Historias de un matrimonio cornudo II

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Nuestra ahora extraordinaria vida sexual era totalmente controlada por la fantasía de tener cuernos y nos duró unos meses, realmente era muy excitante, mi esposa se volvía cada vez más coqueta, se vestía más sexy y sentíamos la necesidad de llevar a la realidad lo que imaginábamos en la alcoba, nunca me había sentido tan vivo, con tantas ganas de sexo y con tanta vitalidad; y también cuando terminábamos de nuestras sesiones yo le preguntaba a mi esposa que si ya tenía candidatos o algo, ella me lo negaba, decía que solo jugaba con sus compañeros, que era muy divertido sentirse deseada, pero que todavía nada llegaba a más y que pues ella agarraba parejo en los juegos, eso me calentaba mucho, pero ya esperaba que me hiciera cornudo, y cuando se lo decía, ella se reía y me comentaba: “dilo apropiadamente amorcito, hazme el favor de ponerme cuernos”, yo le reclamaba en tono cariñoso diciéndole que todavía que se acostaría con otros, era como si me hiciera un favor y ella razonaba diciéndome que claro, que haría realidad mi fantasía, que ella era una pobre víctima de las circunstancias y de las calenturas de su marido cochino.

Un día de junio de 2018 ella me comentó que sería la ceremonia de fin de semestre de la escuela donde da clases, y que las maestras habían decidido ir todas uniformadas, falda y saco grises, blusa blanca y zapatos negros, ella me comentó que ya que era el último día le iba a dar un toque picante, por lo que la falda se la compró mucho más corta y pegadita, terminó a medio muslo; además de eso se llevó una blusa blanca de botones (que obviamente llevaba muy escotada con los dos botones de hasta arriba desabotonados), pantimedias color natural, pero lo que le daba un toque demasiado sexy (tanto que yo nunca la había visto así) fueron unos zapatos de tacón altísimos, de aguja y plataforma, se veía realmente espectacular; tanto que cuando la fui a llevar a la escuela, en el coche le dije a modo de despedida que ahora sí se veía muy bien, que me hiciera el favor de ponerme mis primeros cuernos, ella solo se rió, me dijo que a ver qué pasaba y se fue.

Historias de un matrimonio cornudo II

Yo fui a trabajar, después pasé por los niños para cuidarlos en casa porque su mami me había escrito que se iban a ir a comer y a festejar el fin del semestre a una cantina cercana, le mandé un mensaje diciéndole que se cuidara y que se portara lo más mal posible, a lo que ella solo contestó con el emoji de una sonrisa. Como a las 8 de la noche recibo un whats en donde mi esposa me pone lo siguiente: “amor, me estoy divirtiendo mucho, ya estoy algo entonada y creo que ahora sí te hago el favor de cumplirte tu fantasía”, en cuanto leí el mensaje me excité como no tienen idea, así que le respondí: “gracias amor, muchas gracias, diviértete mucho y disfruta, que te cojan rico” y no supe nada de ella hasta las 2 o 3 de la mañana.

Obviamente después del mensaje de mi esposa estaba muy, pero muy nervioso y excitado, una erección no me había durado tanto nunca, y no quería siquiera tocarme porque sentía que con cualquier roce terminaría y no disfrutaría cuando mi esposa regresara.  Cuando no supe nada de ella más allá de las 12 de la noche sabía que mi fantasía por fin se estaba convirtiendo en realidad; cuando a las 2 o 3 de la mañana recibo el siguiente mensaje: “amor, mi nuevo amiguito me lleva a casa, prepárate porque regreso bien rellenita, jejeje”; no decía más y casi me vengo sin remedio, pero me aguanté, aunque eso sí, decidí salir a la calle a esperarla. No tardé ni 10 minutos en divisar a un coche blanco que se estacionó muy cerca de nuestra puerta, decidí no mostrarme (estaba muy oscuro y yo estaba al lado de una columna junto a la puerta de la casa), lo extraño es que se estacionó y no escuché nada (ni puertas ni nada), así que decidí asomarme, por suerte estaban bajo la luz de un farol, me extrañó mucho lo que vi, solo se veía un tipo con barba incipiente, fuerte, recargando su cabeza en el asiento con claros síntomas de gozo, pero no se veía nada más, en eso, veo como mi mujer levanta la cabeza, uf, se la estaba chupando al tipo, ella nunca había querido hacer nada tan fuerte en la vía pública y ahora veía claramente como se levantaba de estársela mamando a un tipo en su coche justo frente a nuestra casa. Después de esa visión tan lujuriosa, mi esposa salió del auto, se despidió brevemente (hasta un beso le mandó), el auto se fue y yo salí de mi pseudo escondite, mi esposa al verme me sonrió y corrió a abrazarme (para ser sincero me encantó y enamoró esa actitud), después me besó de manera super apasionada, y en medio del beso siento una consistencia viscosa y con sabor entre salado y amargo, de inmediato supe que me había pasado la leche de su amigo, sabía mucho más amarga que la mía y estaba más espesa, pero por la excitación me pareció deliciosa, después del beso se hizo un silencio un poco incómodo, así que le comenté para romper el hielo: “hay amor, tomaste un poco, jeje, hueles un poco a alcohol”, pero la cabrona de mi esposa que me contesta riendo: “y a verga amor, vengo oliendo a verga” y ambos nos reímos.

