Que morbazo coincidir con Silvia C en una boda

Una buena coincidencia hizo que una noche de trabajo haciendo fotos en una boda, pasase a ser una grandísima noche. En aquella boda estaba mi buena follamiga Silvia C y su cornudo marido. Esta no perdía ocasión de zorrear conmigo y yo encantado pues siempre sabe cómo ponerme bien a tono. Iba con un vestido negro con falda abombada, hasta las rodillas, sin mangas y un escotazo redondo, por donde se la veía un delicioso canalillo formado por sus pechitos. También llevaba unas finas y transparentes medias.
Bien avanzada la boda, en un momento del baile, con la gente ya bien subida de alcohol y bailando cualquier cosa, Silvia C se me acerco y nos pusimos a charlar. Esta acariciaba discretamente mi paquete, poniéndome a mil. Antes de separarse de mí, me dijo que en diez minutos fuera al baño.
Así hice y Silvia estaba en la puerta esperándome. Me dijo que esperara un momento y durante este tiempo volvió a acariciar mi paquete y a decirme las ganas que tenia de mi polla. Cuando salieron 2 mujeres, que Silvia sabía que estaban dentro y por eso no habíamos entrado, esta me cogió y me llevo dentro. Nos encerramos en un departamento y nos besamos acaloradamente. Mis manos acariciaban sus pechitos y la levantaba una de las piernas para acariciar su muslazo. No pude contenerme y besé y lamí su canalillo tan delicioso.
Silvia se arrodillo, me dijo que no teníamos mucho tiempo, y comenzó a morderme el paquete. Me bajo los pantalones y agarro mi polla, meneándola para los lados, rozándola con su lengua. Beso mi glande mientras me masturbaba y luego me comió los huevos, masturbándome más fuerte. Con mi polla durísima comenzó a hacerme un mamadón, mientras yo acariciaba su pelo. Silvia me miraba con cara de viciosa mientras comía sin parar. De vez en cuando sacaba mi polla y lamia mi glande, dejándome ver como caía la baba por mi polla. Volvió a comerme los huevos, masturbándome, y dejando los huevos dentro de su boca, jugando con su lengua en ellos.
Estaba a punto de correrme y Silvia volvió a comerme la polla sin parar a una buena velocidad. Me corrí, dentro de su bocaza y ella tragaba y tragaba, sin desperdiciar una sola gota. Lamio mi glande dejándome la polla bien limpita y volvió a comerme los huevos. Se levanto y nos besamos antes de volver a la fiesta, ella a besarse con su marido y yo a seguir sacando fotos, más relajado.

La boda acabo y mientras estaba recogiendo Silvia C vino a despedirse de mí y aprovechar para decirme donde iban a seguir la fiesta. Ella se fue en el autobús de los invitados con su marido y yo en mi coche. Fui a la discoteca que me había dicho y esperé que llegaran, tomando algo. Cuando Silvia llego, me lleve una buena sorpresa al ver que su marido no estaba, pues se había ido a otra fiesta con música más de su gusto. Allí bailamos y nos metimos mano disimuladamente, hasta que tras un par de copas nos fuimos, pues no aguantábamos más el calentón que volvíamos a tener encima.
Salimos y nos dirigimos hacia mi coche, metiéndonos mano y besándonos cada vez q no había nadie en nuestro camino. Estaba tan cachondo q no me aguante más y nos metimos en un callejón oscuro por el que pasamos. La puse la espalda contra una pared y la besé y metí mano sin cortarme. Metí mi cara entre su canalillo nuevamente y la pedí que se subiera el vestido, para poder acariciar mejor su culazo. Acariciándolo, pude notar como debajo de las medias había un tanga de hilo. Metí mi mano por dentro de las medias y acaricié su coño, descubriendo también q llevaba encaje el tanga. Acabe metiendo mi mano por dentro del tanga y la masturbe.
Me arrodille y bese su coño tapadito, mientras acariciaba su culazo. Agarre las medias y las rompí por la zona de su coño, el cual bese, ya solo tapado por el tanga. Mordisquee el encaje del tanga, tirando de él, hasta que se lo aparte con la mano. Comencé a lamer su jugoso clítoris, mientras la masturbaba con mi dedo gordo. Mi otra mano, acariciaba uno de sus muslazos. Al rato, mi lengua se introdujo en su coño, comiéndoselo, y mi dedo pulgar, bien empapado, jugueteo con su clítoris. Ahora mi otra mano agarro fuerte su culazo. Cuando Silvia estuvo bien a tono para correrse, apretó mi cabeza con sus manos y mis dos manos ahora agarraban su culazo. Cuando esta se corrió, mi lengua siguió jugando en su coño, disfrutando de sus jugos.
Me levante y volvimos a besarnos contra la pared. Me saque la polla del pantalón y le ordene a Silvia que me masturbara mientras nos seguíamos besando, o la comía el canalillo. Cuando la tuve bien dura, me puse un condón. Cogí en vilo a Silvia, aparté su tanga y metí mi polla en su coño follándola. Mis manos agarraban sus muslazos y nos seguíamos besando. De vez en cuando subía la velocidad de las penetraciones, mientras la besaba y mordía el cuello y ella apretaba mi cabeza con sus manos.
Baje a Silvia y la gire, apoyando sus manos en la pared y poniendo su culo hacia mí. La subí el vestido, aparte de nuevo su tanga y la seguí follando rico su coño empapadísimo. La agarre fuerte de la cintura para poder darla fuertes envestidas. Ella a veces giraba la cabeza, mirándome y sonriéndome con gran felicidad.
Cuando iba a correrme la folle más duro aun, hasta que ocurrió. Entonces Silvia se arrodillo, me quito el condón y me comió la polla hasta dejármela limpia. Silvia se levantó entonces y nos besamos un rato, relajándonos.

