masturba a su hijo por deber y por placer

Os voy a contar mi caso para el que me gustaría que me aconsejarais. Antes de empezar, os diré que nunca antes lo he contado a nadie y que lo que aquí voy a decir es todo rigurosamente cierto. Me llamo Luisa, tengo 46 años y vivo en Barcelona con mi marido (22 años de casados) y mi hijo que ahora tiene casi 19. Nuestra relación es muy buena, entre los tres, y la de cada uno de nosotros con cualquiera de los otros por separado.

Con mi marido nos entendemos en la cama. Como te imaginaras la frecuencia de nuestras relaciones sexuales ha bajado respecto al principio (ahora es de unas 4 o 5 veces al mes), pero me parece bien la cantidad y la calidad. Siempre nos hemos sido fieles. El quizás sea un poco demasiado tradicional en el sexo, y yo no tanto, aunque antes de correrse el, siempre se preocupa de que yo llegue a hacerlo antes. Yo soy multi-orgásmica, y normalmente me hace correrme dos o tres veces antes de correrse el. Creo que yo soy bastante activa y abierta en el sexo, y he de reconocer que me gusta aun ahora que ya tengo una cierta edad.

Lo que a el mas le gusta es, una vez que me ha satisfecho a mi, o ponerme a cuatro patas y “usarme y metérmela a su manera” hasta que se corre, o, lo que todavía le gusta mas, que se la chupe, sabiendo el que su pene (polla) esta todo mojado con mis líquidos y correrse en mi boca, yo tragarme su semen (me gusta bastante el sabor) y una vez que le he sacado hasta la ultima gota, relamerle bien con la lengua su capullo y dejárselo “reluciente”. Le gusta que juegue con su polla hasta que se le encoge del todo.

Yo quizás lo único que me falte, pero mi marido se niega, y antes se lo pedía, pero ahora ya no se lo pido, es que me gustaría que me la metiera por el culo, pero dice que eso es una marranada y que me dolería mucho. Yo le decía de probar una o dos veces y ver que pasaba, y que si me corría mientras el me trabajaba el agujero del culo, que yo después se la chuparia igual, estuviera su polla como estuviera, limpia o no, después de habérmela clavado hasta el fondo de mi culo. Cuando me la mete por delante me dice que le gusta notar que se la agarro con los músculos de la vagina, y yo para convencerle le decía que con el culo, cerrando el agujero mientras el la sacaba pero sobre todo al meterla, le bajaría toda la piel de su polla y me rozaría por dentro del culo con casi toda su polla al aire, no solo su capullo, pero nunca ha querido, y a veces pienso que se sentirá.

A el le gusta “alimentarme y que se la ordeñe” y a mi “tragármelo y que me alimente”. El me dice que para el, el que yo me trague su semen (leche) es la mejor prueba de que yo lo sigo deseando, y yo le digo que antes se cansara el de que se “la ordeñe” que yo de “beberme su leche”. Si celebramos su cumpleaños, y como yo se lo que le gusta, le digo que el fin de semana siguiente “me dedico” a el, y le alquilo dos o tres películas porno (tenemos tele y video en nuestro cuarto), procuro que sean de mamadas, las hay especializadas y solo salen 40 o 50 escenas diferentes de hombres a punto de correrse y con una o mas mujeres dispuestas a saborear sus semen, y todo el sexo que hacemos de viernes noche a lunes por la mañana es el con su polla y con mi boca, el no me puede tocar y yo se lo tengo que hacer todo solo con la boca. La primera vez que lo hicimos, en cada día del fin de semana “me dio leche 6 veces” (el tenia 29 años), se corría y de ver mas chicas mamando pollas diferentes, se le volvía a poner a punto de caramelo (y nunca mejor dicho). Ahora se corre 2, 3 o 4 veces por día, pero le gusta que se la chupe aunque sepa que ya no se le va a levantar más.

Mi marido trabaja en una fábrica y, aunque tiene una bastante buena posición, debe empezar a las 6 de la mañana, lo que hace que deba de salir de casa sobre las 5 y media. Después se queda a hacer horas, dependiendo de los meses (4 o 5 al año), y entonces no vuelve hasta que es bien por la tarde (7 u 8 de la tarde). Yo no trabajo.

En casa somos liberales en casi todo, y por ejemplo, tanto mi marido como yo podemos ir desnudos desde la habitación al cuarto de baño, así como mi hijo, el cual desde que cumplió los 13, ya siempre lleva un slip como poco. Lo que nunca hemos hecho es nada sexual delante de nuestro hijo (salvo algún beso en la boca), lo único es que el nos ha visto desnudos andando por la casa, pero solo algunos metros. El cuerpo de mi marido es normal, es delgado y su polla le mide 14 centímetros cuando esta a punto. Yo soy también delgada, con más bien no mucho pecho, y de caderas normales, todavía marcando curvas. A mi marido le gusta el vello del pubis afeitado, o solo con pelo en la parte de arriba y no por los lados, y yo ahí le doy capricho y me lo cuido, es decir, que mi hijo me ha podido ver con mi sexo afeitado del todo; o solo con pelo arriba pero viéndose claramente afeitado todo el contorno de la raja, o con vello por todo.