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Dentro de la casa estaba tan excitado que no me pude aguantar, en cuanto entramos la aventé al sillón de la sala y ella solo me decía: “con cuidado amor, con cuidado”; yo me puse de rodillas de inmediato, noté que ya no traía las pantimedias y en cuanto le abrí las piernas, uf, apestaba a sexo, la tanga la noté completamente empapada y empecé a lamérsela, sabía muy salada, pero me encantaba, recordaba un poco al sabor de ese beso inicial; me di cuenta que su amigo había terminado dentro de mi esposa y me dio aún más excitación; ella empezó a suspirar muy fuerte y me decía: “despacio, despacio”; le quité la tanga y la visión era surrealista, al menos para mí, nunca le había visto así su panochita, estaba con los labios de fuera, toda roja, roja y hasta brillaba de lo babosa que estaba; se veía simplemente deliciosa, y ataqué con fruición ese manjar, ella me pegó en la cabeza y me dijo: “no pendejo, por favor despacito que me dio con todo”, ahí caí en la cuenta de que le ardía mucho, y lo empecé a hacer con todo el amor y el cuidado del mundo, y creo que lo empecé a hacer tan bien que mi esposa empezó a gemir poco a poco, aunque sin dejar de quejarse y decirme cosas como “hay amor, me dio con todo”, “te gusta que tu mujer venga totalmente bien cogida”, “al fin se te hizo que te crecieran esos cuernotes”, “que marido tan cornudo y pendejo tengo”, "hazlo con mucho cuidado que vengo muy adolorida" y aún mas cosas por el estilo; yo estaba que explotaba, estaba seguro que solo con tocarme explotaría irremediablemente. Después de un rato bastante largo en donde estuve consintiendo la panochita de mi mujer recién cogida por otro hombre y en donde ella me decía lo cornudo que al fin era, ella llegó a un escandaloso orgasmo gritándome cornudo. Al terminar mi labor me doy cuenta que solo le había quitado la tanguita, así que procedo a desnudar a mi esposa, y me voy dando cuenta de lo salvaje que fue la sesión de sexo que tuvo, no traía pantimedias, la blusa ya no tenía ningún botón y el saco estaba todo manchado y también con una manga desprendida, no solo eso, mi esposa estaba completamente despeinada y cuando la desnudé traía marcas y moretones en la espalda, las tetas, el cuello y las piernas, uf, yo jamás la había dejado así. Ya cuando estaba desnuda, le abro las piernas, intenté penetrarla, y ella lanzó un grito de dolor “hay pendejo”, y cerró las piernas de inmediato, pero era tanta mi excitación que irreductiblemente terminé solo con ese rozón, y vaya que terminé, creo que ni cuando mi esposa quedó embarazada de ninguno de nuestros hijos boté tanta leche, tres, cuatro chorros seguidos. Ya que terminé mi esposa solo se empezó a reír y me dijo: “No sabía que te gustara tanto ser un cornudo mi amor, ni siquiera me penetraste y terminaste como un pinche chamaco de secundaria todo calenturiento, si quieres sígueme comiendo hasta el siguiente orgasmo mientras te cuento como un verdadero macho sí pudo penetrarme”. 

cornudo


La verdad estaba tan excitado que no me molestó el insulto de mi esposa, solo quería saber cómo fue la primera vez que me puso cuernos, así que volví a ponerme de rodillas para seguir dándole placer; mientras lo hacía con infinito cuidado y amor mi esposa me tomó del cabello mientras me contaba lo siguiente:

“Hay amor, la verdad ya había tomado varias cervezas y pues con todo el sexo que hemos tenido y la forma de tenerlo estaba muy caliente, no me quitaba de la cabeza que podía ponerte los cuernos libremente, entonces decidí mandarte el whats sin tener ningún plan ni nada, pero como me respondiste muy ilusionado, me calenté aún más, por lo que ahora sí estaba viendo a mis compañeros con ánimo de ver a quien le coqueteaba, porque una cosa eran juegos inocentes en donde había algunos tocamientos y otros ya coquetear con ellos de manera evidente para que nos acostemos; total que me llamaron la atención dos de mis compañeros, Marcos y Eder (yo solo los conocía de vista cuando a veces iba por mi esposa a la salida); así que empecé a coquetearles, cerrarles un ojo, mandarles besos, reírme de todas las tonterías que decían, cuando se acercaban, tocarles los brazos y dejar que ellos me tocaran las piernas, total que fue un éxito rotundo, los dos se interesaron mucho, tanto que salí con ambos a fumar un cigarro, claro que por separado, primero con uno y después con otro, y no desaprovecharon la oportunidad, pues tremendo faje que me acomodaron ambos, me besaron, me tocaron y todo, claro que les ayudé bastante abriendo mis piernas mientras me tocaban para que tuvieran libre acceso a mi tanguita; en realidad fue muy excitante, me sentía tan deseada y tan guapa, pero al entrar Marcos se distanció y solo Eder me comentó de ir a otro lugar más privado, para serte sincera, estaba super excitada, cualquier cosa que me dijera le iba a decir que sí, así que acepté me dijo de ir a un motel cercano y le dije que ya nos fuéramos, él solo se empezó a reír y me dijo que se notaba que estaba impaciente”.

Al subir a su coche estaba tan, pero tan caliente que en cuanto cerramos las puertas de inmediato me dirigí a desabrochar su pantalón y así sacar su verga . . . “ recuerdo que en ese momento la interrumpí con dos preguntas, le dije: “oye amor ¿Y todos tus compañeros te vieron yéndote con Eder?” a lo que respondió: “sí cornudo, todos me vieron, aunque debo decirte que ya quedaban pocos en la reunión como 5 o 6” y también le pregunté que qué tal estaba su verga, a lo que ella solo se empezó a reír y me dijo que todos los hombres éramos iguales, lo único que nos importaba era el tamaño, me aclaró que sí estaba más grande que la mía, pero que no le parecía que mucho, lo que sí le llamó la atención es que estaba muy, pero muy venosa y que no se venía rápido.

En fin, ella me dijo que si ya la dejaba terminar o iba a seguir preguntando pendejadas, esa actitud me encantaba, aunque me molestaba un poco ya que nunca nos habíamos hablado así. Le dije que continuara y ella me tomó de la nuca y me dijo, entonces cállate y sigue lamiendo.

“Lo primero que me pareció increíble es que no se venía nada rápido, pues tardamos unos 15 minutos en llegar al motel y el cabrón no se venía y eso que me pedía que se la chupara duro, total que llegamos al motel, entramos al estacionamiento privado de la habitación y ahí cambió radicalmente, mientras se la chupaba en el coche me decía cosas como putita, que qué bien mamaba y lo habitual, pero en cuanto llegamos me tomó del cabello, me levantó la cara y me dijo, bueno puta de mierda, ya llegamos a donde te voy a llenar de verga, te voy a dar justo lo que pedías a gritos y me dio mi primer cachetada y me escupió, la verdad la sentí bastante fuerte, me asusté al inicio, siempre el sexo contigo y mi ex había sido muy tranquilo, muy dulce, muy tierno, y este Eder empezó muy agresivo, no solo con palabras, sino hasta pegándome”, la verdad entre que me excité y me preocupé, le pregunté si le había gustado y ella de inmediato me contestó que contrario a lo que se pensaría esa cachetada inicial, el escupitajo y el dolor en la nuca por tenerla tomada del cabello hizo que se mojara completamente, que hasta sintió un pequeño orgasmo, aunque todavía faltaba mucho más.


