Fuimos a un hotel...

Llegamos a la entrada de un hotel, nos miramos con complicidad y sin decir nada entramos, yo miraba de forma nerviosa a todos lados mientras el pagaba la habitación. No se veía mal el lugar, estaba bastante iluminado y limpio.

Tomo mi mano y caminamos hacia el elevador, después de tocar el botón un par de veces el me beso, no decía nada, parecía nervioso pero yo también lo estaba. El elevador abrió y salió una pareja que se sonrojo al notarnos, yo me encogí de hombros y también me apene pero nadie dijo nada, no hubo ninguna clase de saludo y reino el silencio.

Entramos y se cerraron las puertas del elevador, nos dirigiamos al cuarto piso, yo de forma nerviosa jugaba con mi bolso mientras el sacaba su celular para tomarnos una foto, me abrazo tímidamente por detrás y tomo una selfie en el espejo del elevador, pensé en pedir que la borrará pero no lo hice.

Cuando llegamos al cuarto piso salimos y caminamos por un largo pasillo, nos había tocado la última habitación, pasamos por varias habitaciones cerradas en las cuales se podían escuchar gemidos femeninos y algunos insultos, la única habitación abierta era la nuestra.

Cuando entramos en la habitación, el cerro la puerta y puso todos los seguros que había, después corrió por la habitación buscando dispositivos que nos pudieran grabar mientras yo miraba la habitación desde la puerta, era un lugar muy amplio, tenía una cama muy grande con una colcha de colores, había una pantalla, un tocador en donde había condones, aguas peines y un par de toallas blancas, había un sillón tantrico y unas lámparas junto a la cama, las cortinas eran bastante gruesas y una vez que las cerro todo quedó muy oscuro. Encendió las luces y prendió la pantalla que mostró una escena porno, el comenzó a reír y preguntó si quería ver porno, le respondí que prefería tener la televisión apagada entonces la apagó y puso música, comenzó a sonar una especie de Jazz muy suave, eso sí me gustaba.

El se sentó en la cama y me preguntó si me quedaría ahí parada todo el tiempo, camine hacia el y vi el baño, no tenía nada especial pero note que el papel higiénico tenía un moño. Me senté junto a el y noté que la cama estaba muy dura pero no hice ningún comentario sobre eso.

El comenzó a besarme mientras acariciaba mis piernas, yo lo tome del cuello y acaricie su cabello, levantó mi vestido tejido color fiusha y me acaricio la entre pierna por encima de mi panty. Yo tenía mis piernas cerradas y el intentaba abrirlas pero no lo lograba, entonces subió su mano a mis senos, los acariciaba y apretaba mientras su respiración era cada vez más agitada.

Ser levantó y se quitó la camisa, de forma desesperada desabrochaba su cinturón, después de lograrlo bajo su pantalón y se dio cuenta que aún traía los zapatos, hizo una expresión muy graciosa y reí, el volteo a verme y comenzó a reír también. Me levanté y me quite mis tacones color negro, me quite el vestido y lo doble sobre el tocador, le pedí que me ayudara a desabrochar mi sostén, el se acercó y cuando lo hizo vio como se liberaban mis senos atreves del espejo en el tocador, me volteo y comenzó a besar mis enormes pezones rosados, dijo que eran más hermosos de lo que se había imaginado. Le pregunté si alguna vez se había imaginado estar en esa situación conmigo y respondió que siempre lo había soñado.

Nos seguimos besando mientras dábamos unos pasos a ciegas, llegamos nuevamente a la cama y me acosté lentamente mientras lo miraba fijamente, el se puso nervioso y me dio la espalda para quitarse su boxer. Noté que tenía unas nalgas muy redondas y bonitas, no lo pude evitar y me acerque a pellizcar una. Volteó rápidamente y sonrió. Preguntó si yo no me quitaría mis pantys pero negué con la cabeza, le dije que el tenía que hacerlo por mi.

