En la piscina nudista 2

A la mañana siguiente fue imposible levantarnos a tiempo para el desayuno en el hotel, eran ya más de las 12, salimos a tomar algo ligerito para aguantar hasta la merienda cena, ya que en el hotel se podía cenar a partir de las 6 y nos fuimos de nuevo a la piscina nudista. Nuestros amigos no estaban, tal vez no se había levantado o ya se fueron a almorzar, al fin y al cabo eran guiris. En la piscina estaban los sexagenarios y sus nietos, decidimos que debían de serlo, y nosotros a los nuestro, a ponernos tostaditos. Una hora después se marcharon todos y nos quedamos solos unos 10 minutos, porque llegó un chico, se puso bastante cerca de nosotros, se desnudó dejando a la vista su cuerpo totalmente depilado y bronceado y una polla bastante grande para flácida.


-Mmmm- gimió mi mujer cuando se fue el chico al agua. - Quién lo pillara.

A mi me pareció un poco gay, la verdad, pero bueno buen cuerpo sí que tenía un buen cuerpo. Estuvimos un rato con el juego te miramos, nos miras y así, estaba claro que al chico le gustaba exhibirse. Nos fuimos al agua y al salir empezamos a sacarnos fotos. A mi se me puso un poco morcillona la polla, pero si llegar a empalmarme, pero sólo nos sacabamos fotos uno al otro. Como vimos que el chico se interesaba bastante en nuestra sesión fotográfica, le preguntamos en español si nos podía sacar alguna a los dos juntos. El chico accedió, era también de la isla nos presentamos y nos pusimos mi mujer y yo a hacer posturitas. Nos preguntó si queríamos que salieramos de cuerpo entero o sólo las caras y le dijimos que todo, que las fotos eran para nosotros o para los que quisiéramos mostrarselas. El empezó algo tímido, igual que nosotros a sacarnos las fotos, mi mujer, como buena caletona que es, empezó a poner poses provocativas: se agarraba los pechos juntandolos, ponía el culo en pompa hacia la cámara, o se ponía a cuatro patas sobre la hamaca justo pegada a mi polla y de pronto me la agarró y empezó a meneármela. El chico se quedó un poco cortado y bajó la cámara, pero le dijimos que no importaba que si a él no le molestaba, podía seguir tomando fotos. Dijo que sí con la cabeza y siguió con su labor, pero enseguida vimos que tenía la enorme polla erecta. Empezamos a tocarnos mútuamente y a chuparnos. Le dije que si quería cambiarme el puesto y yo seguía sacando las fotos y tras dudar unos instantes, accedió tras el llamamiento de mi mujer. Empezó un poco recatado a posar pasándo su brazo sobre los hombros de ella, y ella con la mano sobre su pecho, pero mi mujer pronto se animó a agarrarle el culo, y luego la polla. el chico estaba calentito y cuando mi mujer empezó a tocarle la polla y meterle el dedo en el culo no tardo casi nada en correrse. Y vaya fuerte corrida que tuvo. Quedó plasmada en fotos y todo.

Mi mujer tenía ganas de polla, se había puesto cachondísima con todo y se puso a cuatro patas para que me la follara por detrás. No me lo pensé dos veces, ni siquiera me acordaba del chico y empecé a follarmela fuerte por detrás, mi mujer se corrió con fuerte convulsiones y yo me corrí dentro de ella. El chico había pasado a un segundo plano pero tras los orgamos nos fijamos en él y tenía la polla práctimamente dura de nuevo y se estaba masturbando. Nos fuimos los tres al agua, para recuperarnos un poco y en el agua mi mujer empezó a jugar con nosotros rozándose con los dos. Un par de veces que mi mujer estaba más alejada noté que me tocaban el culo o me agarraban la polla y me dí cuenta que era el chico. Me dió un poco de corte.

- ¿Eres bi?. - Le pregunté, en voz baja pero lo suficiente como para que me oyera mi mujer.

- No, bueno, sí...no sé, realmente no me suelo fijar en las chicas, pero tu mujer me ha puesto muy cachondo y me la follaría, y a tí también.-

No me había fijado, nunca en los hombres, realmente no me interesaban, pero la situación era tan morbosa que le agarré una nalga.

- A mi mujer seguro que le gustará que te la folles, pero a mí no sé, no lo tengo claro, pero a lo mejor puedes comermela. - Le respondí.

- Umm, ¡vamos a poder comerla los dos, que bien!.- dijo mi mujer mientras nos agarró por detrás y nos empujó hasta que nuestros cuerpos quedaron juntos.

El me agarró con descaro la polla y empezó a masturbarme en el agua, yo con la calentura hice lo mismo. Mi mujer nos veía de cerca mientras también se masturbaba. Salimos del agua, mi mujer se sentó en la hamaca y empezó a comernos las pollas y metiéndose las dos puntas a la vez. El chico tenía la polla unos 5 centímetros más grande que la mía. Mi mujer nos juntó, nos puso las pollas juntas y empezó a masturbarnos a la vez con las dos manos a modo de sandwich mientras nuestras pollas se frotaban, bien lubricadas por la saliva de ella.

