Estrenandome con mi tía

Mi tía Carolina es la hermana pequeña de mi madre. Es cinco años más joven, mide 1,70 y es todo piernas. Siempre ha sido mi favorita. Cuando era pequeña, siempre estaba dispuesta a pasar tiempo con nosotros, a jugar y a preguntarnos por el colegio y nuestros amigos. Yo andaba por ahí con una erección perpetua, cuando empecé a fijarme en las chicas. Para mí, mi tía Carolina era una reina de la belleza y empecé a fijarme en su ropa ajustada que dejaba ver su cuerpo. A diferencia de las chicas del colegio, mi tía tenía unas tetas realmente grandes y bonitas que llenaban las blusas ajustadas que le gustaba llevar.

A medida que fui creciendo, me aficioné a Playboys (obviamente, esto ocurrió hace varios años) y mi admiración por todas las partes de la anatomía de una mujer fue en aumento. Las fotos hacían hincapié en las tetas, el culo, el cuerpo prieto, las caderas y las piernas de la mujer. Además, todas las mujeres estaban maquilladas para estar completamente guapas. Para mí, eso se convirtió en la idea de la mujer perfecta. Lo que también descubrí fue que mi tía Carolina podría haber sido fácilmente una modelo de Playboy. Tiene una cara preciosa; no mona, preciosa, elegante. Es alta, con piernas largas, caderas bonitas, cintura fina y unas tetas tan grandes como las de las mujeres de Playboy. Por aquel entonces yo no sabía nada de tallas, lo único que sabía es que eran grandes y perfectas. Su culo era una obra de arte. Parecía una diosa se pusiera lo que se pusiera, vaqueros, pantalones cortos o bikini. Los pantalones cortos y los bikinis mostraban mejor su mejor rasgo, sus largas y suaves piernas. Ni que decir tiene que yo me empalmaba cada vez que ella estaba cerca.

Así que, cuando mi madre me preguntó si quería acompañarlos en el crucero sólo para adultos de 4 días que tenían programado para dentro de una semana, en el que yo sería la "cita" de mi tía, dije inmediatamente "¡SÍ!". No estoy seguro de si grité demasiado y estaba demasiado emocionado, pero la verdad es que no me importó. Papá, mamá, mi tía y su prometido llevaban varios meses planeando el crucero. En un principio, ella había llamado para decirle que Carlos y ella habían roto su compromiso porque él la engañaba con una compañera de trabajo. Más tarde nos enteraríamos de que la mujer era la fulana de la oficina. Ella llamó para cancelar, diciendo que no estaba de humor y que no quería ser una tercera rueda para mamá y papá en el viaje. Mamá la convenció para que fuera como estaba previsto, ofreciéndome como su "cita"... y así fue como acabé acompañándola en el crucero.

Hacía casi dos años que no veía a mi tía. Se había mudado a cuatro horas de distancia por un trabajo que le pagaban muy bien y que era el tipo de trabajo con el que ella siempre había soñado. Por difícil que fuera, se mudó con la mayor parte de la familia todavía en la ciudad. No podía venir a visitarlos a menudo, pero las dos veces que lo hizo, yo estaba fuera de la ciudad.

Un niño puede crecer mucho en dos años. Yo acababa de terminar el instituto y tenía dieciséis años la última vez que la vi en persona. Cuando salí al jardín, me sorprendió gratamente. Estaba tan buena como siempre, tumbada junto a la piscina con mamá y un vaso de vino en la mano. Inmediatamente se levantó para abrazarme y me di cuenta de que ahora yo era más alto que ella, desde la última vez que la vi había crecido hasta 1,90 m, y que se sentía muy bien en mis brazos con sus tetas apretadas contra mi pecho. El bikini que llevaba puesto sin duda aumentaba su atractivo.

Empezó a gritar y a mirarme de arriba abajo.

- Es increíble lo mucho que has crecido. Que guapo te has vuelto sobrino.

Desde luego, no podía discutir con ella en ese punto. Llevaba cuatro años en el equipo de lucha libre y, obviamente, había estado levantando pesas para tener una ventaja competitiva.

- Tú también estás muy guapa, tita.
- ¿Tienes ya novia? Seguro que se pelean todas por estar contigo.
- No, he cortado con mi ex hace poco y no tengo planeado empezar nada serio con nadie.

Mamá se levantó para rellenar sus copas de vino mientras yo me quedé sentado hablando con mi tía sobre los dos últimos años y mis planes para la universidad. Mamá se ausentó unos quince minutos, tiempo suficiente para que yo mirase a hurtadillas todo el cuerpo de mi tía. Menos mal que mamá volvió, diciéndome que les diera un poco de intimidad, que ya tendría tiempo de sobra para hablar con mi tía en el crucero.

Teníamos que registrarnos al día siguiente para el crucero, así que decidimos pedir una pizza para cenar y acostarnos pronto. Mientras llegaba la pizza, mamá y mi tía se metieron en la ducha, por separado. Salieron vestidas con unos pantalones cortos normales y una camiseta. Yo esperaba que ella se hubiera quedado en bikini.

Después de cenar, vimos la tele y pronto mi madre y mi padre se fueron a la cama, recordándonos que no nos acostásemos tarde porque mañana era un día ajetreado y teníamos que madrugar. No nos quedamos hasta mucho más tarde antes de que le dijera que me iba a la cama. Me siguió por el pasillo y nos dimos un abrazo de buenas noches antes de ir a la habitación de invitados. De nuevo, sus tetas se sentían bien apretadas contra mi cuerpo. Después de estar en la cama durante unos minutos, llamó ligeramente a mi puerta antes de entrar en mi habitación vestida con un par de pantalones cortos ajustados y un top ajustado que mostraba sus pezones duros asomando a través de su camisa, su estómago apretado y sus largas piernas.

