La villera me enamoro 6

En casa me esperaba Karen, su panza crecía hermosa, con mi laburo compramos una cuna y peluches, la ecografía dijo que era una nena, la verdad yo saltaba en una pata, es mi princesa hermosa, Karen tenía antojos sexuales, andaba con su libido a pleno, se había vuelto adicta al sexo anal, tenía el orto bien dilatado como para que mi pija entre sin problemas, y le encantaba, venía a diario a pedirme que le peche la caquita, y ahí la ponía contra la pared y le reventaba el orto, ese orto fue siempre mi perdición y ella sabía cómo sacar ventaja con el, sus tetas crecían terriblemente y eso me calentaba era una negra bien tetona, con cinturita una panza asomando y un orto bien parado, me volvía loco estaba en su mejor estado, embarazada es un perron , una mañana arranco temprano a un control, yo tenía franco así que me quedé a descansar y ella fue con la hermana, me levanté y estaba mi suegra en la cocina, en tanga conn ese culazo divino, los pezones bien puntudos, y una remerita muy liviana, me dijo venía tomemos unos mates y te cuento algo, si le digo que paso? Y me dice vas a ser papá, si boluda le digo chocolate por la noticia,
Nooo me dice vas a ser papá doble.
Cómo papá doble le pregunto
Si. Estoy embarazada me dice, de verdad ese día se me vino el mundo abajo y me sentí el pendejo más miserable en este mundo, se lo cuestione, me enoje la putie, le dije que aborte, pero no hubo poder de dios que la haga cambiar de planes, ahí entendí que la muy HDP solo competía con Karen. Lo único que quería era cagarle la vida, por más que la insulte y la maltrate, me supo convencer me beboteo, hasta que la puse boca abajo contra la mesa de la cocina, y le reventé la concha a pijasos, lamentablemente me vuelve loco y disfruto como loco cogiéndola como la puta que es, cuando llegó Karen le contó la novedad, Karen feliz, mi cuñada igual le pregunto de quién era y les dijo que no tenía idea, disfrutamos todos la noticia pero en el fondo siempre estuve cagado de que todo salga a la luz, los días pasaron ella empecinada en tener al bebé dejo de putoniar, de hacerce coger , no le aflojo al escavio ni al pucho pero se cuido mínimamente, se pasaban el día con Karen mirando ropa de bebés, o recorriendo locales para donar las habitaciones, cunas y demás, así que el tiempo empezó a sobrar ahí empecé a charlar más con Marta mi cuñada, si bien siempre jodiamos, o había un poco de distancia empezamos a ser más confidentes, ella es más tímida que Karen, más delicada por así decirlo al hablar, incluso más discreta para vestirse, empecé a pegar buena onda hasta que un día me contó que sabía lo mío y lo de su mamá, también sabía que ese hijo era mío, que solo quería que no lastime a Karen, que jamás ella iba a de ir nada, fue un baldaso de agua fría, pero así se me daban las cosas, nació mi bebé, es hermosa, los ojitos de Karen, un sueño, y a los cuatro meses nació mi otra hija, la que tuvo mi suegra, es mi otra princesa, se criaron las dos juntas, son dos gotas de agua, y jamás hice diferencias entre ellas, Karen apenas nació nuestra bebota cambio, tomo más responsabilidad, se dedicó mucho a nuestra hija, empezó a estudiar, la relación seguía fogoza cogíamos más que antes pero ahí entendí que las mujeres maduran antes que nosotros, un día me engancho con su prima, después de un kilombaso me perdono pero no era lo mismo, nos separamos, fue mi primer gran amor, es una exelente madre, y cada tanto cuando se da algún re uerdo de ese orto me deja refrescar, con mi suegra la relación siguió igual solo que ella siguió de joda, Karen se dedicó a criar a las dos bebés y ella las llama hermanitas por la poca diferencia de edad, mi único miedo es que crecen y se parecen a Karen, ese fue mi primer gran amor, seguiré con el segundo

4 comentarios - La villera me enamoro 6

conrradio
que bueno loco me encanto!!! a la cuñada le falta verga seguro!! +10
esperanzatito
Que linda anécdota . Una gran historia la verdad .
veteranodel60 +1
Realmente cada vez mejor, falta que te cojas a la hermana y está todo hecho, té dejo mis 10 puntos y felicitaciones