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Compendio II
XD
Bueno, hay muchas cosas que tengo que decir antes de empezar.
En primer lugar, nuestras pequeñas y yo por fin somos libres.
😃
Sí. Las vacaciones de verano empezaron la segunda semana de diciembre y las tres hemos estado relajándonos en casa: Bastián y Alicia nadando en la piscina; mi chiquitita coquetona y mi pequeña señorita intentando plantar un huerto.

😮
Y mi marido se unirá a nosotros en enero.
<3<3<3
¡Ah! Y llevó a mi chiquitita coquetona a un restaurante elegante.
XD
Ninguno de nosotras quería ir, así que pasamos.
Y a ella le dejó de gustar la idea en cuanto le puse un vestido más elegante.
😂
Mientras la vestía, le dije que uno de los problemas de comer en esos sitios es que exigen un código de vestimenta. Además, como su papá la llevaba allí, tenía que comportarse lo mejor posible.
En resumen: al final lo odió. Mi esposo pidió un menú de cuatro platos para que pudiera probar la mayoría de los cubiertos caros. Aun así (e irónicamente triste XD), tuvieron que ir a un McDonald's después, porque salieron del restaurante elegante con hambre.
“¡Mamá, los platos eran muy, muy pequeños!”, me dijo con los ojos brillantes cuando regresó. “Pensé que papá nos iba a hacer daño al estómago con toda esa comida. Pero no. Y tampoco sabían tan bien como la comida de papá o la tuya.”
XD
Pero lo bueno es que mi esposo le dijo que memorizara cómo comer correctamente con los cubiertos, para que pudiera enseñárselo a mi pequeña señorita y Alicia, así que no fue una pérdida total.
0.0
En Navidad lo pasamos muy bien.

Mi único problema es que me resulta muy difícil comprarle un regalo a mi esposo, ya que ya no le interesan mucho los videojuegos, no tengo ni idea de qué herramientas necesita y, bueno, al final le compré un libro, aunque su ajetreada vida como padre, marido y trabajador no le deja mucho tiempo para leer.
😕
Pero mis hijas me dejaron boquiabierta.
X_X
Alicia le entregó su regalo.
“¡Papá, es una súper taza!” Le dijo mucho antes de que él abriera el regalo.
XD
Los dos estábamos un poco confundidos con el regalo, pero entonces mi pequeña señorita nos lo explicó.
“Bueno, como papá está haciendo más ejercicio, Alicia pensó que tendría más sed.” Nuestra Alicia mágica se golpeó el pecho con orgullo.
😤
“Y a papá le gusta mucho tomar té, así que pensamos que sería un regalo perfecto.” añadió mi chiquitita coquetona.
T.T
Me sentí muy orgullosa, porque las tres parecían una versión en miniatura de él, y a mi esposo le encantó el regalo, así que sí.
😆
Pero bueno, pasemos al evento principal:
XD
Es tiempo de nuevas temporadas de series de televisión.
Hemos estado viendo “Spy Family” y Alicia ya está convencida de que su papá es un espía secreto, por lo inteligente y atlético que es, igual que nuestros gemelos creían que era un maestro Jedi, porque... bueno, es así de heroico.
XD
Él, por su parte, ha estado viendo la nueva temporada de “One Punch Man” y se siente decepcionado por la mala calidad de la animación y porque la trama está compuesta casi en su totalidad por puro relleno.
😕
Pero la razón por la que quería escribir esto es porque estoy celosa de la nueva temporada de “Fallout”.
😑
Mi marido estaba muy emocionado con la nueva temporada y yo creía que era por la protagonista, una joven llamada “Lucy”, es decir... bueno, digamos que sé lo que le gusta de las mujeres y Lucy encaja en su lista de requisitos.

“¿Estás loca?”, me preguntó cuando le confronté.
:x
Hice un puchero por celos.

“Ruiseñor, Lucy es inútil en una crisis. A diferencia de ti, que eres más comprensiva.” me dijo con su tono paternal tan tierno.
😊
¿Cómo consigue hacerme sonrojar tanto?

