Dos mujeres bi para una tremenda paja

¿que ondas poringuer@s? Con mi primer post después de mucho tiempo en esta hermosa comunidad..

Esto me pasó hace 4 años cuando estaba en la Universidad , es real 100% de principio a fin creanlo o no, cosas que nos pasan cuando somos estudiantes... ¡¡que tiempos aquellos que no volverán!!... Espero les guste...

Esta canción le sienta bien al relato


link: http://www.youtube.com/watch?v=6SLy2W5eC7M



Era nuestro 3º año en la Universidad Adriana me gustaba desde que entramos juntos a la facultad, un par de tetas increíbles, piel blanca labios pequeños y bien formados, su largo cabello negro que caía sobre su hermosa cintura pequeña, caderas anchas y un hermoso culo que provoca una erección de solo verlo, ella había conocido los placeres de la carne desde los 15, con ese culo no la culpo, esas nalgas no podían pasar desapercibidas y hoy con sus 23 años estaba en lo mejor para ser devorada.

Estudió en un colegio de solo niñas, había tenido varios romances consumados con varias de sus compañeras, logró enamorarse de una que la dejó por un hombre mayor, todo esto lo supe cuando entramos en confianza, eso me excitaba aún más. Nos habíamos hecho muy íntimos amigos, nunca pensé que me agarraría "la onda" como decimos acá. Con muy pocas personas he logrado tener tanta confianza como con ella, lo mismo sentía de ella hacia mí. Ambos con una forma diferente de ver la vida y de disfrutarla, al fin y al cabo, solo se vive una vez. Yo tengo a mi novia de hace años pero la posibilidad de un buen polvo no se desprecia, no es que no sienta algo por mi novia, sencillamente es el instinto animal.

Como despedida de final de semestre quedamos en salir a tomar algo en la tarde, fuimos a una taberna a tomamos un par de cervezas. Me inventé una excusa para no ver a mi novia esa tarde y poder ver a Adriana. Ella llevaba puesto una mini falda azul y una blusa amarilla con un enorme escote que hacía que el par de amigas salieran a saludar de tanto en tanto ante la mirada obligada que le dirigía. Ella sabía que con las dos cervezas dentro y solo con ella en un bar yo era un volcán a punto de explotar. Sabía que me fascinaba, ya se lo había dicho, ya habíamos tenido jueguitos y pláticas sexuales entre nosotros sin que llegara a nada más que simples toques y lujuriosos besos. Ella salía con un tipo que no llenaba sus expectativas en cuanto al sexo (por lo menos eso decía) la verdad no me importaba, solo quería llenarla de leche por todos lados. Me contó que había hablado con su ex amante de colegio, su novia de adolescencia y que esta amiga estaba próxima a casarse y que la había invitado ese mismo día a su casa para departir por lo que extendió su invitación hacia mí. Yo que tenía preparado en mente otra cosa como despedida de semestre, tuve que acceder y pensé que a lo mejor todavía no era el momento para estar con ella. Nos subimos al carro y pasamos por un market a comprar las provisiones necesarias, un par de botellas, yo unas cervezas, cigarros y algo para comer.

