Año Nuevo Poringuero - Capitulos I y II

Capitulo I

Este verano el plan fue familiar. Mis viejos, y nosotros pasaríamos Fin de Año en Uruguay. El mismo piso de siempre, como dicen aca los uruguayos. Pero no es un piso, es un lindo depto con linda vista. Hoy se ven muchas torres alrededor, antes estábamos casi solos en estas alturas. Imagine que me comería el embole de siempre. Por suerte no fue así.
La novedad fue que mi tia y sus hijas se nos iban a unir. El depto es grande, pero quedamos bastante apretaditos. Seria solo por algo mas de una semana. La convivencia me pone muy caliente. Rodeado de mis primas, en mini bikinis, con los días van perdiendo algunos cuidados y pudores. Mis primas no se dan cuenta, pero aunque sean pavadas, roces, o algún protector solar que les pongo o me ponen, la sangre me circula con muchas mas ganas.

Volví alzado de mi salida fallida, la intención era llegar a la barra y encontrarme con mis conocidos, pero lo único que logre fue recorrer la barra una y otra vez, caminando cansado, pero deleitado con las bestias que se producen como modelos, y la barra una enorme pasarela.
Tan caliente, que tan solo entrar al departamento, prendí la notebook en la desesperación de algún video porno y clavarme una pajota reparadora, que me permita dormir.
Tipie la letra p, para ir a poringa, y el buscador me sugirió el resto. Me encantó pensar que mi prima estuvo poringueando y olvidaron hacerlo en privado o al menos eliminar historial. Mas caliente me puse al darme cuenta que tenia una cuenta abierta. Con un nickname zarpado, me dispuse a recorrer todo el historial.
Que zorrita, pensé, ya con la verga al palo. Shouts, post, comentarios, todo era recaliente y por la hora, habían sido hechos hace un rato. Me asuste pensando que estaba despierta aun.
Me pare sobresaltado, fui en cámara lenta, a los dormitorios, y me asegure que estuviera durmiendo, en el cuarto estaban mis primas, y mi tia. Se sentía una respiración fuerte, casi agitada, como si recién se estuvieran durmiendo. Cierro la puerta con extremo cuidado, mirando hasta ultimo momento que no se despierten.
La luz me dejaba ver poco, pero suficiente para ver la redondez del culo parado, me quede un instante disfrutando lo erguido que lo coloca para dormir. Al cerrar del todo, mi tía da vuelta su cabeza y me observa, le contesto con una sonrisa y una mueca de solamente estar cerrando la puerta para no molestarlas con mi llegada.
….
Capitulo II

Con mas curiosidad, me dispuse a revisar, ahora tranquilo pero excitado, el historial de la notebook.
En el silencio de la madrugada, solo se escuchaba mis tipeos y clicks. El sonido estaba puesto en mudo, me escuchaba mi propia respiración agitada.
Muy guarros los comentarios, me iban poniendo al palo. Tanto que me asustó que se levante alguien y me sorprenda verga en mano. Mi respiración agitada se convirtió en jadeo animal, retumbando en mi cabeza, y supongo que en el living.

“- Quiero dos pijas al orto…” ese comentario ilustrado con una foto gif que mostraba claramente lo que quería, terminó de explotar mi calentura. Decidí una paja, aunque recordé que mi tia estaba despierta. No pude refrenarla. El golpeteo era muy obvio, pero no estaba en mi voluntad contenerme. Miraba la pantalla con el repetido movimiento abriendo el culo y las dos vergas entrando al unísono. Tampoco desatendía la puerta que había cerrado, donde dormía la bandida con su mama.

Que zorrita que se había vuelto mi prima. Como no me di cuenta? Y que caliente estaba.
Otro shout. “- ¿Quien me la da dura en el orto? “. Se preguntaba y me ponía muy dura la mía.
Otro “- Asi me encanta” y el gif mostraba una enorme verga entrando en una garganta sostenida por el cuello con ambas manos.
“A los bruto” y cuatro gordos dándole por todos lados a una mina atada de pies y manos.

