El Génesis del incesto

Para los no iniciados que buscan la luz de la verdad y el camino a la lujuria liberadora, el siguiente es un relato reconstruido en base a fragmentos recuperados del Libro del Amor Prohibido de Seth, combinados con el resultado de nuestras propias investigaciones bajo la dirección de nuestros maestros. Abre tu mente y hallaras que el sexo es la razón última de todo, la energía y el objetivo ultimo de la Creación. ¡Adelante hijo o hija de Seth".

Como tantas otras veces, el hombre joven caminaba muy despacio, tratando de no hacer ruido; de manera furtiva, como si fuera una fiera cazando a su presa, se deslizaba por entre los arbustos y matorrales.

Su experiencia en la verdadera caza y su conocimiento de aquel terreno, además del gran temor de ser descubierto; hacían que se hiciera tan silencioso como un espíritu y tan invisible como el aire. Sigilosamente se abría paso entre la tupida vegetación, midiendo cada paso y sin pisar siquiera una pequeña rama cuyo ruido al romperse pudiera delatar su posición.

Sin embargo, esta extrema precaución solo contribuía a aumentar su impaciencia y su disgusto; si por el fuera correría desesperado al encuentro de lo que con tanto anhelo buscaba, eso que le producía una salvaje y sobrenatural excitación. Pero sabia que no podía simplemente correr al sitio que estaba delante de el, porque eso alejaría a la "presa" y arruinaría para siempre su indispensable diversión, y seria además su perdición.

Sabia que aquello estaba mal, pero no podía evitarlo; lo necesitaba y era mucho mas fuerte que el.

Llego al fin a la orilla del río, y lentamente aparto con sus manos un poco la vegetación; lo suficiente para tener una buena visión del río sin ser visto. Frente a el estaba lo que había venido a buscar, y su corazón le dio un vuelco como siempre sucedía en aquellas ocasiones.

Cerca de el, en la otra orilla del estrecho riachuelo, una mujer caminaba hacia el agua.

No existen palabras adecuadas para alabar y menos describir la belleza de esta mujer; solo para dar una idea, diremos que su belleza realmente No Era de Este Mundo. Era la belleza de una Diosa, creada por un Dios con sus propias manos; y NUNCA más ha existido ni existirá belleza semejante en una mujer en este mundo material.

Su cabello era rubio, de un agradable color dorado que no pecaba ni de opaco ni de chillón; era una cabellera larga y lisa que caía en cascada sobre su espalda, un cabello tan hermoso que nunca un mortal ha lucido ni lucirá uno igual.

Sus ojos eran grandes y bellísimos, de un hermoso color ámbar y dueños de un brillo tan intenso y de una mirada tan profunda y misteriosa que cualquier humano seria incapaz de sostenerla y tendría que bajar su propia mirada confundido y perturbado ante tan perfecta e intensa visión.

Su rostro solo podía ser producto del trabajo de los cielos, porque tan grande era su belleza. Era literalmente el rostro de un ángel; el ángel mas hermoso y perfecto que ha conocido la creación. Ni siquiera la mujer más hermosa que hayamos creado e idealizado en nuestra fértil y lujuriosa imaginación podría tener un rostro como aquel, ni siquiera si multiplicáramos el producto de nuestra imaginación por mil. Era un rostro que no lucia una sola imperfección o asimetría por mínima que esta fuera (como una gema perfecta); un rostro que encerraba toda la dulzura e inocencia de una niña, pero también toda la serena y madura belleza de una mujer, con un toque inexplicable de misterio. En aquel rostro resaltaba una boca tentadora, como si ella misma fuera el manjar más apetecible del universo; una nariz pequeña y elegante, y mejillas rosadas.

La piel de aquella mujer era blanca, de un blanco perfecto y puro como el de la nieve en una imagen onírica; brillante y envolvente, como si irradiara una luz pura y cegadora.