Respecto a mi hijo, es muy buen estudiante, alguna vez con su padre cuando empezaba a crecer, nos preguntábamos si ya se habría despertado al sexo, si ya se habría masturbado, si nosotros le decíamos algo, etc. pero siempre como padres y sin pretender ir mas allá ni mucho menos. Yo nunca había visto a mi hijo por las mañanas con “la tienda de campaña montada” ni lo había pretendido. Todo fue normal hasta que llegamos a hace un poco mas de siete meses, en mayo

Eran alrededor de las ocho de la mañana y en casa hay dos baños. Mi marido se había ido como siempre hacia las 5 y media. Yo me acababa de despertar, estaba zombi, y voy a uno de los baños, a hacer el primer pis del día, abro la puerta, y veo a mi hijo sentado en la taza y con su pene en la mano, masturbándose. El se puso mas que rojo, su cara se volvió granate, paro de mover la mano, y no supo que decirme, yo le pedí perdón y Salí del lavabo y me fui al otro porque me hacia pis.

Me fui a la cama y el se fue al colegio sin ni siquiera decirme adiós desde afuera de la habitación como siempre. Yo pensé lo que había visto, a mi hijo masturbándose, y pensé que tenia 18 años, para 19 (los hace en mayo), y que era normal que tuviera necesidad de probar cosas y de “aliviarse las ganas de juventud”. Pensé en su pene (sin mas) y me dije que era mas grande y mas ancho que el de su padre (lo tenia cogido con la mano desde la base y le sobresalía un buen trozo por encima de su mano, con su capullo bien salido y con una buena forma de “seta”, es decir, con el final del capullo que sobresale bien hacia fuera respecto del cilindro que es la polla).

El volvió del colegio, su padre ya estaba en casa, y yo note que el estaba un poco cohibido, pero yo le trate con total normalidad, y así pasaron varios días sin mas. Al cabo de tres o cuatro semanas, tomando juntos el desayuno, me imagino que hasta entonces habría estado pensando el como decirme algo referido a lo que había pasado, me dijo que me pedía perdón por el hecho de estar haciendo eso en el lavabo (que había olvidado cerrar la puerta), y que ya sabia que era algo que estaba mal hacer, pero que lo habían empezado a comentar en el colegio con los compañeros hacia tres o cuatro años y que lo había probado y que se lo hacia muy pocas veces, y que sentía mucho por mi que le hubiera visto su pene de esa manera.

Yo trate de quitarle hierro, diciéndole que era normal el masturbarse en un chico o en una chica, que era joven, que no era malo hacerlo, y que no se preocupara por mi por haberle visto su pene, le dije que se lo había visto muchas veces en su vida, a lo que el me dijo si, pero nunca así, y yo le dije que pensara que yo era mas mayor que el y que había visto mas cosas que el, que había visto a su padre desnudo muchas veces, que el también nos había visto muchas veces andar desnudos a ducharnos, que el también me había visto a mi, que a mi no me importaba en absoluto que me viera mi cuerpo, y que el al fin y al cabo el era mi hijo y que no era tan raro el verse el cuerpo los unos a los otros en casa. Hablamos un poco mas, le dije que si tenia cualquier duda, o que si algún día me quería preguntar algo, sin importar lo que fuera, que no le diera vergüenza y que lo hiciera, y que yo le respondería, y lo dejamos ahí.

Al cabo de otras dos o tres semanas, y también desayunando, me dijo que el sabia que las chicas se masturbaban de una manera diferente a los chicos, pero que si yo aun siendo chica sabia como se masturbaba un chico. Yo le dije que si, que su padre me lo había explicado a mi porque el también era chico. Le pregunte que porque me lo preguntaba y me dijo que porque el nunca había comentado con nadie como se debía hacer, que el nunca había visto masturbarse a ningún chico ni nadie le había visto a el, y que el pensaba que lo hacia bien, que se lo pasaba muy bien, pero que a lo mejor había otras maneras de hacerlo. Yo le dije que si se lo pasaba bien eso era lo importante, y que no me importaría darle mi opinión, pero que para eso debería de verlo, y que no sabia si a el le gustaría que le viera su pene así (lo dije con la intención de quitarle la idea) y durante el tiempo que le costara hacerlo, y que me imaginaba que lo haría bien.

Increíblemente para mi, me quede helada, el me dijo allí mismo que había pensado bien lo que le había dicho hacia unas semanas, que era normal porque éramos madre e hijo, y que por el no había ningún problema en que le viera masturbarse si al fin y al cabo, ya le había visto una vez el pene levantado, pero que le tenia que prometer que si pensaba que lo hacia mal, que se lo dijera, y que el tenia ganas de masturbarse y que si quería podíamos ir al lavabo y el se masturbaría allí delante de mi. Yo no sabia que decir, le dije que llegaría tarde al colegio, pero el me dijo que había tiempo y era verdad. Le dije que no estaba segura, que éramos madre e hijo pero que llegar a darle consejo en eso me parecía mucho. El me dijo si eso no era una pregunta relacionada con su educación sexual, y yo le dije que si. Después de dudar dos o tres minutos, y viendo que no me lo iba a quitar de encima, o que si lo hacia, al día siguiente volvería sobre el tema, pensé que le dejaría hacerlo delante de mi una vez y así ya no insistiría mas en el asunto. Le dije que aceptaba ir al lavabo con el, y ver como lo hacia.

