Del bondi al telo

Tengo que admitir que estaba medio entonado, lejos de considerarme borracho, pero sí con esa leve sensación de cuando tenés dos birras encima. Era lo mínimo que podía hacer después de aprobar uno de los finales más jodidos de la carrera. Había ido a festear con algunos compañeros, pero fue un festejo corto. Recién eran las 5 de la tarde, y parecía que estaba por largarse a llover.

Con los auriculares puestos, caminé las dos cuadras hasta la parada del bondi sintiéndome el tipo más capo del mundo. La verdad es que tengo un buen autoestima, pero mi estado de ánimo era principalmente fruto de la alegría y relajación que me daba cada vez que metía un final. Siempre que salía de la facultad victorioso sentía que podía cruzarme a la mismísima Scarlett Johansson y encararla sin ningún tipo de problema, pero en ese momento no tenía en la cabeza encarar a nadie ni nada, solo estaba disfrutando y pensando en que mañana jugábamos la semi contra Croacia.

Cuando llegué a la parada, me sorprendí de encontrarla vacía, únicamente con el inspector esperando el próximo bondi. Al minuto de esperar, una señora llegó y le preguntó al chancho si iba a haber colectivos al día siguiente en el horario del partido, porque tenía que venir para esta zona a atenderse en el hospital que estaba a media cuadra. El hombre le dijo que sí, que no se preocupara, y como yo estaba en un estado de buen humor inmejorable, me metí en la conversación para matar el tiempo un rato.

A todo esto, mientras todo esto sucedía, una chica se había acercado a la parada y se había sentado en el banquito de la misma, esperando el bondi. Durante el minuto que duró la charla, ella también metió algún que otro bocado, y en uno de esos comentarios, cruzamos la mirada. Podría haber sido un cruce de miradas inofensivo, como cualquier otro, pero duró un segundo más de lo normal. Uno solo. El segundo suficiente para que esa interacción active algo en mi cabeza que estaba apagado.

20 segundos después, el colectivo estaba en la parada. Si no hubiera sido por ese intercambio de miradas, quizás no me hubiera fijado en esa chica. También ayudaba la cerveza. Parecía estar por la segunda mitad de los 20, de piel morena y pelo negro. Era linda, y tenía un vestido marrón clarito con un diseño muy copado con dibujos onda mandalas en negro. En otra situación, la hubiera visto, hubiera pensado que era linda y ya. Pero el leve estado de ebriedad, victoria y calentura que me generó esa mirada, hizo que a partir de ese momento ella fuera lo único que ocupara mi cabeza.

Me subí al colectivo, bastante lleno por cierto, con muchas ganas de que se suba atrás mío. Cuando apoye la sube y encaré para el fondo, vi que lo había hecho. Ya los motores adentro de mi cabeza empezaban a trabajar cada vez más. Me fui hasta la parte del bondi que separa el fondo de la puerta del medio, antes de subir el escalón, porque atrás estaba explotado de gente. Terminé de acomodarme y noté que la tenía al lado.

Escribiéndolo ahora no es tan fácil evocar cómo me sentía en el momento, pero es cierto que todavía estaba muy tranquilo, porque si bien en el fondo de mi cabeza sabía que esa mirada había estado, me convencía de que era todo producto del alcohol y mi hermosa imaginación que nunca para.

Ese día el tráfico era terrible. El trayecto que generalmente hago en 20 minutos, creo que duró 40. Pero la realidad es que no estoy del todo seguro porque en ningun momento del viaje pude pensar con mucha claridad.

Cuando arrancó el bondi, yo estaba agarrado de una de las barandas que tenía a mi izquierda. Esta chica también, pero tenía la mano un poco más abajo. En mi cabeza yo tenía ganas de que haya algun roce (no) intencional, pero se me hacía casi imposible, por lo que no estaba muy pendiente de eso. En mis auriculares sonaba To Pimp a Butterfly, afuera ya llovía y en Qatar ya faltaban menos de 24 horas para que la scaloneta de clases de como se juega al fítbol.

No recuerdo como fue, pero con sutileza y un poco de azar, mi mano terminó estando muy cerca de la suya, ambas agarradas de la misma baranda, para que con el movimiento del colectivo terminen rozándose. Un roce extremadamente leve, casi imperceptible, pero que se podía sentir. Con cada segundo que pasaba, más trabajaba mi cabeza. Ninguno de los dos movía la mano, y hasta las acercábamos un poquito con cada movimiento del bondi, pero seguía siendo algo mínimo. Hasta infantil. Por ahora.

