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El eléctrico me enchufa 2

-Jaja se nota que es un mocoso y de seguro ni te coge como se debe, no te preocupes, hoy te voy a coger hasta que te vengas a chorros. Me dijo, mientras acariciaba mi mejilla y me daba leves bofetadas, yo continuaba comiéndome su verga, tratando de disfrutarlo. Sabía que me podía ir muy mal si no cooperaba, traté de meterla lo más que pude, su boca se abrió, sorprendido me miraba. Nuevamente lo intenté, varias veces, lo que hacía que mantuviera las manos alejadas, tenerla hasta la campanilla lo ponía feliz. -Así, justo así puta, no te la saques, trata de aguantar lo más que puedas. Mis arcadas me sacaban chorros de baba que recorría mi cuerpo. Trataba de controlarme porque sentía como si estuviera a punto de vomitar, el gemía y me miraba complacido.
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Cuando la saqué, tomó mi baba y me la restregó por toda la cara. –Eres una buena puta. Me dijo satisfecho por mi desempeño. Sonriente, le pedí parar, tratando de convencerlo, pero apenas estábamos empezando, se quitó la ropa mientras yo seguía llorando. -Tranquilízate, ya lo estabas gozando, o quieres que te calme como se calman a las putas como tú. Asustada, limpié mis lágrimas. Con cada prenda que se quitaba, veía su cuerpo viejo, su piel arrugada y maltratada con algunas cicatrices por todos lados. Desnudo, tomó mis manos y me levantó. –Ahora vas a saber cómo es coger con un hombre. Se sentó y me jaló hacía él. Abrí las piernas y me monté sobre ese cuerpo viejo, nuevamente empezó a besarme y a tocarme por donde quería. Mientras con su pene frotaba mi vagina, su boca chupaba mis tetas y mordía mis pezones.

Empecé a temblar, no sé si por miedo o por las ansias de sentir ese trozo de carne dentro de mí que repito era el más grande que había visto hasta ese momento y me daba miedo jajaja, mientras esas manos viejas me tocaban. Al sentir la humedad y la calidez de mi vulva se puso como animal, mi piel se erizaba mientras me penetraba con sus dedos mi panochita. Instintivamente empecé a mover mi cadera, él apretaba mi barbilla, chupaba mis tetas, volvía a besarme entre gemidos. -Mamacita, mira cómo te mojas bien rico, ya la quieres hasta adentro verdad. No sé por qué, pero le pedí cogerme muy fuerte. Sin esperar respuesta me levanté y tomé esa verga deliciosa, acomodándome para metérmela lentamente, poco a poco. Sintiendo cada centímetro abrirme por dentro, apenas me entro la mitad y empecé a dar saltitos para meterla más mientras empezaba a gemir.
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Sorprendido por mi nueva actitud me tomó por la cadera, jalándome más hacia él, cada penetración me llegaba más adentro. Empecé a gritar, pero quería más, aceleramos el ritmo, ambos estábamos en la zona, con las mismas ganas de coger mucho. Apretaba mis nalgas y me golpeaba fuerte, cuando sus manos chocaban con mi piel, me apretaba fuerte, no me causaba dolor. Al contrario, me llenaba de placer, rodeé su cuello con mis manos y empecé a besarlo, sentía sus manos apretar mis tetas. Por los movimientos él se acomodó de tal manera que podía moverse muy rápido, yo me quedaba quieta gozando a ese viejo. Me hacía gritar de placer, poco a poco sentí como me venía un orgasmo violento, mis gritos se ahogaron y mis chorros salieron mientras el seguía penetrando muy duro.
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Como si estuviera orinando, me la metio hasta el fondo y ahí se quedó quieto, empecé a temblar como si me convulsionara. Me sujetó con firmeza. –Así mi amor, gózalo, gózalo, ya lo ves, así es como se debe de coger a una mujer tan deliciosa como tú. Continuó al ver que ya me calmaba. –Date la vuelta, quiero ver ese culote comerse mi verga. Obediente me la saqué y me paré. Me di la vuelta, pero antes de acomodarme sobre él, me empiné y abrí mis nalgas dejándolo verme bien, ya no le temía. Ya no me sentía amenazada, al contrario, quería que me cogiera tanto como se pudiera, me acomodé sobre él bailándole. Recargándome sobre su pecho, sus manos tocaban mi cuerpo, volvimos a besarnos mientras me acomodaba su verga en mi vulva. Pero el me dijo está vez no por la vagina, tráete el aceite de oliva, tomé el aceite de oliva y empecé a engrasar su vergota.