Fuimos al lavabo de más cerca de la cocina, yo me senté en la taza y le dije que se quedara de pie, delante del lavabo mismo y de perfil a mí. El sin pensarlo se bajo directamente el pantalón del pijama, su pene se le había empezado ya a despertar por el camino, estaba a medio levantarse y con los primeros movimientos de su mano, se le bajo del todo la piel que le cubría el capullo y su miembro acabo de coger su verdadera dimensión: Era grande, ancho y con un capullo bastante mas ancho que el grosor general del pene. Me pareció muy grande para un chico de casi 19 años pero yo pensé que yo solo había visto y tocado en mi vida, en la realidad, el de su padre, así que no era la mejor para opinar. Lo que mas me llamo la atención fue la bolsa de sus huevos, era enorme para mi, y le colgaba ampliamente despegada del cuerpo, me encanto.

El se cogía su pene con la mano siempre pegada al cuerpo, con casi nada de soltura en el movimiento y prácticamente sin llegar a tocarse nunca el capullo que le quedaba al aire libre. Así estuvo un minuto o menos, fue muy rápido (supongo que por estar yo allí delante), dio un suspiro, se acerco un paso al lavabo y se empezó a correr. En cuanto salio el primer chorro de semen el quito su mano y se dedico a ver como salía el resto sin tocarse mas.

Se lavo las manos y su pene, y me dijo que me tocaba opinar a mí. Le dije que lo había hecho bien, pero me dijo que le dijera la verdad y si era así como se hacia. El insistió y yo le dije que había dos cosas que hacia mal: Que la mano debía de correrla mas por su pene, pasarla de arriba abajo tocándose incluso la parte de arriba que se quedaba sin piel, y que cuando empezara a salirle el semen que no debía pararse y quitar la mano, sino al contrario, darle mas deprisa, rozando la parte pelada del pene, y que así vería como disfrutaba mas rato y hasta lograba que le saliera mas semen, con lo cual ayudaba a su cuerpo a que generara mas. El me dio las gracias y me dijo que se tenía que ir al colegio.

En cuanto a mi me fui a la cama a pensar. He de reconocer que me había mojado pero no le di más importancia, de verdad. Empecé a pensar en su pene, a lo que me gustaba de el, y a compararlo con el que yo conocía que era el de mi marido: Era mas grande y mas ancho (pensé que si mi marido lo tuviera así lo notaria mas, y que al metérmela por detrás me la “clavaría” bien adentro, y que como los huevos eran también mas grandes los notaria contra mis nalgas); pensé en el capullo, tan ancho y con forma de “seta”, lo bien que seria si mi marido la tuviera así, para usar ese reborde como tope para mis labios al chapársela, apretarlos bien apretados alrededor de ese contorno, asegurar de esa manera que es solo el capullo lo que tengo en la boca, y jugar con mi lengua alrededor de el hasta que se hinchara bien como le había pasado a mi hijo; también pensé la cantidad de semen que le había salido a mi hijo en comparación con el de mi marido, es verdad que antes a mi marido le salía mucho, pero cada vez va a menos, es normal, y como a mi me gusta su sabor, “el trago” que me echaría; también pensé, y aunque ya he dicho que nunca lo he hecho, pero es algo que esta en la cabeza, en esa anchura de pene metido en el agujero de mi culo, y con ese capullo tan ancho notando cuando sale del agujero de mi culo a contrapelo, y como me lo abriría al volver a entrar.

De nuevo pasaron unas semanas, y nada paso. Otro día desayunando solos, mi hijo me dijo si me enfadaría si me decía una cosa, yo le dije que no, pensando que después de “lo que me había hecho ver” la cosa no seria mucho mas grave. Me dijo que lo había estado pensando, que por el no había ningún problema, y que como le había dicho lo que había hecho mal, si me gustaría masturbarle yo y así el veía como se hacia bien. Me volví a quedar helada en el sitio, masturbar a mi hijo, excitar yo a mi hijo hasta que se corriera. Le dije que no me enfadaba, pero que la respuesta era claro que no. El insistió no se cuantas veces, y finalmente le dije que una sola vez, que no se lo contara a nadie, y que aprendiera que seria para siempre. Me remordía la conciencia y me preguntaba a mi misma si eso no era pecado mortal, y me decía a mi misma que yo no deseaba a mi hijo, que era solo para mostrarle como se hacia, que seria una vez y que luego todo volvería a la normalidad. Así que le dije que bien, y fuimos al lavabo.

Mi hijo se bajo el pantalón del pijama, su pene ya estaba casi en su máxima expresión, le dije al verlo que porque estaba ya así, y me dijo que porque ya sabia como iba a acabar. Puse el brazo izquierdo alrededor de su cintura, y con la mano derecha me dispuse a cogerle su pene. La piel del capullo se le había bajado, su “seta” aparecía todavía mas ancha vista en perspectiva desde arriba. Se la cogí y acostumbrada al de su padre este era realmente bastante mas ancho, y de largo si lo cogía con dos manos pensaba que aun sobresaldría un poco de capullo al aire, lo cual le daba varios centímetros mas que al de su padre también.

Empecé a mover la mano, y en menos de diez segundos note, que se le hinchaba el pene y la “seta” mas, que se ponía verdaderamente duro, y un segundo después se empezaba a correr, ahí en vez de parar acelere el ritmo de mi mano, y salio mas semen que la vez que el se lo había hecho delante de mi. El mismo dijo que era la vez que le había gustado más el masturbarse y que era la vez que mas semen le había salido de su pene. Yo le dije que no se preocupara que seguro que fabricaría aun más. Me dijo que le perdonara por no haber durado nada, pero que el hecho de ser la primera vez que alguien que no fuera el se la tocaba, que había hecho que le pasara esto, pero que le había gustado mucho. Yo le dije que no se lo contara a nadie, ni a sus amigos, y me dijo que no.