Después de varios minutos, alguien atrás mío se bajó y yo me tuve que mover para ocupar el espacio que dejó libre, pero antes de terminar de lamentarme por mi decisión, otra persona sentada se bajó y me senté. Ahora yo estaba sentado en uno de esos asientos individuales que está un poco más atrás de la puerta del medio, pero antes de subir el escalón que va al fondo del colectivo. Sin dejar mucho tiempo para que otro pudiera aprovechar el lugar que quedó, la chica vino hasta mi lado y se quedó ahí parada.

Hasta ese momento, nadie en esa situación podría haber pensado seriamente que había algo ahí. Solo alguien con mucha imaginación, pero tampoco era algo muy realista, sino algo para entretener la mente. Incluso ella viniendo hasta mi lado, era algo que cualquiera hubiera hecho en un colectivo tan lleno. Pero yo estaba en mi mundo, y todavía tenía esperanza de que pase algo.

Cuando me senté y ella vino al lado mío, yo estaba sentado como suelo sentarme, pero buscando otro contacto con ella, abrí un toque más mis piernas. Nada exagerado teniendo en cuenta que hacía calor y había mucha humedad, especialmente en mi zona testicular, pero un poquito más de lo que suelo abrir, con la ilusión de que nuestras piernas se encuentren. Después de unos minutos, terminó pasando, gracias al movimiento típico de un colectivo recorriendo las calles de Buenos Aires, y pasó algunas veces más.

Aun con esos roces, en mi cabeza yo estaba convencido que era todo una idea mía. Hasta que en el asiento de adelante mío, una señora a la cual detesté con toda mi alma se levantó para bajarse en la parada siguiente.

"La concha de mi madre, ya está" pensé. La tarea fina que venía haciendo hacía ya quince minutos se iba a perder. Ella era la más cercana a ese asiento libre, y cualquiera de los otros candidatos al asiento se lo hubiera cedido. Pero no. Ella le hizo el gesto a un hombre que estaba más adelante para que se siente, y yo no lo pude creer. Era una oportunidad irresistible, en un colectivo en el que ya no entraba nadie más, y ella lo rechazó.

A partir de ahí, la idea de que la mirada y los roces eran algo verdadero, algo tangible, tomó el control de mi cabeza. Los roces de nuestras piernas siguieron. Y se me ocurrió algo, pequeño, infantil, pero acertado. En vez de dejar mis manos sueltas, como siempre que voy sentado, puse mi mano izquierda sobre el agarramanos del asiento de adelante (como si lo necesitara!!!), en donde ella ya estaba agarrada. Y poco a poco, centímetro a centímetro, nuestras manos volvieron a encontrarse. Primero fue un roce muy leve, pero ya los dos sabíamos lo que estábamos haciendo. Ella estaba muy cerca mío, y nuestras manos ya estaban muy pegadas. Incluso ella ya había puesto un dedo encima de mi mano.

Me imagino que ahora están pensado: solo eso??? Un dedo encima de su mano? Estamos en Poringa flaco, que te pasa?

Si, hasta ahora es una boludez. Pero desde que me subí al bondi, no había vuelta a cruzar la mirada con la chica. Y menos habíamos vuelto a hablar. Solo roces, que ahora ya eran definitivamente intencionales. Yo todavía tenía 10 minutos de viaje, y sólo podía pensar en bajarme con ella, encarar a un telo y garcharmela como si no hubiera un mañana.

Ya con su mano encima de la mía, acariciándonos como si fuéramos pareja, y yo fuera de mí, le fui acariciando su pierna con mi mano derecha. Muy sutilmente, porque si bien estaba ya un poco descontrolado, sentía que la gente en el bondi nos estaba mirando. Una paranoia estúpida pero que me mantenía controlado como para evitar pelar el muñeco ahí en medio de la gente que volvía de su trabajo.

