Era una noche calurosa, de esas en las que el aire huele a sexo prohibido. Tu prima, esa puta estúpida de mierda que te tiene obsesionado, te había invitado a su casa con una sonrisa falsa. "Ven, primito, vamos a hablar de la familia", te dijo por mensaje, pero sabías que era una trampa. Llegaste y la encontraste en lencería azul turquesa, ese sujetador que apenas contenía sus tetas enormes y el tanga a juego, con el piercing en el ombligo brillando bajo la luz tenue de la lámpara. Estaba sentada en la cama, y detrás de ella, el "vecino" –un negro bien dotado que había invitado solo para joderte– le desabrochaba el sujetador lentamente.

"Primo, ¿estás seguro de que quieres estar presente mientras el vecino me folla?", te preguntó con esa voz rona y burlona, mirándote directamente. Tú, atado en una silla en la esquina, con la verga dura pero encerrada en una jaula que ella te había puesto, solo pudiste asentir como un perdedor. "Bien, cornudito, porque vas a ver cómo un hombre de verdad me trata." El vecino la besó en el cuello, bajando el sujetador para exponer esas tetas perfectas, y empezó a follarla lento sobre la cama. Ella gemía: "¡Ah, sí! Él es enorme, primo... mucho más que tú cosita patética. Mira cómo me llena, mientras tú solo observas." Te humilló obligándote a contar los empujones, y cada uno era una puñalada de celos y exitación.
Continuará al llegar a los 💯 puntos...

"Primo, ¿estás seguro de que quieres estar presente mientras el vecino me folla?", te preguntó con esa voz rona y burlona, mirándote directamente. Tú, atado en una silla en la esquina, con la verga dura pero encerrada en una jaula que ella te había puesto, solo pudiste asentir como un perdedor. "Bien, cornudito, porque vas a ver cómo un hombre de verdad me trata." El vecino la besó en el cuello, bajando el sujetador para exponer esas tetas perfectas, y empezó a follarla lento sobre la cama. Ella gemía: "¡Ah, sí! Él es enorme, primo... mucho más que tú cosita patética. Mira cómo me llena, mientras tú solo observas." Te humilló obligándote a contar los empujones, y cada uno era una puñalada de celos y exitación.
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0 comentarios - La Noche de la Zorra: Tu Prima te Hace Cornudo...