Yo volví a mi cama, y ahí note que me había mojado, no le di mas importancia, pero sobre todo me quede con el grosor, la longitud, el pasar la mano a contrapelo por la “seta” de su capullo, lo dura que se le había puesto al irse a correr, y la cantidad de semen que le había salido y la fuerza con la que su pene lo había “escupido” (sus cuatro o cinco primeros chorros habían llegado a la pared del lavabo).

Al día siguiente, sin ir mas lejos, me dijo que el día de antes no le había dado tiempo a ver como se hacia porque se había corrido la vez mas deprisa de su vida, y que quería que le volviera a masturbar y que me prometía que esta vez le costaría mas, y que seria la ultima vez que me lo pediría. Yo acepte, esta vez sin hacerme de rogar mucho. No pensaba en mi hijo como algo sexual, pero el volver a tener esas sensaciones en mis manos con un pene, era algo que me atraía, creo que sabia separar que era de mi hijo con el hecho de tener un pene diferente al normal a mi disposición, además si pensaba que era de mi hijo, me decía que le iba a mostrar y el iba a aprender algo.

Fuimos al lavabo, mi hijo se bajo el pijama, y apareció su pene, no flácido del todo, pero casi, y con la bolsa de sus huevos colgándole (me fije que la bolsa era grande también, y pensé que por eso le salía tanto semen, porque los huevos eran grandes y capaces de producirlo). Le cogí su pene con la mano, y empecé a meneárselo, fue creciendo pero poco a poco, pero no como cuando el lo había hecho delante de mi, ni el día de antes donde ya estaba levantado del todo cuando lo cogí por primera vez. No deje de meneárselo, cogiéndole incluso alguna vez la bolsa de los huevos para sentirlos en mi mano, y luego cada huevo de uno en uno.

Al cabo de unos cinco minutos se puede decir que ya estaba levantada del todo, y me llamo la atención el tiempo que le costo, porque he de decir que yo me afanaba en hacérselo lo mejor que se. Cuando estaba así, mi hijo me dijo que si sabia cuanto media, y yo le dije que no, el me dijo que lo adivinara y yo le dije que 19 cm., y el me dijo que 21 y medio. Yo le dije que no tenia que preocuparse por eso, que la naturaleza ya la hacia así, y que eso era suficiente. Sobre lo que no le hable es otra razon por la que para mi su polla es muy atractiva es que es muy ancha. Cogiendola por la base por donde le sale del cuerpo, poniendo el reverso de mi mano contra su estomago y agarrandola, llego a juntar los dedos de mi mano (mi mano no es muy grande) pero no por mucho y si la agarro un poco en diagonal ya no puedo juntar los dedos y eso me excita mucho y sobre todo tambien me gustaba su escroto, le colgaba totalmente libre y se movia adelante y atrás, me atraia realmente.

Me dijo que le gustaba como se lo hacia, y que era mucho mejor que como se lo hacia el. Me dijo que al mover tanto la mano a lo largo de su pene, que la bolsa de los huevos se le movía mucho y que le gustaba. Yo concentraba mis movimientos en pasar en una dirección y otra sobre la “seta” del capullo. Le bajaba la piel todo lo posible, le cogía con la mano todo el trozo de pene que se le quedaba al aire y presionaba especialmente cada vez que movía la mano hacia arriba y la pasaba por el principio de la “seta”, he de reconocer que la “seta” era mi fijación. Le dije que en que pensaba mientras se masturbaba, se puso rojo como un pimiento, me dijo que ya me lo diría, pero no me lo dijo.

Entre tanto, su pene ya se había puesto duro, duro; la “seta” estaba ancha de verdad, y note que se acercaba el momento, y así fue, empezó a correrse y salio con menos fuerza y en menor cantidad, yo imaginando lo que había pasado le comente que había salido menos que las otras veces, y el dijo un puede ser sin darle mas importancia. Le pregunte que porque, y el me dijo que no sabia y que la cantidad era lo mismo. Yo mintiéndole le dije que para mi la cantidad era importante porque cuanto mejor el lo hubiera pasado mas semen le tenia que salir, y que así como el día de antes yo había sido capaz de sacarle mucho y que para mi eso era señal de que yo lo había hecho bien, que esta vez me quedaba con la impresión de que no lo había hecho bien, y que me sabia malo no haber sido capaz de hacerlo bien. Parece que lo represente bien, y me vio realmente triste, y me dijo que lo sentía mucho, pero que como el día de antes no había durado nada, que antes de proponerme masturbarle, el se lo había hecho dos veces antes y que esa era la tercera. Me dijo si eso era malo, y yo le dije que mientras el tuviera ganas que no había problema, pero le dije que no me había gustado lo que había hecho.

Me volví a la cama pensando lo que había hecho una vez mas, en que esta vez si que lo había tenido tiempo en mis manos, en su dureza, en la bolsa con sus huevos que le colgaban bien al principio. Olvidándome de que era la polla de mi hijo (ya en mis pensamientos la llamaba así, y no pene, aunque a el le decía siempre pene), era una polla que me gustaba: tenia juventud, vitalidad, capacidad de reacción (tres veces en tres cuartos de hora tal vez), tamaño, capullo (“seta”), bolsa grande de huevos, y gran cantidad de semen como premio final.