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Me contó que ella obedientemente se levantó y lo siguió a la habitación, Eder la besó muy apasionadamente en la boca mientras le agarraba las nalgas con mucha fuerza, después la tomó de nuevo del cabello y le dijo: “putita bájate por lo que viniste a buscar” y la puso de rodillas frente a él, mi esposa toda turbada y confundida por el beso y después la agresividad se quedó pasmada y el cabrón le dio tremenda cachetada de nuevo y le dijo “no te hagas pendeja, que a eso viniste” y ella obedientemente se la empezó a chupar, mientras él la tomaba de la cabeza para controlar el ritmo de la mamada, ella no estaba acostumbrada a hacerlo tan fuerte, que se atragantaba con cada embestida de Eder, sin embargo, estaba tan excitada que aguantó todo hasta que él le dijo que ya era suficiente, la volvió a tomar del cabello (ella se quejaba, aunque me dijo que no con mucha convicción) y la aventó a la cama, después empezó a desnudarla pero de forma muy, muy agresiva, le rompió las pantimedias, le rompió una manga del saco para quitárselo, todos los botones de la blusa también para quitársela y solo la dejó con la mini y la tanga, todo eso mientras la besaba bruscamente y la manoseaba toda. ya con mi esposa en esa condición la acostó boca arriba, le abrió las piernas y se la clavó durísimo, de una estocada hasta los huevos, pero me dijo que estaba tan caliente y mojada que no le dolió, así que solo gimió, pero Eder le empezó de nuevo a dar de cachetadas y escupirle mientras la penetraba fuerte, ahí mi esposa me cuenta que pierde completamente el control y en lugar de que le dolieran o se sintiera mal, se las empezó a regresar, que al principio Eder se desconcertó, no esperaba que mi mujer también le diera de cachetadas, pero no solo se pegaban (y me contó que cada vez lo hacían más fuerte), sino que se empezaron a insultar, Eder le decía que era una zorra, una puta regalada, una nalgas fáciles y demás lindezas, en cambio mi mujer le decía, que era un pendejo impotente, hijo de puta, que le diera más duro, que le demostrara lo macho que era. Así estuvieron hasta que Eder en lugar de seguirla cacheteando le tomó las manos por encima de la cabeza y se la seguía clavando con todo, aunque mi mujer siempre le seguía llamando “hijo de puta, hijo de puta”. Eder también aprovechó que mi esposa se calmó para morderle el cuello, las tetas y los pezones, y aunque mi esposa me dijo que le dolía, estaba demasiado excitada para notarlo.

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Después de un buen rato de que Eder la tuvo de misionero, la volvió a tomar del cabello y la puso de perrito, en ese momento mi esposa ya no peleaba, solo se dejaba para disfrutar lo máximo posible, aunque el cabrón le decía “pinche puta nalgas fáciles, desde que te vi en la escuela sabía que eras una putota, sobre todo cuando empezaste a usar ropa provocativa, en cualquier momento aflojarías las nalgas” y cuando la tenía en cuatro le seguía dando muy fuerte, tanto que mi esposa tuvo que agachar la cabeza y dejar todo su trasero en pompa a merced de su compañero, Eder lo aprovechó para empezar a darle de nalgadas fuertes y comenzar a meterle un dedo en el culo (en este punto debo aclarar que mi esposa en ese momento era virgen del culito, no porque ella quisiera, desde que éramos novios siempre estuvo dispuesta a explorar por su cavidad anal, pero la verdad es que yo nunca pude desvrigarle ese orificio, aunque eso será tema de otro relato), ahí mi esposa aunque estaba completamente perdida por el placer recibido reaccionó, se quitó muy rápido y le dijo “por ahí no, por ahí no, soy virgen del culito y debería hablar con mi esposo primero”, en ese momento Eder se desconcertó completamente, supongo que porque no le parecieron lógicas las palabras de mi esposa, así que en primer lugar la puso a chuparle la verga de nuevo mientras el estaba hincado, obligándola también a lamerle los huevos (cosa nueva para ella porque ni yo ni su exnovio la habíamos puesto nunca a hacer eso, el sexo oral era siempre lo que ella quisiera hacer), y que al inicio lo hizo tan mal que se ganó dos bofetadas bien dadas por pendeja. 