XD
Me dijo que no le importaba lo más mínimo la trama de la historia. Que solo veía la serie porque era una continuación de los videojuegos y ya estaba decepcionado porque no se centraban en la historia del juego.
Entonces, utilizando la misma pizarra en la que discutimos sobre los enredos de los viajes en el tiempo de Dragon Ball súper (sí, estamos tan comprometidos con el anime XD), escribió sobre los principales acontecimientos de los juegos y por qué le interesa tanto la serie, ya que finalmente responderá cuáles fueron los finales canónicos.
😮
“Además, Lucy no es ni la mitad de sexy que tú.” dijo después de dejar de jugar con el plumón. “Siempre te he considerado mi sanadora.”
Puf. Roja como un tomate. Otra vez.
😳
XD
“Ya sabes, como una elfa mágica blanca con esos hermosos ojos verdes.” dijo con una voz que me derritió. “Y ahora, también tienes el cuerpo.”

“Bueno,” le dije, recuperando el aliento. “Solía pensar que tú serías mi mago, porque eres muy inteligente... pero ahora... no estoy tan segura.”
🤤
Quiero decir, mi esposo no es un adicto al gimnasio.

Pero las mujeres y yo notamos que está muy musculoso.
😛
Y es diferente de los chicos del gimnasio.
Sus brazos son... bueno... la mejor forma en que podría describirlos sería como torpedos.
Musculosos, elegantemente tonificados. A diferencia de los fanáticos del gimnasio, que son culturistas con músculos sobre músculos.
😕
Así que sí, ahora tengo un marido musculoso que también puede hacer de caballero. O tal vez de caballero mágico.
XD
“Entonces... ¿En qué has pensado?” le pregunté, sintiéndome un poco excitada por la idea de que él fuera un auténtico caballero con armadura brillante.

Mi esposo se acarició la barbilla, con esa bonita mandíbula cuadrada flexionándose bajo sus dedos, y lo pensó.
🤔
“No lo sé. Estaba pensando que tal vez podríamos ser un grupo de dos. Ya sabes: yo lucho, tú me curas.” Sus ojos negros brillaron con picardía.
“¿Ah, sí?” Arqueé una ceja, acercándome más a él sobre la cama, con los muslos apretados.
De repente, la tela de camisón me pareció demasiado fina.
😏
“¿Y cómo nos conocimos?” Mi voz se apagó y se me cortó la respiración. “¿Me rescataste? ¿Me compraste como esclava?”
Para ser sincera, realmente esperaba lo segundo: la idea de convertirme en su esclava sexual era... bueno... irresistible. Ser obligada a complacerlo con mi boca y mi cuerpo. Bueno, era apetecible.
😈
“No lo sé. Siempre nos he imaginado como amigos desde siempre, como ahora.” Dijo con su voz cálida y sincera.
😕
Me sentí un poco decepcionada.
“¡Está bien, está bien!” dijo, leyendo mis ojos. “¿Y si te hubiera conocido en una aldea de elfos y me hubieras pedido acompañarme? ¿Eso te haría más feliz?”
Lo provoqué con la mirada.
😏
“Eras una monja élfica... una excelente sanadora... y acabo de derrotar a un enorme troll que amenazaba tu monasterio y a tus huérfanos... así que, como recompensa, te permitieron acompañarme. ¿Así está mejor?”
Me eché a reír. La idea de ser una monja élfica virgen y traviesa me parecía deliciosa.
😈
“Vale. Pero no te curé usando magia normal.” Le aclaré.
“¿Qué quieres decir?” preguntó él, confundido.

😕
“Bueno... digamos que mis poderes curativos provienen de chuparte la pene.” le expliqué, con el corazón acelerado y su pene temblando ante mis palabras. “Y tú eres un guerrero valiente... que siempre resulta herido, así que... bueno... ¡ya sabes!”
“¡Ohhh! Así que me estás diciendo que cada vez que me lesiono…” susurró, mientras me arrastraba sobre él en la cama.
“Tengo que arrodillarme ante ti y...” Mis dedos trazaron el contorno de su creciente bulto a través de sus pantalones. “... ¿Usar mi boca sagrada para restaurar tu HP?”
🤤
Mi esposo contuvo el aliento y su pene se estremeció contra mi palma. “Mmm, mi valiente caballero. Debes de hacerte daño muy a menudo.”
Le quité los pantalones del pijama. Mhm.
😈
“¡Me haces trabajar mucho, señor caballero!” dije con voz dulce, haciendo un puchero y rozando con los labios la punta de su pene. “Tu pene es demasiado grande para mi boquita.”
Su olor, cálido y salado, hizo que mis muslos se tensaran.
😵 😲
“Sí... bueno... Subo de nivel por ti.” gimió, retorciendo los dedos en mi pelo mientras yo empezaba a mover la cabeza.
Sus caderas se arquearon instintivamente y yo gemí alrededor de él, y las vibraciones provocaron una queja en voz bajita de mi esposo.
😩 😖
Mientras recuperaba el aliento después de hacerle una garganta profunda, seguí provocándolo.
“Cada vez que te curo, valiente caballero, mi estrecho sexo se pone pegajoso y tengo que tocarlo.” Empecé a masturbarme con los dedos.