El cuerpo de aquella mujer estaba semidesnudo en aquel momento; cubierto por un diminuto taparrabos que apenas cubría sus partes genitales y algo de su trasero, y una tosca prenda similar a un moderno sostén que cubría sus senos. Ambas "prendas" rudimentarias estaban hechas de piel de animales.

La parte descubierta de su cuerpo revelaba una belleza inimaginable: tenía unas piernas esbeltas, excelentemente formadas y firmes, en una palabra hermosísimas; un vientre plano y elegante; manos y pies hermosos, finos y delicados; una espalda que no desmerecía del conjunto; y un bellísimo culo, con dos enormes y bien formadas nalgas, simplemente perfectas. Todo ello encajaba con la elevada estatura de aquella mujer, que la hacia mas imponente si cabe.

Aquel apetitoso bocado para la más exigente y refinada lujuria se acerco al agua; y lentamente, con toda la majestuosidad que le imprimía a sus movimientos comenzó a despojarse de su escasa "ropa".

Primero se quito aquella especie de tosco e improvisado sostén; libero así sus dos bellísimas tetas, esas tetas que eran grandes y duras, coronadas con sendos pezones deliciosos. Dos hermosos senos que serian la envidia de cualquier mujer a través de los tiempos, y el mejor regalo para la boca y las manos de cualquier hombre.

Luego la mujer se quito el diminuto taparrabos, regalando una visión gloriosa de su jugoso sexo: un coño al que ningún hombre jamás podría resistirse y en el que mataría por hundir su verga sin contemplación. Una sabrosa concha, una rajita fina y cerradita como la de una adolescente; cubierta por una abundante mata de vello púbico, por un tupido monte de Venus.

Aquel portento de mujer era mas hermosa que cualquiera de las que hablara la historia o las leyendas de la humanidad; mucho mas bella que aquella legendaria Helena de Troya que ocasionaría una guerra por el deseo de poseerla; mas hermosa que la mítica Diosa Venus cuya belleza seria cantada por la mitología de las tierras helenas; mas bella que la protagonista de nuestro mas glorioso sueño erótico.

Y esa mujer era devorada por la mirada del hombre que la contemplaba detrás de aquellos arbustos; aquel hombre que era consumido por un deseo irrefrenable y que temblaba de emoción y excitación. Ese hombre cuya sangre ardía por todas sus venas llevando el mensaje de la lujuria a cada rincón de su cuerpo; y que sintió su verga endurecerse desde que la vio acercarse al agua.

Sin poder resistirlo el hombre se llevo su mano a su verga, grande y dura como una roca en ese momento; y sin dejar de admirar el cuerpo de la mujer, se masturbo para liberar toda la tensión y energía que no podía liberar sobre el cuerpo de ella.

Cuando ella se hubo marchado después de bañarse; el hombre se puso en pie y se alejo. Camino hacia un lugar no muy lejano, un claro rodeado de piedras donde solía ir para estar a solas consigo mismo.

Pero aquel dia necesitaba de aquel sitio para liberar su rabia contenida y encontrarse cara a cara con su alma atormentada; tomo una lanza de madera en la que había estado trabajando y la golpeo con fuerza contra una de las rocas hasta reventarla estallando en pedazos y astillas. Luego lloro de rabia.

En eso se encontraba cuando de pronto surgió una voz de hombre que le hablo desde atrás.

-¡Vaya, si que estas molesto hijo!

Al oír esto el joven se sobresalto asustado y se dio la vuelta; sin poder dar crédito a sus oídos y a sus ojos, comprobó que era otro hombre el que le hablaba. Un hombre alto y blanco, de cabellos castaños y ojos azules; de complexión atlética y sin duda apuesto, vestido con una elegante túnica de color carmesí sujeta con un cordón dorado.

El joven, que también era muy alto y era más atlético que el otro hombre, y que era de piel blanca aunque muy bronceada por el inclemente sol; retrocedió asustado, con los ojos desorbitados por la sorpresa y una expresión de pánico en su rostro.

El hombre de la túnica lo veía con una sonrisa maliciosa y ojos brillantes.