Después de la mamada, Eder se acostó en la cama y le dijo a mi esposa que lo montara, cosa que ya muy obedientemente hizo, y que mientras ella cabalgaba, su compañero le apretujaba las tetas y las nalgas, le pellizcaba los pezones, golpeaba sus pechos y la nalgueaba muy fuerte, también le indicaba cómo moverse, si en círculos o más fuerte; a ella le sorprendió mucho su aguante y el hecho de que le gustara que ella prácticamente fuera una licuadora sobre él, porque conmigo, pues se salía la verga si lo hacía tan duro. Me contó que se cansó muchísimo de la cabalgata en la verga de su amigo, y que de plano le dijo que ya no podía, él le recriminó diciéndole que tan puta y se cansaba bien pronto, que debía enseñarle a ser una buena zorrita, entonces Eder la puso en cuatro de nuevo, pero en cuánto se la metió la obligó a que quedara acostada boca abajo y se la empezó a bombear durísimo tomándola con una mano del cabello muy fuertemente mientras con la otra la tomó del cuello, ella me dijo que se dio cuenta de que esa posición le encantaba, porque aunque sentía dolor del jalón de cabello que le hacía lo sentía muy adentro y al estar acostada pues sentía mucho placer, esta es otra posición que aunque lo habíamos intentado (sin tomarla del cabello, solo que ella estuviera acostada boca abajo) la verdad es que nunca habíamos llegado muy lejos, pues después de algunas embestidas y entre más fuerte lo hiciera, se me salía la verga por las nalgotas de mi esposa. Total, que en esa posición su compañero le daba muy fuerte y la insultaba, le decía que era una puta, que era seguro que estaba mal atendida en su casa, que sería su perra, y más lindezas por el estilo, mi esposa solo le decía hijo de puta, y pedía más. Fue en esa posición, cuando un rato después Eder empezó a gemir y gritar y así le vació los huevos a mi esposa, ella me contó que llegó a su tercer orgasmo en la noche (después le preguntaría cuáles fueron los demás, y ella me comentó que el primero fue cuando prácticamente la sometió a base de cachetadas, y el segundo montándolo y moviéndose como licuadora); y que sintió una lechada intensa, se quedó congelada recibiendo la venida de su amante hasta que él cayó rendido sobre ella por el esfuerzo sexual.

cornudo consentido


Después de tremenda cogida tanto mi esposa como su nuevo amigo, se quedaron rendidos por un rato, pero no llegaron a dormirse, después se empezaron a reír y a decir que nunca habían tenido sexo así, que él se volvió a convertir en su compañero normal y gracioso que siempre era; ella la verdad estaba encantada. 

Mi esposa hizo que le acabara de mamar su panochita recién utilizada por Eder hasta que terminara de nuevo mientras me decía que era un buen cornudo, que si me había gustado al fin lamerle la panochita bien usada y en el clímax  de su orgasmo de plano me dijo que había sido la mejor cogida de su vida.

Al terminar, nos quedamos sin aliento, mi esposa llevaba 5 orgasmos en esa noche (3 con Eder y 2 conmigo únicamente por medio de estimulación oral); y estábamos rendidos, mientras nos íbamos a la cama (porque seguíamos en la sala) ella me preguntó si me había gustado la experiencia (empezó a tratarme de manera muy tierna y cariñosa, volvía a llamarme amor y me sentía pleno y feliz), le contesté que cómo no, que jamás me imaginaría la manera tan caliente en la que mi fantasía se convertiría en realidad; de ahí mi esposa me preguntó que si quería que se volviera a repetir, yo estaba completamente en las nubes y de inmediato dije que sí, y le regresé la pregunta, ella me volvió a repetir que al haber sido la mejor cogida de su vida hasta el momento obvio que quería repetir (para ser sincero, fue la primer mordida de celos que experimenté durante todas estas historias), después me preguntó que cómo veía lo del sexo anal, increíblemente me excitó muchísimo la pregunta, porque a pesar de que ella siempre estuvo dispuesta, la verdad es que nunca pudimos concretar, y una de las fantasías recurrentes de los cornudos es que nuestra esposa haga cosas con sus amantes que con nosotros no hace o no podemos hacer, así que le dije que me encantaría que, sí Eder podía desvirgarle el culito, que sería super excitante, después de decirle eso, ella me besó muy tiernamente. Finalmente le pregunté cómo se dió la mamada del coche y ella se empezó a reír y me dijo que Eder se la cogió tan, pero tan bien, que ella se sintió obligada a agradecérselo y que la única forma que encontró fue ir chupándosela mientras él le daba un aventón a la casa. Y con esta conversación nos fuimos a dormir muy abrazados, ella diciéndome al oído: “te amo”.

6 comentarios - Historias de un matrimonio cornudo II

Mogagarza7 +2
Muy bueno y las imagenes le dan un plus
Juancho231293 +2
Excelente, sigue contannado , tambien soy cornudo
leloir2010 +2
Por momentos pence que se le fue de la mano el trato de eder hacia tu sra pero parece que le gusto el sexo rudo , ya que con vos nunca lo hicieron, con vos es amor. Van punto
adarobva +1
Yo al inicio lo había pensado así, por eso así lo narré, pero a mi esposa le encantó, tanto que de plano me dijo que había sido la mejor cogida de su vida; pero le gusta dominarme a mí.