Ese toque sado, me termino de volar la cabeza, solo imaginarla tan degeneradita, me acabe con fuerza y no pude evitar el suspiro, contenido pero igualmente sonoro.
Casi de inmediato sentí ruidos dentro de la habitación, era mi tia que pasaba al baño. Yo creo que se escucho todo. Me tranquilizo que la puerta abierta dejaba ver a mi ´prima profundamente dormida con la cola parada tal cual estaba cuando la vi.

Mi tia me miro como pudo, y yo solo atine a refregarme los ojos, para simular una trasnochada en el sillón.

- -¿Que haces? Me pregunto con voz de gallo. -¿Que haces? Volvió a preguntar ya con su voz normal.
-
- Me dormi, respondi, en una pobre actuación. Ni yo lo creía.
- Senti ruidos, eras voz.?
- No, la tele. Puse cara de estar viendo una porno soft, de esas que se enganchan a la madrugada.
- Ahh. Y siguió su camino. Yo tan caliente seguía que me quede mirándole el culo, el orto entangado se veía muy apetecible. Que ojete pensé .. No lo había notado antes, seguramente mirarlo en este estado de calentura, es como comer con mucho hambre.

Cuando sale mi tia del baño, me meto yo a tratar de limpiar mi mano enlechada y mi verga que seguía pegajosa. Caminando con torpeza, para disimular la morcilla, me la encuentro de frente en la oscuridad del pasillo que conduce al baño.
Puse mis manos detrás, para evitar tocarla con el pegote, y que no se huela el aroma a cloro que inundaba la habitación. Mi bóxer estaba casi chorreando aun, pero confie en la oscuridad y el apuro.
Ella solo miraba para abajo, pero a la altura de mis pelotas. Creo que se veía el enchastre, pero me calentó mucho que me viera asi. Despues de todo es lo normal, que me haga una tremenda puñeta en mi casa.



A la mañana siguiente, desayunando, espere en la mesa hasta que se despierte y venga mi prima. Quería verle la cara al culo que tanto quería se lo estropeen.

Mientras esperaba, mi tia me servía café con leche. Yo sentado en la mesa de la cocina, mis ojos quedaban a la altura de la cintura de mi tia. Tenia un pareo y la tanga seguía encajada. Me quede distraído mirando el ojete, mientras tomaba el café espiando por sobre la taza. Ella de espaldas de todos modos no podía verme. Pero casi no tenia alternativa, para donde mire, pasaban unos segundos y tenia ese orto delante, y esa delicada cintura.

Al rato me di cuenta que me estaba hablando y yo no le había contestado ni una palabra.

-Hey Alzando la voz ¿Estas dormido todavía? ¿Que paso anoche? Me pregunto mi tia como sabiendo de que se trataba. Parecía disfrutar incomodándome. Yo me tapé la cara, empinando mi taza de café con leche. Murmuré una respuesta adentro de la taza.
No se entendió la respuesta pero mi tía solo me observaba con la sonrisa dibujada en la cara y los ojitos brillando.
….

Por suerte entra mi prima a la cocina, no nos presta atención y se sienta al frente mio. Para seguir teniendo mi taza de escudo, le pido mas café. La miro a mi prima y la imagino en las poses de los gif poringueros.

Como engaña esta bandida, pensé. Nada da señales que indiquen lo zarpada que esta. Las fantasías que habitan en esta mina, no muestran ningún rasgo en su personalidad.

Se paró y en igual pose que su mama, quedaron ambas a la altura de mis ojos. Los culos eran salvajes. Se me empezó a calentar la pija, cuando decidí pararme aprovechando que no me estaban mirando. Mi palo no era fácil de ocultar, así que no perdí la oportunidad.

....

Esa misma noche, salimos todos. Aunque a sitios distintos, cada uno tenia sus planes. Comimos juntos, ya cambiados. Mi prima con su mini y sus gomas muy producidas. Hasta mi tía creo tenía planes, porque tenia su buenas gambas bronceadas y encremadas.

