Violación en clase - (Capítulo 2)

Esta es la continuación de la primera parte:[/size]

Violación en clase - (Capítulo 1)


CAPÍTULO 2


"Ya no domino nada... Son ellos los que me dominan a mi"



Al día siguiente, no tuve otro remedio nada más que ir a su clase, tenía un examen con él, pero después de lo que había pasado, me sentía sucia, usada, y humillada… Mi profesor me había violado y mi cuerpo había reaccionado excitándose en contra de mi voluntad. No era capaz de mirarle a la cara, pero sentía como él no paraba de observarme, poniendo esa cara de diversión y excitación por lo sucedido conmigo.

Transcurrió una semana, y pensé que todo había acabado, aunque el recuerdo de esa tarde aún me atormentaba, que había conseguido su objetivo, hacerme suya, pero me equivoqué por completo, sólo acaba de comenzar mi calvario. Tocó el timbre de final de la clase, recogí mis cosas, y cuando iba a salir por la puerta, le escuche:

- Señorita Erica, no se vaya aún, recuerde que hoy tenemos la segunda clase de apoyo que el otro día me pidió amablemente a la salida de clase. -

Mientras sonreía de esa manera que me ponía los pelos de punta, que me recordaba como si estuviera viviendo lo que me hizo hace una semana.

De mi boca, no pudo salir ni una sola palabra, el miedo seguía paralizándome, la humillación y la rabia crecían dentro de mi... ¿Es que no tenía límite? ¿Hasta cuando pensaba seguir así? Absorta en mis pensamientos, no me di cuenta de que todo el mundo ya se había ido y lo que me hizo volver a la cruda realidad, es su mano azotándome el culo y susurrando:

- Que ganas tenía de volver a usarte… -

- Eres un puto cabrón!!! No vas a volver a usarme más, sino… -

No pude acabar la frase cuando sentí como me daba un bofetón, tirándome al suelo. El lado derecho de mi cara me ardía, me dolía.

- Cuidadito con tus palabras, cariño... Sigues estando en mi poder, siendo mía. -

Me agarró del brazo con fuerza y me levantó, arrastrándome fuera de la clase, llevándome por el largo pasillo del edificio, a cada lado, sólo observaba clases cerradas y sin luz, mi desesperación aumentaba, me encontraba de nuevo a su merced, indefensa, solos en el edificio, y todo dependía de mi, por lo que intentaba zafarme de él, pero era imposible. Me tenía el brazo bien sujetado con fuerza y cada uno de mis intentos de librarme de él, sólo conseguían enfurecerlo más, apretando más sus manos, tirando de mi con más fuerza, y balanceándome con fuerza. Me costaba mantener el equilibrio en algunas ocasiones, estuve a punto de caerme varías veces al suelo, pero él me mantenía en pie. ¿Dónde me llevaba ahora? ¿Qué se le habría ocurrido?

Mis preguntas enseguida obtuvieron respuestas, llegamos al final del pasillo donde se encontraba una de las salas de profesores, abrió la puerta, y me tiro al suelo, cayendo de rodillas al suelo, amortiguando el golpe con mis manos. Había pasado todo tan deprisa, que no había podido observar la habitación, al alzar la vista, vi otras dos figuras delante del sofá, eran dos profesores más, a uno de ellos lo conocía de vista, era el profesor de gimnasia del que muchas estaban enamoradas, Ricardo, un hombre de unos 35 años, alto, musculado, moreno y atractivo; al otro no lo conocía, aparentaba unos 46 años, con canas en el pelo y algo más dejado físicamente. Ésta era mi salvación, ellos no formaban parte de esto, pero sus miradas me transmitieron que precisamente no me iban a ayudar, sino que iban a participar en aquella descabellada idea de humillarme y usarme a sus antojos, tratarme como si realmente fuera una puta, más correctamente, tratarme como su puta... Intenté levantarme y salir corriendo de allí, pero me cerró el paso mi profesor y me volvió a tirar al suelo, cayendo por detrás del sofá, lo que provocó risas en todos.

Ricardo, me agarró de las muñecas y me levantó del suelo, sin apenas esfuerzo… Manteniendo mis brazos estirados por encima de mi cabeza, al mirar hacia arriba, vi que colgaban unas esposas de una cuerda, sujeta a una polea en el techo, y finalmente, la cuerda se encontraba sujeta con un nudo a una tubería. Me entró el pánico de nuevo, comencé a chillar, a moverme, a resistirme, a llorar… Pero no conseguí nada, mis muñecas fueron rodeadas por las esposas, y yo quedé colgada del techo, rozando únicamente mis dedos del pie el suelo, mis piernas se balanceaban y pegaba patadas al aire, mientras solo escuchaba risas a mi alrededor. En frente, colocaron un trípode con una cámara para grabar toda mi humillación de nuevo.

Entre sollozos, pataletas y balanceos, dije:

- Por favor, dejarme ir… Por... -

Pero no pude acabar la frase, porque habían colocado una mordaza en mi boca, impidiéndome hablar, sólo se escuchaba un pequeño balbuceo procedente de mi boca.

