Puta, infiel y sumisa parte 4

Seguía cabalgando con todas mis fuerzas, gimiendo y gritando como loca con todo ese pedazo de verga enorme dentro de mí, cuando de pronto la puerta de mí habitación se abre, eran mis dos hijos, entrando a la habitación y llevándose de primera instancia la imagen de su mamá cabalgando una verga grande y negra con su vagina, al percatarme de eso, intenté sacarme del negro, pero el me tomó de la cintura y me volvió a clavar, mis hijos sólo dijeron.
H- mami, podemos estar aquí, esque ya nos aburrimos estando sólos, qué están haciendo?
Y- estamos jugando amor
Tomé las manos del negro y las quité de mi cintura y levantandome de la cama, sacando tremenda verga de mi interior y me acerqué a mis hijos.
Y- no mi amor, esque mi amigo y yo estábamos ocupados en un juego y sólo es de dos personas
H- yo no puedo jugar con ustedes
Y- no mi vida, esté juego todavía no lo puedes jugar y tampoco te puedes quedar aquí
Mientras yo estaba desnuda de rodillas en el piso hablando con mi hijo el más grandecito, el negro estaba acostado con su enorme pene erecto, mientras que con sus manos se masturbaba.
H- mami y porque no tienes ropa y tú amigo tampoco?
Y- mi amor son muchas preguntas, no pasa nada solo es un juego
H- esque desde mi cuarto escuché que gritabas y pensé que te estaba lastimando
Y- no mi amor, el sólo juega conmigo a las luchas, por eso yo estaba arriba de él y estaba gritando porque me estaba ganando, pero no pasa nada
Yo seguía hablando con mi hijo explicándole el porque no sé podía quedar, cuando de pronto el negro se levanta y me toma del cabello, jalandome hacía la cama, mientras le decía a mi hijo

N- no te preocupes campeón, quédate aquí jugando mientras yo le rompo la colita a tú mami, sólo no nos interrumpas vale
Y- eyyy, no le digas eso, que tal si le dice eso a su papá
N- tiene que saber que u madre es una perra
H- está bien, no los molestaré
N- gracias campeón, seguiré cogiéndome a tú madre y si te portas bien, hasta te hago un hermanito
Y- eyyy ya cállate, deja de decir cosas que no entiende
H- está bien, me portaré bien para otro hermanito
El negro me jalo del cuello y me llevo a la cama de nuevo, yo estaba muy incómoda porque mis hijos estaban en la misma habitación donde me estaban cogiendo.