- ¿Estás despierto?
- Sí. ¿Qué pasa?
- Me he olvidado el cargador del móvil. No tendrás uno para dejarme, ¿no?

Salté de la cama para darle el cargador de repuesto que tenía en el cajón del escritorio. Sólo llevaba un par de calzoncillos, pero no estaba pensando en eso precisamente. Encontré el cargador que buscaba y se lo di. Una vez en la cama, empecé a pensar en lo que acababa de pasar y me di cuenta de que ella me había estado observando, de una manera no tan casual. Entonces me di cuenta de la tienda de campaña que se había formado en mis calzoncillos. Tengo una buena polla de 20 cm que mis dos exnovias me han elogiado. Así que estoy seguro de que ella lo vio. No paraba de dar vueltas en la cama, preocupado por si le contaba algo a mis padres por la mañana. Sin saber qué hacer, empecé a masturbarme, fantaseando con ella en el bikini que le había visto al llegar a casa. Me corrí más de lo normal, pero sin duda me ayudó a conciliar el sueño.

La tortura continuó a la mañana siguiente. Como de costumbre, todos teníamos prisa cuando llegó el taxi que nos llevaría al puerto para embarcar. Llevaba una camiseta de tirantes que hacían que sus tetas parecieran increíbles. Se mantenían en su sitio tan bien que los tirantes no eran necesarios. Llevaba unos pantalones cortos con sandalias de tacón, lo que hacía que sus piernas parecieran deliciosas. Una vez más, sentí que se me ponía dura. Todo el alboroto de cargar el equipaje y comprobar que tenía todo lo que quería llevarme me ayudó a bajarla. Me llevé un par de libros, una baraja de cartas, mi tablet y otros objetos que podría necesitar. Subimos a la furgoneta y los cuatro nos pusimos en camino.

Tuvimos que lidiar con la multitud en el check-in y fue entonces cuando descubrimos el descuido de que sólo había dos habitaciones. Mi padre se ofreció a compartir habitación conmigo para que las dos hermanas compartieran habitación. Ella protestó inmediatamente, diciendo que no iba a arruinarles el viaje y que ella y yo lo solucionaríamos. Le cogió la llave de la habitación a mi padre y quedamos en vernos en el bar de la piscina dentro de una hora. Me volví hacia mi padre, me encogí de hombros y la seguí hasta nuestra habitación.

Descargamos el equipaje y me tumbé en la cama mientras ella entraba en el baño para cambiarse. Salió con un sombrero, gafas de sol y su bikini con un pareo ceñido al culo. Yo me había cambiado mientras ella estaba en el baño, así que cogí mi gorra y mis gafas de sol y nos dirigimos al bar. Me puso la mano en el brazo, provocándome un sobresalto por el simple contacto.

- Recuerda, eres mi cita en este crucero, así que tienes que comportarte como tal.
- ¿Y qué implica eso? - pregunté riéndome entre dientes.
- Pues tienes que comportarte como mi novio. Ir a por bebidas para mí, ponerme protector solar y cualquier otra cosa que te pida.
- Muy bien, tita.
- Además, tienes que dejar de llamarme tita. A partir de ahora me llamas por mi nombre o cariño.
- Bien, seré el mejor novio que has tenido, cariño.

Los dos nos echamos a reír mientras llegábamos al bar.

Mis padres ya estaban allí, con una copa cada uno en la mano. A ella le esperaba un vino y a mí una Coca-Cola. Nos sentamos en el bar un rato antes de decidirnos a buscar unas tumbonas junto a la piscina. Mamá y papá caminaban delante de nosotros, mientras yo me acercaba a mi tía para ofrecerle mi brazo. Ella me miró y me dedicó una sonrisa de felicidad.

Tuvimos suerte y encontramos cuatro tumbonas vacías. Estaban colocadas dos delante y dos detrás. Papá y yo ocupamos las dos de atrás y mamá y su hermana las dos de delante. A estas alturas, ya llevaban varias copas y se les empezaba a notar, mientras que yo estaba completamente sobrio con 4 Coca-Colas.

Mamá y su hermana se levantaron para ir al baño y descubrí algo que había estado delante de mí todo el tiempo. Mamá estaba muy guapa en bikini. Siempre llevaba un bañador en casa, pero supongo que se compró uno de dos piezas para el crucero, pensando que vendría el prometido de mi tía y no yo. Su culo parecía tan prieto como el de su hermana con el bikini que parecía una talla más pequeña. ¿Por qué nunca me había dado cuenta? Mientras se alejaban, mi padre preguntó:

- ¿Quién crees que tiene el culo más bonito? - preguntó mi padre mientras se alejaban.
- Mmm, no lo sé.
- Tu madre no está mal para ser una mujer sexy de 40 años, ¿eh?
- No. Es... es... eh... bonita. - dije con algo de reparo por estar hablando así de mi madre.

