Claudia y el Cholo...

-Lo primero que te voy a decir es que amo a mi marido, lo adoro, pero el pobre debe tener los cuernos como para el libro Guiness- le digo a Claudia de nuevo en el mismo café del otro día.
Pero mi confesión no se queda ahí, sino que sigue, quizás porque al igual que ella hizo conmigo, yo también necesitaba sincerarme con alguien.
-Me encanta coger, lo disfruto, y aunque parezca una locura, lo que mas anhelo es ser la mina mas cogida del país...-
-Si es por eso- me interrumpe -A mí también me gusta coger, no creas que no, solo que..., no sé, quizás sea yo el problema, no tengo tu cuerpo, si tuviera..., (hace un gesto con las manos como refiriéndose a mis gomas) lo que vos tenés, no necesitaría que una amiga me busque un macho- se lamenta.
-No te tirés abajo Clau, si tenés lo tuyo- trato de motivarla -y ademas, el macho ya te lo conseguí-
-¿Que? ¿Y así me lo decís?- se emociona.
-¿Y como querés que te lo diga, con mímica?- me río a la vez que agito las palmas de mis manos, separadas la una de la otra unos cuantos centímetros, como aludiendo al tamaño de una poronga gigante, modulando con mis labios: "El macho ya te lo conseguí".
Entusiasmada con la idea me pide que le cuente un poco. Entonces le digo que ya hablé con el tipo en cuestión, que le mandé una foto suya y quedó encantado. Es mentira pero sirve para motivarla.
-¿Y como es, como se llama, tenés una foto?- me pregunta de atropellada.
Le digo que no, que no tengo foto, ya que no resulta conveniente guardar fotos de otros hombres en el celular. Pero que se trata de un muy buen amigo que tengo en San Justo, con el que me veo de vez en cuando, y que siempre me deja satisfecha.
-¡Y mas de una vez!- le confirmo para que no tenga dudas.
Por supuesto le advierto que se trata de un ex presidiario, para que no se lleve una sorpresa, ya que los tatuajes tumberos que ilustran su cuerpo son mas que elocuentes al respecto.
-No sé Marita, ¿a vos te parece? ¿Con un delincuente?- titubea al saber del oscuro pasado de su potencial amante.
-No es ningún delincuente- la corrijo -Ya pagó lo que tenía que pagar, y te aseguro que en la cama es todo un caballero, no te va a hacer nada que vos no quieras-
Lo piensa, se retuerce nerviosa los dedos, hasta que finalmente alega:
-Me parece una locura estar pensando en ponerle los cuernos a mi marido y encima con alguien que no conozco, te agradezco que quieras ayudarme Marita, pero creo que me voy a conformar con lo que tengo-
Esa misma noche, recibo un mensaje suyo, escueto y decidido: "Quiero hacerlo".
Antes de que se arrepienta, me decido a arreglar todo con el Cholo. Mi marido está en casa, así que me voy al baño y le escribo por WhatsApp.
"Una amiga necesita un buen polvo, ¿se lo das?"
"A tu amiga y a vos, todos los polvos que quieras"
"Esta vez es solo mi amiga, sorry".
Al otro día lo llamo y le cuento como viene la mano. Le digo que es una mina que no tuvo un buen garche en toda su vida, que jamás engaño a su marido y que necesita urgentemente que le echen un buen polvo.
-Mirá que no es como yo- le advierto -Es una señora, no una puta, así que tenés que tratarla con cuidado-
-Todas las mujeres en el fondo son unas putas- me replica con su ya remanido discurso machista - chauvinista.
-Sí, pero eso ella no lo sabe, así que hasta que la puta no se revele, nada de hacerle algo que no quiera, prometemelo- le digo.
-Prometido, pero acordate, me vas a deber una- me recuerda.
-Y te la voy a pagar con gusto- le garantizo -Sobre todo si la dejás bien satisfecha-
-¿Tenés alguna duda?- se jacta.
-No, obvio que no- asiento.
-Bueno, pero yo si tengo una duda- me dice.
-¿Cual?- le pregunto inocentemente.
-Tengo "duda la podonga" cada vez que hablo con vos- se ríe -¿No me mandás una fotito como anticipo?-
Voy al baño de la oficina y le mando una selfie con la camisa entreabierta y metiéndome la mano por debajo de la falda.