Mientras nos acariciábamos, la miré, por primera vez, desde que nos subimos al bondi. Ella se reía, se la notaba nerviosa y caliente. Era tierna su reacción. Ninguno de los dos terminaba de entender la situación. Mi cabeza era un guiso de pensamientos que me invadían. Primero, que tenía novia. Nunca la cagué ni tenía intención, pero todo esto fue demasiado inesperado y para cuando pude pensarlo, ya estaba demasiado adentro. También fue por eso que si bien inicié la situación, nunca hice nada concreto porque tampoco quería. Fue tan sutil y paulatino que cuando me di cuenta, mi cabeza ya no estaba funcionando. O sea, estaba funcionando una de las dos, pero no la que me permite tomar decisiones inteligentes, sino la otra, que ya estaba completamente cargada de sangre, lista para ir a la guerra.

La posta es que nunca esperé estar ahí, acariciándome en un colectivo con una piba que había conocido ahí mismo, con la que no había cruzado una sola palabra, pero ahí estaba. Tenía que hacer algunas cosas a la tarde, pero ya no me importaba nada. Lo único que estaba analizando era como hacer para bajarnos los dos y que telos había cerca.

Cuando estábamos llegando a mi parada (ja), tomé coraje, me pare y le dije:

- Mira, me encantas y tengo ganas de seguirla. Querés bajarte acá conmigo y vamos a algun lado por acá?

La verdad es que en el poco tiempo que tuve para pensar qué decir y cómo decirselo, eso fue lo que me salió. Yo sabía que ella se bajaba un par de cuadras más adelante, porque la había escuchado mandar un wpp. Fue una apuesta, porque por un lado sabía que estaba mal lo que estaba haciendo y no quería, pero por otro estaba caliente como nunca antes en mi puta vida y no quería cortarla ahí. Sabía que fui arriesgado diciendo eso, porque para una mina bajarse con un total desconocido en esa situación es un riesgo muy grande.

"Dale" me respondió después de dudar 2 segundos pero con una sonrisa. Haber aprobado ese final pasó a ser una mierdita al lado de esa respuesta.

El bondi ya estaba bastante más vacío, así que nos acercamos a la puerta, y como todavía faltaba una parada, la agarré de la cara con una mano y de la cintura con la otra y le di un beso. El desahogo de calentura después de tanto tiempo de calentarnos en el colectivo fue increíble. Chapamos 1 minuto como dos adolescentes que no tienen noción de que están en un lugar público, y nos bajamos.

Cuando bajamos, nos comimos la boca como dos desesperados. Estábamos en otro planeta. Yo tenía una calentura que me desbordaba, a tal punto que me sentía drogado, y ella parecía en una similar.

- Yo se que es un flash terrible esto, pero posta que me volves loco. Yo vivo cerca, pero si tenés ganas vamos a un telo que conozco.

- Jajajaja no puede ser que estemos haciendo esto.

- Yo tampoco jaja, pero desde que te vi en la parada que lo único que pienso es en como te cogería toda.

- Ay dios no me podes decir eso, que hijo de puta, yo también. - Me agarró la cara y me encajó un beso que casi me transforma en un homo erectus. - Bancame porque estaba yendo a lo de una amiga, le tengo que avisar que voy más tarde.

- Dale.

Le avisó a su amiga y enfilamos para el un telo de la zona que estaba a un par de cuadras, y caminamos juntos. Ella me dio la mano y fuimos como si fuéramos una parejita. Ahora en frío me siento un hijo de puta, pero en el momento ya ni era yo. Estaba en una nube de calentura total.

En el camino casi ni hablamos. En cada semáforo aprovechábamos para chapar. Realmente parecíamos dos pendejos de 15 que su única forma para descargar la calentura que tienen es chapar, que el único efecto que tiene es el mismo que tirarle nafta al fuego.

Cuando llegamos al bendito telo, antes de abrir la puerta la puse contra la pared y me la comí ahí, totalmente enajenado. Si bien no era una calle super transitada, pasaba gente, pero no me importaba nada. Quería levantarle ese vestido y garchar ahí mismo contra la pared, pero en un rapto de lucidez me frené, y abrí la puerta.

Era un telo bastante tranqui. Yo había ido una sola vez y estaba bien, cumplía por el precio. Cuando llegamos al mostrador, ella preguntó si tenían la habitación con hidromasaje y al recibir una respuesta afirmativa, pedimos un turno de 3 horas en esa. Esa asertividad hizo que se me ponga todavía más dura, si es que era posible. Tenía ganas de levantarla y llevarla a la habitación cual hombre de las cavernas.