Por fin volteo completamente y pude ver su pene, era grueso y tenía muchas venas marcadas, no tenía circuncisión pero era lindo. Quiso disculparse pero lo interrumpí, le pedí que no dijera nada y que se acercara a mi, me senté en la orilla de la cama y tome su pene para frotarlo, acerque mi cara a su miembro y comencé a frotarlo por todo mi rostro, respire en el y sentí un aroma muy dulce, tal vez por todas las bebidas energéticas que consumió, acaricie mis labios con la punta de su pene cubierto. Tomo mi cabeza tiernamente y pidió que lo chupara, obedecí y comencé a succionarlo lentamente, era un poco incómodo hacerlo sentada en la cama así que me puse de rodillas frente a el y continúe, lo hacía sin usar las manos, solo movía mi cabeza y succionaba su pene hasta sentirlo casi en mi garganta, noté que le comenzaron a temblar las piernas, entonces pare y le pedí acostarnos en la cama, dio un salto y se acostó, no paraba de decir que no podía creer lo que sucedía, su timidez se había convertido en una feliz excitación. Sonreí y me quite mis pantys.

Ahora el veía mi zona íntima con mucha curiosidad, vio mis pelos y dijo que me imaginaba más peluda pero le gustaba. Me acerque a el y tome su mano derecha, la puse entre mis piernas y le pedí que me tocará, lo hizo de forma brusca y tuve que detenerlo, entonces me pidió que lo dejara besar mi vagina, sonreí y afirmé con la cabeza, me disponía a recostarme cuando me pidió que me pusiera en cuatro, quería besar mi vagina y verme en esa posición.

Cuando estaba en cuatro, me pidió que me empinara y levantará más mis nalgas, mientras lo hacía pude sentir como acercaba su cara a mi culo mientras me agarraba las carreras y abría mis nalgas, su nariz toco mi ano y su lengua entraba en mi vagina, cerré mis ojos y solté el primer gemido. Notó que me gustaba lo que hacía, su lengua no paraba de subir y bajar, tocaba mi ano y mi vagina sin ningún respeto con la lengua, de pronto se detuvo y se levantó diciendo "ahí te va la verga".

Abrí mi ojos y sentí como de forma brusca me penetró, metió su pene hasta el fondo mientras apretaba mi cintura, mis gemidos fueron más sonoros, me penetraba fuertemente una y otra vez. De pronto sentí una nalgada y no pude evitar gritar, pero no fue un grito de dolor. Pedí que lo hiciera de nuevo, me dio varias nalgadas mientras yo estiraba los brazos hacia una almohada.

Se detuvo por un instante y me volteo, levantó mis piernas y las puso en sus hombros, ahora me penetraba con las piernas levantadas, lo hacía con una rápida cadencia, noté que sudaba mucho y que estaba muy agitado, pero no bajaba el ritmo, no dejaba de mirar mis senos, su rebote lo tenía hipnotizado. Intento besarme, mis rodillas tocaron mis hombros, era algo incómodo pero pude sentí como su pene llegaba más adentro, nos besamos, después de eso dijo que ya no podía más, estaba a punto de terminar, me preguntó si podía hacerlo dentro de mi y yo lo rodeé con mis piernas, no deje que sacará su pene de mi. Comenzó a temblar mientras cerraba sus ojos, su quijada se desencajaba y abría la boca dando gemidos, yo apretaba mi vagina y agarraba sus brazos gimiendo. Pude sentir como me rellenaba con un líquido tibio mientras su pene punzaba dentro de mi.

Después de un minuto lo solté y el se tendió en la cama agotado, yo me quedé con las piernas abiertas mientras sentía como salía el semen de mi vagina y escurría por mis nalgas.

Nos quedamos un buen rato acostados sin decir nada. Fui la primera en moverme, me levanté y fui al baño a limpiarme, su semen escurría en mis piernas mientras caminaba. Moje una toalla y me limpie. Cuando salí el estaba sentado en la orilla de la cama intentando asimilar lo que había sucedido, le dije que se vistiera por qué ya era tarde y mi marido me esperaba.

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