Fantasía: Se la chupo al conserje en los baños (trap)

BASADO EN: UN SUEÑO QUE TUVE.

El centro comercial estaba lleno de gente, pero yo no los escuchaba. El ruido de la multitud se mezclaba en mi cabeza como un zumbido lejano, algo que podía ignorar fácilmente. Estaba demasiado encerrado en mis propios pensamientos, pensando en cómo me había atrevido a salir en público con mi traje de trapito y con maquillaje de chica, para prestar atención a lo que pasaba a mi alrededor. Desde lejos, noté al Intendente, lo vi moviéndose entre la gente, con su uniforme algo sucio y una mirada que me hizo sentir fuera de lugar. Pero decidí ignorarlo.

De repente, sentí una necesidad de escapar, de alejarme de todo. Entré al baño de chicos casi sin pensarlo. El lugar parecía desierto, solo el olor a humedad flotaba en el aire. Me enteré en el cubículo del fondo, respirando hondo, tratando de calmarme. Fue entonces cuando lo vi: alguien, casi en silencio, colocaba un letrero de "piso mojado" en la entrada. Esos letreros que siempre ponen los intendentes cuando van a trapear. Me quedé quieto.

Cuando abrí la puerta, allí estaba él, quieto, mirándome con esos ojos que parecían verme el alma. Se señaló la verga con el dedo índice, entendí inmediatamente qué quería y asentí con la cabeza. El Intendente extendió la mano y me tocó la mejilla. Su piel estaba fría, pero ese contraste me puso aún más caliente. No lo pensé dos veces. Me levanté y besé su cuello, sintiendo cómo esa frialdad me electrizaba.

No dijo nada, pero no hacía falta. Su silencio era un permiso, una invitación. Me arrodillé frente a él, mis manos temblorosas pero decididas. Mientras desabrochaba su uniforme, no pude evitar comparar su verga con sus brazos. Ambos gruesos, fuertes, llenos de venas que sobresalían, el vello oscuro y espeso cubría su piel fría, contrastando con la suavidad de mis propias manos. Era como si sus brazos fueran una extensión de su presencia: imponente, ruda, pero de alguna manera fascinante.

Tomé su verga con la boca, sintiendo cómo esa frialdad de su piel se mezclaba con el calor de mi aliento. Mis labios rozaban las venas que marcaban su piel, y el vello áspero me hacía cosquillas en la nariz mientras el olor me embriagaba. Era raro, jodidamente raro, pero también increíblemente excitante. Cada movimiento, cada contacto, era un recordatorio de lo prohibido que era, pero lo prohibido se siente mucho mejor.

Él no se movió, pero noté cómo su respiración se aceleraba. Yo no podía parar, no quería parar. Cada caricia, cada movimiento, era más intenso que el anterior. No había prisa, no había forcejeo, solo yo y él, conectados en un acto que iba más allá del miedo o la razón.

Cuando terminó en mi boca, sentí su semen caliente, lo saboreé como si fuera lo más delicioso que hubiera en el mundo, jugué un par de segundos con con mi lengua y su semen y finalmente lo tragué. Él se fue caminando lentamente, como si hubiera cumplido su propósito. Me quedé allí, jadeando, sintiendo una paz que nunca antes había conocido. Salí del baño y vi un segundo letrero de “piso mojado” en la entrada, era por eso que nadie había entrado durante nuestro acto.



Pero bueno, eso es todo por hoy, síganme, den puntos, favoritos, comenten y todo eso, recuerden que subo post CASI todos los viernes. Nos vemos en el siguiente post, adiós.