- Pasen por la 4.

Apenas pasamos nos entramos a matar a besos. No me daban las manos para tocarla. Si bien en la calle estábamos como locos, me rescataba para no agarrarle el culo o meterle mano, pero ahora que estábamos solos nos liberamos completamente. Mientras chapábamos, le empecé a masajear todo el orto con las dos manos y ella se me subió encima. Cuando digo que estaba tan caliente que me sentía drogado no es joda, era una locura, nunca me había sentido así. Incluso tenía más fuerza de lo común porque en otra ocasión no duro más de 20 segundos agarrando a una mina en esa posición pero no me cansaba más.

Nos tiramos en la cama y nos empezamos a tocar desesperados. Nos sacamos las zapatillas, y ella me sacó la remera y me empezó a acariciar todo el torso mientras le sacaba el vestido. La muy hija de puta no tenía corpiño y encima tenía una tanga de encaje negra que le quedaba pintada.

- Naaa no podes tener esta tanga me vas a matar.

- Jajaja es que me resulta cómoda y me gusta usar tangas lindas cuando tengo vestido.

- Te queda increíble, tenés un cuerpoo - y me tiré encima suyo sin poder seguir la frase.

La verdad es que estaba buenísima. Era flaquita, no tenía muchas tetas pero tenía un cuerpo esbelto con un color hermoso, y un orto muy lindo la verdad. En ese momento aunque hubiera tenido el cuerpo del pity alvarez me la hubiera cogido igual, pero el hecho de que encima estuviera buena era un plus espectacular.

Mientras seguíamos chapando, se me subió encima y empezó a moverse contra mi chota, que ya de tan dura y adentro del pantalón me empezaba a doler. Ni lenta ni perezosa me desnudó de un tirón y me la agarró con un amor que agradecí enormemente. Las ganas con las que la miraba y la tocaba me estaban volviendo completamente loco. Empezó a pajearme con una mano y a tocarme los huevos con la otra, y yo me senté.

Me empezó a comer la boca mientras me hacía la paja, y se ve que se aburrió de comerme la boca porque al toque bajo y empezó a darme besos en la cabeza de la chota.

- Que linda pija tenés, bebé.

Todavía ni se la había metido en la boca pero me dijo eso y casi acabo. La agarré del pelo, no muy fuerte como para no agarrarla desprevenida pero sí con cierta autoridad para tantear si esa onda le gustaba, y la traje hacia mí para comerle la boca de un beso.

- Hoy es toda para vos morocha - y la solté para que continúe su tarea

Siguió dándome unos besos en la boca y empezó a chupármela con una prodigiosidad que me sorprendió gratamente. En mi experiencia con mujeres, que tampoco es muy extensa, no muchas saben chuparla bien de arranque. Puede que yo sea medio quisquilloso, pero para que me guste mucho tengo que dar un par de indicaciones de lo que a mi me gusta más. Esta piba era increíblemente buena. La chupaba despacio, con amor, sin nada de asco. Tengo una linda pija, no muy grande pero de buen tamaño y hegemónica (?

Mientras me la chupaba, con una mano seguía pajeándome y con la otra me acariciaba los huevos. Yo estaba en éxtasis total, hipnotizado con ese subir y bajar, que cada tanto intercalaba con lenguetazos como si mi pija fuera un helado, mirándome fijo a los ojos mientras sonaba un house medio falopa típico de telo, que disfrutaba como si hubiera tomado MD del mas puro.

Después de un rato empezó a chuparla con más ritmo, sin jamás soltarme los huevos. Me la escupía, me pajeaba, me miraba a los ojos, me estaba volviendo loco. Me podía pedir que nos casáramos y yo era capaz de decirle que si.

- No podes chuparla tan bien hija de puta, si seguís así no voy a llegar a cogerte

- No?? No me querés coger?? - sin dejar de pajearme me hizo un pucherito al que no me pude resistir.

La agarré, la tiré contra la cama, y me la empecé a comer. Estuve unos segundos y de a poco empecé a bajar mientras le besaba todo el cuerpo, de a poquito, siempre atento a su respiración y sus gemidos bajitos para saber qué era lo que más le iba gustando. Cuando llegué a sus tetas, empecé a chuparselas y morderle suavecito los pezones, mientras le tocaba la concha por arriba de la tanga. Después de un rato, ella solita se la sacó y aproveché para seguir tocándola.