Al cabo de unos días, mi hijo me dijo, ya directamente y creo que sin mucha vergüenza, que le gustaría que le masturbara, yo le dije que la anterior había sido la ultima, y el me dijo que si ya se lo había hecho dos veces porque no otra, y que esta vez no se había masturbado el antes, así que si yo lo hacia bien, que saldría mucho semen, y que a el también le gustaba que saliera mucho. Me dijo que en compensación el me diría en que pensaba al masturbarse. Accedí diciéndole que era la última vez de verdad. Fuimos al lavabo y su polla (la llamare ya así) ya estaba a mas de medio camino de su tamaño final. Esta vez en vez de cogerle por la cintura, lo cogí por detrás de la espalda, pasándole los dos brazos alrededor para cogerle la polla con una mano y con la otra la bolsa de los huevos, y con la idea de cogerle su polla con las dos manos cuando estuviera bien excitada, una dejarla fija en la base, y la otra solo para su “seta”.

Me dijo que esa manera de cogerle le gustaba mas, porque le gustaba sentir las dos manos, yo le dije si era porque le hacia parecer que así su pene era mas grande al tener dos manos en el, y me dijo que si, que eran dos sensaciones en una. Empecé a masturbarle y de inmediato le pregunte que en que pensaba cuando estaba así, me dijo que le daba vergüenza, le insistí y le dije que lo había prometido y me dijo que pensaba en las tetas de la madre de un compañero de colegio, me quede otra vez helada. Es verdad que la madre de su amigo tenia unos pechos de muy buen tamaño, y yo le dije que si le gustaban las tetas grandes y que como pensaba que eran los de esa señora; me dijo si, que le gustaban grandes, y que no solo pensaba como eran sino se los había visto muchas veces porque todos los veranos en su casa, viven en una pequeña casa con una mas que mini-piscina, pero es por decir que tienen, me imagino, mi hijo va a bañarse allí con su amigo, y que ella siempre tomaba el sol en top-less y que incluso preparaba los bocadillos así y comían juntos en la mesa con la madre de su amigo con las tetas al aire y que le gustaban mucho, y que en verano por eso, el se masturbaba mas.

Mientras me contó todo esto rápido, se le puso la polla realmente dura, yo ya se lo hacia con las dos manos sobre ella, al ver que estaba cerca, no se porque instinto me pare, me dijo que que hacia y le dije que así el iba a disfrutar mas. Solté las manos de su polla y le cogí solo la bolsa que estaba ya apretaba y con los huevos a punto de explotar. Sin más, volví a cogérsela sobre la “seta” con la intención de sacarle todo el jugo. Le dije que no solo la cantidad, sino la distancia a la que el iba a sacar el semen eran indicadores de si yo lo había hecho bien, y que quería que si tanto le gustaba me lo demostrara así. Se le hincho la polla, la “seta”, le baje bien la piel para que así “escupiera” bien lejos los primeros chorros, se la levante casi en vertical para que le diera al espejo y verlo caer, y así fue. Los cuatro primeros chorros, y abundantes, dieron en el espejo. Después yo no pare hasta que le salio la ultima gota, y en mi celo por “ordeñársela y escurrirle” bien la “seta” hasta la ultima gota, me dijo que le apretaba mucho y que le hacia mal.

Volví a la cama y me note rara, me había olvidado en bastantes momentos de que esa polla era la de mi hijo, me podía la belleza del miembro, y en cierta manera me sentía orgullosa de que yo era capaz de hacer funcionar toda esa “maquina”, de hacerle subir los humos, y de bajárselos del todo. Me quede pensando en la cama (yo he de decirte, y te prometo que es verdad, que nunca me masturbe después de estar así con mi hijo, solo me gustaba pensar en su polla). Al cabo de diez días era su cumpleaños y ya llevaba bastantes días pensando en su regalo pero no se me ocurría nada porque me decía a mi misma que ya tenia de todo. En ese momento pensé que como fin de esto que pasaba entre nosotros, que podía hacer lo que hacia con su padre, regalarle algún día completo de masturbación, en este caso con la mano, y las veces que el quisiera, y así después decirle que esa era mi despedida para el.

Alguna vez mi marido viaja a otra fábrica de otra ciudad en España, y pasa allí uno o dos días. Esa misma noche le pregunte si tenia algún viaje cerca previsto, me dijo que si que era el mismo día del cumpleaños de nuestro hijo pero que había pedido retrasarlo dos días. El cumpleaños de nuestro hijo era un lunes, así que el se iba a ir el miércoles tarde-noche para estar el jueves todo el día y volver el viernes tarde. Yo le dije a mi hijo que tenia un regalo especial para el, pero que se lo daría dos días después de su cumpleaños. Ese día llego y lo celebramos muy bien los tres. El martes le dije a mi hijo que el regalo se lo iba a dar el miércoles a partir de las ocho de la tarde.

El día y la hora llegaron, mi hijo me pregunto que era y yo le dije que su padre no iba a volver hasta el viernes tarde, y que durante dos días yo le iba a masturbar las veces que quisiera, pero con la condición de responder a todas las preguntas que yo le hiciera mientras le masturbaba, no antes ni después, y que eso iba a ser la ultima vez y que quería que fuera una buena despedida para el. El me dijo si el me podía pedir cosas a mi, yo le dije si había pensado algo ya, el se puso colorado, y yo le dije que ya veríamos, pero que para excitarse entre masturbación y masturbación, que el era el que me podía preguntar lo que quisiera. Me dijo que tenia clase aunque ya solo era de mañana, y yo le dije que si el quería que yo le firmaría como que no había podido ir por estar de viaje. Sus ojos me miraban como si no fuera verdad lo que le decía. Yo le dije que ya estábamos en su tiempo y que yo estaba a su disposición dispuesta a hacérselo cuando quisiera pero bajo mis condiciones, y que yo nunca le iba a preguntar que era el el que me lo debía pedir cuando quisiera.

