"Mi madre se volvió mi puta" Cap 1. Introducción.

Aclaro que este relato es parte de una serie de capitulos que si, veo que gusta, seguiré subiendo.

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Desde ya hace unos meses estaba atrás de mi madre. Fue una atracción inmediata después de que la viera coger.
Toda mi vida tuve que aguantar los halagos de mis compañeros hacia ella, y tenían sus razones. Una morocha de un metro sesenta y cinco, treinta y ocho años, unas tetas medianas pero un culo redondo, grande y trabajado.
Es tan educada y presente en todos los sentidos que tuve un gusto culposo al verla esa vez. 
Había llegado temprano un sábado por la noche a casa, entre por la puerta del patio sin hacer ruido ya que creí que estaría durmiendo, y al escuchar gemidos desde su habitación no tuve mejor idea que espiar en la ventana, y allí estaba. Tenía la vista perfecta, ella estaba en cuatro en el suelo apuntando su enorme culo en mi dirección. 
Podía ver cómo era atragantada por un hombre que se me hizo algo conocido. Pero no fue hasta que un poco de luz se hizo en su rostro que lo reconocí, era uno de mis profesores.
Estaba impactado, pero lo único que se me ocurrió en ese momento fue sacar mi verga y comenzar a masturbarme y grabar lo poco que podía con mi otra mano.

- Así te gusta papi? -dijo ella mientras golpeaba la verga de mi profesor en su rostro-

- Si zorra, pero no te la quites de la boca que estoy por acabar -Respondio mientras volvía a metérsela en la boca-

Era increíble, mi madre estaba siendo usada por mi profesor y además dejándose tratar como una prostituta.
No pasó mucho rato hasta que el acabara en su rostro. Ella, obediente, uso sus dedos y su lengua para limpiarse mientras veía como se vestía.

- Muy bien, le aseguraste a tu hijo un examen aprobado.

-¡¿Un examen?! -Se levanto del suelo rápidamente y lo encaro- hablamos del año entero.

-Sí lo sé -Hizo una pequeña pausa mientras abrochaba su cinturón - Pero cambie de parecer.

-No fue nuestro trato...

-Pues no, pero supongo que es mejor eso a qué tu hijo se entere de que su querida madre es una perra -se acerco a ella y puso la mano en la mejilla de mi madre - además... Tu lo disfrutas -la caricia delicada se transformó en un agarrón de pelo para luego escupirle el rostro- 

Ella lo acepto con culpa como si en el fondo le gustará.

-Sí me gusta, pero no si rompes tu palabra...

-Entonces limpia este desastre y te veré la próxima semana cuando quiera coger de nuevo.

Julián tomo su bolso y se fue. 
Yo contenía mucho rabia por el modo en el que había tratado a mi madre. Pero ese mismo sentimiento se volvió morbo cuando la ví tumbarse en la cama con las piernas abiertas mientras se tocaba.
Esa noche me toque muchas veces pensando en ella y viendo sus videos.
Me calentaba el ver lo que era mi madre cuando yo no estaba.
Al otro día todo se sintió distinto, los halagos de mis compañeros hacia mi madre se sentía diferentes. Lo que antes lo tomaba como insulto, ahora me daba morbo. 
El detonante fue cuando fui expulsado de mi clase por dormir a mitad de la misma. 
Fui llevado con el director del colegio mientras me regañaban.
Al entrar, me senté frente a el mientras me miraba fijo.

-Es la quinta vez en el mes, ¿no crees que es demasiado? - veía la doble intensión de su mirada. 

-Lo se, perdón -Respondí obediente en un tono arrepentido.

-Te pediré que esperes en la entrada, por hoy estás expulsado. Me encargaré de llamar a tu madre y que venga a firmar un acta para estar al tanto de todo esto.

Pasaron pocos minutos, ella llegó lo mas rápido que pudo, tenía una mirada penetrante que me miraban directo a los ojos. Estaba asustado, pero se veía tan sexy.
Llevaba una camisa blanca con el último botón desprendido y un escote algo marcado, por debajo una falda ajustada que llegaba a mitad de sus muslos carnosos. 
Paso a mi lado sin decir nada y enojada entro a la dirección. Me quedé viendo el cielo unos instantes pero la curiosidad me gano por lo que decidí desobedecer las órdenes del director y acercarme a la ventana para espiar.
Me escabullí por los salones hasta dar con el ventanal principal, el cual previamente estaba abierto y ahora cerrado por las cortinas. 
Acerqué mi cabeza lo más cerca que pude, poniendo mi oído sobre este y podía oir un poco de lo que pasaba en esa habitación.