😩😫
“¿Por qué? ¿Sabes por qué?” susurré, deslizando dos dedos dentro y fuera mientras los ojos de mi esposo se oscurecían de deseo.
El sonido húmedo de mi excitación llenó la habitación, mezclándose con su respiración agitada.
“Oh... lo sé... más tarde te enseñaré por qué...” gimió mi esposo, agarrando las sábanas con las manos mientras yo giraba mi lengua alrededor de la punta de su pene. “Pero por favor, cúrame... tu boca es increíble.”
😏
Su voz se quebró cuando de repente lo volví a tomar entero, con mi garganta revoloteando a su alrededor.
Me aparté con un sonido húmedo y le sonreí mientras mis dedos acariciaban mi sexo empapado.
“¡Permíteme concederte una mejora temporal de defensa, valiente guerrero!”
0_0
Lentamente, tiré de los tirantes de mi camisón blanco, dejando que la tela cayera alrededor de mi cintura. Mis pechos quedaron al descubierto: copas C de impecable flan chileno, con los pezones con forma de frutillas ya duros por la calentura.
“¡Vaya!” La voz de mi esposo se quebró. Su pene se retorció contra su estómago, con gotas de líquido preseminal brillando a la luz de la lámpara.
“Apuesto a que no leíste “esto” en la historia de Fallout.” pensé, dejando que mi camisón se deslizara por mis caderas.
La tela se acumuló en mis tobillos, dejándome desnuda excepto por la mancha húmeda entre mis muslos.
Arqueé la espalda, dejando que mis pechos se balancearan, suaves y rebotantes, con sus puntas rosadas ya rígidas para él.
😫 😖
Mi esposo gimió, clavando los dedos en el colchón como si se aferrara a la cordura misma.
“¡Sí, valiente guerrero! ¡Tu pene es tan grueso y grande para mi boca que tengo que usar mis pechos para complacerte!” Se quedó literalmente noqueado cuando lo chupé a fondo.
X.X

“Espera... espera... espera.” jadeó mi esposo, apretando mis cabellos con los dedos mientras yo hacía una pausa a mitad de la mamada, con su pene palpitando contra mi lengua. “¿Eso significa que, si me golpea un lobo o un oso, me harás una mamada?”
Su voz era ronca, mitad incrédula, mitad embriagada por la fantasía.
😋
Me aparté lo justo para que pudiera ver mi sonrisa burlona, con los labios relucientes de saliva y sus jugos.
“¡Por supuesto! ¡No puedo dejar que muera un guerrero tan “grande”!” ronroneé, alargando la palabra solo para ver cómo se le dilataban las fosas nasales.

😈
Sus caderas se sacudieron, pero se contuvo, con los ojos negros ardientes.
“¿Y cuántas veces al día? ¿Tu magia curativa tiene un “límite”?”
🤔
La forma en que se le quebró la voz en la última palabra me indicó que ya estaba calculando hasta dónde podía llevar este juego, cuántas “lesiones” podía fingir.
Recorrí con la yema del dedo su miembro, haciendo girar la gota de líquido preseminal en su punta antes de llevármela a los labios.
“¡Mhm, sí!” admití, chupando mi dedo hasta dejarlo limpio. “Pero recupero maná cada vez que me trago tu semen.”