-¿Por qué te asustas?; no quiero hacerte daño- dijo el hombre de la túnica- ¡Ah, ya se!, ¿Es porque nunca habías visto a otro hombre aparte de….bueno, de tu padre.

El joven reacciono con más temor al oír aquello y tomo un garrote que tenia junto a otros utensilios que había labrado.

-Imagino que también debe asustarte mi apariencia, tu no conoces este tipo de vestimenta- dijo el hombre acariciando su túnica, mientras veía al chico que solo vestía un modesto taparrabos.

-¿Quién…quien eres?- dijo al fin el joven.

-Soy alguien que desde hace mucho tiempo te conoce…

-¡Mientes, mi madre y yo somos los únicos en este lugar!

-Bueno, supongo que eso es cierto si por "únicos en este lugar" te refieres a los humanos.

El joven desconcertado medito en lo que había querido decir aquel extraño personaje, y cuando entendió el significado de sus palabras, su miedo aumento de forma gigantesca.

-¡Pero entonces….tu….tu eres….!

-Si, uno de los "seres especiales" de los que te han contado; y para ser más claros, soy aquel que conoció tu madre hace mucho tiempo atrás, antes de su "caída"….o mejor dicho, yo soy aquel que causo su "caída".

-¡TU ERES….TU ERES…!

-Si, yo soy Lucifer.

El joven ahora sentía una mezcla de miedo, desconcierto y rabia.

-¿¡Lucifer!? ¡Tu eres el culpable de todo, de que estemos aquí, de que….!

-¡Vamos Seth, yo no tengo la culpa de la elección de tus padres! Si quieres culpar a alguien, culpa al "Jefe"; el fue el culpable de todo.

-¿¡Que haces aquí!?

-Vine a ayudarte.

-¿¡Ayudarme!? ¡Tú no ayudas a nadie, Tu solo quieres nuestra ruina!

-¡Te equivocas! Yo se lo que te pasa y conozco tu sufrimiento y angustia.

-¿De que hablas?

-Hablo de lo que estabas haciendo en el río antes de venir aquí, hablo de lo que sientes cuando ves a tu madre desnuda.

El joven quedo paralizado.

-Yo se todo Seth, hace mucho tiempo que tus dos hermanos mayores desaparecieron; desde que uno de ellos asesino al otro y en castigo fue convertido en un no-humano y condenado al destierro por toda la eternidad. Y luego tu padre murió en aquel accidente, y tu madre y tú se quedaron solos. Tú eras un chiquillo pero ahora eres un hombre y no puedes evitar lo que sientes…

-Tú no…tú no sabes

-Si, si lo se. Quieres verla desnuda, por eso la espías cada vez que va al río o en cualquier otro momento en que se quita su vestimenta. Cuando la ves tienes estos sentimientos raros, y luego no puedes sacarla de tu mente. Todo el dia sueñas con su cuerpo desnudo, y al hacerlo tu verga se para; te imaginas tocándola, haciéndole cosas raras pero emocionantes y divinas….

-¡Calla, no quiero oírlo…!

-¡Pero sabes que si! Seth, tu sabes lo que te pasa; aunque no hayas visto a otros seres humanos y tampoco hayas visto a tus padres haciéndolo, si has visto esto que te sucede en otras especies de animales. Has visto como al macho de la especie se le para la verga como a ti, y como busca a la hembra para…bueno…para metérsela; y la hembra en celo busca al macho porque quiere que el macho se lo meta. Es una necesidad desesperada de los dos, porque macho y hembra necesitan unir sus cuerpos de esa manera. Necesitan del placer que eso les provoca; aunque a veces sea doloroso sobre todo para la hembra. Tu ves como los animales se vuelven locos cuando lo necesitan y no pueden tenerlo; eso es lo que te pasa Seth, ya necesitas una hembra de tu especie para desahogar tu deseo, para satisfacer tu necesidad; pero la única hembra es tu madre.

Seth lloraba mientras escuchaba al hombre.