Habré estado unos minutos más, intercalando entre chuparle las tetas y chapar con ella, mientras le acariciaba muy suave el clítoris con mi dedo índice. Cuando ella ya estaba que no daba más, empecé a bajar para llegar a donde quise llegar desde el momento en que la vi. No estaba full depilada, tenía un poco de pelos pero sinceramente me chupó y me chupa un huevo. Siempre es linda una conchita toda depilada, pero en lo particular no me hago mucho problema siempre y cuando no te encuentres la cabellera del diego del napoli.

Arranqué despacio, dándole besos en la parte de adentro de las piernas, hasta llegar a los labios y de a poco empecé a usar la lengua, hasta terminar chupandole el clítoris directamente, lento y siempre atento a sus respuestas. Me encanta la tranquilidad de estar ahí abajo, controlando la situación y sabiendo que si haces bien las cosas, después podés hacer lo que quieras.

Estuve un rato dándole, y le empecé a meter un dedo. Estaba totalmente mojada, y cuando entró largó un gemido hermoso.

"Ay siiii, me encantaaaa"

Seguí chupándola, cada vez con más ritmo y colándole ya 2 dedos. Ella no paraba de moverse y gemir, me agarraba el pelo y me decía cosas por lo bajo que yo no llegaba a entender del todo porque estaba muy concentrado en mi tarea.

- Por favor necesito que me cojas.

- No te escuché, decímelo más fuerte - le dije haciéndome el boludo mientras seguía.

- POR FAVOR COGEME YA

- Ah sí? Queres mi pija adentro? - y cuando le dije esto, con los dos dedos que tenía adentro y sin dejar de chuparla, hice presión en la parte de adelante, donde estaría el punto G, y empezó a gemir desesperada

- SII POR DIOS SII GARCHAME

Ya ebrio de placer, me puse en posición como para garchar tipo misionero, con ella bien abierta y las piernas un poco elevadas. Le envolví las piernas con los brazos, apoyándole una mano en el abdomen y con la otra apuntando la pija hacia su concha que ya estaba empapada.

Antes de meterla, apenas a unos centímetros, ya sentía el calor que salía de esa conchita hermosa. Un pensamiento fugaz corrió por mi mente, un recuerdo lejano de mi viejo diciendo "Hijo, siempre tenes que usar forro". Lamentablemente, tanto él como yo sabemos que hay momentos que es absolutamente imposible actuar con responsabilidad. Ni a esta chica, de la cual ni siquiera sabía su nombre, ni a mi, se nos ocurrió que teníamos que usar forro.

Cuando la apoyé y los primeros dos centímetros de mi verga entraron, fue la mejor sensación que sentí en mi vida. Escuchar su gemido de placer, y sentir ese calor húmedo tan particular que tiene la concha de una mujer caliente, fue orgásmico. Un placer infinito. Hacía mucho no cogía sin forro, y fue todo lo lindo que recordaba y más.

Empecé a moverme despacio, sabiendo que ya desde el arranque estaba cerca de acabar. Con sus piernas en mis hombros empecé a bombear a un ritmo suave pero seguro, mientras ella ya gemía bastante fuerte.

- ME ENCANTA NO PARES NUNCA

No pensaba hacerlo. Estaba demasiado caliente y concentrado como para hablar, solo me salían ruidos animales.

Empezamos a meter ritmo y entramos a garchar fuerte. Cada vez que la metía hasta el fondo ella pegaba un grito de placer que para mi era como un pase de merca, me enloquecía y quería más y más. No nos podíamos sacar los ojos de encima. Nos comíamos la boca y nos acariciábamos todo el cuerpo como podíamos.

En un momento, mientras con una mano me apoyaba en la cama, le envolví el cuello con una mano, suave, probando a ver si le gustaba.

- mmm si dale ahorcame un poquito mi amor, porfa

Esta mujer me iba a hacer morirme ahí, y yo me iba a morir contento, haciéndole honor a Pompilio. Sin dejar de cogermela, ya un poco mas lento, le empecé a apretar el cuello de a poco. A medida que apretaba, ella gemía más y más y se retorcía toda, hasta que al cabo de unos minutos empezó a temblar y a gritar.