😏
El gemido que se le escapó fue crudo, salvaje, el sonido de un hombre que acababa de descubrir el código secreto del paraíso.
“¡Ay, Marisol!” gimió cuando volví a tragar. “¡Eres tan increíble en esto que cazaría guaridas de goblins, orcos e incluso lucharía contra goblins para correrme en tus labios!”
:flush:
Eso... me excitó muchísimo. Porque mi esposo tiene un pene increíble. Y bueno, la idea de que se meta en pelea tras pelea tras pelea solo para que yo le haga una mamada... bueno... convirtió mi sexo en un río pegajoso y humeante.
😫
Entonces lo vi: ese destello en sus ojos, el momento en que su cerebro hizo clic.
“Así que si me corriera en tu garganta ahora mismo…” dijo con voz ronca, tensando los muslos. “¿Estarías lista para curarme de nuevo en ... qué, diez minutos?”
😋
Sus dedos se clavaron en mis hombros mientras yo reía contra su piel, con el aliento caliente sobre su pene.
“Siete, si gimes mi nombre mucho.” Eso fue suficiente.
Mi esposo arqueó la espalda, levantando las caderas mientras su eyaculación golpeaba mi garganta en densas pulsaciones.
💦 💦 💦 💦
Tragué con avidez, sintiendo cómo su calor inundaba mi vientre y mi propia excitación goteaba por mis muslos.
“Bueno... pero ¿Cuándo podré tener tu sexo?” preguntó, sintiéndose eufórico mientras yo le limpiaba el pene.
😰
“¿Qué?” pregunté mientras le chupaba la punta hasta dejarla limpia.
“Dijiste que eras una monja virgen. ¿Cómo voy a tener tu sexo?”

😆
Me sentí halagada y excitada al mismo tiempo. Tragué toda su corrida como debe hacer una buena esposa, pero él aún quería más. Y, para ser sincera, yo también quería más de él.
XD
“¡No lo sé! ¿Quizás... cambio de clase?” pregunté, recordando algunos de sus juegos de rol.
“Sí, me encantaría. Ahora serás una suma sacerdotisa.”

😂
Me reí mientras me ponía encima de él. Con un pene como el de mi esposo, no es de extrañar que nuestra iglesia esté formada principalmente por mujeres.
“Bueno... pero no quiero cambiar de clase sola...” Le dije mientras su punta se abría paso dentro de mi canal del parto. “Quiero que tú... seas mi paladín...”
😳
¿Un paladín?” preguntó, sorprendido.
“Sí. Un paladín que me dé muchos hijos.”

😍
Pero él no había terminado. Antes de que pudiera recuperar el aliento, sus manos me voltearon sobre mi espalda, un movimiento tan suave que apenas lo noté hasta que su boca se estrelló contra la mía, saboreándose a sí mismo en mi lengua.
“¡Suma sacerdotisa!” gruñó contra mis labios, con los dedos ya enganchados bajo mis rodillas, abriéndome de par en par. “Dime que me necesitas. Dime que tu sexo sagrado “ansía” mi pene.”
😱
La vulgaridad me causó una conmoción; jadeé cuando su punta se deslizó por mis pliegues resbaladizos, provocándome, pero sin entrar.
“Yo... yo me cambié de clase…” gemí suplicante, resistiéndome inútilmente. “¿No deberías... ¡Ah!... “bendecirme” primero?”
😩
Mi esposo se rió despacito, con una risa oscura y posesiva, y su pulgar rodeó mi clítoris mientras la punta de su pene presionaba insistentemente mi entrada.
“¡Oh, te bendeciré!” prometió con voz ronca. “Pero primero...”
😩 😖

Su mano libre se deslizó entre nosotros, sus dedos se deslizaron por mi excitación empapada antes de bajar, más abajo, hasta que...
“¡Ay! ¡Qué rico!”
XO
Me arqueé en la cama cuando su dedo penetró mi trasero, la doble sensación de su pene empujando mi sexo mientras su dedo se retorcía profundamente dentro de mí deshaciéndome por completo.
“¡T-tú, tramposo!” jadeé tartamudeando de placer, con los muslos temblando. “Los paladines no... ¡Oh, dios!... no “hacen” eso...”

😩 😲
“Quizás... soy un paladín oscuro.”

“¿Qué?” pregunté mientras él movía su dedo dentro de mi trasero.
“Sí... quizás también me gusta el sexo anal... y ya sabes que los elfos oscuros son literalmente unas putas...”
😱
Me corrí mucho. No tenía ni idea de que existieran los elfos oscuros.
“Los oscuros sí.” gruñó, metiéndola a fondo y el pecaminoso movimiento con el que introdujo un segundo dedo en mi trasero me dejó sin aliento.
“¡Y tienes razón, son putas!” Las palabras me salieron solas de los labios, y un calor líquido se acumuló en mi bajo vientre mientras sus dedos se curvaban, rozando ese dulce y secreto lugar.
😫 😖
Mi visión se volvió blanca; me corrí con un grito, mi sexo apretándose alrededor de nada mientras mi esposo observaba, depredador y complacido.