Nos quedamos callados mirándolas mientras se alejaban. Tanto Carolina como mamá estaban jodidamente sexys en sus bikinis con cinturas delgadas y culos apretados mientras se alejaban. Mirando a mi alrededor, pude ver a otros chicos mirándolas. Pronto volvieron y se sentaron con una copa de vino en la mano. Papá se levantó para ir al baño y yo decidí quedarme. Cerré los ojos y disfruté del sol mientras mi mamá y mi tía cotilleaban sobre la gente del barco. Pronto empezaron a hablar de Carlos, de cómo ella lo había descubierto y de lo patético y perdedor que era. También fue entonces cuando mi tía mencionó que él no había cumplido con sus obligaciones durante los últimos meses y que ella estaba muy cachonda. Debían de haberse olvidado de que yo estaba allí. Casi me delaté cuando oí a Carolina decir:

- Estoy tan cachonda que hasta podría aprovecharme de tu hijo.
- Adelante, seguro que le gustaría. - respondió mi madre y ambas comenzaron a reírse.

La respuesta de mi madre no me la esperaba en absoluto.

- Por la forma en que te estaba desnudando con la mirada anoche en la piscina, estoy segura de que le apetecería. - continuó mi madre.
- Sí, de algunas cosas me di cuenta anoche.

Sentí como mi cara se enrojecía al oír esas palabras de mi tía, sin duda se refería a la empalmada que llevaba en mi habitación. Por suerte, dejaron el tema ahí y volvieron a burlarse de la gente que nos rodeaba. Papá había emprendido el camino de vuelta, explicando que se había perdido.

Fuimos a comer algo. Mientras almorzábamos, se anunció que un grupo de música que ni conocía tocaría en la cubierta superior. Mamá y papá pasaron de ir, pero Carolina dijo que quería ir a verlo. Sonaba divertido, así que la cogí de la mano y la llevé conmigo. Oímos a la banda desde lejos y no tardamos mucho en encontrarlos. Estábamos bailando y divirtiéndonos, y yo miraba a mi tía sexy moviendo el culo. Me permití fantasear y pensar en ella como mi novia. La agarré y tomé la iniciativa. La rodeé y puse mi mano en la parte baja de su espalda mientras la mantenía pegada a mi cuerpo mientras bailábamos. Se sentía muy bien en mis brazos y contra mi cuerpo. Mi polla comenzó a mostrar signos de querer salir a jugar también, pero pude controlarla para que no se convirtiera en una erección completa.

Decidimos volver a nuestra habitación y echarnos una siesta antes de cenar. Había bebido demasiado vino y el sol también había contribuido a cansarla. Mientras caminábamos de vuelta a nuestra habitación, mi fantasía continuó, con ella poniendo su mano en la mía. Para los demás, parecíamos una pareja.

- ¿Te importa que te coja de la mano? Quizá no quieras que te vean con una anciana como yo.
- No, no me importa. - le respondí mirándola de arriba abajo. - Solo tienes 35 años y eres guapísima, además, solo aparentas tener 20. Soy afortunado de poder llevarte de la mano.
- Con cumplidos así llegarás muy lejos, cariño. - dijo mientras sonreía.

Llegamos a nuestra habitación y ambos saltamos a la cama. Yo estaba tumbado boca arriba cuando ella decidió acurrucarse sobre mí, rodeando mi pecho con su brazo y mi pierna con la suya. Una vez más, sus tetas se apretaron contra mí. Nunca sabré cómo conseguí dormirme con la erección que me provocó.

Cuando me desperté, mi tía ya estaba en la ducha preparándose para cenar. Cuando salió, me sentí torturado una vez más. Caminaba con el pelo envuelto en una toalla y una toalla pequeña envuelta alrededor de su cuerpo que le cubría las tetas y apenas le llegaba por debajo de las nalgas. Definitivamente me esforzaba por quitar esa toalla con la mirada. Me sonrió coquetamente y me dijo que me metiera en la ducha. Me explicó que iba a vestirse mientras yo me duchaba.

Cuando salimos de nuestro camarote, yo estaba erguido y orgulloso cogiendo de la mano a mi cita. Estaba guapísima con su vestidito negro. Mirando su culo, me di cuenta de que no tenía marcas de las bragas. Sólo eso me volvió loco.

- Estás preciosa, cariño. - le dije envalentonándome un poco.
- ¿Realmente te gusta lo que llevo puesto? - dijo riendo un poco.
- Por supuesto. Estás muy sexy.
- Me alegro de que te guste.

Caminamos en silencio, de la mano, el resto del camino. Encontramos a mis padres en el restaurante y el camarero nos indicó donde sentarnos. Era el restaurante más agradable a bordo, con todo el mundo bien vestido. La comida era excelente. Con los 18 recién cumplidos ya tenía edad para pedir cualquier bebida alcohólica, aunque nunca había bebido delante de mis padres. Pedí un Long Island Ice Tea y miré a mis padres. No parecía que les hubiera molestado el que hubiera pedido un cóctel yo también. La conversación fue buena y sin duda ellos tomaron más de una copa durante la cena. Cada vez estaban más borrachos y divertidos y yo me lo estaba pasando en grande. ¿Quién iba a decir que mis padres podían ser tan divertidos? El plan para la noche era cena y baile.

El local era una combinación de restaurante y pista de baile. Había una gran banda de música que tocaba desde Sinatra, Bennett y Martin hasta música swing de ritmo rápido. Mi tía no lo sabía, pero mi ex y yo habíamos tomado clases de baile por una apuesta, así que se quedó muy impresionada cuando la llevé a la pista. Mamá y papá se unieron a nosotros, pero no eran ni de lejos tan buenos bailarines. Cuando nos sentamos, varias personas, hombres y mujeres, se acercaron a felicitarnos diciéndome que mi novia y yo estábamos muy guapos y bailábamos muy bien. Mi tía lo oyó y se burló un poco de mí, cosa que me encantó.