Llegamos a la casa de su ex amante como a 30 minutos de la capital, en ese momento estaba sola puesto que sus padres estaban fuera del país, nos invito a quedarnos esa noche y sin pensarlo dije que sí. Se llamaba Diana, una flaca de 25 años, de piernas largas y cara angelical, su pelo rubio, la boca roja y sus ojos azules me encantaron, parecía un elfo de un libro de Tolkien. Para mi sorpresa nos recibió en traje de baño, parecía el inicio trillado de una película porno solo que esta vez era real para mí, tuve que pensar en otra cosa para no pasar una vergüenza por una erección total. La razón de estar en traje de baño es que en el patio de su casa había instalado una pequeña piscina desarmable y justamente en ese momento estaba a punto de llenarse. Adriana y ella se abrazaron afectivamente después de muchos años de no verse, a mi me pareció una de las cosas más deliciosas que había visto en mi vida, por sus antecedentes claro. Adriana no se había preparado para esa sorpresa y mucho menos yo que era un extraño para su ex. Después de la plática de rigor, un par de tragos y Diana que se había puesto una salida de baño, le ofreció prestarle un traje a Adriana y sin dudarlo ella aceptó. Se fueron un rato al cuarto ellas dos, yo me quedé en la sala, mientras mi mente volaba con cada segundo de demora pensando todo lo que pudieran estar haciendo, después de todo eran ex amantes con varios tragos encima. ¡Me dio entre enojo y excitación pensar en lo que podían estar haciendo sin invitarme! obviamente yo era el intruso. Pensando esas cosas estaba cuando ambas salieron de la habitación, jamás había visto a Adriana de esa manera, un traje de baño similar al de Diana, de dos piezas, una mini - mini tanga que le quedaban abajo de sus caderas, justamente para taparle la hermosa concha que sobresalía del traje, se incrustaba morbosamente por la parte de atrás entre sus nalgas, sus tetas inmensas y firmes parecían que danzaban hermosamente cuando caminó hacia la sala donde estaba yo, alcance a ver sus pezones duros, seguramente Diana hizo algo con ellos en el tiempo que se habían tardado en la habitación. ¿Por qué me ves así? dijo Adriana en tono pícaro. ¡PUTA! le dije en mi forma directa como siempre ...¡¿de qué otra forma querés que te vea?! ¡estás hermosa! (en mi país la palabra "puta" no siempre es despectiva, en este caso es de exclamación). Ellas se pusieron a reír por mi franqueza. ¡Se te van a salir los ojos nene! me dijo Adriana. Yo no supe que contestar porque era la verdad, por lo que rápidamente me tomé la cerveza para relajarme un poco aunque frenéticamente encendí un nuevo cigarro.

¡Vamos al agua! dijo Diana, hasta ese momento reaccioné que yo no tenía nada para meterme y que ninguna de las dos me había ofrecido entrar a la piscina por lo que comencé a incomodarme un poco, esa sensación de estar sobrando en esa reunión no me agradó para nada. Tomé una silla, las seguí al patio mientras miraba ese par de nalgas caminando frente a mí, no pude resistir darle una nalgada a Adriana, ella me respondió con una suave palmada en mis manos, una sonrisa y un ¡Calmate!. Yo tristemente coloqué mi silla junto a la piscina y halé una mesita para colocar las cervezas, mientras ellas se metían tranquilamente en el agua con un trago en cada mano. Dejaron la botella y las "boquitas" (aperitivos, entradas, no sé como putas les llaman ustedes jajajaja) justo a mi lado.

¡Hey haceme un favor! dijo Diana, "trae la cámara que está en la sala por favor! dijo la deliciosa hija de puta (¡hecho!.. ¡Voy a ser el puto bartender - fotógrafo mientras ellas dos se cojen! ¡qué mieeeeerda! dije yo en mis adentros) "Está bien con mucho gusto" fue lo que realmente respondí.

Fui a la sala, encontré la cámara y pensé ¿qué putas hago acá? al parecer ni Adriana y mucho menos Diana tenían el menor interés en mi lastimosamente, lo más seguro que tengo es una buena paja y nada mas ya que no veré a mi novia ahora, pensé. Cuando salí al patio Adriana me pregunto ¿No te vas a meter con nosotras?, la pregunta me desconcertó un poco, me cambió de inmediato el humor, volví a ver a Diana que pareció no molestarle la idea, pero como soy un orgulloso de mierda le dije "al rato, ya veremos, tengo un par de cervezas que terminar y no tengo que ponerme". "Vos te lo perdés" me dijo Adriana. "Lo que es de uno nadie se lo quita" le conteste pero realmente quería tirarme con todo y ropa y perforar a ambas por todos sus orificios.