-Con eso tengo para clavarme una- me dice -Y no te preocupes, a tu amiga la voy a coger bien cogidita, solo para que me pagues el favor lo antes posible-
Ese mismo día le aviso a Claudia que el sábado nos hacemos un viajecito hasta San Justo.
-¿Y que le digo a mi marido?- me pregunta nerviosa.
-Decile que es mi cumple y que vamos a tomar unos tragos, él me conoce, nos vimos en la cena de fin de año, ¿te acordás? No creo que sospeche nada- le sugiero.
-Tenés razón- asiente -Vos y tu marido le cayeron muy bien-
-¿Ah si? No me dijiste nada- le recrimino.
-Bueno, es que hasta ahora no se dió- se defiende.
El sábado le pido prestado el auto a mi marido y lo llevo a la oficina. Cuando salimos, a la una, nos subimos con Claudia y de Palermo derecho a San Justo. Ni nos cambiamos, vamos con el uniforme de la Compañía puesto.
Durante el trayecto se fuma un cigarrillo tras otro, está nerviosa y no la culpo, le va a poner los cuernos por primera vez al marido y con alguien que no conoce ni siquiera por foto.
-¿Y si no le gusto? ¿Si me mira y se ríe? ¿Si no se le para conmigo?- me pregunta toda fatalista.
-No te menosprecies Claudia- le digo -Si estás rebuena, acaso no te tiran los perros los monchos de la oficina-
-Si, algunos me dan su celular, me lo anotan en el dorso del duplicado del recibo- admite.
-Es la típica, yo le devolví el llamado a algunos- le confieso para motivarla.
-¿Te cogiste a un moncho?- se sorprende.
-A unos cuantos...- la corrijo.
-Marita, no dejás de sorprenderme, creo que mejor te pregunto a quien no te cogiste-
-Bueno, a tu marido no me lo cogí- le aclaro.
-Y que falta le haría- admite -Una mujer como vos, con tanta experiencia, le podría enseñar varias cosas-
Asimilo lo que dice y debo reconocer que muy errada no está.
Llegamos a la casa del Cholo y Claudia está que quiere que se la trague la tierra. Hasta amaga con irse, pero la agarro del brazo y no la suelto hasta que estamos frente a la puerta y tocamos el timbre. El Cholo nos recibe en short y ojotas, desnudo de la cintura para arriba, lo que deja al descubierto sus tatuajes y cicatrices. Claudia se tensa toda al verlo, como que hasta le entra miedo, si por ella fuera saldría corriendo en ese mismo instante. Pero antes de que vaya a hacer algo de lo que pueda arrepentirse después, los presento y entramos a la casa.
Solícito y atento, el Cholo nos invita con un vino que ya tenía preparado. No será un Malbec pero zafa.
Nos sentamos y tomamos mientras hablamos como si estuviésemos analizando la política nacional. Eso hasta que el Cholo se levanta, con el short abultado por la carpa que se le ha formado, la toma de la mano y le dice:
-¿Vamos?-
No es una pregunta, sino una invitación. Claudia se muerde el labio inferior, debatiéndose entre lo que quiere hacer y lo que debería hacer. Finalmente acepta, toma un último trago de vino para envalentonarse y lo acompaña al dormitorio. Quizás por olvido, quizás a propósito, dejan la puerta abierta. No me resisto y me siento desde donde puedo ver lo que sucede adentro.
Sentados en el borde de la cama veo que hablan, no sé de qué, pero Claudia se ríe y parece descontracturarse un poco, lo cual él aprovecha para besarla. Pero no la besa de prepo, sino que comienza por sus mejillas, suavemente, hasta que parece ser ella la que le busca la boca. Ahora sí, no sé quien come a quien, pero se chuponean ávidamente. Claudia no tendrá mi delantera, pero enseguida capta la atención del Cholo, que le manosea las tetas por encima de la camisa de la Compañía.
Comenzando ya a excitarse, mi amiga se recuesta en la cama y deja que el ex convicto la guíe hacia ese nuevo Mundo que se abre ante ella.