- Entonces, ¿soy tu novia ahora? - me susurró al oído.

Recordando su conversación anterior sobre su posible aprovechamiento de mí y todavía sintiendo un zumbido de mi bebida anterior, mi ego estaba un poco inflado.

- No creo que puedas seguirme el ritmo como mi novia.
- ¿Por qué no lo ponemos a prueba, pequeño engreído? - me respondió con una mirada de sorpresa en su cara.

Los dos nos reímos mientras empezaba a sonar una canción de Big Bad Voodoo Daddy. Era una de las canciones que mi ex y yo habíamos practicado mientras aprendíamos a bailar. La agarré y me dirigí a la pista de baile. Mientras la hacía girar y luego la traía de vuelta hacia mí, sentí como si presionara sus grandes pechos con fuerza contra mí. Me encantaba la sensación y continué esforzándome al máximo por impresionar a mi cita.

- ¿Soy lo bastante buena para ser tu novia? - me preguntó cuando terminó la canción.

Me reí mientras asentía. Rápidamente me puso una mano detrás de la cabeza y me dio un beso directamente en los labios, algo que haría una novia. ¿Me estaba reclamando para mantener alejadas a las otras señoritas? Como joven viril de 18 años, volví a la mesa, luchando con mi erección, mientras ella tiraba de mi mano.

Sonó una canción lenta y los cuatro nos subimos a la pista de baile. Mis padres sin duda estaban disfrutando de su crucero. Empezaron a besarse ligeramente con una de las manos de mi padre en el hermoso culo de ella. En casa siempre habían mostrado atracción física el uno por el otro, hasta el punto de que mi padre bromeaba diciendo que quería llevarse a mi madre a su dormitorio. Cuando los vi así, me alegré de que se estuvieran divirtiendo.

Sosteniendo el cuerpazo de mi tía en mis manos, había tantas cosas que quería hacerle, pero también sabía que no debía. La estreché contra mí, sintiendo su pecho contra el mío. Cuando empecé a sentir que mi polla se ponía dura, aflojé mi agarre sobre ella, esperando que no lo hubiera sentido.

- Cariño, abrázame otra vez como me estabas abrazando, se sentía muy bien. - me susurró al oído.

De mala gana, hice lo que me pedía. Cuando su entrepierna entró en contacto con la mía, la oí emitir un suave gemido. A esa canción le siguió otra lenta que no hizo más que prolongar mi vergüenza. Aquí estoy, abrazando a la hermana de mi madre mientras ella siente la mayor erección que jamás he tenido empujando contra su coño. La canción terminó y una vez más se acercó a mí para tirar suavemente de mi cabeza hacia abajo y darme otro beso. Este beso fue más lento y sentí su lengua salir para deslizarse sensualmente por mis labios. Joder, ¿iba en serio con lo que le había dicho a mamá antes en la piscina? ¿Iba en serio mi madre al darle permiso?

- ¿Estoy siendo una buena novia? - preguntó con voz muy seductora, devolviéndome a la realidad.
- Uh huh - fue todo lo que pude decir mientras asentía con la cabeza.

Todos pasamos el rato bailando y bebiendo. En varias ocasiones apoyó su mano en mi regazo mientras yo la rodeaba con mi brazo en el respaldo de la silla. Para cualquiera que estuviera en el restaurante, sin duda éramos una pareja. Todo el tiempo no dejaba de pensar en lo que significaba aquel beso y en lo que pasaría cuando volviéramos a nuestro camarote. En varias ocasiones ella me miraba y me apretaba el muslo mientras me guiñaba un ojo con una mirada muy sexy. Finalmente, la noche llegó a su fin y tuvimos que volver a nuestro camarote.

De camino a nuestro camarote, ella me rodeó la cintura con el brazo y yo le rodeé el hombro con el mío. Disfrutaba del sueño de que fuera mía. Llegamos y ella entró primero en el baño para prepararse para ir a la cama. Salió con los mismos pantalones cortos ajustados y el mismo top que se había puesto la noche anterior. Era obvio que no llevaba sujetador, con sus pezones duros orgullosamente a la vista. El alcohol y el beso de antes me había vuelto un poco valiente y opté por quedarme sólo con los calzoncillos, sin camiseta, rápidamente entré en el cuarto de baño. Debí de tardar un poco más de lo necesario, porque cuando salí ella ya estaba en la cama, de lado, de espaldas a mí. Cuando me metí en la cama, me pidió que la abrazara. Cuando me acerqué para abrazarla, empujó su culo contra mi entrepierna. Mi polla volvía a estar tiesa y parecía que su culo presionaba más contra ella. Le di las buenas noches y la besé suavemente en la piel expuesta junto a su cuello. Se dio la vuelta y nos besamos una vez más. Joder, ¡qué bien se sentía!

A la mañana siguiente me desperté con ella ya duchada, molestándome para que me diera prisa. Tenía hambre y quería ir a desayunar. Sin duda iba a ser otro día de tortura con un top sin mangas diferente y otro par de pantalones cortos que complementaban su culo perfecto. Tras una ducha rapida, cogí mis gafas de sol y mi gorra y fui hacia la puerta.

- Ya estoy listo para desayunar con mi chica.
- Estás haciendo un buen trabajo como mi novio. - dijo mientras se reía.