Al momento note que bajo su pantalón se formaba un bulto, yo mire y el noto que yo había mirado, y me dijo que por el ya podíamos comenzar. Se bajo el pantalón y el slip, ya en el salón, ¿dónde estaba esa vergüenza de los primeros días?, y al llegar al baño ya estaba casi levantada del todo. Al ser la primera, pensé que iría cargado de semen así que lo cogí por detrás a dos manos como la última vez, y empecé sin esperar a nada. Se empezaba a excitar y le pregunte que como le llamaban al pene, el y sus amigos, se volvió, me miro, y le dije que me debía responder a todo, que si no, yo iba a parar, y que luego el me podría preguntar, me dijo que polla, mástil, verga; yo seguí preguntando, el se corto al principio pero debió pensar que era mucho lo que se podía perder: al semen, leche; a masturbarse, ordeñarla o cascársela; a la punta, capullo; a correrse, escupir la leche; a los testículos, huevos o cojones. El se había excitado, estaba a punto y cuando ya no se iba a poder parar le dije que se la iba a ordeñar hasta sacarle la ultima gota de leche de los huevos, que le iba a hacer funcionar las tuberías de su verga, y a estrujarle el capullo hasta dejárselo limpio, y que quería que escupiera la leche hasta el espejo como solo el sabia hacer. Se corrió increíblemente, y al momento se volvió y me dijo que porque le había dicho eso si era su madre, le dije si le había gustado, me dijo que si, y yo le dije que eso era lo importante.

Nos sentamos a tomar un refresco, el se puso un slip y un short, me miro y me dijo si me podía preguntar cosas o pedir de hacer, yo le dije que en los dos casos yo marcaría el limite. Me dijo que que pensaba de su pene, yo le dije que porque conmigo le llamaba así y con sus amigos de otra manera, me dijo que le daba corte, y yo le dije que si después de lo que le había hecho varias veces ya, todavía le daba corte decir algo. Me dijo que me iba a hablar como a un amigo, así que me dijo que que pensaba de su polla en particular y comparadas con las que había tocado en mi vida. Trate de adularle, a la vez que le decía la verdad, y le dije que era la más grande que había visto nunca, eso le excito, así que insistí por ahí. Me pregunto que porque llevaba el “coño”, así de literalmente, a veces afeitado, a veces a medias, a veces con pelo, yo le dije que era porque a su padre le gustaba verlo cambiar de aspecto. El me dijo que a el le gustaba afeitado porque así se veía del todo la raja. Supongo que de hablar de esto se excito, y al cabo de un poco más de hablar me pidió volver al lavabo. Se quito todo ya en el salón y al baño llego completamente desnudo.

Lo volví a coger por detrás, una mano a los huevos y otra a la polla. No perdí un momento en preguntarle que como eran las tetas de la madre de su amigo, mi hijo me las describió a la vez que su polla se endurecía. Yo le pregunte por sus pezones (que en el agua se le ponían en punta), por el tamaño, si eran caídas, si le bailaban, ciertamente le emocionaba pensar en ellas. Si hacia por sentarse al lado de ella, y me dijo que si para vérselas bien,y que el pensaba que a veces ella lo notaba pero que no estaba seguro. Yo le dije si llevaba tanga, y me dijo que no que se solía poner una prenda con el hilo por el culo. Que el culo lo tenía más gordo que yo y que le gustaba más el mío. Le dije si le había dicho a su amigo que le gustaban las tetas de su madre, y me dijo que si y que a su amigo también. Le dije si sabia si su amigo se las había tocado o si hacia algo con su madre, y me dijo que le había dicho que le había puesto una vez crema en todo el cuerpo, incluyendo las tetas, con su madre echada en el suelo. Después de esto, mi hijo estaba ya a punto de explotar, así que le volví a animar hablándole de su polla, de sus huevos y de su leche. Se la volví a ordeñar hasta que saco la ultima gota.

En ese momento me dijo que si no me importaba seguir, porque a veces el se llegaba a correr dos veces seguidas, así que yo seguí meneándosela y haciéndole preguntas. Me dijo que su amigo había conseguido bañarse en la piscina desnudo con su madre varias veces y que le había visto el coño. Le pregunte a mi hijo por la polla de su amigo y me dijo que era mas o menos como la suya. Le dije si le había contado a alguien lo que hacíamos, y me dijo que no, pero que para este verano, y a raíz de a lo que habíamos llegado nosotros, que se había atrevido a proponerle a su amigo de meterse en un baño de su casa, esperar a que su madre tuviera que ir, ella iría con las tetas al aire y con el hilo de tanga, y que los encontrara a los dos masturbándose, no el uno al otro, sino cada uno con su polla, pero las dos bien levantadas, para ver cual era su reacción, y que a su amigo también le hacia gracia. Si su madre entraba aun así al lavabo, ver lo que pasaba, y si se iba, salir detrás de ella, los dos con las pollas al aire y mirando al cielo, y pedirle perdón, pero a la vez ver como reaccionaba al verlas más rato de cerca.