-Es fácil Seth, tú eres un macho en celo y necesitas de una hembra, de TU HEMBRA para liberar tu lujuria. El problema es que ella es tu madre, ¿No es verdad?

-Si….

-Si, y sabes que no le puedes confesar lo que te pasa porque se moriría del horror y la vergüenza, y además nunca aceptaría satisfacer tu deseo. Pero es tanta tu desesperación que has pensado en hasta poseerla a la fuerza; obligarla a copular contigo. Pero no lo harías porque entonces perderías su amor, te odiaría y hasta se iría lejos de ti para siempre dejándote solo.

Seth quisiera marcharse pero no puede, porque por primera vez alguien entiende su dolor.

-Tienes un problema Seth, y por eso quiero ayudarte…

-¿Ayudarme?, ¡Tu engañaste a mi madre una vez y por tu culpa ellos sufrieron tanto! ¡Tú deseas perderme a mí también!

-Te diré algo Seth, yo no soy culpable de lo que le ocurrió a tu familia. Los seres humanos tienen sus propios instintos, y deben seguirlos; yo no soy el Dios que creo a unos seres dotándolos de estos instintos y después los condeno a vivir de espaldas a ellos. Es absurdo; "El" los hizo a su imagen y semejanza, entonces ¿Por qué ustedes tienen estos sentimientos que a "El" tanto le molestan? ¿Sabes que "El" ya los condeno?

-¿¡Nos Condeno!?

-¡Claro! Tú sabes que si no haces con tu madre lo que le has hecho en sueños, tu especie desaparecerá para siempre. Sabes que cuando el macho no copula con la hembra, esta no tiene cría y entonces, al no tener hijos, ese tipo de animal desaparece. ¿Por qué tu padre murió antes de que el y tu madre tuvieran hijas hembras? Esa es una condena a muerte para tu especie; el día que tu madre muera (y lo hará Seth) tu serás el ultimo humano. Piénsalo, te quedaras solo en este gigantesco y desierto mundo por el resto de tus días.

Seth tembló de terror ante la perspectiva de una condena a perpetuidad en soledad.

-Puedo saborear y respirar tu miedo Seth, una vida de soledad seria una condena peor que la muerte. Pero eso no tiene que ser asi, yo puedo salvarte de ese futuro y además brindarte todo el placer que solo has disfrutado en tus sueños; puedo darte lo que tu Dios no te ha dado y más bien te ha negado.

-¿De que hablas?

-De que puedo hacer que tu madre sea tu mujer; de que ella sea tu esposa como antes lo fue de tu padre, y asi tú podrás hacer con ella lo que quieras.

-¡Imposible!

-No para mi- dijo con una sonrisa demoníaca- yo puedo lograrlo; con tu ayuda claro esta.

-¿Cómo?

Lucifer le explico su plan a Seth, y este era preso de una gran excitación al oírlo; temeroso de aceptarlo pero lleno deseos de llevarlo a cabo.

-Te aseguro que resultara Seth, solo debes decir que si. Y ella nunca descubrirá la verdad.

-¿Y tu que ganas?

-La existencia de la especie humana es suficiente recompensa para mi Seth, créeme –dijo Lucifer regocijado, al tiempo que su rostro asumía un aspecto tan siniestro que Seth casi muere de miedo al verlo, sobre todo porque creyó ver en el las facciones del rostro de un monstruo, aunque solo fuera por instantes.

-¿Y que me dices, trato hecho?

Y en el supremo instante que marcaría el futuro de todos, luego de una breve vacilación, Seth dio su respuesta al Príncipe de las Tinieblas.

-Si, acepto.

Una fuerte brisa estremeció todo a su alrededor.

-¿Cuándo ocurrirá?- pregunto Seth.

-Dentro de dos días los visitare, y siete días después ella será tuya. Ahora márchate a donde ella te espera; aprovecha tus últimos días como su hijo, porque pronto perderás a una madre pero ganaras una esposa.