Seguimos camino al coche, besándonos y acariciándonos. En el coche ya, nos dimos un largo beso, antes de arrancar. Todo el camino, Silvia, fue besándome el cuello y metiéndome mano. Llego un momento que me tenía tan cachondo, de nuevo, que metí una mano en su vestido y la empecé a masturbar. Solo la sacaba para cambiar las marchas, e inmediatamente volvía a metérsela.
No pudimos resistirnos mas y Silvia me indico para ir a un descampado cercano a su casa. Allí volvimos a besarnos acaloradamente y yo seguí masturbándola. Silvia saco mi polla del pantalón, la masturbo un poco y, rápido, se coloco a gatas en el siento del copiloto y comenzó a hacerme una nueva mamada. Mi mano subió su vestido hasta la cintura y metí mi mano por el roto de las medias, apartando su tanga y siguiendo, masturbándola.
Silvia decía que estaba a punto de correrse, así que la di un condón para que me lo pusiera y se sentara sobre mí. Aparto su tanga y se metió mi polla en su empapadísimo coño. Comenzó a moverse en círculos, mientras nos besábamos y acariciaba sus muslazos. Volví a bajar mi cabeza hasta su canalillo, apretando Silvia mi cara contra él. Mis manos subieron hasta sus pechitos acariciándolos. Pase mis manos a su espalda y desabroche su vestido. La agarre de los bordes de este y se lo baje hasta la cintura. Sus pechitos se veían preciosos, bien redondeados y ajustados, con aquel sujetador negro de aro y encaje, que los levantaba y juntaba, haciendo ese canalillo tan rico. Lo bese de nuevo, apretando bien sus tetitas con mis mano, hasta que se las saque del sujetador y se las comí. Sus pezones estaban duritos y ricos, perfectos para morder, lamer y estirar. Nos pusimos tan acelerados que Silvia comenzó a moverse más rápido aun, hasta que se corrió, soltando un fuerte gemido.
La hice colocarse a gatas nuevamente en el asiento del copiloto. Me quite del todo el pantalón y baje del coche. Me dirigí a la puerta del copiloto, la abrí y vi su rico culazo allí bien ofrecido. La di un fuerte azote y me arrodillé, para besárselo y mordérsela, mientras se lo acariciaba y azotaba de nuevo. Me levanté, volví a apartar su tanga y comencé a follarla el culo, bien duro, agarrándola de la cintura.
La saque del coche, se quito del todo el vestido y la puse de cara a una de las puertas. La abrí las piernas, aparte el tanga, nuevamente, y metí mi polla en su coño, follándoselo duro, con embestidas secas. Mis manos agarraron sus pechitos y los apretaba y estiraba. Una de mis manos acabo en su cabeza, acariciando su rizado pelo. Cambie mi polla de agujero, metiéndola de nuevo en su culo y follándoselo fuerte. Deje de acariciar su pelazo y aprete su cara, aplastándola contra el cristal. La giré y la cogí en vilo, metiendo mi polla en su coño. Follamos, mientras nos besamos y acariciaba sus muslos y pechitos.
Cuando me corrí, dentro de su coño, bajé la cabeza para comerla los pechitos y ella apretaba fuerte mi cabeza, mientras la daba las ultimas penetraciones mientras me corría. Silvia se arrodillo, me quito el condón y me limpio la polla con su rica lengua.

Nos besamos y acariciamos los culos, antes de vestirnos y montar al coche. Antes de llegar a su calle, nos volvimos a dar un largo beso de despedida.

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