Así seguimos, esta vez le costaba más pero yo también disfrutaba más porque la tenía más en mis manos. Le sobaba todo el “paquete”, le pasaba las manos una detrás de la otra a lo largo de la longitud de su polla. Al ver que le costaba, me decidí a hablarle de su polla y de lo orgullosa que estaba de ver que se lo hacia bien al ver la leche que sacaba y lo lejos que la enviaba. Al fin, se corrió, le volví a “secar los huevos y a limpiarle las tuberías”. Tenia la “seta” roja, roja, estaba preciosa.

Hice algo de cena, y me dijo que no se iba a poner nada porque iba más cómodo y que conmigo ya había confianza para que se la viera. En la cena me pregunto por mi vida cuando era joven, y así nos fuimos a dormir, cada uno a su cuarto por supuesto.

Al día siguiente me quede pensando en la cama, y me dije que estaba como enganchada a la polla de mi hijo. Ya tenia ganas de volver a tenerla, de ponerla dura, y de “ordeñarla”, e incluso tentaciones de ir un poco mas allá. Me levante y mi hijo ya estaba levantado, con su polla mas que levantada también, nos fuimos directamente al lavabo y se la casqué sin esperar a nada. Le pregunte si iba a sacar leche, me dijo que creía que si, y así fue, increíblemente para mi estaba bastante excitado y no me costo casi nada.

Desayunamos, y me pregunto cosas de mi juventud con los chicos. Al cabo de un rato de hablar, me dijo que no tenía muchas ganas pero que quería que se la meneara un buen rato, y que se la “trabajara”, la vergüenza cada vez era menor. Fuimos al lavabo, yo a lo mío, pensé que esa vez iba a jugar con su piel, forzándola al máximo hacia abajo, para dejarle al descubierto todo lo posible y después pasarle la mano que por encima del interior de su polla. Al tener una “seta” tan ancha, la abertura de su piel es ancha también, así que se podía bajar mucho trozo, y forzando a tope, se quedaba al aire casi todo. Le cogí la piel tensada hacia abajo con una mano, y con la otra todo lo que cogía era verdaderamente “a pelo”. Me puse un poco de jabón para el roce, y se la acaricie con suavidad, y por si aun no se había dado por aludido, solo le trabaje “la seta” con tres dedos. Pareció gustarle. Ahí le pregunte si le gustaría que la madre de su amigo le masturbara como yo lo hacia, y me dijo que si, y sobre todo si a la vez le podía tocar las tetas, y que ahora que sabia como era esto, que escupiría la leche muy alta para mostrarle lo que le había gustado. Al poco se corrió, seguía sacando una buena cantidad de leche.

Nos echamos una siesta. Yo no me reconocía y solo tenía la polla en mi mente, si mi hijo lo pudiera imaginar. Pensé que cuando me levantara de la siesta solo quedaría ya un día de regalo, y algo dentro de mi me decía de ir un poco mas lejos, de apurar la situación. Por otro lado, la mujer madre afloraba y no se reconocía. Notaba que ya no me daba cuenta de que era mi hijo, que hacia que yo cambiara de esta manera de ser. Yo me decía que era la inocencia de mi hijo, lo maleable que era para conseguir lo que yo quería, que no sabía lo que era, así como el hecho de estar enganchada a su polla.

Nos levantamos y mi hijo ya me cogió de la mano y me llevo a “trabajársela”. Como el ya estaba empezando a perder fuerzas y sobre todo cantidad de leche en cada corrida, pensé que seria bueno forzar la maquina. Yo se la empecé a menear, y le dije si cuando era yo la que se la cascaba, pensaba en mi o no. Me dijo que a veces, que me imaginaba desnuda como el me recordaba, con el coño afeitado. Se la puse dura y cuando empezó a correrse le baje la cabeza de la polla y puse mi mano debajo para recoger la mayor cantidad posible de su leche. Me frote las manos con ella, y se las pase a lo largo de su mástil y de sus huevos. Me dijo si me gustaba su leche, y yo le dije que claro, que para mi era el premio a mi esfuerzo, y que veía que su polla era “muy agradecida”. A lo largo del día le hice “escupir” alguna vez más, y siempre cogí su leche y se la unte en el mástil de su polla todavía bien desplegado.

Al día siguiente vi que el había decaído, así que hablamos de todo, y no solo de sexo. Después de comer me dijo que su regalo le había gustado mucho, y que esperaba que yo no me hubiera cansado mucho, y me dijo que le gustaría pedirme una cosa antes de que se acabara el tiempo, pero que esperaba que no me enfadase. Yo le dije que el pidiera y yo ya vería, y me dijo que le gustaría verme desnuda para la ultima vez de su regalo. Yo le dije que yo ponía una condición para ver si realmente estaba interesado en verme: que se la ordeñaba una vez yo con el pecho al descubierto, y l mirándome las tetas para excitarse, y que si era capaz de darme una segunda vez, que yo me quedaría a solas en el baño, me desnudaría y el me vería desnuda y sin pelo en la raja como a el le gustaba. Eso le disparo de verdad.

Me quite la parte de arriba y el sujetador. El se saco el short y el slip, y allí estaba ya empalmado. Le puse mi mano por la cintura y mi pecho izquierdo le pegado a su cuerpo por completo, y en el espejo se me veían los pezones, que los tengo grandes y oscuros, excitados. Eso le puso a el también, y en poco rato se corrió.