Seth aguardo con impaciencia la llegada de aquel día; con sentimientos encontrados, ya que por una parte sentía culpa y se odiaba por lo que iba a hacer, pero por otra sentía el deseo irresistible que iba a creciendo en su interior y la impaciencia por hacer suya a su madre. Deseaba con lujuria incontenible tener el cuerpo desnudo de ella debajo del suyo; penetrarla con su miembro, estar dentro de ella y conocer su carne como un día lo había hecho su padre. A toda hora soñaba despierto con ello, y su ansiedad iba creciendo como un río crecido y desbocado; sentía que no tenía otro propósito en la vida que follar a su madre, y no viviría feliz hasta lograrlo.

El día pautado para el regreso de su "celestino", estaba con su madre conversando alrededor de la hoguera donde asaron lo que había cazado el día anterior; mientras la oía hablar la contemplaba pensando que se veía más hermosa que nunca, y recordando todas las veces que había tenido que disimular la erección de su miembro ante ella. Deseaba que pronto acabara ese tormento y pudiera "disfrutar" de ella.

De pronto un fuerte viento lo sacudió todo, y una luz enceguesedora los cubrió por completo sumiéndolos en profundo temor; cuando la luz amaino, vieron que otra luz de color violeta surgió de la nada formando una rara silueta. Poco a poco esa silueta se materializo en un cuerpo, hasta dar paso a un ser con aspecto humano cubierto por una túnica blanca y brillante; el ser etéreo era un anciano, alto y otrora fornido, de piel blanca totalmente arrugada y barba también blanca, muy abundante. La mujer al verlo se aterrorizo; y cayo postrada al suelo, de rodillas frente al anciano.

-Señor, no pensé que volvería a verlo- dijo la mujer.

-Si, es verdad que ha pasado mucho tiempo, al menos para ti. Y luego de las terribles circunstancias en que nos despedimos es natural que hayas pensado que no volverías a verme, en esta que es una de mis muchas manifestaciones.

-Señor, yo…yo nunca…nunca debí desobedecer vuestros mandatos….no quise ofenderos…

-Pero lo sigues haciendo, EVA. Por eso estoy aquí, porque has pecado en mí contra una vez mas.

-¿¡Como!? ¡No puede ser Señor! ¡Yo…yo he tratado de vivir de acuerdo a vuestros mandatos desde que fui desterrada….!

-¡Basta! ¡No digas que me has obedecido cuando no es asi!- la voz del anciano sonaba enérgica y colérica- ¿Acaso no os dije que deberías crecer y reproduciros para poblar el mundo?

El rostro de Eva delataba la confusión, la sorpresa y el temor que experimentaba en ese momento.

-Pe…Pero Señor, Adán y yo cumplimos….tuvimos tres…-el rostro de Eva se ensombreció con los nefastos recuerdos que la llenaban de dolor- tres hijos…antes…antes de que el muriera.

-Si, es verdad; pero uno esta muerto, asesinado por su hermano; el otro ya no es un humano y no existe en este plano de existencia; y el tercero es el que esta aquí con vos. Pero dime mujer, ¿Dónde están las hijas hembras Eva?

-Señor, no tuvimos tales hijas.

-Desde luego, y ahora dime Eva, cuando tú mueras como Adán y cuando tu hijo muera también, ¿Cómo sobrevivirá la especie humana? ¿Cómo crecerán y se reproducirán los humanos si estos desaparecieron con tu muerte y la de tu hijo?

-No lo se Señor.

-Yo si lo se, con vuestra obediencia. Recuerda que el precio por pecar contra mi es muy alto Eva, y te juro que todos vuestros sufrimientos causados por vuestra expulsión del Paraíso son pequeños al lado del castigo que sufriréis si por vuestra desobediencia se extingue la especie humana; el castigo en ese caso seria la condenación eterna, malditos como estaréis, soportando un tormento perpetuo en el Infierno.

El rostro de Eva se cubrió de un terror ilimitado e insoportable; y todo su cuerpo temblaba violentamente de miedo.