-Señora, yo no puedo permitir que uno de mis alumnos le falte el respeto a mis profesores de esa manera. 

-Lo se director, le prometo que no volverá a suceder, pero porfavor no lo suspenda.

Las conversaciones cada vez eran en un tono más bajo por lo que, como pude, me hice un lugar a través de las cortinas para ver lo que estaba sucediendo. Ella lentamente desabrochaba su camisa mientras el director miraba espectante.

-¿Cree que podamos llegar a un acuerdo, director ? -Dijo ella en un tono provocador mientras se mordía sus labios pintados de un color carmesí-

-Estas vez lo dejaré pasar, pero la próxima deberé suspenderlo aunque no quiera -El director comenzaba a sudar mientras se acariciaba la verga por encima de su pantalón.

-Le prometo que no señor -Afirmo mientras se sacaba el brasier y lo ponía sobre el escritorio. 

Posteriormente, volvío a colocarse la camisa, a arreglarse deprisa y salir. 
Corri rápidamente a la salida del colegio y me subí al auto.
Ella subió con una mirada de desaprobación y condujo a casa en silencio. Al llegar yo me baje y me iba a ir a mi habitación, pero me inquiete al ver que ella me siguió y cerró la puerta de la habitación detrás de mi.
Se sentó sobre mi escritorio con las piernas cruzadas y yo me tumbe en la cama.

-Estas raro últimamente, Diego -Sabía que si me llamaba por mi nombre, se tomaba muy enserio lo que estábamos hablando- Te noto distraído y sin intereses.

Ella continuaba regañandome mientras yo no podía parar de mirarle las tetas. Sus pezones estaban rígidos y se trasparentaban por la camisa que claramente era de una tela fina.

-Ey, ¿Me estás escuchando? -Se paró frente a mi y me miró con firmeza-

-Sí lo hago -hice una pausa para luego lanzarme de una vez- ¿porque no llevas brasier?

Ella se sonrojo al instante y se tapo con una de sus manos.

- ¿P-porque preguntas eso? -me dió una bofetada que lo único que logró es que sepa que no había vuelta atrás con lo que le había dicho, por lo que tenía que seguir adelante.

-Porque se lo que haces -Me puse de pie y me pare frente a ella. Yo era un poco más alto, por lo que tuve que ladear mi cabeza levemente hacia abajo- Te ví lo que hiciste con Julián, y también ví lo que hiciste hoy.

Se puso pálida, su mundo se vino abajo en un segundo.

-Y-yo no quiero que malentiendas, lo hice por ti y ...

-Callate -La interrumpí y pase mi mano por detrás de su cintura agarrándola del culo- Me calentó demasiado.

Aunque disfrute de por fin tocar ese culo en el que tantas fantasías había tenido, duro poco mi alegría al notar que se aparto solo para darme otra bofetada.

-No soy ese tipo de mujeres -Dijo contundente para luego marcharse.

Me sentí mal después de eso, la había cagado completamente.
Los días posteriores a ese suceso fueron complicados, mi madre casi no me hablaba y si lo hacía era con un desánimo muy grande encima. No podía borrar lo que había echo, pero por la misma razón debía continuar.
Una noche, mientras se bañaba sonó su celular, ella no lo escucho y quise aprovechar para ver con quién hablaba, era Julián.
Le decía que a eso de las dos de la mañana vendría a hacerle una visita. Que se pusiera el conjunto que tanto le calentaba y se vistiera sexy para la ocasión. 
Cómo si hubiese ganado la lotería, prepare mis cosas para irme de la casa, mi plan era aprovechar para grabar todos las cosas que pasarían esa noche para después ver qué haría con ellos. 
Cuando estaba listo para irme mi madre se paró frente a la puerta.

-¿Ya te vas? 

La ojee de arriba a abajo antes de responder. Llevaba un conjunto aparentemente negro, una falta del mismo color y por encima un top escotado. 
Ella había noto mi mirada por lo que no tardo en sonrojarse.

-Sí, quedé en hacer un trabajo para la próxima semana, no dormiré en casa hoy.