El profesor que no reconocí, me sujetó las piernas, aprisionándolas con un brazo y su cuerpo, mientras que con su mano libre acariciaba mis piernas por encima de mis vaqueros. El de gimnasia y mi profesor, se habían situado a mis laterales, una de sus manos fueron a cada uno de mis pechos, sobándolos con sus manos, apretándolos por encima de mi ropa.

Esto no podía estar pasando, ya no sólo me había violado una vez, que ahora me iba a violar de nuevo y con dos profesores más… Y un dolor en mi nalga derecha rompió mis pensamientos, tal fue el dolor que sentí, que se me escaparon algunas lágrimas y un grito ahogado por la mordaza... Sentí otro igual en mi nalga izquierda con el mismo efecto que el anterior, otro más en la derecha… Se iban turnando para azotarme con algo fino, flexible pero duro... Mi profesor puso el brazo por delante de mí, mostrándome una fusta, mis ojos se abrieron como platos al verlo, y acarició mi rostro con ella.

- ¿Te gusta? Lo hemos traído especialmente para ti… Por si te comportabas como hace un rato, no siendo una buena chica con nosotros... Y éste es tu castigo ahora… ¿Vas a complacernos como el otro día hiciste conmigo? -

Asentí con la cabeza, llorando y gimoteando, me dolían los brazos de mantener mi cuerpo y mi culo por los azotes recibidos... Además, quería que todo esto acabara lo más rápido posible, que me terminaran de humillar, de usar y avergonzar.

El profesor que me sujetaba las piernas, las soltó, y me desabrochó los pantalones, tirando de ellos hacía abajo y dejándolos a la altura de los tobillos, limitando así, lo que podía abrir las piernas. El de gimnasia, desabrochó mi camisa despacio, mientras que mi profesor, se había posicionado delante de mí, observando la escena con esa mirada que me hacia sentir de su propiedad, como si fuera un objeto... Disfrutando de verme atada, usada, indefensa, y a la disposición suya y de sus amigos, cogió la cámara y comenzó a acercarse a la escena, grabando mi cara, mi cuerpo y lo que me hacían.

Algo frío rozó mi cadera y mi muslo, sentí una leve presión y noté como mi tanga se desprendía por ese lado, lo habían roto, y a continuación, sentí lo mismo en la otra pierna, notando como el aire rozaba mi piel. No tardé mucho en sentir como una lengua se abría paso en mi coño, lamiéndolo, rozando y mordiendo mi clítoris... Mi cuerpo, comenzaba de nuevo a excitarse en contra de mi voluntad, el de gimnasia me había quitado el sujetador, y se entretenía aplastando mis tetas en sus manos, lamiendo mis pezones , pellizcándolos, mordiéndolos y tirando de ellos suavemente, lo que provocaba en mí pequeños gemidos de dolor.

- Llevabas razón, la zorrita se excita enseguida... Ya tiene el coñito mojado y los pezones duros. -

La cuerda que mantenía mi cuerpo colgado del techo, comenzó a aflojarse, hasta que me colocaron apoyada con las rodillas en el suelo, y volvió a tensarse, dejándome de rodillas y con los brazos estirados por encima de mi cabeza, me quitaron la mordaza que me habían puesto, mojada en saliva, no había podido tragar bien.

Una polla se colocó delante de mi cara, rozando mi boca, intentando entrar en ella, pero yo la mantenía cerrada, ahora es lo único que podía hacer por evitarlo... Una línea negra pasó rápidamente por mis ojos, cayendo en una de mis tetas, me habían azotado con la fusta, el dolor me hizo abrir la boca, momento que aprovechó para introducirme su polla entera en la boca, agarrándome del pelo y empujando mi cabeza hacia él, ahogándome con una polla algo más fina y pequeña, era la del tercer profesor, quien cuando me produjo arcadas, comenzó a follármela, cada vez con más intensidad, parando en algunos momentos cuando la tenía entera dentro de mi boca, mojándola con mi saliva, haciendo que creciera dentro de mí.

- Es mi turno… -

Comentó el profesor de gimnasia...

Sacó su polla lentamente de mi boca, terminando por azotarme con ella la boca y la cara.

- Mira que putita más buena… Me ha dejado la polla perfectamente dura. -

El de gimnasia, se colocó también delante de mí, era el que tenía la polla más grande que los demás y más gruesa, pero en vez de introducir su polla en mi boca, colocó sus huevos para que se los lamiera, y los chupará, mientras él se masturbaba, con la fusta golpeaba mis tetas, si le gustaba era despacio, pero si no le gustaba o estaba demasiado tiempo lamiéndolos simplemente, me daba más fuerte y yo cambiaba... La fusta me estaba dejando dolorida también mis tetas. Bajó su polla a la altura de mi boca, y de un golpe la introdujo, pero en esta ocasión, dejo mis arcadas un rato... De mis ojos solo salían ya lágrimas, que caían por mis mejillas, haciendo de sus disfrute mayor, y mi profesor, se encontraba con la cámara encima de mí.