Sin apuro, tomándose su tiempo, siempre hablándole y sonríendole para tranquilizarla, el Cholo la desnuda de la cintura para abajo y le ofrenda algo que ella ya consideraba cosa del pasado: una soberbia chupada de concha. Al principio se resiste, como que le da verguenza gemir, pero a medida que la lengua de su voraz amante cumple su cometido, cada vez se hace mas difícil. Entonces se suelta, se libera, y jadea como seguro nunca en su vida. La veo como se agarra desesperada de las sábanas, como se le ponen los ojos en blanco y se le contrae el vientre a causa de las sensaciones que el Cholo le transmite tan solo con su lengua. Y ahí, entregada a un desconocido, consigue lo que no pudo en siete años de matrimonio: un orgasmo. Atento a sus necesidades, el Cholo se aparta y le da tiempo y espacio para que disfrute de esa emoción sin igual que, seguramente, marcará un antes y un después en su vida.
Cuando ya está levemente recuperada, el Cholo se levanta y se baja el short descubriendo una erección monumental, de esas que deben de dolerle hasta los huevos.
Le dice algo al oído y ella se ríe, bajando avergonzada la cabeza. Enseguida me doy cuenta de lo que le dijo, ya que le agarra la pija y se la mete en la boca.
No será tan buena chupando, pero el Cholo igual parece disfrutarlo.
Me alegra que esté respetando nuestro acuerdo y se comporte como un "gentleman", ya que de lo contrario le estaría cogiendo la boca hasta descoserle los labios, como es su costumbre (doy fé de ello) lo cual haría que mi amiga saliera huyendo despavorida.
Ya habría tiempo mas adelante para el sexo duro y sin concesiones al que es tan proclive. No tenía duda de que una vez que ella probara "el fruto prohibido" y se despojara de todas sus inhibiciones, no habría quién la detuviera. No digo que fuera a convertirse en otra "Maritainfiel", pero sí que seguiría adornando los flamantes cuernos de su ingrato marido. Solo era cuestión de que le fuera agarrando el gusto, y por lo visto, ya estaba empezando.
Para entonces el Cholo se pone un forro y le separa las piernas, que ella mantenía juntas y apretadas, como una novia virgen en su noche de bodas. Tiene los muslos empapados, no solo de la saliva de su macho, sino también de flujo vaginal.
La recuesta de espalda, se le sube encima y la penetra sin demasiadas dilaciones. La concha de mi amiga ya está lo suficientemente mojada como para se la meta sin raspaduras ni incomodidades.
Veo como cierra los ojos y se muerde los labios, recibiéndolo aun con cierto dejo de culpabilidad en el rostro. Quizás por eso no quiere gritar y expresarse en la forma que ese garche amerita. Pero para cuando empieza a cogerla en forma mas acelerada, se suelta con todo y hasta lo putea.
-¡Ahhhhhhh..., hijo de puta..., ahhhhhhh..., ahhhhhhh..., ahhhhhhhh..., la concha de tu madre..., metemela..., siiiiiiiiiii..., toda..., ahhhhhhh..., que conchudo de mierda que sos...!-
No salía de mi asombro, esa que estaba ahí, abierta de piernas, a las puteadas, recibiendo pijazo tras pijazo, no era mi amiga, era una puta cualquiera. Tenía que darle la razón al Cholo cuando decía que todas las mujeres somos putas.
No puedo aguantarme. Me levanto y me acerco a la puerta, sigilosamente, para no distraerlos. Me apoyo en el marco y deslizando una mano dentro de mi falda, enpiezo a tocarme. Yo también estoy mojada, pero no tengo quién me consuele. En la cama, mi amiga grita y se estremece, le tiemblan las piernas y los pies se le sacuden en forma graciosa mientras el Cholo arremete contra ella en forma pareja y sostenida. En siete años de casada no había tenido ni un solo orgasmo, pero ahí, frente a mí, estaba teniendo el segundo en cuestión de minutos.
El Cholo sale de su interior y ella se voltea hacia un lado, las manos entre las piernas, suspirando conmocionada.
-Dios, ¿que me estás haciendo?- escucho que le dice.
El Cholo le dedica una de sus sonrisas cancheras, y le indica que se ponga en cuatro, lo cual ella acata sin miramientos. Se le pone detrás y entra a darle con mas ímpetu que antes, llenando el cuarto con el ruido de sus gemidos y de sus cuerpos chocando. Me imagino que siendo como es, un consumado "rompeojetes" se debe estar saliendo de la vaina por hacerle el culito, pero me hizo una promesa y la cumple.
Claudia recibe cada ensarte con unos gestos que revelan que aquello es lo mejor que le pasó en mucho, muchísimo tiempo, hasta los ojos en blanco pone.