“¿Ves?” ronroneó, retirando los dedos para lamerlos y limpiarlos. “Te dije que los elfos oscuros eran divertidos.”
Y fue increíble, porque mientras me metía un segundo dedo en el trasero, me estaba enseñando todo sobre los elfos oscuros.
😩😫
“Pueden usar magia negra... y también curar...” gimió, con su pene pulsando contra mi cérvix con cada palabra.
El estiramiento me quemaba deliciosamente mientras sus dedos se retorcían más profundamente dentro de mí.
“Y como dije... son auténticas zorras... son prácticamente súcubos que drenan los jugos de los hombres para obtener MP.”
😱
Me corrí con un grito ahogado, mi sexo apretando su pene, pero sin conseguir su semen todavía, mientras mi trasero ordeñaba sus dedos.
La contradicción entre el deseo y la plenitud me rompió: sus dedos enterrados hasta los nudillos mientras su pene se mantenía machacándome, ahogándome en mi excitación.
“¡M-Mi amor, por favor!...” sollocé, arqueándome sobre el colchón. “Necesito... ¡Ah! Necesito tu semen dentro de mí...”
XO
¡Ahhh! Sentí otro orgasmo increíble. Me encantaba la idea de ser una elfa oscura. De chuparle el pene. De que me follara como a un juguete sexual. De darle mi trasero cada vez que quisiera.
😖😲
Mi esposo gruñó mientras se corría dentro de mí, llenando mi sexo con su espeso y caliente semen. Una descarga. Dos descargas. Tres. Cuatro. Cinco. Cada pulso de su pene me provocaba otra ola de placer, estirando mis entrañas. Sentía mi útero lleno hasta los topes, su semilla derramándose a su alrededor mientras permanecía enterrado profundamente dentro de mí.

XP
“¿Ves? ¡Por eso digo que le das una paliza a Lucy!” gimió Mi esposo, abrazándome con fuerza por la cintura, con los dedos clavándose en mi suave piel.
Su aliento era calientito contra mi cuello, su pene aún se retorcía dentro de mí.
“Ninguna habitante de bóveda con el trasero plano se sentiría tan bien.”
😆
Y ese es el problema de que me haya enganchado al sexo anal. Porque claro, si fuera una mamita convencional a la que le gusta el sexo normal, con mi sexo follado tres veces por semana, estaría satisfecha. Pero no. Yo no. Mi sexo estaba satisfecho, pero ahora mi trasero necesitaba su semen.
😕
“¿Y si... también tuvieras que luchar contra un gran jefe de mazmorra? Ya sabes... algo bien, bien difícil...”
“¿Qué quieres decir?” preguntó, desconcertado.
😊
“Bueno... tienes que luchar contra algo tan grande que ni mi habilidad para las mamadas ni mi habilidad para el sexo pueden ayudarte...”
Me sonrió con aire burlón.
😏

“Marisol, ¿quieres que te folle el trasero?”
Me sonrojé...
😊
“¡No!... Me refiero a darte un refuerzo adicional... ya sabes... con el anillo... de mi trasero...”
Hice un pequeño puchero.
😶
Él se rió.
“Marisol, por follar tu trasero, golpearía montañas enteras.”
Sus palabras me excitaron un poco, porque es cierto. Me quiere tanto.
😆
Me reí, apretándome contra él (con ambos grupos de músculos) solo para oírle gruñir.
El sonido húmedo y chirriante de su semen saliendo de mis agujeros bien usados era obsceno, y me encantaba.
“Solo dices eso porque eres adicto a mi magia curativa de elfo oscuro.” le provoque, moviendo las caderas lentamente, exprimiendo su pene un poquito más blando hasta la última gota.
😤
Mi esposo gimió, sus dedos trazando la curva de mi trasero con sus tibios deditos.
“Claro que sí.” Su voz era suave, satisfecha. “Pero Ruiseñor, en serio, si fuéramos realmente aventureros, no necesitaría fingir lesiones.”
0.0
Su pulgar rozó los labios hinchados de mi sexo, untando nuestra humedad mezclada.
“Simplemente, volvería a casa contigo todas las noches. No harían falta monstruos para cogerte.”
😊
Me reí sin aliento, presionando mi frente contra su pecho. Su latido era un tambor constante bajo mi mejilla.
“¡Eres ridículo!” Le reclamé, pero mis muslos se apretaron al pensarlo.
🤤
Mi esposo, sudoroso y agotado por la batalla, empujándome contra la pared de la taberna después de una misión. Sus manos rasgando mi túnica, su pene ya duro para mí.
😋
“¡Hay veces que tienes demasiado poder entre las piernas, valiente caballero!” le provocaba con voz seductora. “¡A veces pienso que es demasiado para mí sola!”
Él se rió suavecito y me besó la frente, uno de esos besos lentos y tiernos que me hacían estremecer.
Sus manos acariciaban mi espalda desnuda.
“Bueno…” me respondió con un suspiro tibio contra mi piel. “Si ese es el caso, tal vez reclutemos a una princesa para nuestro grupo. O a una camarera de una taberna.”

