliente. La besé con desesperación y comencé a tocar su culo. Ella se meció arriba mío, rozando su coñito contra mi verga que parecía no parar de ponerse dura. Fue entonces, fue ese gemidito que escapó de su boquita lo que me hizo perder el control, si es que aún me quedaba algo.
La agarre por las piernas y la subí a la mesa, metiéndome entre sus piernas. Comencé a besarle el cuello y a desprenderle la camisa mientras tanto, se la saque y vi un sujetador rosado de algodón y unos pechos hermosos, los chupe sin quitar ese corpiño de nena que me encantaba mientras ella me agarraba del pelo y gemía, haciéndome perder la cabeza con ese sonido.
Desprendí el sujetador y seguí chupando sus tetitas, mientras subía mis manos por esas piernas que me habían vuelto loco todo el año, hasta llegar a su coñito. Nada más tocarlo por encima de la tela noté lo mojada que estaba, corrí la ropa interior y toqué su rajita que se veía bien apretadita luego metí un dedo, dos. Le quité la ropa interior con su ayuda y ella comenzó a quitarse la falda, pero la detuve
- Déjate la falda, nada me pone más que verte con ese uniforme- dije con voz ronca
- Si, profesor. - contestó obediente
Es que imaginen abierta de piernas sobre mi mesa, con su rajita rosadita lista para mí, su falda que ahora estaba subida a la cintura y sus medias verdes que le llegaban casi a la rodilla.
Me acerqué a su rajita y el olor a excitación que desprendía me cautivó.
La toque un poco solo porque me ponía muy caliente tener su conchita en frente. Cuando acerqué mi boca a su coñito ella se puso tensa.
- Nunca te la han chupado?
- No, profe- dijo poniéndose colorada - los chicos de mi edad solo quieren que yo se las chupe, o follar directamente.
Lo que se perdían esos imbéciles, nunca vi una conchita tan apetecible como esa.
- Yo te voy a coger como mereces Verónica, esto te va a encantar
- Si, lo sé profe, solo sueño con usted haciéndomelo.
Dicho esto, le di besos en los muslos acercándome cada vez más. Primero chupe su rajita entera, solo para probarla. Luego comencé a penetrarla con mi lengua mientras la miraba, tenía los ojos cerrados y gemía de placer. Pase a masajear su clítoris con mi lengua mientras introducía mis dedos dentro de aquel coñito, cada vez lo hacía más fuerte y sentía sus gritos que me estaban volviendo loco. - Ahhh profe, siii- gemía medio gritaba - mmm siga...me voy a correr profe!!
La masturbe con más fuerza, quería que se corriera en mi boca y saborear sus jugos. Acabó y chupe cada rastro de su corrida hasta que quedo bien limpia.
Me levanté y comencé a desprenderme el pantalón, pero ella me frenó.
- Espere profesor, es mi turno, dije que quería agradecérselo - dijo mientras se bajaba, me cambió de lugar, dejándome de espalda a la mesa.
Me saco la camisa y beso mi torso mientras bajaba a su destino, Se arrodilló frente a mí y me sacó el pene del pantalón. La miro asombrada, mi verga no era la más grande, pero estoy seguro de que los críos con los que había estado no la tenían así.
- Que pasa Verónica? - quería escucharla a ella decirlo
- Perdón profesor es que nunca había estado con una tan grande - dijo sonando súper asustada y a la vez excitada
Esos labios carnosos no se verían nunca tan ricos como en ese momento que tenían mi verga en frente.
- No tengas miedo, te va a encantar.
Ella me miro hacia arriba arrodillada con sus grandes ojos y asintió.
Entonces comenzó a chupar la cabeza, luego intento meterse mi verga entera en su boca, no lo logró, pero con su mano masturbó la parte que no alcanzaba.
Empezó a darle lengüetazos, como si de un helado se tratase. Chupando desde mis huevos hasta la puntita permitiéndome ver como pasaba su lengua con concentración, terminaba chupándome la cabeza de la verga como si le fuera la vida en ello.
Estaba aferrado a la mesa porque no creía ser capaz de aguantar ese placer si no me sostenía.
Entonces Verónica levantó la mirada y sus ojos celestes, que aún se veían inocentes a pesar de tener una verga entre sus labios, me observaron esperando mi reacción mientras metía y sacaba mi miembro de su boca. Luego de eso no me resistí y la agarré del cabello, manteniéndola bien quietecita mientras yo era el que me movía, como si estuviera follandomela por la boca. Ella sorprendida bajo la mirada porque mis embestidas cada vez eran peores, eso me enfureció.
