Con mi cuñada

Era fin de semana. Mi mujer estaba de viaje por lo que quedé con mi cuñada para ir a la playa.
Llegue y llame a la puerta.
Alpoco mi cuñada abrió y me recibió en bragas y sujetador.
Se acercó a mi y me dio dos besos en la mejilla apretando sus senos sobre mi pecho.
Joder claudia que buena estás.
Sí, te gusta este conjunto. Se dió la vuelta para que la viera por detrás.
Te sienta etupendamente.
Voy a cambiarme para ir a la playa no tardo nada.
No pude aguantar la tentación de mirar a su cuarto y entonces fue cuando me acabo de subir la calentura tenia unos pechos lindos y firmes con uno pezones grandes y rosados después se quito la braguita del bikini y le pude ver un estupendo coñito afeitado y rosadito en ese momento de repente se dio la vuelta y me pillo in fraganti tapándose como pudo sus partes

Que te gustan mis tetas , te las querrías comer verdad?
Si por supuesto que si. – dije yo.



Salió vestida con una minifalda vaquera y una blusa semitrasparente . No llevabasujetador.
Vamos.
Bajamos a la calle y cogimos mi moto. Ella se abrazó a mi pegandome sus tetas a la espalda.
Llegamos a la plya .
Al final de la tarde, cuando ya apenas quedaba nadie en la playa,  y como suele hacer habitualmente se quitó su tanga.  Con la cara completamente roja se quitó la braguita del bikini y salió corriendo al agua.
Al salir del agua,
Nos tumbamos en la arena y me pidió que le diera crema a lo que accedí inmediatamente, ella se dio por delante mientras yo hacía lo mismo y luego me tumbé para que me untara a mí. Después yo hice lo mismo con ella. Me puse a untarle crema por la espalda y las piernas, los hombros, me daba un poco de apuro untarle por el culo y se lo dije:


- No te preocupes, no me importa – me contestó.


Nunca le había tocado el culo así, aparte de algún cachete en casa cuando se cruzaba conmigo o cuando yo llegaba de trabajar y ella estaba en la cocina o en el baño y la veía con el tanga, no había pasado nada más. Me puse a untarle el bronceador y la masajeé el culo dulcemente, subiendo con mis manos por la espalda. Ella estaba relajada, creo que demasiado y se le erizó la piel, con lo cual me di cuenta de que le estaba gustando lo que hacía. Le extendía el bronceador por todo el cuerpo y la verdad es que me estaba costando mucho esfuerzo no excitarme ante la visión de un cuerpo tan sexy.



Al pasarle las manos por el interior de los muslos, muy cerca del tanga que nunca llegaba a tocar, me daba cuenta de que respiraba profundamente. Para darle crema bien en la espalda y el cuello,  y al pasarle las manos por los costados, sin darme cuenta rocé sus pechos por los lados. Hizo un paréntesis en su relajación y me dijo:
Te importa si me quito el tanga?
Se puso de pie, y se bajó el tanga. Pude ver su coñito depilado y sonrosado.
Bueno cuñado, que tal me ves?
Al rato de unas dos horas me dice. Que te parece si esta noche dormimos en mi casa?


Llego la tarde y nos fuimos a su casa.
Esperame en la habitacion.
Se tumbó desnud en la cama. Comencé a tocar su cuerpo, sus pechos, sus nalgas, sus piernas, su rostro, la lujuria nos envolvía a ambos no podíamos detenernos, nos detuvimos un par de ocasiones pensando que lo que hacíamos estaba mal, pero pronto lo olvidábamos y seguíamos con lo nuestro. Ese día no paso de un agasajo, pero supe que a partir de ese momento no importaba como, pero la haría mía.
Continuará ...

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