Mí vecina villera 3.

Andrea seguía viniendo a limpiar a casa, ya teníamos mas relación, incluso con Maicol, a veces me invitaban a su casa a comer algún asado o tomar algo y joder un rato, yo aceptaba, pero me sentía un poco con culpa ahora por querer cogerme a su mujer, aunque se me iba rápido al ver el hermoso ojete de aquella villera.
Cuando limpiaba ya ni me molestaba en andar de short, siempre estaba en boxer, medio engomado para que se notara, creo que ella se acostumbro bastante, aunque la atrapaba fichándome la pija, además de no decirle nada a Maicol y no quejarse, ella sabia que había algo intrínsecamente mal en lo que hacia, pero tampoco le molestaba.
Un día de especial calor, ella llego una hora mas tarde, a las 11, a esa hora ya había 35 grados y estaba insoportable.
—Fa que calor hace— dijo ella quejándose del calor mientras barría la cocina.
—Esta horrible si— le respondí yo, mientras permanecía en mi aspecto usual cuando estábamos juntos y abría la heladera.
—Che Andrea ¿queres tomar algo?— le ofrecí a la villera, y saque un pack de cerveza que puse en la mesa.
—No se si de— respondió.
—Dale deja eso un poco, si hace terrible calor, tomate algo y seguís, ya hablamos boludeces un poco también.
—Jaja dale Carlito dame una entonce.
La culona se sentó al otro lado de la mesa y se abrió una lata, de fondo sonaba una cumbia en la radio.
Arrancamos a tomar y a hablar de todo un poco.
—¿Y como va Maicol en la changa? Hace semanas no lo veo casi.
—Medio jugado anda ese, dice que se peleo con el encargado por llegar tarde un día, por suerte no lo hecho el gil ese.
—Uh que garrón ¿Qué no le sonó la alarma?
Ahí Andrea puso una sonrisita que trato de borrar rápido.
—¿Qué paso? Jaja— le pregunte.
—No nada Carlo.
—Dale decime boluda, que te reis— la presionaba yo entre risas también.
—Eh que le sonó la alarma si al Maicol.
—¿Entonces?
—Nada nada no da Carlo jaja
—Daleee decime, me matas con la curiosidad.
—Bueno…— encaro para hablar, pero se detuvo.
—Dale conta.
Se notaba que le había pegado algo la cerveza, íbamos dos latas cada uno, yo estaba normal, pero Andrea ya estaba medio feliz.
—Le sonó la alarma al Maicol, se iba pa la changa y…jajaj
—¿Y que?
—Nada yo taba despierta y medio que no lo deje irse.
—¿Por?
—Nada que andaba medio caliente— me dijo entre risas con cierta vergüenza.
—Apa pobre Maicol, lo hiciste llegar tarde por que te estaba dando— le respondí yo algo sorprendido.
—Jaja el gato no se quejo, luego andaba re caliente por la cagada a pedo en el laburo.
—Y si pobre, igual lo entiendo.
—Como e eso.
—Y yo también hubiera llegado tarde si me ofreces eso— le tire.
—Jaja ay Carlo callaate, dale ya voy a seguir limpiando o no termino ma— dijo la villera, parándose y queriendo limpiar.
—Dale veni vamos a seguir— la invite, pero no quiso.
Igual ya estaba bastante tomada Andrea, se tambaleaba un poco mientras barría.
Yo le subí un poco a la música en la radio.
—Quedan ahí por si queres abrirte otra— le dije antes de ir a entrenar.
—Joya.
Y así, me fui a entrenar, casi a la media hora decidí parar por que era insoportable el calor en la habitación. En cambio fui a la cocina a ver que hacia Andrea, y que sorpresa me lleve, la musica estaba un poco mas alta, note que una cerveza extra estaba abierta y Andrea bailando suelta mientras limpiaba, al principio no me noto, y yo aproveche y vi como movía su ojete sensualmente, era casi hipnótico ver como se movían esas grandes nalgas.
Se me paro un poco la pija.
Fui medio en silencio y aparecí por un lado, agarrándole una mano y bailando.
Ella se sorprendió, al principio medio que se resistió pero aflojo al verme incitándola. Arrancamos a bailar cumbia, no llegábamos a pegar los cuerpos, pero Andrea se movía muy sensualmente, esta villera estaba re buena, la pija se me paro mas, ya no estaba engomado, ahora se notaba la carpa en mis boxers.
En un momento ella bajo la vista un poco y vio claramente como estaba, al subir la vista yo la mire fijamente y note como una sonrisa picara se formo en su cara, ella sabia que me había calentado y le gustaba al parecer.
Entonces me detuve y me senté, ella hizo lo mismo ya que estábamos sudando por el baile.
—Fua alto calor—dijo ella, mientras le daba otro sorbo a la cerveza.
—Sabelo, y eso que solo bailamos, llega a ser otra cosa y me derrito.
—Jaja que deci Carlo.
—¿Tenes mucho calor?— pregunte.
—Re calor Carlo.
—Y bueno, ponete cómoda Andrea.
—¿Cómo?
—Y sácate un poco de ropa— dije.
—Jaja tas loco Carlo no da.
—Dale boluda, ya te dije que hay confianza, aparte estas sudando.
—Y bueno pero no quiero flashar cualquiera, aparte el otro se entera y se re arma.
—Ya te dije, por mi parte no se va a enterar, aparte somos amigos, no pasa nada, y yo ya estoy en boxer.
—Y no solo en boxer gato jaja— dijo riéndose, refiriéndose a mi clara erección que vio antes.
—Dale no pasa nada, ponete cómoda— insistí.
Seguro el alcohol ayudo mucho, por fin, Andrea accedió.
—No diga nada vo— me dijo, al sacarse la remera, dejándose un corpiño color gris.
Se quedo unos segundos viéndome de pie.
—¿Qué mira vo?
—Jaja nada nada Andrea, ¿solo eso?
—Jaja que quere que me quede en pelota vo gato.
—Y no, pero la calza esa es calurosa seguro.
—Uff que bardo tamo haciendo— dijo la villera sonriendo, llevándose las manos a la cintura y bajándose la calza, no se si realmente era por calor o por que ella se estaba calentando, pero se ve que le gustaba la situación.
En un momento quedo semi desnuda frente a mi, llevaba una tanga que hacia juego con el corpiño, sus piernas blancas hacían que me re calentara.
Mí vecina villera 3.