😫
Sus dedos se detuvieron en la curva de mi columna vertebral, presionando lo suficiente como para hacerme estremecer.
XO
“Tal vez una esclava sexual ocasional después de liberarla de un calabozo... a menos que quieras incluir a otro guerrero masculino en nuestro grupo.” Me desafió.
😠
Jadeé, mitad indignada fingida, mitad excitada de verdad, y le mordí el hombro.
“¿Estás loco?” Mi voz cargada de escándalo teatral, incluso mientras apretaba mis muslos alrededor de su cadera. “¡Las hermanas del monasterio dijeron específicamente que debía permanecer fiel a mi marido!... aunque sí me animaron a compartir entre mujeres.”
😡
Porque es verdad. No me interesa meterme con nadie más que no sea mi mejor amigo… o a lo mejor, una mujer bonita.
XD
Porque lo amo tanto. Aunque es muy cachondo, mi marido también es mi mejor amigo y la persona en la que más confío.
😍
Mi esposo me besó suavemente, con sus labios cálidos y ásperos contra los míos. Incluso después de todos estos años, sus besos me derriten, como la miel que se disuelve en el té.
😛
Podía sentir cómo se endurecía dentro de mí otra vez, su grueso pene retorciéndose contra mis paredes internas, donde nuestros fluidos aún se mezclaban.
“Mhm… “suspiró contra mi boca haciendo el ruido rico que hace cuando prueba sopita, deslizando las manos hacia abajo para apretarme el trasero. “Imagínate si reclutáramos más monjas... Todo un monasterio de vírgenes estrechitas, como tú... esperando aprender tus... técnicas curativas.”

😈
Sentí cómo se endurecía dentro de mí...
“¡Eres tan travieso, valiente caballero!”
Cuando finalmente se retiró, su pene seguía duro.
😮
He hablado con algunas de mis compañeras de trabajo y dicen que, en su mayoría, se les baja después de correrse. Pero no a mi esposo.
😤
Sigue rígido y considerable, listo para una segunda ronda. Cuando me puse a cuatro patas, se rió de mí.
“¡No puedo creer que seas adicta a esto!” me dijo, manoseándome el trasero.
😶
“Bueno... cuando nos casamos, me tomé muy en serio mis deberes como esposa... así que si quieres follarme el trasero... no puedo decir que no.” Le respondí un poquito colorada.
😊
Se rió de nuevo.
“Estoy de acuerdo, Marisol. Pero estoy bastante seguro de que esta vez no te lo he pedido.” Me dijo él.
😶
Hice otro puchero.
“Bueno... te estoy dando este refuerzo. ¿Lo quieres o no?” Lo amenacé enojada.
😂
Se rió de nuevo.
“¡Está bien! ¡Está bien!” Me dijo, poniéndose en la buena, metiéndome la punta en el trasero. “Marisol, me encanta follarte así.”
😊
Las mejillas se me pusieron rojas. Otra vez.
Su pene se introdujo lentamente, abriéndome centímetro a centímetro. El ardor era delicioso, una mezcla de dolor y placer que me hacía curvar los dedos de los pies contra las sábanas.
😩 😖
Solo había dejado que otro chico probara el sexo anal conmigo, un antiguo vecino con un pene más largo, pero sin ningún “talento”.
Mi esposo sabe exactamente cómo inclinar las caderas, cómo hacer una pausa cuando se me corta la respiración, cómo susurrarme obscenos elogios al oído hasta que mi cuerpo se derrita por él.