De camino, pasamos por el camarote de mis padres, que optaron por no desayunar. Todavía estaban en la cama y no tenían ganas de hacer nada que requiriera levantarse. La primera parte del día la pasamos solos. Nos dirigimos al buffet. Cogimos una mesa y ella se sentó a mi lado, no enfrente.

- ¿Te lo pasaste bien anoche? Porque yo desde luego que sí. - me preguntó mi tía.
- Me lo pase genial. Me impresionó que fueras capaz de seguirme el ritmo.
- ¿Habías tomado clases de baile antes? - me preguntó obviando la pequeña puya.
- Sí, con mi ex.
- ¿Sabes cuál fue el mejor momento ayer? - me susurró poniendo su mano en mi rodilla. - Cuando bailábamos despacio. Podía sentir muy bien toda... tu emoción.

Me pilló desprevenido y lo único que se me ocurrió fue beber un largo trago de mi vaso. Cambió de tema y pronto terminamos de desayunar.

Optamos por explorar el barco, viendo qué otras actividades podíamos disfrutar. Acabamos haciendo un poco de tiro al plato desde la parte trasera del barco. Fue capaz de acertar unos cuantos. Me impresionó más que se diera la vuelta, emocionada y orgullosa de sí misma, me abrazara y me diera un beso rápido. Después del baile de la noche anterior y del beso de buenas noches que compartimos, cada vez me trataba más como a un novio.

- ¿Qué quieres hacer ahora? - me preguntó tras el beso.
- ¿Qué te parece probar el tobogán acuático? - le dije señalando un gran tobogán que terminaba en una piscina dos cubiertas más abajo.

Mi tía asintió con la cabeza y, prácticamente, volvimos corriendo a nuestro camarote para cambiarnos. Volví a disfrutar de sus grandes tetas y su culo prieto en bikini. Subimos al tobogán e hicimos bastante tiempo de cola, era la hora punta y había mucha gente. Ella retrocedió con su culo tocando mi entrepierna, me agarró las manos y las puso alrededor de su cintura. Me miró por encima del hombro y, bajando la cabeza, volvimos a besarnos. Mi polla quiso participar en la diversión también y comenzó a endurecerse. Nuestros labios se separaron mientras mirábamos hacia arriba para ver el progreso de la cola. Ella aprovechó la oportunidad para mover a propósito su culo con fuerza contra mi polla tiesa, y luego me miró con una sonrisa muy traviesa.

Ella se tiró primero y yo la seguí después. Me estaba esperando en la piscina de aterrizaje... en topless. Bueno, no necesariamente en topless. Se le habían salido las tetas con el bikini empujado a ambos lados. Me acerqué rápidamente a abrazarla e intenté susurrarle al oído que se arreglara el bikini. Ella no me entendió, me rodeó la cabeza con los brazos y empezó a besarme con fuerza. Olvidé por un momento para qué estaba allí y empecé a devolverle el beso, disfrutando de la sensación de su pecho desnudo mientras la estrechaba contra mí. La gente a nuestro alrededor empezó a aplaudir y recordé por qué me había acercado a ella. Le hablé de su bikini y la ayudé a arreglárselo. Mis manos entraron en contacto con sus pechos mientras me aseguraba de que sus tetas estuvieran debidamente tapadas. Con vergüenza saludamos a la multitud mientras nos alejábamos riendo. Eran casi las dos de la tarde y por fin nos reunimos con mis padres.

Quedamos para comer. Carolina y yo cogimos una toalla, pero no nos molestamos en cambiarnos, pensábamos nadar un poco después de comer. Nos reunimos y mis padres almorzaron algo ligero, todavía recuperándose de la noche anterior. Nosotros estábamos hambrientos por las actividades de la mañana. Después de comer, todos decidimos continuar nuestra exploración, la caminata también nos dio tiempo para bajar la comida.

Todos nos sorprendimos cuando encontramos una piscina opcional escondida cerca de la parte delantera del nivel superior. Algo que no se espera en un crucero, pero supongo que al ser un crucero sólo para adultos, se convirtió para dar cabida a los huéspedes que estaban interesados en conseguir un bronceado completo. Todos nos miramos antes de que Carolina siguiera caminando hacia la piscina, mirando hacia atrás y haciéndonos señas para que nos uniéramos a ella.

Mientras la seguía, mi tía se zambulló en la piscina completamente en topless. Allí estaban de nuevo, para mi placer visual... y el de todos los demás. No me di cuenta, ya que mis ojos nunca se apartaron de mi tía, hasta que vi a mi madre en mi visión periférica caminando hacia la piscina... también en topless. Tanto como estaba disfrutando del hermoso cuerpo de Carolina, también estaba empezando a disfrutar del de mi madre. Realmente estaba teniendo una erección admirando a las dos preciosas mujeres que tenía delante.

- Vaya, siempre me pregunté cómo serían sus tetas. Son muy bonitas, ¿eh? - preguntó mi padre.
- Eh... eh. También las de mamá. - respondí, sin pensar.
- ¿Y qué pasó anoche? ¿Terminasteis lo que empezasteis en la pista de baile? - preguntó mi papá. Sin estar seguro de si estaba bromeando, decidí seguirle el juego.
- Nah, pero seguro que tú si, ¿eh? - pregunté mientras giraba la cabeza hacia mamá.
- Bueno, no es que no haya pasado nunca. Tú estás aquí, ¿verdad?