Gime, jadea, putea, se retuerce, teniendo otro orgasmo y otro mas, como si quisiera recuperar en una tarde todo el tiempo perdido con su marido.
Cuando está encima de él, el Cholo le chupa las tetas, le muerde los pezones y la besa con frenesí, haciendo que sea ella la que se mueva, la que lo cabalgue. Estoy segura que mi amiga nunca se imaginó estar en una situación así, ella, una mujer casada y con tres hijos montando a un desconocido, a un tipo que estuvo preso vaya a saber por qué. Pero que lo estaba disfrutando era mas que evidente.
Tras un último polvo, mucho mas violento e intenso que los anteriores, el Cholo se la saca y vuelve a hablarle al oído. Ella se ríe y mueve la cabeza como diciendo, ¡que locura!, pero finalmente asiente y se sienta en la cama. Está con el pelo revuelto y toda colorada, evidencias mas que notorias de la buena cogida que le están dando.
El Cholo se para junto a ella y le pone la pija casi frente a la cara. Ella misma le saca el forro y lo pajea a dos manos, manteniéndose en todo momento a la expectativa.
-¡Mas fuerte..., mas fuerte!- le reclama él, las manos en la cintura, dejándole a mi amiga todo el trabajo.
Claudia acelera sus movimientos, atenta al inminente estallido. Cuando la leche empieza a saltar hacia todos lados, voltea la cara, pero no puede evitar que le salpique el pelo, el cuello, las tetas, la oreja izquierda y hasta la mejilla con su pegajosa efusividad.
-¡Ahhhhhh..., ahhhhhhhh..., ahhhhhhhhh...!- berrea el Cholo al regarla con su simiente.
Claudia pone cara de asquito al ver como queda de enchastrada con la acabada que le echa encima, pero igual trata de sonreír, considerando quizás que se trata de un precio muy bajo que debe pagar a cambio de todos los orgasmos que ha experimentado.
Pasada ya la calentura, se levanta, toda ruborizada, no sé si de placer o de verguenza, y recogiendo su ropa pregunta por el baño.
-Al fondo a la derecha- le indico yo, que me conozco esa casa como la palma de mi mano.
Sale casi corriendo mientras yo me quedo ahí con el Cholo, todavía en bolas.
-¿Estás como para tomar el lugar de tu amiga?- me pregunta, acercándose a mí con la verga colgándole pesadamente entre los muslos.
Como tener ganas, tengo, pero no puedo dejar sola a Claudia en ese momento.
-La próxima te prometo que no me escapo- le digo dándole un beso.
Claudia regresa ya lavada y vestida. Se calza los zapatos que se quedaron en el dormitorio y sin mirar siquiera al hombre con el que acaba de coger, me apura para que nos vayamos. Le guiño un ojo al Cholo, prometiéndole que luego hablamos y salimos las dos juntas de su casa.
Durante el viaje de vuelta a Capital, Claudia se mantiene callada, pensativa, como evaluando los pro y contras de lo que acaba de hacer.
-¿Y, no vas a decir nada?- le pregunto ya atormentada por tanto silencio.
-¿Que querés que te diga?- replica.
-¿Te gustó, no te gustó, ? No sé, algo- la apuro.
-Como gustar, ¿que puedo decirte? Estuvo... ¡Increíble!- exclama levantando las manos como agradeciéndole al Cielo -Te juro que nunca me cogieron así-
-Sí, me di cuenta por como puteabas- le recuerdo.
-Que verguenza boluda- dice cubriéndose la cara -Jamás me comporte así, pero las puteadas me salían solas, cuando me daba cuenta ya las había dicho-
-Esta bien, el momento lo justifica- le digo -Pero no sé si te diste cuenta, te echaste..., ¿cuantos?, ¿tres, cuatro polvos?-
-Sí, jaja- se ríe -Hasta yo perdí la cuenta, me dan ganas de contárselo a mi marido-
-A menos que quieras el divorcio vas a tener que guardar el secreto- le advierto.
-Sí, es una lástima, me gustaría verle la cara- suelta un profuso suspiro y agrega -Tenías razón con ese amigo tuyo, garcha como los Dioses-
Abre su cartera, saca los cigarrillos pero enseguida los guarda.