Me despedí rápido y me fui para que no se notará mi erección.
El tiempo pasó y lo que ella no sabía (o eso pensaba) era que yo nunca me había ido de casa. Me fui por la puerta de adelante para unos minutos después trepar por el patio y esconderme en el covertizo. 
Me estaba por quedar dormido cuando escuché una conversación desde dentro de mi casa que llamaron mi atención. Salí silenciosamente y me quedé espiando.
Al principio solo cenaron, hubieron algunos toqueteos leves en el medio pero nada importante. 
Al final de la noche empecé a grabar al ver que se estaban besando.
Julián la tomo del pelo con dureza y la arrodilló haciendo que pierda la estabilidad. 
Verónica sin perder el tiempo el tiempo desabrochó rápidamente el pantalón de el y se metió su verga en la boca.
Era una escena porno. Veía como mi madre era atragantada por ese gordo, que claramente no podía ver la suerte que tenía de estar con tremendo mujerón. 
La escena duro unos minutos, luego Julián la jalo del pelo y la puso contra la mesa levantando su vestido.

-Eres una cerda -Dijo mientras notaba que mi madre no llevaba ropa interior.

- ¡Metemela ya, imbecil!

Julian resoplo y se la hundió hasta el fondo provocando que mi madre gimiera levemente.
Sus movimientos eran fuertes pero no muy profundos debido a su físico, solo eran lo suficientemente útiles para provocarle un cosquilleo en forma de gemido a mi madre. 

-¿Esto te gusta, culona?

-Acaba de una vez ¡gordo!

Julián aumento el ritmo y la firmeza de los impactos tomándola de la cintura. Su culo se tambaleaba al igual que la mesa con todos los impactos.
Fue cuestión de segundos que se la sacará y acabará en la espalda de mi madre.
Lo demás fue el mismo procedimiento de siempre, el se vestía y se iba, mi madre terminaba en el sofá masturbándose, pero el miedo fue cuando ella se despidió de Julián. Mientras se ponía cómoda para llegar al orgasmo tuve un descuido intentando salir de mi patio provocando un estruendo que llamo su atención. Supo exactamente dónde estaba, por lo que al verme tuvo una mezcla de irá y vergüenza por lo que corrió a buscar una bata mientras me decía que entrara.
Obediente (pero decidido), entre a la casa y me senté sobre la mesa. Encendí un cigarrillo mientras esperaba que ella volviera. A pesar de que tenía la bata puesta, podía ver algo de escote, tenía el pelo revuelto y se notaba que su excitación aún estaba presente.

-¡¿Porque me grabaste?! - De inmediato quiso darme una bofetada que frene sosteniendo su muñeca y presionando la contra la pared-

-No estás en posición de reclamarme nada ahora que descubrí lo que eres. Los vídeos los grabé para asegurarme de que no le digas nada sobre lo que intento contigo.

-No soy nada, no me trates como una cualquiera -Intentaba liberarse sin éxito ya que sostenía sus dos muñecas sobre su cabeza con una sola de mis manos.

-Si cogiste por mi, estoy seguro de que puedes coger conmigo -Desabroche su bata y la abrí violentamente haciendo que sus tetas se agiten levemente.

Intento safarse un par de veces pero fue inútil. Comencé besando su cuello y tocando su vagina, a pesar de sus pedidos por que pare su cuerpo demostraba otra cosa. Cada vez estaba más mojada provocando que sus líquidos chorreen por sus muslos.

-¿Q-que quieres a cambio de parar? -Dijo sonrojada.

-Sí cogemos, te dejare tranquila - Sonreí mientras me quitaba la camiseta.

Era mi oportunidad de oro y no iba a desaprovecharla.
Al quitarme la ropa note dos cosas.
La primera era su mirada. Yo no era musculoso como tal, pero tenía un cuerpo marcado ya que iba al gimnasio y me alimentaba bien. Lejos de las miradas que le daba a Julián o a su novio, notaba el deseo que tenía al ver mi verga y mi cuerpo.
La segunda es que el alcohol había jugado a mi favor. A pesar de que la había soltado, ella seguia recostada contra la misma pared, está vez todandose con ambas manos mientras se mordía el labio.

-Maldito niño estúpido -Ella se acercó a mi y me dió un beso con lengua.