Los dos empezamos a reírnos a carcajadas. Las chicas se acercaron preguntando qué era tan gracioso. Les dijimos que era un chiste inapropiado y que no se podía repetir. Mamá empezó a abrazar a papá, a ser cariñosa con los besos rogándole que compartiera el chiste. Creo que se lo estaba pasando bien e intentaba ser amorosa con papá. Mi tía se acercó a mí y también me puso las manos en el cuello y me acurrucó mientras miraba a mis padres. De repente, ambos se nos quedaron mirando, sin saber qué decir. Me imagino lo que estaría pensando mi madre de su hermana con las manos alrededor del cuello de su hijo y sus grandes tetas desnudas apretadas contra su pecho.

- No te preocupes, no es la primera vez. - dijo mi tía.
- ¿Qué? - respondió mi madre con una expresión de total confusión en el rostro.

Mi tía continuó contándoles la historia de que se le había caído el top mientras bajaba por el tobogán y yo la abracé para protegerla de la gente que había alrededor de la piscina. Dejó convenientemente fuera la parte en la que su lengua empezó a jugar con la mía. Sí incluyó los aplausos que recibimos, que hicieron reír a mis padres hasta el punto de que se les saltaron las lágrimas. Extrañamente, después de ese momento, fue totalmente aceptable que mi tía me abrazara el resto del tiempo que estuvimos en la piscina. Disfrutaba teniéndola en mis brazos mientras acariciaba su espalda con mis manos. Definitivamente se sentía bien. Era bueno ser la envidia de todos los chicos, y algunas chicas, en esa piscina.

No teníamos ganas de seguir explorando, así que pasamos el resto del día en la piscina hasta que llegó la hora de cenar. Nos tomamos una pizza y una jarra de cerveza antes de irnos a dormir. Mi tía y yo íbamos muy contentos de vuelta a la habitación, cogidos de la mano. Besarnos durante todo el día, nadar con ella y abrazarla en topless me tenía extremadamente cachondo. No estaba seguro de lo que pasaría en la habitación, pero pensaba besarla más, mucho más. Entramos en el camarote y ella se metió en el baño, diciéndome que podía prepararme para ir a la cama mientras ella se arreglaba en el baño. Rápidamente me quité la ropa y me dejé puesto el bóxer. Me metí en la cama y la oí entrar en la ducha. Yo estaba como un niño pequeño esperándola ansiosamente para que pudiéramos seguir besándonos.

Pronto cerró el grifo, se secó el pelo y salió envuelta sólo en una toalla. Me pidió que cerrara los ojos mientras se ponía algo de ropa. Mi polla se puso dura en un santiamén cuando me dijo que ya podía abrir los ojos. Estaba de pie delante de mí llevando un tanga rosa muy escueto. Nada más. Me miró con deseo, sin apartar la vista mientras se subía sobre mí y empezaba a besarme, metiéndome la lengua hasta el fondo de la garganta. Esta mujer se estaba aprovechando de mí, tal y como le había advertido a mi madre. Como mamá había predicho, yo estaba disfrutando de lo lindo, con mis manos subiendo y bajando por toda su espalda, acariciándola y tocándole el culo. Su culo apretado, lleno y suculento. No hay nada más agradable que el olor de una mujer recién salida de la ducha.

Le di la vuelta y me puse encima. Estaba decidido a meter mi boca en sus grandes tetas, las tetas que habían sido objeto de mi deseo durante los últimos cinco años. Había soltado litros de semen masturbándome, soñando con este día. Ralentizamos nuestros besos, pero mis manos siguieron explorando su cuerpo. Me moví un poco hacia un lado, permitiendo que mi mano tocara todo su cuerpo. Mi mano pasó de su hombro a sus tetas. Acaricié sus pechos, pellizqué sus pezones y seguí recorriéndolos con la mano.

- Veo que te gustan, ¿eh?
- Mm...hmm. No sabes cuánto tiempo llevo queriendo hacer esto
- ¿Desde que me viste en la piscina?
- Desde que empecé la pubertad y descubrí lo sexy que eras. Tus camisetas ajustadas me han estado torturando desde entonces - dije mientras bajaba la boca y empezaba a chuparlas.
- Mmmmm... eso se siente tan bien cariño. Oh sí...

Sus palabras me animaron no sólo a chuparle los pezones, sino a hacerle el amor con mi boca a sus pechos enteros.

- Mmmm, cariño. A tu tía le encanta cómo le chupas los pechos. Por favor, no pares.

El hecho de que reconociera que le gustaba como su sobrino le chupaba los pechos casi hizo que me corriera. Con los labios pegados a sus tetas, bajé la mano hasta su esbelta cintura, disfrutando de sus curvas. Mi mano pasó de su estrecha cintura a sus caderas, acercando lentamente mi mano a su sexo prohibido. Mi mano no debía estar tan cerca del coño de mi tía, pero allí estaba. Mi boca tampoco estaba destinada a chupar las grandes y hermosas tetas de mi tía, pero allí estaba, chupándolas como si me estuviera amamantando. Empecé a frotarla arriba y abajo por su raja y ella me agarró la cabeza y la acercó a la suya besándome agresivamente.

- ¡Frota más fuerte! ¡No pares! - me decía entre besos.

Seguí frotando por encima del tanga, que estaba completamente empapado. Podía sentir como sus labios se separaban al pasar mi dedo entre ellos. Mi tía comenzó a temblar.

- ¡No pares, no pares, haz que tu tía se corra con tus dedos! - me exigió mientras temblaba y gemía

Empezó a temblar y a gemir fuerte mientras empujaba su coño contra mi dedo mientras un orgasmo se apoderaba de ella. Su respiración se intensificó y tembló mientras se dejaba caer en la cama completamente agotada. Su respiración agitada continuó durante varios minutos hasta que se recuperó.