Regresamos a la cama, sentía mi vagina palpitando, tan caliente que sentía que me quemaba por dentro, me puse en cunclillas sin bajarme de el, y así, lentamente me lo fuí metiendo, la penetración fué más profunda que en la posición anterior, sentía su pene golpear no solo mi útero sino que sentía que movia todo lo que estaba dentro, algo muy similar a cuando el bebé te patea cuando estás embarazada, el negro puso sus manos en mis rodillas y yo las mias en su abdomen, en esta posición comencé a subir y bajar por su verga haciendo sentadillas, sintiendo como la cabezota de su pene empujaba mi interior y como su grueso tronco llenaba mi vagina de un cálido placer, y aún que era rico tenerlo así ya me había cansado de esa posición.
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Mientras yo seguía cabalgando y gimiendo, intentaba ya ser tan ruidosa, para no atraer la atención de mis hijos, no podía dejar de sentir incomodidad, mis hijos me estaban viendo coger y con otro hombre, mi hijo el más pequeño estaba muy concentrado en su juego, pero el otro, de vez en cuando voltea cuando a mí se me salía un grito y se me quedaba viendo extrañado.
Después de un rato de seguir cabalgando, de tanto que era mi excitación me fue importando menos la presencia de mis hijos y empecé de nuevo con mi rol de puta ninfómana.
Cambié de posición después de un rato así que bajé mis piernas poniéndome de nuevo en 4 y comencé a mover mi cadera sientiendo como su pene frotaba y estimulaba la parte superior de mi vagina tocando mi punto G por lo que no tarde nada en tener nuevamente otro orgasmo, el negro estiró los brazos para poner sus manos de nuevo en mis nalgas, las cuales nalgueba mientras yo gemía, mis pechos se bamboleaban sobre su rostro y el aprovechaba para darles fugaces lenguetadas cuando podía, me incorpore para metermelo lo más que podía y ya sentada con su verga enterrada al fondo moví mi pelvis hacia adelante y atrás, mi clítoris se frotaba con su abdomen y tuve un órgasmo tan rico que le mojé todo lo que estaba debajo de mi, fue tanto mi flujo que pensé que él había terminado dentro, pero no fue así, el podía con eso y más y me había decidido no dejarlo salir de la habitación hasta hacerlo terminar, mientras seguía montandolo me preguntó si me cabía toda, a lo que conteste que no sabía, por qué estaba muy grande, pero que me encantaba -eres todo un macho semental - le dije y el contesto que yo era toda una fiera en la cama como pocas le habían dado batalla, yo me puse muy contenta pues era un gran cumplido para mí.
Sin salirse de mi se incorporó hasta sentarse y a mi me fue inclinando lentamente hacia atrás hasta recostarme sobre la cama, estiré las piernas para acomodarme y el dobló las suyas, me tomo de la cintura y con gran agresividad movió su pelvis para follarme frenéticamente sin piedad, cerré les ojos pues un orgasmo me llegó de súbito, a lo lejos escuché que se reía, cuando pude regresar un poco de mi transe le pregunté el motivo de la risa a lo que el sin vergüenza contestó que yo ponia los ojos en blanco, si me la metía duro hasta el fondo seguro me iba a sacar los ojos, a mi la verdad me dió algo de vergüenza pero el maldito no dejaba de follarme y nuevamente perdí ante el placer del orgasmo, por momentos abría los ojos y solo veía de cabeza la ventana de la habitación como se movía o mejor dicho yo era a la que agitaban, escuchaba la cama, si el colchón rechinaba pero la base crujía, las embestidas se hacían más lentas pero más violentas y con cada embestida el negro decía - toma puta... toma perra... pendeja te sacaré los ojos... puta mexicana... todas las mexicanas son igual de putas... maldito país de putas... y esta es la puta más pendeja... hasta llora por qué me la follo... -que??? que había dicho??? con cada embestida yo soltaba un quejido agudo como de perra abotonada y fue cuando caí en lo que había dicho, pase un dedo por mi mejilla y en efectio, tenía lágrimas, estaba llorando, no sé si de placer o dolor pero estaba llorando y cada que me empujaba su pene apretaba mis ojos y creo que ahí salían más lágrimas, puse mis manos en mis pechos los que apreté con fuerza sin dejar de quejarme ni de gemir.
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El negro se inclino hacia mí, pensé que me besaría, por lo que yo me levanté un poco para besarlo, bajo sus pies al piso, yo me abrace de su cuello, pero no me besó, puso una de sus manos en mis nalgas y otra en mi espalda y me levanto de la cama, se puso por completo de pie cargandome con su verga enterrada en mi interior, yo me aferré a su cuello y el me sujetó de las nalgas y comenzó a mover y a empujarme con sus manos, su pene era tan grande que no salía de mi interior, una y otra ves su pene juguetaba dentro de mi, yo subía y bajaba disfrutando de su duro fierrote, se acomodo de manera que mis piernas descansaron sobre sus brazos y así solo se escuchaba el golpeteo de nuestros cuerpos cada ves que yo caía sobre su cuerpo, estuvimos unos minutos así hasta que lentamente se inclino sobre la cama para dejarme caer, de tan cachonda que ya estaba otra vez estaba disfrutando al mil y se me había olvidado que estaban mis hijos y mientras me metía la verga entera yo le decía a mí negro.
Y- me encanta tenerte adentro, cógeme duro, rompeme mi culo, desgarrame, quiero que me cojas más duro, dame más duro papi, soy una perra y una puta malcriada y necesito que me acomodes mi útero, déjame preñada como una perra en celo, quiero que te vengas en mi vagina y me dejes abierta escurriendo de leche y me des para llevar, frases como esas le decía gritando.
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Y - Jiji hay por Dios que tremendo macho estás hecho... y tú pito me enloquece y a mí vagina más.
N - Y eso que aún no acaba la mami.
No me percaté que el mendigo ni me había sacado su pito, me acomodo a la orilla de la cama, subió una pierna a la cama y la otra la dejo abajo, pasó su brazo por debajo de una de las mías, me tomo de la espalda y mi pierna se fue hasta su hombro y nuevamente comenzó a follarme... por dios que placer ( se caigo gorda de tanto decir placer, placer y placer pero no hay otra palabra para describirlo, todo fue rico) me bombeaba una y otra vez enterrandome su pene, yo gemía,gritaba y me quejaba pero en ningún momento deje de disfrutar, otro orgasmo llegó o mejor dicho otra serie de orgasmos llegaban, creo que nunca en mi vida había experimentado tal cantidad de orgasmos,de pronto sentí como mi cuerpo nuevamente se elevaba, volvió a cargarme para cojerme así, yo estaba tan perdida que creo que ni me agarré por qué sentí que mi cabeza se fue para atrás como un bebé que está aprendiendo a sentarse, logré hacerme hacia adelante y aferrarme abrando sus hombros, mientras el continuaba follandome, me trataba como una vil muñeca de trapo y saben que eso me encanta, lentamente me puso nuevamente sobre la cama pero esta vez si salió de mi.
- Ahora si te voy a follar como la perra que eres, te voy a partir en dos y te sacaré los ojos, te vas a tragar toda mi verga hasta las bolas, ponte como las perras apúrate.

Me dió una palmada en la pierna, no podía creer que el negro quisiera más, pocas veces puedo decir que un hombre me superara y este... me estaba superando con creces.

Rápidamente me puse en 4 sobre la cama, también me sorprendió que lo hice rápido como si apenas fuéramos a empezar a follar, no estaba cansada, creo que mi cuerpo también pedía más, el negro se colocó detrás de mi, juntó mis piernas, puso una de sus manos en mi nalga izquierda y colocó su pene en la entrada de mi hambrienta vagina y me la dejó ir hasta el fondo, solté un grito desgarrador, a pesar de lo lubricada y abierta que estaba me dolió mucho, sentí su pelvis y testículos chocar contra mi, fue tan brusco que me empujó hacia enfrente y casi me caigo, hasta se escuchó un fuerte golpe de la cabecera con la pared, sus embestidas eran muy bruscas, me dolían y comencé a llorar de nuevo, se subió a la cama y se sujetó de mi cintura y dejo caer su peso en cada embestida, me dolía, era rico pero me dolía mucho, en una embestida no pude más y me hice hacia adelante, su pene salió y yo casi caigo a la cama.
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2 comentarios - Puta, infiel y sumisa parte 4

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toda un puta as de cojer bien rico