-Señor….os ruego…piedad….misericordia…haré lo que quieras…cualquier cosa…

-Escucha bien tus palabras Eva, has quedado atada por ellas; en verdad te digo que deberéis cumplir cada una de ellas. HAREIS mi voluntad y nada mas que ella; ¿Y tu hijo también hará mi voluntad Eva?

-¡Si! ¡El hará lo que vos digas, porque le he enseñado a obedecer Señor!

-Bien, pues mi mandato es el mismo; Creced y Reproduciros.

-Pero Señor- dijo Eva confundida y desconcertada- ¿Cómo haremos eso? Quiero obedecer, pero mi esposo esta muerto; ¿Cómo puedo cumplir vuestro mandato sin el?

-Vuestro esposo esta muerto; pero aquí tenéis a otro hombre. Es mi voluntad que tu hijo te tome como su mujer y que tu le des hijos a el, como se los diste a su padre.

Eva no podía creer lo que había escuchado, y el golpe emocional era devastador para ella; era algo que jamás había siquiera imaginado y que la espantaba casi tanto como el fuego del infierno.

-¡Pero Señor…el es mi hijo…yo soy su madre….no puede…. no debe ser…no…!

-Eva, yo decido que esta bien y que esta mal; por eso soy tu Creador asi como de todo el Universo. Si digo que esto esta bien para el futuro de la Creación, asi debe ser; este sacrificio para tus sentimientos de madre debe hacerse, por el bienestar de todo lo creado y para salvar a tu hijo de una eternidad de dolor. Esta es mi voluntad; Seth esta ahora es tu mujer, trátala como tal, y tu Eva este ahora es tu marido, harás todo lo que el quiera y nunca lo que tu quieras.

Eva lloraba desconsoladamente; aferrando el suelo con las manos y clavando las uñas en la tierra.

-¿Aceptas mi voluntad Eva?

-Si…Si Señor…acepto.

-Muy bien, y tu Seth, ¿aceptas?

-Si, mi Señor- dijo el joven casi sin poder ocultar la satisfacción.

-Bien, en este momento los uno en sagrado matrimonio; luego de siete días de sacrificios en mi honor, de rezos y de baños rituales para purificar vuestras mentes y almas; Seth tomara posesión de su lecho nupcial y allí conocerá a su mujer. Recuerden, en esos siete días no compartirán el lecho porque es un tiempo para sepultar el pasado y purificarse; pero al séptimo día el nuevo esposo deberá conocer y poseer el cuerpo de su mujer para algún día concebir a los hijos que vendrán.

Dicho esto el ser levito en el aire y luego de un destello de poderosa luz que encandilo al hombre y a la mujer; desapareció.

Seth sabia que aquel ser era en realidad Lucifer, que había cumplido con su parte del trato; y sabia que aquel engaño le costaría una maldición eterna, pero no le importaba. Ahora que estaba tan cerca de hacer realidad sus fantasías, y de tener a la mujer que era objeto de sus deseos libidinosos nada mas le importaba; sus remordimientos, su temor a la ira del verdadero Dios y al odio de su madre si descubriera la verdad, y la perspectiva de una eternidad en manos de aquel siniestro personaje que era Lucifer no eran nada ante el deseo que dominaba su mente y cuerpo y quemaba sus entrañas.

El vivió cada dia que faltaba para la consumación de su "matrimonio" con una impaciencia insoportable; sentía una desesperación creciente porque el tiempo no corría lo suficientemente rápido para el, y contaba cada minuto que faltaba para poseer el cuerpo de su madre, para follarla con la incontenible furia que se iba acumulando en su interior. Ahora se sentía feliz porque su padre hubiera muerto, aunque a la vez esto le hacia sentirse culpable; pero no quería que nada ni nadie se interpusiera en su camino al placer, porque la hembra mas hermosa y divina que conocería la creación seria suya.