- Oh!!! Si putita!!! Una cara muy bonita para la cámara... Con el rímel corrido, llorando, la polla en tu boca y sin soltarla porque te encanta chupar pollas. -

Mis brazos volvieron a tirar de mí hacía arriba, obligándome a ponerme de pie, hasta que únicamente mis dedos rozaban el suelo, me volvieron a colocar la mordaza en la boca, mi profesor no perdía un momento grabando todas las escenas con la cámara, estaba disfrutando grabando como si me estuviera follando él mismo.

El profesor de gimnasia se colocó delante de mí, con una mano sujetó mi cuerpo cerca del suyo, mientras que con la otra apuntaba su polla a mi coño, y me embestía de un solo golpe, el dolor que me produjo me curvó un poco la espalda, hundió su cara en mis pechos, mientras iba mordiéndolos con fuerza, con lo que emití un grito ahogado de dolor y de súplica, sus embestidas iban aumentando con el tiempo, en ocasiones, la sacaba entera y volvía a clavarla entera. De momento paró, se apoyó en el respaldo del sofá y me atrajo hacía él, el tercer profesor se situó detrás de mí, con sus manos, abrió mis nalgas y escupió en mi ano y después en su polla, apuntó a mi ano, y comenzó a entrar su capullo poco a poco, no me dolía tanto como la primera vez, esta polla era más pequeña, pero cuando estuvo dentro, comenzó a dolerme, tenía dos pollas follándome, presionándose la una a la otra... Moviéndose con fuerza, queriendo entrar y salir. Yo sólo podía llorar, mis gimoteos y mis súplicas eran ahogadas por las mordazas, y mi excitación no era comparable con ninguna anterior, lo que me hacía odiarme más, me estaban violando y yo estaba excitada.

Ambos, sacaron su polla a la vez lentamente, a una señal entre ambos silenciosa, se movían a la vez, doliéndome al rozar ya mi irritado cuerpo, volvieron a dejarme colgada. Mi profesor se puso detrás de mí con la cámara, abrió mis nalgas con una mano, y enseñó la cámara a mi ano, mientras uno de los otros, lo azotaba con la fusta.

- Este es el culito de mi putita... Como podéis observar está ya algo dilatado su ano... -

El profesor de gimnasia, me elevó, subió las piernas a su cintura, una me la sujetó él, y la otra mi profesor que apuntaba con su cámara a mi cara... Con una sonrisa traviesa y divertida... Sabía que algo estaban tramando, pero no sabía que era realmente, hasta que sentí como el de gimnasia, colocaba su polla en la entrada de mi culo y dejaba que yo cayera sobre él, haciendo que mi cuerpo fuera quien se entrara toda su polla, esa embestida me destrozó, me dolió demasiado, ni la mordaza pudo ahogar mi grito de dolor, y la cámara recogía la escena de mi cara, mientras el profesor de gimnasia, me subía sin sacar su polla y me dejaba caer.

El profesor que no conocía, se estaba pajeando a mi lado, en un momento desapareció, el de gimnasia, me dejó su polla dentro, apretando mis nalgas fuertemente, y la cuerda comenzó a aflojarse, al ritmo que el de gimnasia iba moviéndose tirando de mí hacia atrás, hasta que la cuerda se volvió a tensar, y me encontraba tumbada en el aire, sujeta por la polla en el culo del profesor de gimnasia, y los brazos atados.

El profesor que no conocía, me quitó la mordaza, y sin darme un segundo para cerrar la boca, tenía su polla dentro, follándomela de nuevo, y el profesor de gimnasia comenzó a embestir mi culo de nuevo, con fuerza, hasta que sus piernas comenzaron a temblar, y me llenó el culo con su leche, a los segundos, el tercer profesor, se corrió en mi boca... Y mi profesor, no perdió ni un instante de esos acontecimientos con la cámara.

Me dejaron caer ya, quedándome de rodillas en el suelo, mi profesor, se colocó detrás de mi con la cámara, me empujó hacia delante, dejando mi culo en pompa y abrió mis nalgas.

- Este es el culo de mi putita, más dilatado aún... Con la leche corriendo saliendo de él... -

Con un dedo, recogió algo de leche, y me lo introdujo en la boca.

- Este es el sabor de tu culo junto con la leche que has conseguido, ¿te gusta? -

Y escuché unas risas... Mi profesor, agarró mi pelo con una mano, le dio la cámara al profesor de gimnasia, y le dijo:

- Graba esto por mí. -

Se colocó delante mío, tirándome del pelo hacia atrás, haciendo que mirase a la cámara y a él, mientras se pajeaba, y se corría en mi cara, restregando su leche con su polla por toda mi cara, mis tetas... Hasta que me la metió en la boca para limpiarla.

- Muy bien putita... Has estado fantástica... Has disfrutado tanto o más como nosotros, en la cámara tenemos algunos fragmentos en los que, a pesar de la mordaza, se te escucha gemir de placer. Ahora, cuando te soltemos, vístete y vete. -

Violación en clase - (Capítulo 2)


Atentamente,
relato

alumna

3 comentarios - Violación en clase - (Capítulo 2)

Si-Nombre
Impactante, gracias por compartir, leeré el 3er capitulo y hacer seguimiento a los acontecimientos!!!