- Me tienes que meter ese pollón.- Le dijo ella al chico, rebuscó en el bolso y sacó un condón y se lo puso sin preguntarle. Lo recostó sobre la hamaca y se sentó a horcajadas sobre él, clavándose toda su polla.

A mi mujer le gustaba mucho cabalgar y lo hacía fantástico, yo seguía a su espalda, me moje el dedo con mi saliva y le busqué el agujerito del culo y fui haciendo círculos hasta que noté que se le iba abriendo. Ambos gemían bajo, aunque estábamos solos en la piscina. Cuando noté que tenía el culo bastante abierto, la recosté un poco y seguí el mismo juego con la punta de la polla. Noté como se le erizaba toda la espalda y se la metí despacito.

- Más, métemela más...que rico.- Era la primera vez que tenía dos pollas dentro y de repente se corrió toda, empapando a nuestro cómplice con sus fluidos. - Sigan no paren, arggg. - Se corrió por segunda vez en menos de un minuto. - Paren un poquito anda, que necesito descansar.

Le saqué la polla del culo despacito para no hacerle daño. No era la primera vez que la follaba por el culo, pero tampoco era lo habitual y a veces le molestaba, pero esta vez se quedó muy a gusto.

- ¿Por qué terminan mientras me recupero? - dijo mientras se ponía de pie.- A mi marido le gustaría que lo follaras, pero le da vergüenza decírtelo.-

La verdad es que me dió un montón de vergüenza, me puse hasta colorado, es cierto que alguna vez habíamos hablado que me metiera mi mujer un consolador por el culo, pero no una polla de verdad.

- Tranquilo, todavía tengo el condón y no te voy a hacer daño.- dijo el chico.

Mi mujer me reclinó y me pusó a cuatro patas y empezó a lamer alrededor del agujero del culo. Me ericé todo, igual que mi mujer y la polla se puso aún más dura. De repente noté un dedo masajeándome la apertura. Ya en otras ocasiones me había metido los dedos y me había gustado mucho. Retiró el dedo y sentí un tacto distinto, era la punta de la polla con el condón puesto y me volví a erizar.

- Hay que lubricarte más.- mi mujer buscó el bronceador y me echó un buen chorro en todo el culo. El cambio de temperatura, la crema estaba bastante fría, me hizo dar un respingo.

Poco a poco la punta “plastificada” de la polla de aquel chico, empezó a dar círculos alrededor de mi agujero, igual que como había hecho yo antes con mi mujer. Sin esperarmelo, sentí como empezaba a penetrarme poco a poco. Cada vez noté más dentro el pollón que tenía y notaba lo gorda que se ponía mi polla también, tenía el glande todo hinchado y rojo. Mi mujer, no sé bien cómo, se colocó entre mis piernas y empezó a chupar la punta. Sentía un montón, como la chupaba y la lamía y como me seguía follando el otro el culo, que empezaba a acelerar el ritmo. Al momento que notaba como se estaba corriendo en mi culo le llené la boca a mi mujer con la corrida. Nos incorporamos y los dos terminaron de chuparmela mientras mezclaban sus lenguas a la vez.

Estábamos todos chorreando de sudor, semen y fluidos varios. Nos dimos una ducha antes de meternos en la piscina porque nos dio vergüenza limpiarnos dentro. Estábamos reventados, algunos por el culo más que otros, y nos tumbamos juntos los tres en las hamacas.

Nos quedamos dormidos sin darnos cuenta y sin saber cuánto tiempo había pasado, nos despertó el ruido de unas hamacas arrastradas por el suelo. Prácticamente al unísono, abrimos los tres los ojos y vimos como se estaban colocando la pareja sexagenaria y sus nietos. Nos incorporamos y estuvimos conociéndonos un poco. El chico vivía en el sur de la isla y trabajaba cerca, y le gustaba el hotel y la piscina y cuando podía se venía unos días, y, en alguna que otra ocasión se liaba con algún extranjero. Le gustaban también las mujeres, pero los hombres solían ser más sencillos para liarse y la mayoría de las veces se enrollaba con hombres.

Nosotros le contamos por encima nuestras experiencias, sin entrar en muchos detalles, igual que había hecho él. Y mi mujer nos mostró las fotos de la cámara que habíamos tomado con él y las últimas eran de cuando me follaba el culo, no me había dado cuenta de que había estado sacando fotos. Se nos había empezado a empalmar de nuevos las pollas, de ver las fotos y recordar todo lo que había pasado.

- Anda que rápido se me calientan estos chicos.- dijo mi mujer.- Aprovechen ahora que están todos esos en el agua y vayan a la ducha a bajarse esa hinchazón.- ordenó entre risas.

Mientras obedecíamos sin rechistar, llegaron nuestros amigos noruegos y se dirigieron hacia mi mujer, se desnudaron y empezaron a hablar. Entre sonrisas, miraban eventualmente hacia nosotros dos. Yo aprovechen para poner al joven al corriente de nuestros nuevos amigos.

- Joder, ustedes si que saben, je je je je.- rió burlándose por lo bajo.

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