Me la comencé a meter pero era muy gruesa y al principio me dolio mucho y me levanté a lo que el me dió una nalgadotas que me hizo saltar, me tomó de la cintura y me jaló colocando su miembro en la entrada de mi culo, yo sabía que no me iba a tener compasión así que le puse más aceite y abrí mis nalgas lo más que pude, el me empezó a jalar mientras su pitote iba abriendo paso en mi culo, me dolia mucho y le pedí a gritos que se estuviera mientras también lloraba del dolor el seguía metiéndolo hasta que llegó al fondo una vez ahí mis piernas temblando y yo llorando intentando contener el dolor, me dejó acostumbrarme un rato mientras el me nalgueabs y me hacía chupetones, cuando dejé de sentir tanto dolor empecé a moverme, sentía mis nalgas rebotar sobre su pelvis, me costó un poco acostumbrarme a ese monstruo. Pero entre más me penetraba, más crecían mis ganas de coger con él.
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tomándome con fuerza por la cintura nos levantamos. Así sin sacármela, solo me inclinó, me recargue en el sillón, me la metia con furia, sentía como me llegaba muy adentro. Nunca me había sentido así con nadie, con mi culo expuesto a él, dejó caer un salivazo y empezó a estimular mi vagina mientras seguía cogiendo muy duro mi culo. -Te voy a coger cada que se me antoje, hasta que sangre el culo. Me dijo, obviamente yo acepté, no podía negarle nada. Hurgando mi ano, sentí que trataba de meter un dedo aparte de su pito que ya estaba hasta el fondo, realmente quería complacer a ese viejo, abrí mis nalgas con las manos lo más que pude.
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Me puse flojita y su dedo entró, al empezar a moverlo me vino otro orgasmo delicioso, me sacó su verga y metio sus dedos. Moviendo la mano muy rápido hizo que nuevamente mis chorros salieran a presión, se puso de rodillas para bañarse con ellos. Yo no me podía creer como me estaba cogiendo ese viejo lujurioso, entre los espasmos me acomodó en el piso, bien empinada. Él se acomodó sobre mí y volvió a penetrarme fuerte, con la cara pegada a la fría loseta sentía esa verga deliciosa meterse hasta adentro. Yo gemía y le pedía más, complaciente me tomó de la cintura y me dio con todo, ya estaba por venirse, me la metia y se quedaba ahí. Así una y otra vez hasta sentía que se corrió y la saco de mi culo para meterla en mi vagina y se vino adentro de mí, no me importó, con mucho gusto recibí la leche de ese viejo cochino.
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Terminó de correrse y me la sacó de golpe salió un poco embarrada de mi popó jajaja y el me dijo que rico saber que llegué muy al fondo y vaya que su había llegado muy al fondo yo sólo sentía como acomodaba mi intestino jajajaja, él se tiró sobre el sillón, ambos estábamos agotados. Cuando recuperé el aliento, me levanté y me acosté sobre él en su pecho sudado con su verga entre mis piernas con mi panochita escurriendo de su semen, nos quedamos así unos minutos, apenas iban a ser las 6 de la tarde. Mi mamá llegaba pasadas las 8 todos los días, aun teníamos tiempo para arreglar todo y limpiar nuestro desastre. Rápido nos levantamos y me metí a bañar y el se metió conmigo, al salir y ya había arreglado la luz, rápidamente limpiamos toda la sala y me dijo espero quedes preñada amor, me dió un beso y se marchó. Mi mamá me llamó para decirme que ya casi salía y que pasaría por algo para cenar, su novio iría por ella y cenaría con nosotras. A partir de ese día nuestra relación mejoró bastante, yo ya no discutía con mi mamá por tenerlo en casa, al contrario quería que estuviera todo el tiempo.

Como yo estaba sola por las tardes iba a casa para cogerme, como yo tomaba pastillas me daba su lechita sin problemas. Yo continúe mi vida con mi novio y con otros hombres, cogiendo con mis amigos, él me ayudaba con mi mamá haciendo que me diera permisos. Obviamente yo lo compensaba después.

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