- Mirame - le ordené. - y mejor que te tragues toda la leche puta.
Obedientemente Verónica me miro a los ojos y pude ver que el llamarla así solo la había excitado más y ahora ella misma estaba masturbándose.
Eso fue todo, le acabe en la boca y ella siguiendo mis instrucciones se tragó toda mi leche, relamiéndose los labios para no perderse ni una gota.
Se paró y me beso el cuello, esto no iba a quedarse así, yo quería que mi verga entrara por su apretado coñito. Cuando llego a mi oreja me chupo y mordisqueó el lóbulo y susurró
- Alguna vez tuvo una alumna más obediente que yo profesor?
Esta última palabra salió como un gemido y note que seguía masturbándose.
- Nunca tuve una alumna tan puta, Verónica. Nada más escuchar esto ella gimió
- Soy su puta profe - dijo ya habiendo perdido toda vergüenza a causa de la excitación - No va a dejarme con las ganas o sí? ¿Va a tomarme profe? - dijo haciendo pucherito
- Que no te quede duda de eso, voy a follarte tan duro- ella sonrió y me besó, pero la aleje - Quiero que te toques para mí.
- Si, profesor. - sabía que no dejaba de repetir esa palabra porque conocía el efecto que tenía en mí.
Se subió a la mesa y abrió las piernas al igual que al principio. Comenzó a tocarse lento y luego mas rápido, no metió ningún dedo simplemente masajeo su clítoris. Verla tocándose solo para mí y ver como echaba su cabeza hacia atrás mientras se mordía el labio por la calentura que tenía, pronto tuvo su efecto y en unos minutos mi verga ya estaba lista para entrar en esa rajita rosada y apretada que tenía en frente.
Me acerqué y Vero me miro asustada.
- Hágalo despacio, profe, es muy grande y seguro me duele.
Y así lo hice al principio, metí mi verga despacito porque quería sentir bien aquel coñito apretado. Estaba tan caliente que no pude evitar gemir, Verónica también gimió. La segunda embestida no aguante y se la metí entera de una. Verónica gritó, medio de dolor y medio de excitación. Con el pasar del mete - saca sus gritos pasaron a ser solo de excitación y pude ver como sus tetas rebotaban al ritmo de mi cogida.
Lo sentía por los vecinos porque aquella puta no paraba de gritar y a mí solo me calentaba más.
- Ay profe! Que ricoo, es muy grande- decía a veces cuando le dolía un poco - si si asiii, siga - decía cuando le gustaba mi ritmo.
La agarre y en un rápido movimiento la di vuelta. Empecé a follarmela por atrás lo que me dio una vista increíble de su culito precioso.
- Voy a correrme - avisé
- Profe no estamos usando protección no se corra dentro mío- dijo como pudo entre gemidos y gritos.
- No vas a dejarme así! - grite mientras sacaba mi verga y daba vuelta a Verónica para que quede de frente a mi verga.
- Estaba pensando profesor, que quizá le gustaría desvirgarme mi culito - dijo mirándome con sus ojos llenos de expectativa. Como si yo pudiera decir que no a esa propuesta.
Comencé a besarla mientras metía un dedito en su culito, luego dos, luego tres, ella gemía y hacía gestos que me volvían loco. Intento masturbarme, pero le aparte la mano de un manotazo.
- Voy a acabar en tu culo puta, pero antes quiero disfrutarlo - le expliqué
- Si, profesor
La di vuelta y metí la puntita, Verónica gritó, pero no me dijo que parara por lo que seguí. Esta vez estaba seguro que gritaba de dolor con cada embestida y tardo más en ser un grito de placer. Folle su culito tan fuerte que no sé cómo no se rompía a la mitad. Acabe en su hoyito y ella tuvo un orgasmo.
- Me encantó profe- dijo vistiéndose- fue tan rico como esperaba.
Luego de esa experiencia nos vimos un par de veces más con Verónica. En clase fingíamos que nada pasaba y sus notas mejoraron ya que empecé a implementar un nuevo método de estudio con ella...

COMO SIEMPRE AGRADEZCO SUS COMENTARIOS, PUNTOS Y DEMAS
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5 comentarios - mi alumna veronica

EscritorOculto
Muy buen relato, increible historia y excitante, creo que todo lo que le hizo a la nena es lo muchos soñamos. Saludos