- Mi vagina está muy sensible ahora mismo. - me dijo apartando suavemente mi mano. - Necesito descansar un poco.

Se puso de lado, de espaldas a mí, y me dijo que necesitaba una siesta rápida. Me pidió que le hiciera la cucharita mientras nos dormíamos. Acabamos durmiendo el resto de la noche y no nos despertamos hasta la mañana siguiente.

A la mañana siguiente me despertó con unos ligeros empujones. Me acerqué hacia ella para darle un beso, pero me puso una mano en el pecho manteniéndome alejado.

- Te recuerdo que no te duchaste anoche. No estoy interesada en tener un novio apestoso.

Me dio un rápido beso y me empujó juguetonamente al baño. Con ella delante de mí y sus tetas a la vista, me resultó muy difícil apartarme para meterme en la ducha. Cuando salí del baño, estaba vestida y lista para reunirse con mis padres. Aunque no hablamos de la noche anterior, continuó con su actitud de novia. Me abrazaba, me besaba y se aseguraba de que mi mano estuviera alrededor de sus hombros si me alejaba demasiado de ella de camino al brunch. Continuamos nuestro comportamiento cariñoso en la mesa apoyando en secreto nuestras manos en el muslo del otro o entrelazando un dedo. No podíamos soportar no tocarnos.

Después del almuerzo, mi padre dijo que quería probar el tiro al plato que habíamos mencionado el día anterior. Mi madre y mi tía no estaban muy interesadas, así que decidieron explorar un poco por su cuenta. Sorprendentemente, mi padre era bastante bueno. Acabé perdiendo 20 euros contra él en una pequeña apuesta que hicimos. Después, nos subimos a unas motos acuáticas y salimos a pasear en medio del océano, lo que estuvo muy bien. Antes de que nos diéramos cuenta, las chicas estaban llamándonos. Habían terminado y querían quedar para tomar unas copas.

El encuentro con ellas me hizo sonreír de oreja a oreja. No me había dado cuenta de cuánto había echado de menos a mi tía. Mi padre subió a saludar a mi madre con un beso y yo aproveché para besar también a mi tía. Después de las actividades del día anterior con ella abrazándome en topless en la piscina, la verdad es que ni se inmutó. Algo había cambiado. Era como si yo fuera su cita y abrazarnos y besarnos fuera algo normal. Tomamos una copa y decidimos acercarnos al borde del barco para ver la puesta de sol. Mi padre se colocó detrás de mi madre, con los brazos alrededor de ella apoyados en su tensa barriga. Yo me acerqué por detrás de su hermana e hice lo mismo. De nuevo, no se mencionó nada.

Cuando se puso el sol, fuimos de la mano a cenar algo antes de la gran fiesta. Todos los cruceros celebran una gran fiesta la última noche y nosotros no íbamos a perdérnosla. La fiesta era en la cubierta principal, donde habían cubierto la gran piscina y la habían convertido en una pista de baile. Bailamos casi toda la noche, con mi tía apretando su culo contra mí siempre que podía, o presionando su entrepierna contra la mía durante las canciones lentas.

Nuestra última noche había terminado y era hora de dar por terminada la jornada. Me sentía como si hubiera estado en las nubes todo el día. Obviamente había empezado la noche anterior. Besarme apasionadamente con la mujer, aunque fuera mi tía, de la que me había encaprichado durante varios años, y que me permitiera darle placer frotando mi mano sobre su sexo, me tenía confundido. ¿Me estaba tomando el pelo? ¿Iba a repetirse lo de anoche? Me excitaban las posibilidades.

Entramos en el camarote y ella se apresuró a ir al baño. Después de ducharse, salió con el pelo seco y una toalla envuelta sólo alrededor de su cintura. Sus preciosos pechos estaban a la vista. Se puso delante de mí y empezamos a hacerlo de nuevo. Yo estaba atormentado. Mi vejiga estaba a punto de estallar, pero no quería separarme de ella y correr el riesgo de que volviera en sí. De mala gana, le dije que tenía que irme y entré en el cuarto de baño, oriné y me di la ducha más rápida de mi vida.

Cuando salí, ella ya estaba debajo de una sábana, de lado, de espaldas a mí. Me pidió que apagara la luz antes de venir a la cama. Apagué la luz y volví a la cama con la luz de la luna como única guía. Me metí en la cama y me acurruqué detrás de mi tía. Ella gimió levemente cuando la rodeé con el brazo, luego movió el culo hacia atrás, empujándolo con fuerza contra mi polla. Obviamente, se puso más dura en un instante. Empezó por agarrarme la mano y llevársela a la boca.

- Me lo he pasado muy bien en el crucero. Has sido el mejor novio que he tenido nunca. - me dijo mientras me besaba la mano.

Giró la cabeza y me miró en la oscuridad. Sabía lo que quería, así que bajé la cabeza y empecé a besarla. Nos besamos como un par de adolescentes y empecé tocándole ligeramente el hombro, interrumpiendo nuestro beso para darle cariño en el cuello antes de besarle el hombro mientras le acariciaba los pechos y los pezones tiesos. Me movía despacio a propósito. Al ser nuestra última noche juntos, no sabía si volvería a tener otra oportunidad. Agarré sus grandes pechos y pellizqué sus pezones, escuchando sus gemidos. Continué mi recorrido y bajé la mano hasta sus caderas. Dios mío, su piel era tan suave. Continué bajando la mano hasta sus muslos cuando me di cuenta de que era todo piel, ¡estaba completamente desnuda! Cuando se dio cuenta de que por fin lo había notado, metió la mano por detrás y empezó a quitarme los calzoncillos. Empujó hacia abajo todo lo que pudo antes de decir "quítatelos". Yo estaba más que feliz de ayudar. Con mi bóxer completamente fuera, ella alcanzó detrás de mí, agarró mi polla y comenzó a acariciarme. Podría decir que se puso aún más dura, pero en ese momento estaba al límite.