😤
“¡Carajos!” gimió despacio, agarrándome las caderas con las manos mientras llegaba al fondo, con los testículos presionándome. “¡Me aguantas tan bien, ruiseñor! ¡Estás tan acostumbrada!”
XD
Me sonrojé todavía más, con la cara apretada contra la almohada. Es cierto.
😊
Después de años de matrimonio, mi trasero conocía su forma mejor que mi sexo a veces. ¿Y lo peor? Se sentía mejor.
🤤
La estrecha y prohibida presión de él dentro de mí, la forma en que mi cuerpo temblaba cuando me follaba justo como debía, golpeando ese punto que hacía que las estrellas explotaran detrás de mis párpados.

😩 😲
Gemí cuando empezó a moverse, cada embestida deliberada y profunda.
“¡Me estás corrompiendo!” jadeé, arqueándome contra él, sintiéndome tan rico. “¡Convirtiéndome en tu... ¡Ah! tu puta elfa oscura personal!”
😫 😖
La risa de mi esposo era maliciosa, sus dedos se clavaban en mis caderas mientras aumentaba la velocidad.
“¡Tú lo has pedido, ruiseñor!” me recordó, acentuando cada palabra con un brusco movimiento de caderas. El sonido de la piel contra la piel llenaba la habitación, mezclándose con mis jadeos. “¡Y admítelo! ¡Te encanta ser mi pequeña puta degenerada!”

XD
Su pulgar rozó mi espalda baja, pasando por los hoyuelos que había allí antes de deslizarse hacia abajo para rodear mi clítoris. La doble estimulación provocó un cortocircuito en mi cerebro; me corrí al instante, apretando el trasero alrededor de él mientras el placer me recorría.
😵 😲
“¡Dios mío!” jadeé, presionando la frente contra el colchón. Mi esposo no cedió: su pene se movía dentro de mí sin descanso, rozando ese punto hinchado dentro de mí hasta que las lágrimas me picaron en los ojos.
“¡Dime!” exigió con voz ronca. “¡Dime cuánto te gusta que te lo haga así!”
Su mano libre se aferró a mi cabello, inclinando mi cabeza hacia atrás lo suficiente como para ver el triunfante aire de suficiencia en sus ojos negros.
“¡Mucho!” gemí, apretándolo sin vergüenza. “Soy... nngh... tu elfa oscura puta, ¿Ok? ¿Contento?”

😩😫
Estoy muy, muy feliz de que nuestro bebé Jacinto aún no entienda las palabras. Por suerte para mí, él no sabe lo puta que es su madre.
Y claro, mi marido es todo un amor todo el tiempo. Pero sabe que, a solas, me encanta que él me someta y siguió con eso.
😖😲
“¡Marisol, no te estoy mintiendo!”, dijo, penetrándome profundamente con su enorme pene y susurrándome cosas obscenas. “En algunos juegos, los elfos oscuros son unos maníacos sexuales... igual que tú...”
XO
¡Paff! Primer orgasmo anal. ¿Pensar en ser una zorra? Segundo orgasmo. ¿Imaginarlo follándome hasta el olvido? Tercero...
“¡Ay, Dios! ¡Ay, Dios!” gemí en la almohada, mordiendo la tela mientras el grueso pene de mi esposo se clavaba en mi trasero. El obsceno sonido húmedo de la piel resonaba en nuestro dormitorio, afortunadamente amortiguado por las gruesas paredes que nos separaban de la habitación de Jacinto.