Mientras ellas me contaban sus anécdotas, seguían bebiendo y yo efectivamente siendo el puto bartender – fotógrafo. La plática se fue poniendo un poco mas colorada, hablaban de sexo de forma explícita, me dieron algunos consejos de como tocar una concha para volver locas a las mujeres, entre otras cosas, yo estaba junto a Adriana ya, ella había puesto su brazo en mi pierna y con el otro abrazaba a Diana que estaba dentro de la piscina, no me importo que mojara mis pantalones, el simple roce y el verlas de esa manera valía la pena. Adriana me volvió a decir que me metiera, "¿cómo? solo que en ropa interior" dije, "vos mira como le haces" me dijo Diana. Dicho y hecho, me quite la camisa, los pantalones, los zapatos.. Bueno casi todo y me metí al agua, ya eran las 8 de la noche aproximadamente y estábamos borrachos, ¿a quién le importa en estos casos si estas en calzoncillos largos de esos ajustados en las piernas y con dos culos?

Me senté frente a ellas para no parecer tan desesperado, la alberca tenía capacidad para 5 personas máximo. Adriana comenzó a tocar mi miembro con su pié mientras besaba a Diana, yo acariciaba la pierna de Adriana, quería subir a su hermosa concha pero no me lo permitía, lo que me gustaba pero también me molestaba, así estuvimos en ese juego y en esa platica hasta las 10 Pm mas o menos. Se terminaron las botellas, yo fui prudente con mis cervezas, no quería terminar dormido, un mundo de probabilidades se habían abierto ante mis ojos. Hacia un poco de frío, Diana era la más sobria de los 3, Adriana estaba excitada, se le notaba, en la forma en que besaba, en la manera en que tocaba la conchita y los pechos de Diana, el sonido de sus quejidos de excitación, todo, se podía ver que esa vagina perfectamente rasurada bajo el agua estaba hirviendo de lujuria.


Diana le dijo que no quería tener sexo con ella que estaba demasiado borracha y que no le gustaba que Adriana se pusiera así, a mi no me importaba estaba a punto de volverme loco. Diana decidió que nos saliéramos de la piscina, ayudé a Adriana a salir ya que casi no podía caminar de la borrachera, fuimos dentro de la casa, Diana puso música y trajo toallas para secarnos, bailamos los 3, yo no paraba de tocar a Adriana como nunca antes lo había hecho, le tomaba descaradamente su concha, sus pechos, su culo, sus caderas, le besaba el cuello ya que estaba de espaldas hacia mí la mayor parte del tiempo, Adriana quedó en medio de los dos, mientras ella continuaba buscando el cuerpo de su ex amante, a mi no me importaba siempre y cuando me permitiera a mi hacer lo que quisiera y tocar lo que quisiera. Adriana tomó un par de mis cervezas lo que causó que su borrachera fuera incontenible, ya no podía consigo misma, se caía al suelo y la diversión terminó, Diana se dedicó a cuidar de su amiga hasta que Adriana totalmente alcoholizada se durmió y la llevamos inconsciente a la habitación de Diana. Diana y yo nos fuimos a la sala, preparamos algo de comer y conversamos amenamente, a todo esto ella ya no tenía su traje de baño, se había puesto un short y una camisa, yo tenía la ropa puesta otra vez.

