Mara y su vecino parte unl

Buenas traigo algo así como la continuación del episodio del ascensor


Mara entró a la ducha sin poder creer lo que acababa de pasar en el ascensor, se ducho y le costó mucho no tocarse pensando en lo sucedido. Mientras se secaba le resonaban en la cabeza las palabras de su vecino, "pásate si querés". Abrió el cajón de ropa interior, y eligió un conjunto de ropa interior que le parecía sexy, una tanga que era un triangulito semi transparente adelante, color rojito y un corpiño haciendo juego, que dejaba translucir sus pezones. Después abrió el Placard y ahí doblado estaba un remeron que le llegaba justo a tapar la cola, pero era medio ajustadito, podía parecer un vestido pero no lo era. Así que se puso unas ojotas, agarró sus llaves y salió. Llamó al ascensor y subió un piso, bajó y miró para la puerta de su vecino, se escuchaba música y risas. Tomó coraje y tocó el timbre.
Cuando la puerta se abrió la cara de Mara era roja como un tomate, y el amigo morocho del vecino la miró con una sonrisa pícara.
Adelante - dijo el chico mientras la dejaba pasar
No sabíamos si venías, que bueno que te hayas decidido!
Desde la cocina vino el vecino, que se llama Juan, con dos vasos de Campari y cuando la vió le extendió uno de los vasos
Sabía que venías, no podías dejarnos así.
Dijo Juan apuntando con su pera a su miembro, que se notaba a medio parar bajo sus pantalones de jogging.
Mara agarró el vaso y miró lo que señalaba su vecino, dió un sorbo largo y se acercó al rubio dándole un beso. Sus cuerpos estaban pegados y Mara aprovechó para frotar el miembro de su vecino por sobre su pantalón, se separaron unos segundos, ambos dieron un sorbo a su trago y se miraban con lujuria en los ojos.
Fran, el amigo del vecino pasó a la cocina,
Me voy a preparar uno ya que me robaron el mío -
Mara lo miró con una sonrisa, dió otro sorbo y se volvió para dejar el vaso en una mesa y Juan al verla de atrás no perdió la oportunidad para agarrar su culo y apoyarla, a lo que Mara reaccionó volviendo su vista al blondo.
Que suavecito que es el vestido, pero seguro que estás mejor sin él
A lo que Mara reaccionó tomando el remeron por sus bordes y sacándolo por sobre su cabeza
Juano quedó boquiabierto al ver a una chica tan hermosa semi desnuda enfrente suyo
Desde la puerta de la cocina de escuchó
Aaaaabueeeeno
Fran no podía creer tampoco en lo que estaba pasando, la morocha lo miró y se acercó a él, le robó un trago de su vaso y le dió un beso fogoso mientras también buscaba tantear su paquete por sobre la ropa. Juan volvió a la carga por detrás de Mara besando su cuello y apretando su culo libre de ropa, desde atrás su cola se veía apetecible, se notaba que hacía ejercicio y tenía volúmen, Mara era la clásica chica que tenía poca teta era flaca pero tenía el culo pulposo, ella eso lo favorecía con ejercicio 4 veces a la semana.
Después de unos besos, Fran se separó un poco de la morocha y bajando se los pantalones le dijo
Yo ya te hice unos mimos en el ascensor, ahora te toca a vos
Y quedó con su erección al aire, Mara se ruborizó un poco, pero el alcohol le había dado algo de valor ,así que se agachó y acercó su boca al mástil que apuntaba al techo, le dió unos besos carnosos a la punta y luego de tirar la piel para atrás hundió ese pito en su boca lo más que pudo. Fran no lo podía creer y la agarraba del pelo llevando el ritmo, y Juan aprovechó a sacarse toda la ropa y se acercó también. Cuando Mara notó que se acercaba su vecino sacó el pito que tenía en la boca y fue por el otro, repitiendo la acción de besarlo varias veces antes de perderlo en su boca. Después de un par de minutos Fran empezó a gemir y Mara se puso a chuparle más continuo sin sacarlo de su boca hasta que explotó en un orgasmo y rebalsó su boca con semen. Después Juan la agarró de la mano y la llevó al sillón de dos plazas que había en el living, la recostó y corriendo la tanga empezó a lamerle todos los rincones de su sexo, bajaba hasta el ano y volvía, parecía un hombre famelico que encontraba un plato de comida después de haber pasado hambre toda la vida.
El sexo de Mara estaba inundado, entre sus jugos y la saliva de Juan, que con ayuda de sus dedos hizo que ella se corra en tiempo récord. El orgasmo la agarro desprevenida y se convulsionó tomando fuertemente la cabeza del vecino para intentar controlar su
cuerpo
Continuará

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