Empecé a respirar con más fuerza. Giró la cabeza y volvimos a besarnos. Mientras nos besábamos, levantó la pierna, alineando mi polla con su coño. No dijimos nada. Tía o no tía, era una mujer desnuda y caliente en la cama deseando que le hiciera el amor. Empujé mis caderas hacia adelante y ella empujó su culo aún más hacia atrás. Mi polla se deslizó fácilmente en su coño deliciosamente caliente. Era el paraíso y no tenía intención de irme. Empujé hacia delante hasta que mi pelvis quedó pegada a su culo. Había tocado fondo, estaba completamente dentro del coño húmedo y caliente de la hermana de mi madre. Dio un fuerte suspiro cuando la penetré por completo.

Me tumbé de lado, la agarré por las caderas y empecé a moverlas hacia delante y hacia atrás, asegurándome de dárselo todo. Ella gemía una y otra vez, disfrutando de mi polla en su cálido y húmedo coño. Era una mujer que definitivamente sabía follar. Los músculos de su coño agarraban con fuerza mi polla, que se sentía tan bien y apretada tanto al entrar como al salir.

- ¡Más fuerte! ¡Más!
- De lado no es la mejor posición para eso, ponte de rodillas.

Se puso boca abajo antes de levantar el culo con las rodillas. Ahora estaba de rodillas detrás de mi tía sexy con un culo precioso. La misma tía que me había estado tomando el pelo durante los últimos tres días con un pijama ajustado que mostraba sus pezones tiesos y su culo prieto: la misma que había venido a la cama en topless; la misma que había apretado sus tetas desnudas contra mi pecho en la piscina; la misma que había apretado continuamente su culo contra mi erección. Esta tía estaba ahora de rodillas presentándose ante mí para que me la follara. Estaba de rodillas como una perra en celo suplicando que yo, el hijo de su hermana, me la follara. Esta fue la primera vez que tuve la oportunidad de ver su pequeña almeja. Estaba completamente depilada. Suave como el día en que nació.

Me acerqué más, alineé mi polla y volví a entrar en su coño deliciosamente húmedo. No perdí el tiempo. En cuanto estuve dentro, empecé a follármela con fuerza como ella me había suplicado. Sus gemidos eran cada vez más fuertes, pero me importaba una mierda si nos oían los vecinos. Estaba decidido a hacer que se corriera antes de llenar su coño con mi semen. La agarré por las caderas y empecé a follarla con todas mis fuerzas. Nunca me había dado cuenta de lo castigador que puede ser hacer el amor.

- ¡Tírame del pelo! - me dijo, dejándome sorprendido ante su petición.

Extendí la mano, la agarré del pelo y tiré de él.

- ¡Más fuerte, hijo de puta! ¡Tírame del puto pelo! Hazme tu perra.

Había leído sobre mierdas como esta, pero nunca lo había experimentado. Empecé a tirar más fuerte y ella seguía exigiendo que tirara más fuerte. Cuando por fin tiré lo bastante fuerte como para que su cara quedara completamente mirando al techo, gritó:

- ¡Dios, sí! ¡Joder! ¡Me corro!


La solté del pelo, la agarré de nuevo por las caderas y empecé a follármela buscando mi propio placer. Seguí follándomela más y más fuerte, sintiendo mis huevos hervir, sabiendo que mi explosión era inminente. Podía sentir como su coño se contraía, apretando mi polla, acercándome a la corrida. Por fin mi fantasía se hizo realidad. ¿Cuánta gente puede decir eso? Mis huevos explotaron, corriéndome en lo más profundo de su coño. Chorro tras chorro la llenaba y yo me mareaba sólo de pensar en lo que estaba pasando. Estaba haciendo historia.

En varias ocasiones, mis primos y yo habíamos hablado de la tía buenorra y de cómo sería estar con ella. Ahora yo era el vencedor con mi polla profundamente en su coño llenándola. Era a mí a quien ella había presentado su culo.

No me había molestado en preguntar si podía correrme en ella. Su coño era ahora mío para hacer lo que quisiera. Me corrí con fuerza dentro de ella. Nunca me había corrido tanto. Sentía los huevos completamente vacíos y estaba exhausto. Se tumbó en la cama con una mirada de satisfacción total y mi semen chorreando por su coño.

No sabía que pasaría al día siguiente, cuando bajásemos del crucero y volviéramos a ser tía y sobrino. Ahora solo podía pensar en ella y como me había llevado hasta el cielo.

 
 
 




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9 comentarios - Estrenandome con mi tía

Jerariro +4
Tienes que subir unas fotos de tu tía para ver si está como dices en el relato, que por cierto está muy bueno.
conrradio +1
que buen relato!!! esl sueño de muchos!! +10
Lest47 +1
Me gusta mucho leer relatos. Pero pocas veces he tenido el hecho de deleitarme con uno como este. Vaya está excelente. Van ptos y a esperar el próximo súper relato.
Nbhs98 +2
Esta muy bueno 😘😘
Sisub
Que grande !!