Diana resulto ser una persona maravillosa más de lo que las apariencias decían, una mujer totalmente admirable, aproximadamente a la 1:00 a.m ambos teníamos sueño, con el frío que tenía mi excitación se redujo a nada hasta que le pregunté a Diana ¿Dónde voy a dormir? Pues supuse que lo haría en la habitación de al lado. “Con nosotras” dijo Diana, “me has caído súper bien y quiero que te quedes con nosotras” dijo. Un impulso de sangre recorrió directo por todo mi pene que volvió a la vida a pesar del frío. “¿Segura?” dije yo, que a pesar de todo soy muy respetuoso en casa ajena y sobre todo con las mujeres. “Claro” me dijo, “no va a pasar nada conmigo” dijo, “no quiero fallarle a mi futuro esposo también pero me has caído bien”. ¡Mierda dos veces! Dije en mis adentros, “¿caí en la puta “Friend Zone” tan rápido? ¡¡Coma mierda!!. Aceptando un nuevo revés como un 2 – 2 en el minuto 89 de partido. Entramos al cuarto, solo había una enorme cama, el mueble con la TV, un ropero y muchas cosas de mujer por todos lados. Adriana estaba todavía con el traje de baño en medio de la cama, en posición fetal, con la sábana en la cintura, no estaba cubierta desde la cadera hasta sus pies, ella mostraba un espectacular “camel toe”. “Vos dormís en la orilla, Adriana en medio y yo junto a la pared” dijo Diana, “está bien” dije.

Me acosté junto a Adriana, la moví un poco, pensé que despertaría pero no fue así, estaba inconsciente por el alcohol, Diana se acostó también, yo sinceramente no podía dormir ¿Quién pudiera hacerlo? Le hablé a Diana que me confesó que tampoco podía hacerlo. “Es ahora o nunca” dije yo, “tengo que ver hasta donde podré llegar” así que comencé a preguntar para medir posibilidades. “Después de tanto tiempo ¿todavía sentís algo por Adriana?”, “no” me dijo Diana, “únicamente una buena amistad, pero a vos ¿te gusta verdad?” contra atacó inmediatamente, “por supuesto” le dije, ambos estábamos hablando sin vernos ya que Adriana estaba en medio, solo miraba el cielo de la habitación, “¿Qué sentís al estar junto a ella así?” me dijo Diana. “Siento que no me puedo contener” le dije. Una de mis mas grandes fantasías no consumada hasta ese momento estaba ante mí, hacérselo a una mujer inconsciente, verter todos mis fluidos dentro de una mujer en la noche, sin que se diera cuenta, hacerla mía, penetrar cada uno de sus orificios impunemente y correrme en su culo, ese era mi sueño. “Podes hacer lo que queras con ella” me dijo Diana que había sentido mis intenciones. “Yo me voltearé y haz como que no estoy si es lo que querés” me dijo. No sé cuánto tiempo pensé, pudieron ser segundos o minutos, no lo sé. Diana se volteó hacia la pared como lo había prometido, yo tenía a mi entera disposición a Adriana por un lapso de tiempo, Diana parecía decidida a no entrometerse, todo estaba ahí servido. Digan lo que quieran, NO lo hice, NO la penetré ese día, no sería de esa manera, únicamente le quité la parte de arriba del traje de baño a Adriana, le chupé sus dos grandes tetas hermosas y blancas, le acaricié su concha como nunca lo había hecho, sus piernas, su rostro, la besé, le toqué hasta más no poder su culo, le pasé el dedo justo en el ano rosado y hermoso que tiene, pude palpar su vagina perfectamente rasurada en mi mano, Diana no se movió ni un centímetro, no estaba dormida estoy seguro de eso, me tomé todo el tiempo que quise tocando el hermoso cuerpo de mi compañera mientras me masturbaba, hasta que me corrí junto a la cama con una eyaculación como pocas veces he tenido, mi semen parecía no tener fin cuando me vine.


Luego de eso dormí una hora aproximadamente hasta que los primeros rayos del amanecer me despertaron. Me quedé quieto al despertar únicamente para sentir que Diana se despertaba también, nos levantamos e hicimos desayuno mientras tanto Adriana se despertó. Le conté a Adriana con un poco de vergüenza lo sucedido a lo que respondió: “No se vale, solo vos disfrutaste, la próxima no dejes que tome mucho”. Unas semanas después finalmente lo hicimos solo Adriana y yo (esa es otra historia), pero queda esta hermosa experiencia para el fin de los tiempos.

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