Yo correspondí mientras le tocaba el culo. Me sorprendió cuando me empujó contra la mesa bruscamente y se puso de rodillas mentiendose mi verga dentro la boca.
Aunque pensé que mis 18 centímetros le quedarían grande, desaparecieron por completo en la primera embestida.
Bombeaba mi verga mientras me miraba fijo, lasciva. Usaba su lengua a la perfección sin sacarsela de la boca.
Con una de sus manos acariciaba mis huevos mientras que con la otra acariciaba su vagina.
Me miraba con deseo, como si sabía que esto era lo que se merecía. En el fondo, ninguno de los dos podían complacer su deseo sexual.

-Julian no se equivocó contigo -recogí su pelo mientras ella detenía sus bombeos al escuchar mis palabras - ¡Eres una cerda!

Empecé a tragantarla de un modo brusco, me estaba cogiendo su boca una y otra vez. Ella no dejaba de mirarme lo que me ponía aún más.

-Clgh clgh clgh clgh

Lo único que oí durante unos minutos era el sonido de mi madre atragantandose con mi verga.
Ella se la saco de la boca mientras me masturbaba y se puso de pie.

-Veamos que sabes hacer, chico malo -Escupió mi rostro.

A pesar de que había disfrutado eso, le demostraría quien manda. No sabía si habría una segunda vez, pero desde luego atesoraria está como una reliquia, y no se alejaría a todas mis fantasías sadomasoquistas.

-Maldita zorra -Le di una bofetada y la gire jalando su pelo.

-Ahh! ¡Imbécil!

-Callate, ¡Puta! -Jale de su pelo hasta llevarla al sofá y la empuje contra el poniendo sus rodillas sobre el aciento y su cabeza contra el respaldo - Yo no soy como los otros gordos que te cojes, yo soy tu amo.

La tome del cuello con firmeza mientras le metía la verga hasta el fondo.

-¡AHHH! E-Esta bien amo

En ese momento llegué a mi límite de excitación. Comencé a moverme salvajemente impactando duro contra su culo. Ella solo gritaba de manera ahogada mientras mordía el sofá. Cada embestida era mas fuerte y profunda debido a que la tomaba firme de la cintura.

-¡Me estás rompiendo! ¡Ahhh! 

-No es menos de lo que tú te mereces jeje

Le di una nalgada dejando mi mano marcada y me senté en el sofá.

-Te toca cabalgar cerda -Le dije mientras separaba mis piernas.

Ella me monto mientras se la introducía por completo y coloco sus manos en mi pecho.

-¿Asi tratas a todas las que te coges? -Dijo en un tono sexy mientras movía su cintura levemente hacia delante y atrás con toda mi verga adentro.

-Asi trato a las putas -Escupí su rostro y uní su torso con el mío poniendo mis manos en su culo y comenzando a moverme.

Mis movimientos comenzaron siendo lento y fueron escalando en fuerza. Las últimas eran fuertes, tanto que dudo que los vecinos no lo hayan escuchado. Mi madre solo gritaba mientras se abrazaba a mi.

-Quiero acabarte en la boca -Dije mientras me detenía y la miraba.

-No digas más.

Se puso en cuatro en el suelo y se metió mi verga en la boca. Lo próximo fue solo verla, era tan hermosa y tan puta a la vez. 
Colocó mis manos sobre su cabeza para que la guiará a mí gusto, pero no fue hasta que sentí un cosquilleo que hizo que la atragantara a más no poder. 

-¡Toma toda mi leche, cerda! 

Comencé a llenar su boca de semen, pocas veces recordaba haber acabado a esa magnitud. Ella sin desperdiciar, trago todo y se encargó de limpiar mi verga con lenguetazos.
Se quedó arrodillada en el suelo, con un gusto culposo pero un morbo y una excitación peculiar. Me incline hacia delante y la tome del cuello levemente.

-A partir de hoy eres y serás solo mía, ¿entendido? -Susurre cerca de su rostro.

- E-Esto no está bien...

-No, pero tú cuerpo hablo por vos. Nada de lo que me digas va a cambiar mi opinión. Te Vi coger con esos otros cerdos y ninguno lo hizo como yo, ni te puso como yo lo hice jeje

-Prometeme que será un secreto -Me miró fijo.

-Sera nuestro secreto... Solo si aceptas ser mia -Sonreí perverso demostrándole que dominaría sobre ella- De caso contrario, sería una pena que salieran a la luz los vídeos de "la culona" chupando una verga a cambio de que su hijo apruebe los finales.

-Aceptare -Dijo rápidamente - pero que nada de esto salga a la luz.

-Trato echo -Respondí para luego darle un beso con lengua e irme a dormir.

[Continuara]

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