Le pedí salir del baño, me afeite el coño del todo con espuma de afeitar, lo lave y estaba todo recién afeitado y limpio, y mojado pensando lo que iba a hacer. Salí del baño, fui al salón, y me puse de pie delante de mi hijo. El estaba medio echado en el sofá, veinte minutos después de que lo había ordeñado, y al verme así delante de el, se le levanto casi como un resorte y no apartaba la vista de mi raja. Le dije si era así como le gustaba y me dijo que si. Le dije que yo ya estaba lista y que como fin de fiesta le iba a dejar que me tocara las tetas, aunque no fueran las de la madre de su amiga, mientras se la meneaba, y que cuando se fuera a correr pusiera las manos para coger su leche porque me podría frotar las tetas con ellas y su leche. Me costo poco hacerlo venir, dio todo lo que le quedaba y me embadurno las tetas, no se cansaba de amasármelas, mientras yo le iba tocando los huevos y su polla que se retraía. Yo creo que le seque los huevos esos dos días, pero lo pasamos bien los dos, no se quien mas que el otro.

Gracias si has llegado leyendo hasta aquí, y perdona por lo largo pero quería que supieras todo el detalle. Como comprenderás, desde su cumpleaños, hace un poco mas de un mes, ni me lo ha pedido mas, ni yo se lo he dejado caer, y no se el, pero yo veo que necesito llegar a mas. Pienso en tener su capullo en mi boca, en ponérsela dura con mi boca, y morderle la “seta” y chapársela hasta sacarle brillo, y por supuesto, que vea como me bebo su leche. Me gustaría comerle los huevos. Pero de verdad creo que lo que mas me apetecería es tener ese miembro en mi culo, me excita pensar que un miembro virgen desvirgue mi culo virgen. Me imagino, después de ver como se pone cuando va a correrse, tener toda su energía para mi y esos 19 cm. a fondo en mi agujero trasero y creo que me volvería loca, y además sabiendo que al cabo de no muchos minutos lo puedo volver a tener trabajándome el mismo sitio. No paro de imaginarme lo que seria dos o tres enculadas seguidas sin sacarla de mi culo. El hacerle acabar en el, o en mi boca si el lo prefiere, y después volver a metérsela en mi culo y volver a empezar a trabajarla y ponerla a punto. Pensar en la parte gorda de su capullo saliendo de mi culo muy despacio y a contrapelo, yo cerrando el agujero para hacérselo sentir bien a fondo, me pone a cien. Lo que no se es como llegar a esa situación. Claro que nunca he tenido nada en el culo, y a lo peor pienso que me gusta pensarlo, pero que una vez que la tenga clavada, y el empalándome con toda su energía, me duele mucho y no me gusta. ¿Cuál es tu experiencia con el culo y tu hijo? ¿Lo has probado? ¿A el le gusta mas que lo normal?

Por otro lado con mi marido sigo mi vida normal, aunque he de reconocer que cuando se la chupo, o se corre, o me la mete, lo que tengo en mente es en realidad no a mi hijo, sino la polla de mi hijo. En estas ultimas semanas mi marido se beneficia de cómo estoy de caliente, porque de vez en cuando le regalo una mamada, o se la pongo dura y le digo que no piense en mi, sino que solo “me use”, y le gusta ponerme a cuatro patas y empezar y terminar así, abriéndome las dos mitades del culo para poderme llegar lo más al fondo posible de mi coño. Creo que tengo mucha suerte, tengo dos pollas a mi disposición, lo único es como avanzar con la segunda, la de mi hijo, sin que le cause mucho problema, y sin que el note que ya no es solo por el, sino que la que de verdad la necesita soy yo, y que el hecho de pedirle mas, no haga que la pueda perder del todo. Yo creo que a el le gustaría aunque nunca me ha dicho nada.

Por otro lado ya estamos en el verano, el ira a bañarse a casa de su amigo, vera las tetas de su madre, y eso me lo prepararía a mi porque se pondría caliente. A mi no me importa que se excite con otra chica o mujer, casi mejor que que lo haga conmigo que soy su madre, lo que me interesa es que toda su libido encerrada en su mástil, me lo de a mi. Después si ellos quieren que la madre de su amigo, les vea con sus pollas en la mano, no me quiero imaginar a mi hijo delante de esa mujer, y sabiendo ya lo que es que se la mamen hasta correrse o hacer el agujero de un culo a la medida del grosor de su polla. Me imagino que si ha hecho eso conmigo, eso le dará seguridad en el delante de ella, a mi no me cae muy bien esa señora, y no me importaría que mi hijo y su hijo llegaran a algo con ella, me alegraría por mi hijo porque tendría “el animal” que quiere a su disposición, después su polla creo que haría el resto para fidelizarla. Si llegamos a todo con mi hijo, le diré cosas que se me ocurren para que fuerce la situación con su amigo y su madre.

6 comentarios - masturba a su hijo por deber y por placer

capkirk2008
Genial, excelente relato, te felicito y quiero mas !!!
adrian_bahiense
hay mamas asi en argentina quiero conocer una de verdad
KaluraCD


Excelente 👏 👏 👏
masturba a su hijo por deber y por placer
Yo comenté tu post. Vos... ¿comentaste alguno de los míos?
Linacho2012
me hcistte saltar litro de leche-
Betogomez3000
Que rica gallega!!!!, espectacular, me dejaste la pija dura como diamante!!!. Hermoso relato!!