—Que pasa Carlo— pregunto.
—Nada Andrea, disfrutando el paisaje.
—Jaja sos cualquiera vo.
—¿Por qué? A ver una vueltita— le pedí, mientras la música volvía a sonar.
Ella obedeció y se dio una vuelta rápida, dejándome maravillado con la vista de aquel tremendo ojete entangado que tenia esta villera.
argentina

En este punto ya tenia la pija al mango y se re notaba.
—Eeh pero fue muy rápido che, ponele mas calidad Andrea— le dije —metele un poco de baile por lo menos.
—Jaja tengo que limpiaaar— me decía entre risas.
—Dale dale una vueltita mas.
—Jaja que pesado so gato.
Y así, la villera volvió a dar otra vueltita, esta ves mas lento, y cuando su culo quedo apuntándome le dije que parara.
—A ver Andrea movete un poquito dale— le pedí.
Ella no dijo nada, solo fue siguiendo el ritmo de la música de a poco y fue moviendo ese carnoso orto blanco, en este punto estábamos en cualquiera ya y ella lo sabia.
Yo no soporte mas, o mejor dicho, mis boxers, mi pija se escapo y arranque a pajearme ahí mismo, a espaldas de Andrea mientras veía su culo moverse cada ves mas rápido al compas de la cumbia.
—Así Andrea, dale move— le decía yo animándola a mas.
Ella arranco a hacer movimientos circulares con su culo y a menearlo.
Yo ya me estaba pajeando fuertemente y cuando hablaba lo hacia algo entrecortado, ella en un momento volteo un poco y me vio, pero no dijo nada y siguió.
Pero quería mas.
—Acercate un poco— le dije.
—Uf…estamos en cualquiera— dijo ella con una voz mas baja.
—Dale acercate.
Ella obedeció y acerco mas su culo, sin dejar de bailar.
No me aguante mas y arranque a manosearle el ojete con una mano, mientras con la otra me pajeaba.
—Es cualquiera esto…— decía ella en un tono mas claro y con la voz mas débil.
—Que lindo bailas Andrea…— le dije sin dejar de manosearla.
—Uff Carlo que quere?— me pregunto.
—Este orto quiero putita hermosa— respondí, para darle una nalgada en su culo, que sonó fuertemente.
—Aah— largo un leve gemido ella, alejándose un poco, volteo, me miro y rápidamente me dio la espalda otra vez.
La villera se agarro la tanga y a unos metros míos se la saco y pelo el orto de una.
culona

turra

—Aca tene gato sacate las gana dale— me dijo, empinándose un poco y ofreciéndome ese manjar.
Como un loco me abalance y enterré mi cara en su orto, le chupe todo, había deseado comerme ese orto hace rato y por fin lo estaba haciendo.
Andrea apoyo las manos contra la mesada y se puso a gemir fuertemente mientras yo le comía la concha y el culo.
—Que ojete tenes turrita, no sabes que ganas te tenia— le dije.
—aaaaaah gato que rico, chúpame dale, que siempre me fichabas el orto dale comételo— me decía entre gemidos.
Estuve rato chupándola, hasta que me pare.
—Te voy a clavar villera hermosa.
—Dale gato dámela toda.
Con la pija como fierro se la clave en la concha, la cual tenia empapada, la pija se deslizo fácilmente, sonaba la concha de Andrea mientras la clavaba en la cocina.
No duramos mucho, los dos re calientes.
—Uf Andrea voy a acabar.
—Aaah gato no me llene, acábame el culo dale.
Obedeciéndola, saque la pija y le waskee toda las nalgas, la leche recorría sus nalgas, era una vista hermosa.
Le amase las nalgas una ves mas y le di una nalgada.
—Que culo tenes hija de puta.
—Te gusto papi?
—Obvio putita, vení acá— ahí nomas le comí la boca mientras le seguía amasando el culo.
—Dejame, tengo que irme a buscar a la nena— me dijo.
Yo quería seguir cogiéndola, pero no se podía, igual a partir de ahora la cosa seria mas divertida cuando viniera a limpiar.
Vi como se puso las calzas así nomas, sin limpiarse el culo, y se fue.

11 comentarios - Mí vecina villera 3.

Alezegowia1988 -1
Horrible segui fantaseando usa la imaginacion Boludo
Juanikano1990 +1
Quiero la continuación. Muy buena historia. Vas 10 puntos y te sigo!
Hugobran1 +1
Muy bien. Queremos saber más!
nick8765
Genial los tres! Me calientan mal las villeras
sexopateando23
Uhhh que culiada hermosa falta la colacha amigo
Limaxxx
Miy bueno!! Subi las anteriores q las borraroon
Casadobi2023
Genial...dandole a la trabajadora...van 10
Kevinlimon +1
Jajaj que fuman para inventar semejante guion jajaja me hacen reir tendriar