-Ni ganas de fumar tengo-
-¿Y ahora?- le pregunto -¿Fue una canita al aire y ya está? Algo como para contarle a las nietas, ¿o vas a repetir?-
-La verdad no sé Mariela, todavía estoy shockeada como para decidirlo, pero si me apurás..., sí, me gustaría hacerlo otra vez, mas tranquila, mas relajada, ademas, ahora que ya lo conozco creo que yo lo haría mejor-
-Podemos volver la semana que viene, si querés- le propongo.
-Dejame descansar, reponer energías, pensar bien en lo que hice y en la semana te contesto, ¿si-
-Dale-
En eso quedamos. La dejo en su casa y cuando la veo caminar hacia la puerta de su edificio, me doy cuenta de que está distinta, es otra mujer, muy diferente a la que salió hacia San Justo hace unas pocas horas.
Pero claro, me digo a mí misma, ahora está muy bien cogida, y eso, por sí mismo, ya es motivo de cambio.
En cuanto a mí, quedé tan caliente con el espectáculo que me brindaron esos dos, que mañana mismo le hago una visita al Ogro, después de todo me lo merezco, ¿o no?

24 comentarios - Claudia y el Cholo...

sammer1985 +1
+ 10, Marita, la verdad no hay un relato tuyo que no guste.... Ahora digo que bueno seria nos dejes conocer, a nosotros los tribuneros, un poco de tu cuerpo, asi acompañamos la calentura q generas con estos relatos, con algo mas, algo que motive un poquito mas las pajas. GENIA!!!
danelsan74
Debes ser terrible tenerte en la cama, jojo!
Pervberto
Magnífica lectura de tu generosidad. Muy bueno lo de ayudar a quien lo necesita a ejercer el derecho al orgasmo.
viciosomdq
Tremendo polvo se ganó su amiguita... Muy lindo relato!!!
toniyosex
genia de los relatos putirta, qu eganas de llenarte de leche y maltraatarte un rato
dantraloco
¿Eso es lo que llaman solidaridad femenina? jajajaja
Van 9 puntos
perroandante
terrible eso es ser buena mina, ojo que ahora no sea competencia del cholo. A pagar la deuda!!!!
MIsko-Jones
excelente sos la sensei de las atorrantas felicitaciones me gusto todo el relato lastima que no pusiste la foto que le enviaste al cholo ,digo , como para ambientar mas el post 😉

saludos Misko
GHARREGUY
JAJA , sos genial , mas que 10 por tus relatos
chikabisex
Que bien escribís!!!! Te admiro, realmente!!! Voy a hacer una cosa, porque te los merecés.... te voy a dejar 10 puntitos por día x 5 dias seguidos.... empiezo ahora, ahí van!!
chelocabito
Como siempre son excelentes tus relatos,el q va a estar agradecido ahora no solo es el cholo y tu amiga es el ogro q con la calentura q te agarraste mañana lo destrozas jajaja,ahora pregunta si tu amiga se anima a repetir no te da para unirte a ella y el cholo cuando esten garchando?+10
enzosantiago
bravo bravo bravo , terrible relato Marita , una genia total , van puntos y hasta el relato de lo vivido con el ogro , besos
jluckycloud
Genia! Estás llevando por el buen (o mal) camino a tus amigas! Y aplaudo también tu forma de escribir. Van 10!
nazaynacho +1
Excelente post , la llevas por un buen camino marita, putitas divinas ,que quieren fiesta ..🍸🍸🍸😘😘😘😘
borracho_tuerto
Que quieres que te diga querida, EX-CE-LEN-TE como siempre tu relato, y para variar quedé caliente como cuchara de lata linda...jajaja!!
No sé, pero me imagino que en el próximo encuentro del Cholo con Claudia, tu nos vas a sorprender con un feroz trio, o no? jajaja
Bueno linda, quedo ansioso y espectante a tu próximo encuentro con el Ogro, porque ahora eche de menos "verte" a ti en acción, lo que me calienta más aún querida!!
FELICITACIONES Marita...Besos +10


Claudia y el Cholo...
norman59
traeme a tu amiga que le damos entre dos y después te damos a vos
pablooo_2
Muy buena historia, y bien contada!! Q calentura q es ver a dos personas cogiendo asi...
suaveplatense
Espectacular historia. Q lindo tener una amante como vs q encima le trae victimas a la casa ja. Van puntos