😫 😖
Mi esposo contuvo el aliento y apretó mis caderas con las manos como si quisiera dejarme moretones.
“¡Me aguantas tan bien!” gruñó, inclinándose para lamerme el lóbulo de la oreja. “¡Tal y como debe hacerlo una elfa oscura!”
Mis dedos temblaban mientras los llevaba entre mis piernas, frotando mi clítoris en círculos frenéticos. La doble estimulación (su pene abriéndome mientras yo acariciaba mi hinchado botón), me provocó descargas eléctricas por la columna vertebral.
😩 😲
Mi esposo gimió cuando se dio cuenta, y cambió su agarre a mis pechos rebotando. Sus palmas apretaron, sus pulgares rozaron mis pezones de una manera que hizo que mis muslos temblaran.
“¡Ay, Ruiseñor!” dijo con voz ronca. “¡Estás empapando las sábanas!”
😫
Fue entonces cuando lo sentí: el vertiginoso tira y afloja de la humillación y la excitación que me tensaba el vientre. Sus palabras me pintaron con neón: esposa depravada, agujero codicioso, zorra sinvergüenza.
¿Lo peor? Mi cuerpo se arqueó, mis caderas se balancearon hacia atrás para recibir sus embestidas como si mi trasero estuviera hecho para él.
“¡Dilo!” exigió mi esposo, acentuando cada palabra con un brusco movimiento de caderas. “¡Dime lo que eres!”
“¡Soy... *¡ah!*... tu pequeña puta!” jadeé, la confesión saliendo entre suspiros desesperados.
Mi sexo se apretó alrededor de nada, goteando sobre las sábanas debajo de mí, mientras su pene excavaba un túnel resbaladizo dentro de mi trasero. La obscenidad de ello, lo fácil que lo acepté, lo “hambrienta” que estaba, envió una nueva ola de calor por mi espina dorsal.
😩 😖
Mi esposo gruñó en señal de aprobación, apretando mis caderas con más fuerza mientras me penetraba más fuerte, más profundo, con sus testículos golpeando mi piel con cada brutal embestida. La fuerza de sus movimientos hacía que mis pechos se balancearan salvajemente, su suave peso rebotando contra el colchón, los pezones doloridos por la fricción.
Sus dedos los encontraron, pellizcando y acariciando los rígidos pezones hasta que grité, el agudo placer-dolor nublando mi visión.
“¡Tienes toda la razón!” Me dijo con voz ronca. “¡Eres mi puta perfecta!”
ToT
Las lágrimas me picaban en las pestañas, en parte por la dilatación de su pene abriéndome el trasero, en parte por la pura felicidad de pertenecerle tan completamente. Mis dedos frotaban mi clítoris en círculos desesperados, persiguiendo el orgasmo, pero mi esposo apartó mi mano y la sustituyó por sus propios dedos gruesos.
“¡No!” jadeó con voz de mando. “¡Te correrás cuando yo te lo diga!”
Su pulgar presionaba, girando justo por debajo de la presión que yo necesitaba, mientras su otra mano retorcía mi pezón sin piedad. La negación se enroscó dentro de mí como un cable eléctrico.
😱
Entonces sus caderas se sacudieron, con un ritmo entrecortado y desigual, y su agarre en mi cintura se volvió doloroso.
“¡Carajos, carajos!” gruñó, hundiéndose hasta el fondo mientras alcanzaba el clímax. El calor inundó mi interior, su pene palpitaba contra mis estrechas paredes, cada chorro de semen me hacía gemir.
💦 💦 💦 💦

Me sentía llena, estirada hasta lo imposible, su semilla se derramaba a su alrededor mientras permanecía profundamente alojado en mí. El sonido húmedo cuando finalmente se retiró me hizo estremecer, su semen goteando por mis muslos en gruesas gotas.
“¡Eres increíble, Marisol!” Me dijo mi esposo despacito y tierno en mi hombro, deslizando sus manos hacia arriba para amasar mis pechos por detrás. Su pene, todavía medio duro y reluciente con nuestros fluidos mezclados, se presionó contra el bulto de mi trasero.
Me derretí con su tacto, sus dedos acariciando mis pezones hasta endurecerlos, sus dientes rozando la sensible piel de mi cuello.
“¡Volverte un desastre gimiente y chorreante es la mejor misión de todas!” se rió despacito, con su aliento caliente en mi oído.
😍
Me acurruqué contra él, disfrutando de la suave presión de su pene entre mis nalgas, de la forma en que su agarre se tensaba posesivamente cuando me movía.
“Creo... que has subido de nivel.” le dije sin aliento, mientras extendía la mano hacia atrás para acariciarlo perezosamente. “Porque, ¡Vaya, señor caballero! Ha sido una actuación legendaria.”
Su gemido de respuesta vibró a través de mí, y sus caderas se empujaron hacia adelante contra mi puño.
Y entonces, se acurrucó detrás de mí. Su pene arrogante y duro se colocó justo entre mis nalgas, como si fuera un perrito caliente entre dos panecillos. Sus manos, por supuesto, apretaban y estiraban mis pechos, y su cara, sobre mi hombro. Era el final de una aventura increíble.
¡Feliz 2026!
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0 comentarios - Caballero y elfa oscuros