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Mi empleada mexicana

Les cuento la historia de Perla, una compañera del trabajo. Ella mexicana, su familia se mudó acá y entró a laburar en una de las sucursales de mi viejo, en la que yo era encargado. En la sucursal éramos seis. Perla, otra piba más que se llamaba María, Sergio, Pablo, Juan y yo. Desde que la vi pensé que mi viejo era un hijo de puta. La mina era una nena morocha de cara inocente. Buenas tetas y buen culo, bien vuoluptosa. Iba a laburar con top con escote y falda corta. Rápidamente supe que mi viejo la había contratado porque estaba buena. María le dijo que sea más discreta con la ropa, pero ella no hizo caso, y eso fue el disparador para que yo me la quiera coger. El segundo disparador fue cuando me enteré que tenía novio. Un boludo mexicano que se mudó con ella, se llamaba Melitón. 


Esto sucedió una vez que faltó María y en el local quedamos Sergio, Pablo, Juan y yo. Teníamos que hacer algunas publicaciones para las redes sociales y organicé una reunión. Les dije a todos: "La ropa interior es algo que se vende poco y genera mucho ingreso. Así que deberíamos organizar algunas publicaciones de promoción". No tardamos en pensar algunas promociones, pero necesitabamos sacar fotos para promocionarlas. Sergio sugirió: "Por qué no nos probamos algunos boxers y vemos a quién le quedan mejor para las fotos?". Todos aceptamos. Pablo agregó: Perfecto, y que Perla decida a quién le queda mejor". 

Vi la cara de Perla, incómoda y antes de que pueda negarse, aproveché mi autoridad para aportar: "Si, buena idea. Perla, ve a buscar al depósito la cámara". Perla, sumisa, no respondió y fue hacia el depósito. Cuando volvió se sorprendió al vernos a los cuatro probándonos la ropa interior en promoción. Nuestros bultos resaltaban en los boxers. 

"Perla, cuál te parece mejor para las fotos?" Perla, impactada y nerviosa no respondió rápidamente. Juan, entendiendo el juego, la tomó del brazo y le dijo "acércate y míralos de cerca". La obligó a arrodizzarse y Perla quedó sobre sus rodillas, rodeada por nosotros cuatro. 

"Los cuatro parecen estar bien, dijo". Le respondí: "Vamos, Perla, sé profesional, dinos cuál es mejor". 

Sergio dijo: "Pasa que todos estamos dormidos, creo que sería mejor si nos erectamos y Perla nos dice cuál es más grande." Pablo aportó: "Buena idea, pero como nos erectamos?". Juan, con picardía dijo: "Que Perla nos muestre su culo o tetas". 

Perla, sobresaltada, dijo: "No sean estúpidos, tengo novio". Así que aproveché mi autoridad para decirle: "Vamos, Perla, tu novio nunca lo sabrá. Piensa que si podemos vender estas promociones mi padre les dará una buena comisión".

Abril dudó, pero dijo: "Bueno, prométanme que será nuestro secreto"... Acto seguido, se bajó su top, mostrando su corpiño, el cual cuidaba sus enormes tetas...

Cuando Abril volvió a vernos se sorprendió, Sergio, Pablo, Juan y yo habíamos sacado nuestras vergas de nuestros boxers. Ella ahora estaba arrodillada en su trabajo, rodeadad de cuatro vergas erectas, más grandes que las de su novio Melitón. 
Y bien, Perla, cuál de las cuatro es más grande?

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