tio y algo mas...

¡Dios! Todavía me estremezco al recordar las sensaciones y emociones de ese momento, y más ahora que tengo que recordarlas una por una, desde el principio, para poder hacer ese relato que quiero compartir con ustedes.
El año nuevo lo pasamos en San Justo, en la casa de mis padres, allí se hacen presentes, como todos los años, hermanos, cuñadas, tíos, primos, sobrinos, la familia en pleno. No somos muchos pero armamos un lindo grupo. Y lógicamente entre ellos está mi tío Carlos. Ya lo conocen, fue mi primer hombre, el primero que vio en mí ese potencial de putita que todavía esperaba por explotar. Fue quién me hizo mujer, y con quién mantuve por largo tiempo una relación clandestina en donde los únicos alicientes eran el sexo y la lujuria. No había obligaciones entre nosotros, solo el disfrutar plenamente de aquello que sentíamos el uno por el otro, pero aunque la pasábamos bien en la cama, con el tiempo nos fuimos alejando, sobre todo porque pude encontrar en otros hombres aquello que creía que solo él podía dispensarme. Sin embargo lo extrañaba… de eso me di cuenta en este último fin de año. Volvía a verlo después de mucho tiempo, prácticamente desde las últimas fiestas, las del 2009 y en aquel entonces apenas si hablamos. Pero esta vez algo fue diferente, no sé, no me lo pregunten, pero algo cambió.
-Hola sobrina, ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo!- me saludó efusivamente al verme, dándome un fuerte abrazo.
En ese momento, al sentirme tan cerca de su cuerpo, volví a sentir esas sensaciones que ya creí olvidadas. Fue un estremecimiento, un ligero temblor, quizás él no se dio cuenta, pero para mí no paso desapercibido, sobre todo porque fue acompañado por una leve humedad de mi entrepierna.
-Tío… hola, felicidades- fue lo único que me salió decirle, tratando de no evidenciar eso que parecía haberme afectado tanto.
Mientras seguía saludando a los demás, lo seguí con la mirada, reconociendo en ese hombre, en mi propio tío, al verdadero amor de mi vida.
El resto de la velada transcurrió sin mayores sobresaltos, comimos, tomamos, brindamos, todo esto mientras mis ojos no podían esquivar los de mi tío, y cuándo nuestras miradas se encontraban, me guiñaba un ojo y me sonreía. Yo enseguida lo esquivaba, aunque al rato volvía a mirarlo, era algo que no podía evitar.
A la medianoche, y luego de recibir el año nuevo con un brindis general, subimos a la terraza para ver el estallido de la cohetería tan habitual de estas fiestas. Yo subí última, porque antes quería terminar mi copa, cuándo lo hice me quede detrás de todos, en eso siento que alguien se me acerca y me apoya por detrás, estiró un brazo y lo acarició pensando que se trata de mi marido, pero no, enseguida me doy cuenta que es mi tío.
-¿Qué hacés?- le digo haciéndome a un lado, asegurándome enseguida de que nadie nos haya visto.
-Te extraño sobrina… te extraño mucho- me dice casi en un susurro, tras lo cuál se aleja y se reúne con los demás.
Eso me impactó, el tono de su voz, la sinceridad de sus palabras, quede como en shock por un momento. Luego de los fuegos, volvimos a la mesa, para continuar con los festejos, siempre con nuestras miradas, la mía y la de mi tío, entrecruzándose. A eso de las tres de la madrugada la mayoría se fue retirando, los que se volvían a sus respectivas casas ya se habían ido hace rato, los que se quedaban a dormir se fueron acostando, cada vez quedábamos menos, hasta que me di cuenta que solo estábamos en la mesa mi mamá, mi tío Carlos, mi tía Edith, o sea su esposa, y yo. En eso mi mamá anuncia que se va a dormir.
-Si, yo también, ya se me cierran los ojos, ¿vamos Carlos?- dice mi tía Edith.
Por supuesto ellos se quedaban, ya que tenían un cuarto reservado expresamente para ellos.
-Me fumo el último cigarrillo y voy- responde mi tía, echándome justo en ese instante una fuerte mirada.
Yo no digo nada, me quedo callada. Mi mamá y mi tía se despiden y se van charlando entre ellas sobre lo rica que estuvo la cena y demás. Por mi parte, sigo sin decir nada, mi tío enciende un cigarrillo y se queda ahí sentado fumando, sin sacarme los ojos de encima aunque también sin decir nada. Me sirvo otra copa de sidra y me la bebo de un solo trago.
-Subo un rato a tomar algo de aire- le digo y me dirijo hacia la escalera de la terraza.
Cuándo estoy subiendo, me vuelvo para mirarlo. Él también me mira. La señal resulta inequívoca. Tras asegurarse de que no hay nadie cerca, apaga su cigarrillo y sale tras de mí. Arriba la oscuridad resulta nuestra aliada. Apenas podemos vernos, aunque la luz de la luna nos ofrece la penumbra suficiente como para hacer ese momento mucho más romántico de lo que ya se supone es. Nos abrazamos y nos besamos, envolviendo nuestros cuerpos con nuestros respectivos abrazos, sintiendo renacer aquella pasión de antaño que ya creíamos olvidada. La última vez que estuvimos juntos fue a los pocos meses de casada, fue para despedirme, ya que sentía que habiendo contraído enlace lo nuestro debía terminar, y terminó de la mejor manera, con uno de esos polvos que se recuerda por generaciones. Pero ahora estábamos de nuevo ahí, juntos, dispuestos a reiniciar lo que dejamos inconcluso. Fue un beso largo, jugoso, apasionado. Podía sentir en su lengua el sabor del tabaco, de la pasión y de la lujuria que se despertaba en él. No me contuve. Me apreté contra su cuerpo y deslicé una mano por sobre ese inquietante abultamiento que ya parecía listo para entrar en acción.
-Yo también te extrañé tío… te extrañé mucho, muchísimo- le aseguré volviéndolo a besar en una forma voraz y exaltada.
Nos comíamos las bocas mientras nuestras manos se dedicaban a recordar cada rincón del cuerpo del otro.
-No tenemos mucho tiempo, en cualquier momento puede caer alguien- me dijo devolviéndome a la realidad.
-Tenés razón- coincidí, y ahí mismo me postré de rodillas ante él y le pelé la pija.
Volví a chupársela después de mucho tiempo, volví a chupársela con esas ganas con que siempre se la chupaba, sintiendo que el tiempo no había pasado y que volvía ser esa adolescente sedienta de sexo que él había sabido guiar por el camino correcto. Se la chupé por un buen rato, aunque sabía que no podría extenderme demasiado, así que teniéndola ya bien dura y erecta, me levanté y fui hacia un rincón de la terraza en donde la oscuridad era aún más intensa. Yo tenía puesto un vestidito de gasa, por lo que cuándo me apoyé contra una pared, solo tuvo que levantarme la falda y hacerme a un lado la bombacha. La penetración fue inmediata. Yo ya tenía la concha toda humedecida por lo que su carne resbaló fácilmente hasta mi más profundo interior. Fue algo imponente volver a sentir a mi tío después de tanto tiempo. Entonces me di cuenta que aquella no era una pija como cualquier otra, no era una pija más, sino que era LA PIJA, la “única”, la que más me importa en este mundo. La pija de mi tío es como ese pedazo que le falta a mi cuerpo para sentirse completo, absoluto, y ahí la tenía de nuevo, palpitando en mi interior, llenándome en esa forma que solo él puede.
Desde atrás me agarró entonces por las tetas y empezó a cogerme con un ritmo delicioso, haciendo que la intensidad de mi humedad aumentara cada vez más. Yo trataba de no gemir, de disfrutar de esos combazos en silencio, acompañando sus movimientos con un sutil meneo de mis caderas. La verga de mi tío entraba y salía, entraba y salía, una y otra vez, volviendo a ocupar su lugar, ese lugar que, aunque compartido, siempre será de su absoluta pertenencia.
No teníamos mucho tiempo, a él lo esperaba mi tía, y a mí mi marido, por lo que no se guardó, sino que aceleró las embestidas y en unas cuántas clavadas más acabó en mi interior en una forma por demás explosiva y caudalosa. La leche fluyó dentro mío en una cantidad impresionante, mezclándose con mi propia acabada. Cuándo sentí que ya no había más para guardar en mi interior, me di la vuelta y lo volví a besar con frenesí.
-Ya tenemos que irnos si no queremos que sospechen-
-¿Nos vamos a ver en la semana?- le pregunté, ya que aquel encuentro solo me había parecido un aperitivo.
-Claro que sí, yo te aviso- me dijo.
Nos dimos otro beso, y cada uno bajó por su lado. Aunque tenía la concha toda enlechada no pase por el baño, quería guardar para siempre dentro de mí la esencia de mi tío. Por suerte mi marido dormía profundamente, por lo que me pude acostar y sentir todavía en mi sexo la tibia ebullición de su esperma.