Cerca de las doce, pasan a buscar a mi prima.

– Yo voy a La Barra, ofreció cortésmente, una oferta que debe ser agradecida solamente, fue tomada con entusiasmo.
– Yo voy! Me apuré a contestar. Y entrando al auto, mi tia detrás, pregunta, ¿hay sitio para mi? Una pregunta que no espero respuesta porque estábamos los tres ya instalados en el asiento trasero de unos totales desconocidos.

A esa hora, de la punta a la barra, se anda a paso de hombre. Pero a partir de la parada treinta, estábamos casi quietos. Nos pasaban caminando algunos chicos y chicas. Mi tia solo miraba la ventanilla y yo las gambas de ambas.

La mini se le había subido distraída, y la tanga era manifiesta. Pense en avisarle, pero me calentó que estuviera tan expuesta. Despues de todo la poringuera seguro lo hacia a propósito.

Si tanto le gustaba por el orto, esto era un juego de niños. Aunque mis ojos se iban a la concha de mi prima, pude ver que la de mi tia estaba en igual o peor situación. También la tanga blanca de algodón asomaba. Me calenté mal mientras pensaba como engancharla posteando esas guarradas.

Finalmente, el transito empezó a moverse, llegando al rio Maldonado, el transito se libero, y como a todos, al conductor le divirtió pasar el puente ondulado lo mas rápido que pudo.

Los pasajeros sentados adelante, lo alentaban, y mi tia se agarro del asiento de adelante con las dos manos y solto un gritito.
Mi prima un – No sean boludos, nos vamos a hacer mierda!

Yo ni preste atención, asi que distraído, el sacudon me revoleo por el aire, mi cara quedo mirando a la cola de mi tia. Que volvió a soltar otro gritito, pero este mas parecido a un suspiro. El algodón me dejo ver claramente como se le mojaba la entrepierna.
Cuando no termino de sorprenderme, e intento aferrarme. A mi tia se le sueltan las manos del respaldo delantero y en su intento por aferrarse a algo, toma mi brazo que estaba delante en su entrepierna.
La fuerza para asirlo, lo lleva derecho a su abdomen, y mi mano cae justo en la concha húmeda.

El auto vuelve a tomar envión con la segunda lomada, y mi tia se inclina para mi lado en la intención de no golpearse, como lo hicimos todos a nuestra manera.
Adelante las risotadas, inundaban el ambiente, y mi prima a las puteadas. Yo en silencio, dejándome llevar por el latigazo.

La cara de mi tia quedo junto a mi oído izquierdo, su aliento fresco lo exhalo justo en mi oído. Una exhalación fuerte mesclada con un AYYY que me hizo apretar mis puños.
El derecho sobre el respaldo delantero, estrujo el tapizado, pero el izquierdo, sobre la tanga de mi tia, se la termino por correr y sentí su concha, y no solo mojada. Senti claramente como en el segundo latigazo del puente, se volvió a mojar con fiereza. Mi mano estaba como si hubiera tomado una cerveza helada.
Pude sentir con mis dedos como latia el clítoris, y mis dedos lograron en decimas de segundos, sentir los labios, y hasta la entrada al culo.
Mi tia casi haciendo fuerza, fue retirando mi mano de la concha, bien entrada La Barra. Varias cuadras, mi antebrazo y mi mano, acompañaron la concha mojada y latiendo. La fuerza la hacía sola, contra ella misa. Ni mi brazo ni mi mano hacían fuerza. Ella miraba la ventana y acurrucaba mi brazo hasta que dulcemente lo llevo hasta el asiento delantero y lo deposito con ambas manos en el respaldo.

1 comentario - Año Nuevo Poringuero - Capitulos I y II

lalocadelpizarron
Me quedo esperando el resto
luisvergatiesa
Ahi esta la continuacion... a ver que te parece