-SIIIIIII SIII DIOS AAAAAAA

Estaba acabando y mi pija lo podía sentir. Yo dejé de moverme porque si me movía acababa, y no pensaba frenar ahí mismo. Fueron 30 segundos hasta que quedó casi dormida, con mi pija adentro, sin movernos.

- me encanta tu pija chabón, no me dejes de coger nunca

- no te pienso sacar la pija de adentro bombón, me volves loco - le dije casi hipnotizado, y nos envolvimos en un beso muy tierno, mientras yo seguía adentro suyo, durísimo como estaba desde el bondi. - Ponete en 4 que te voy a garchar bien fuerte

Saqué la verga de adentro suyo, y se puso rápido en 4. Manejaba una docilidad que me era adictiva. Me puse atrás suyo, y antes de que pudiera apuntar y entrar, miró para atrás y con la cara más de puta que podía poner me dijo:

- me vas a dar una buena garchada, papi??

- te voy a hacer mierda y te voy a llenar de leche, putita hermosa

Solo con decir eso largó un gemido bajito y se puso en 4 bien arqueada. Ahora estaba totalmente desenfrenado, así que le metí la pija, se la metí bien despacio hasta el fondo, y empecé a martillarla bien fuerte. Le daba cachetazos ya casi con bronca. A cada cachetazo, un gemido más, que me invitaba a tratarla como una puta que le gustaba que se la cojan bien duro.

Estuve un rato dándole fuerte pero bajé el ritmo, porque ya mi acabada se podía ver en el horizonte. Con una mano en su cintura, le agarré el pelo con la otra y empecé a cogermela bien lento, metiendola y sacandola casi toda. Ella estaba recontra caliente y no paraba de pedirme pija.

- Te voy a llenar de leche me escuchaste? te voy a acabar todo adentro y te voy a seguir cogiendo mientras te chorrea mi leche

- mmsi por favor bebé, no me la saques, cogeme toda cogemeeee

Ya sin más fuerzas para evitar acabar, la traje bien contra mi y la levanté un poco, trayendo su torso contra el mío, sin sacarla de adentro. Mientras me la cogía, con el brazo izquierdo la tenía agarrada y con la otra empecé a masajearle el clítoris. Ella empezó a gemir como loca y yo ahí ya no pude más, empecé a acabar zarpado. Sentía que no me paraba de salir leche y encima ella empezó a acabar también. Empezó a retorcerse toda y se quedó tirada en la cama, mientras le salía toda la leche de adentro.

Quedamos los dos tirados en la cama, después del orgasmo más fuerte de mi vida, sin poder movernos ni hablar. Incluso creo que me dormí unos minutos.

Sin hablar nos fuimos a limpiar al baño y nos acostamos abrazados como dos novios.

- Estaría encerrado todo el día acá con vos, cogiéndote sin parar y llenándote toda de leche.

- Y bueno, que te lo impide?

- En serio me decís? Mira que llamo ya mismo a recepción

- Obvio, quiero seguir cogiendo ya mismo jajaja - y se me subió encima sin dejarme mediar palabra.

No tuve tiempo de llamar hasta que terminamos el segundo polvo de los varios que nos echamos ese día. No se que excusas puse para las cosas que tenía que hacer, ni como pude coger tantas veces en un día, ni cuanto tuve que pagar de telo. Solo se que fue la mejor experiencia de mi vida, y que salí con unas ganas de volver a cogérmela que no tenían sentido para la cantidad de leche que le había dejado adentro toda esa noche.

9 comentarios - Del bondi al telo

xxxdios
Muy bueno che, muy bien contado !
ransit
"Me imagino que ahora están pensado: solo eso??? Un dedo encima de su mano? Estamos en Poringa flaco, que te pasa?"
BRILLANTE!!!! eL RELATO ES UNA BOMBA, pero esta línea es sublime!!!
Seguí mostro!!!! Esa pluma no puede parar!!!! Saludos y puntos
misticlove2002
Excelente relato, ojalá haya más relatos de cogidas con esta mina, y que le sigas llenando la concha de leche hasta dejarla preñada, cómo hace un macho alfa.
veteranodel60
Excelente, espero que haya mas historias , te dejo mis 10 puntos y felicitaciones
motero73
Brillante. Una delicia leer tu relato.