Primeros pasos hacia mis cuernos 2

Primeros pasos hacia mis cuernos 2

Después del suceso con este chico estábamos todo el tiempo excitados, haciéndolo sin parar, éramos como una pareja que recién empieza a tener relaciones, los dos estábamos encantados con la situación, mi esposa me dijo que había sacado el anuncio de la página de contactos, me aclaro que no era porque no estuviera lista para encontrar un amante para cumplirme mi fantasía, sino porque no le gustaba la idea de no saber con quién demonios se iba a encontrar, había demasiado loco suelto para ella. Esa noche en la cama mientras hacíamos el amor me dijo
-No me olvido que tenes la fantasía de ser cornudo… y vos sabes que a mí me encanta el sexo…que a todos los hombres les encuentro algo atractivo… me gustan los hombres… y cuanto más hombres son… más me gustan… y si tengo la posibilidad de estar con muchos hombres no la voy a desperdiciar…
Todo eso decía, montada sobre mí. con esos hermosos y grandes pechos naturales sobre el sujetador con unas aureolas rosadas deliciosas marcando el ritmo de nuestra cogida moviéndose sobre mí.
-Simplemente voy a seguir vistiéndome así… comportándome así… y cuando encuentre al candidato indicado…
-Te hace falta otro macho eh…?
-La verdad que me encanta como me coges… pero cuando estás muy tenso o preocupado perdes el interés… y la idea que te haga cornudo te pone mucho… porque no aprovecharla…
-Te gustaría cogerte a alguien más eh? –dije mientras le apretaba fuerte los glúteos moviéndola sobre mi.
-Te dije mil veces que cada hombre tiene algo creativo para ofrecer… si una lo sabe explotar… y si mi marido no tiene ganas… porque no aprovechar las ganas de alguien más…
Yo no hablé más, mi pija estaba dura como una roca y ella se movía encantada sobre mí, los dos estábamos súper calientes todo el tiempo.

Cada vez nos dábamos más duro, la puse de perrito en la cama, veía ese culazo y sentía como chocaba mi pelvis contra sus glúteos que se sacudían al ritmo de la penetración que yo le marcaba, quería hacerla mía, pero sentía que era imposible, que ese cuerpo estaba hecho para mucho más placer del que un solo hombre podía darle, sentía el ruido de nuestros cuerpos al chocar y también la excitación creciente de los dos. Por el espejo que estaba al costado, en la puerta del armario veía como sus tetazas se sacudían al ritmo de mi cogida. Le di varios fuertes cachetazos en sus glúteos que la hacían gemir cada vez más fuerte…
-Si cógeme así que rico papi… se que puedo ser toda tuya papi… por algo me case con vos…
-Sos demasiado puta para tener un solo macho…
-O a vos te calienta que otros me cojan mejor que vos… eh… como cuando te cuento como me cogía Martín… te pone loquito eh… el me hacía su puta… bien puta… y bien suya… te gusta escuchar eso eh…? –no dije nada solo seguí dándole cada vez más duro, tratando de aguantarme para no llegar.
-Podía hacer lo que quería conmigo… a él le tomaba toda la lechita… le mostraba como me la había dejado en la boca y después me la tragaba porque sabía que eso le encantaba…y él era mi macho…
Seguí dándole bien duro sin decir nada hasta sentir como explotaba a chorros dentro de ella y sentía también como las paredes de su conchita apretaban mi miembro, estábamos teniendo un orgasmo como pocas veces.
Nos quedamos besándonos un montón de tiempo, yo acariciando esos globos inmensos, chupando esos pezones deliciosos, ella me dijo que me amaba, se dio la vuelta y nos dormimos otra vez abrazados.
La semana siguiente fuimos a una casa de ropa interior me hizo elegir un conjunto de ropa interior que me pareciera el más sexy, para la primera vez que saliera con un amante, me aclaro que no lo iba a usar conmigo, era para el encuentro con el primer amante que tuviera. Todo el tiempo armaba situaciones donde daba por descontado que ella me iba a hacer cornudo, sino era ese día, seguramente en algún momento se iba a dar, el nivel de excitación que manejábamos era delicioso, lo hacíamos todo los días con un nivel de calentura superior.
Cuando empezaba septiembre, llegando la primavera, mi jefe, con el que nos detestábamos profundamente, solo que él era el jefe y le era más fácil detestarme a mí y complicarme la vida, me exigía cada vez más, me tenía que quedar después de hora, exigencias desmedidas todo el tiempo con la amenaza de perder mi empleo, con las deudas que teníamos eso era realmente impensable para mí, empecé a estar más cansado y no prestarle tanta atención a mi esposa. Un par de días después en la cena me dijo que Johana, que era una profe de la facultad compañera de ella, tenía un candidato para presentarle.
-Le conté que mi marido no me presta mucha atención… está muy tenso por su trabajo… y vos sabes que ella es muy liberal, que entiende que echarse un polvo con alguien no tiene nada de malo, tiene un amigo que es muy confiable… y muy caliente… te dije que bajaba mi publicación porque no quería cruzarme con ningún loquito… pero si me ponen algún muchacho en bandeja… mi marido no me atiende…
Ella estaba parada junto a la mesada de la cocina, me levanté caliente como una tromba la bese y la empecé a acariciar por todo el cuerpo los dos nos metíamos mano, enseguida estábamos recalientes, la idea de ser cornudo me ponía, pero mucho más me asustaba que una mujer como la mía empezara una relación con otros hombres, sabía que si empezaba no iba a parar, solo iba a ser cada vez más grande mi cornamenta. Me sentía realmente asustado, estuvimos casi toda la noche haciéndolo, a la mañana siguiente mi jefe me llamó la atención que no rendía en el trabajo, que estaba cansado, no le presté atención, me fui a la máquina de café, me serví uno y por un momento pensé que realmente podía manejar mis pasiones…

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