19 comentarios - tio y algo mas...

magno007
que buenos relatos, me encantan!! sigue escribiendo asi 😃 😃
mork56
como siempre muy buenos tus post... muchos desearan posiblemente que les pasen lo que cuentas en tus relatos... gracias por compartir..
Fachelo
BUENA PRIMERA PARTE...
monica_lov
deje mis 10 porque pinta re bien pero no doy mas de sueño mari mañana comento como corresponde perdon 😀 😀 😀 😀
badboy
asu... que tal introduccion... eres un amor Marita... leo tus primeros post y me encantan ... deje puntos en otro post tuyo asi q dejo puntos aqui mañana....

lo que si te dejo es otra paja mas en tu nombre... ps la verdad si que calientan tus relatos

feliz año Marita, que tengas mas cojidas q el año anterior, y lo mejor, q las compartas
KaluraCD
Qué placer leerte Marita!!! Me encantan tus historias tan bien relatadas, son como la vida misma 🙂
Un lujo, un lujazo !!! Ya veo que el 2011 comienza movidito, así que a esperar lo que viene ❤️

tio y algo mas...
elpitu_10
🙌 genial 🙌 exelente 🙌
xxxdios
excelente che, muy buenos !
fer_z
buenisimo como siempre! +10
monica_lov
relatos
volvi preciosa como me gustan tus relatos y este me encanto...la parte donde decis la pija... la que completa mi cuerpo cuanta razon tenes...pueden pasar varias pero una sola es LA PIJA.
sos barbara me encantas 😉
quitokiki
Sublime relato marita, me pareció estar viendo una película, sos una narradora de primera !!! +10
drsexrg
QUE OTRA COSA SE PUEDE DECIR???? IMPRESIONANTE RELATO, MARITA..!!!
FELIZ AÑO...!!!!
pacificlupus
muy bueno despues vuelvo con puntines
gut_12
La Reina de los relatos... La Putita de todos los poringueros 😀 😀 😀 😀 Excelente como siempre Marita 🆒 🆒 🆒
mu_a2
muy bueno gracias 😉 😉 😉 😉
rex889
la verdad muy bueno. aunque me lo tomo como ficción
porque si fuera real, no me cierra cuanto tiempo paso,desde que eras la nena virginal, y tenias sexo con tu tio. a ahora que tenes marido rapidamente, y volviste a tener sexo con el
igual lindo relato!