Mi hermanito crece 7

Llegó la noche de la fiesta. Era un evento grande en casa con familia y amigos. Debía haber más de 30 personas. Para esa noche especial en la que mi hermano pasaba a ser un hombre para la sociedad, me puse un vestido de lentejuelas y brillos color plomo, sin ropa interior, con unas sandalias plateadas haciendo juego. Me hice un peinado alto dejando mi cuello descubierto. Estaba hecha una perra. 
Durante la noche todo el mundo hablaba y reía. Muchos me halagaron y algunos intentaron conquistarme, pero yo estaba ansiosa deseando estar a solas con Joaquín. Él estaba pasándola bien con un grupo de amigos del club, atrapado de un brazo por su novia, que estaba hecha toda una zorrita inocentona con su vestidito negro corto y unos tacos altos. A mi no me engañaba.
La noche avanzó, la gente más grande se fue, la música mejoró, el alcohol circuló más por todos los presentes, lo que animó mucho la fiesta. Todos reían, bailaban y se besaban. Busqué a Joaquín con la mirada pero no lo encontré en ningún lado. Fui hacia la cocina y vi la puerta que daba al parque abierta, me asomé y vi al fondo la caseta donde guardamos las herramientas y cosas de la piscina. Una tenue luz se distinguía adentro. Me acerqué sacándome las sandalias para no hacer ruido y espié por una rendija. Pude ver a mi hermano agarrando del pelo a su novia mientras ella se la chupaba con ganas. Tenía el vestido levantado hasta la cintura y no llevaba bombacha. La muy puta.
- Mmm... te gusta mi amor?
- Sí. La chupás muy bien! A ver hasta donde llegás...
La empujó de la nuca y ella se atragantó con la pija pero no la soltó. Él guió los movimientos rápidos y profundos de la cabeza de ella que hacía unos ruidos graciosos... yo quería eso...
- Mmgah mgajj... esperá! Ponémela un poco, así sin nada!
- Dale!
Se acomodó de espaldas a él y paró el culito. Él se salivó dos dedos y se los metió bien adentro. 
- Aah... salvaje!
- Te gusta, putita?
- Sí... pero quiero pija...
La pajeó unos segundos más y retiró los dedos de golpe. Se agarró la pija y la clavó toda.
- Aaayyy... sí... me gusta que seas rudo!
- Entonces tomá!
Cogieron de parado un ratito pero bien duro. Ella se sacudía con cada embestida. Hijos de puta. Lograron calentarme tanto que tuve que meterme dedos.
Siguieron dos o tres minutos. Carolina gemía como una nena quejosa. Lo detuvo con una mano en su brazo.
- Basta. Era una muestra de tu regalo y esto se nos está yendo de las manos. Hoy me quedo a dormir, tenemos toda la noche!
- Bien. Pero me vas a dar otro regalito ahora. No puedo volver así. Agachate y abrí la boquita!
Ella obedeció y lo miraba sumisa con la lengua afuera. Joaquín se pajeó y acabó en su boca y cara. Ver su leche en la cara de esa pendeja casi me hace acabar a mí.
- Aaaahh... Siiii... tragalo todo, hermosa!
Ella tragó, juntó con un dedo lo que no había entrado en su boca y lo lamió con cara de mala actriz porno.
- Mmm. Que rica, va a haber más?
- Vas a tener mucha más! Tenemos toda la noche, no?
Dejé de tocarme con bronca. Yo quería esa noche.
Se fueron. Esperé un minuto y yo también entré a la casa. Miré mi teléfono y tenía un mensaje de Joaquín. 
"Caro se queda toda la noche. Quiere coger. Como hacemos? Ayudame!"
Saber que me prefería a mí me devolvió el buen humor.
"Emborrachala y llevala a la cama. Si sigue despierta hacela acabar pero guardate para mí"
"Obvio que me guardo para vos. Ojalá pudiera echarla"
"Tengo una idea. Hay un pibe del club que se ve que le tiene ganas. Cuando esté mareada dejala a solas con el flaco un rato. Después volvés, te hacés el celoso y le decís que se vaya a su casa"
"Genial. Ya pongo en marcha el plan"
Genial, pensé.

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