El tiempo de espera era un calvario, porque soñaba despierto y dormido con follarla; imaginaba como pondría sus manos sobre sus tetas y como las mamaria con satisfacción morbosa, como tocaría esas partes que ella ocultaba y como pasearía su boca por ellas, y como le metería su verga hasta la raíz y la cara que ella pondría cuando la estuviera penetrando. Hasta disfrutaba viendo la mortificación de su madre, que parecía asustada y abatida por lo que iba a pasar; era claro que estaba renuente a aceptar lo que ocurriría, pero no tenía el valor de negarse. No se atrevía a ver a la cara a su hijo y rehuia su presencia; como si sintiera vergüenza de si misma. Hablaban poco, pero ella le había confesado no entender las razones de "Dios" para todo aquello; aunque parecía obvio que preservar la especie era más importante que evitar una relación contra-natura.

Y finalmente llego el dia señalado; luego de terminar los rituales señalados Seth y Eva se encontrarían en un claro situado frente a la cueva donde solían refugiarse para tener su primer coito.

En el suelo habían extendido unas pieles a manera de lecho nupcial; y Eva permanecía de pie al lado de ellas, vestida solo con su pequeño taparrabos y la rustica prenda que cubría sus senos.

Seth estaba de pie al frente de ella ardiendo de calentura por el deseo; vestía solo su taparrabos. Sintiéndose dueño de la situación, se deslizo el taparrabos hacia abajo hasta quitárselo; descubriendo de esta manera su desnudez a su madre y dejando que ella viera la verga erecta que estaba a punto de penetrarla. Eva se sonrojo y puso cara de angustia cuando vio el descomunal miembro de su hijo totalmente erecto; empezó a temblar sabiendo lo que iba a pasar.

Seth se acerco decidido a ella, mientras ella retrocedía temblorosa pero sin voluntad de huir; el llego hasta casi rozarla por lo cerca que estaba, y en efecto la punta de su enorme verga rozo la entrepierna cubierta por el taparrabos de ella, que dio un leve respingo hacia atrás. El la tomo por los brazos con sus manos fuertes, y luego busco con ellas el nudo que sujetaba la prenda que ocultaba sus senos y lo desato; e impaciente arrojo la prenda al suelo.

Instintivamente Eva trato de llevarse las manos a los senos para cubrirlos, pero Seth le detuvo las manos en el aire sujetándola por las muñecas. Con morbosa mirada y maligna sonrisa vio las grandes y bien formadas tetas de su madre; esas bellísimas tetas que tantas veces se había tenido que conformar con ver de lejos mientras la espiaba en el río. Ahora podía verlas a su antojo, admirar esos ricos pezones que le hacían agua a la boca, como si de ricos manjares se tratara. Pero haría más que eso, ya que las agarro con sus manos y las apretó; comprobando lo duro que ellas estaban, y palpando su gran tamaño. Las acaricio y apretó con ansiedad; y pellizco sus pezones.

Eva descubrió asustada en su hijo a otro hombre, uno que no conocía; un hombre enloquecido de lujuria y dominado por un deseo salvaje, que la veía con los ojos enardecidos y el rostro de una bestia hambrienta cuando se lanza sobre su presa. Ella lloraba y hubiese querido correr, pero no podía; no solo por su promesa y el temor a Dios, sino porque el ahora la sujetaba con fuerza, atrayéndola hacia el.

Seth empezó a besar todo el torso desnudo de su madre, mientras descendía agachándose lentamente; asi beso el vientre que una vez lo había albergado cuando era una pequeña criatura inconclusa que todavía no había visto la luz de esta mundo.

Se puso de rodillas frente a su madre, a la que tenia aprisionada en un fuerte abrazo mientras no cesaba de besarla con frenesí; pero ahora tenia enfrente de su rostro lo que tanto anhelaba, el sexo de ella cubierto por el pequeño taparrabos. Asi que, agarrando el taparrabos de ella por los bordes que tenia sobre las caderas; lo jalo hacia abajo de un violento y rápido tirón, hasta que lo llevo mas abajo de sus rodillas dejando al descubierto su rico coño.

¡Por fin tenia aquel sabroso coño frente a sus ojos y tan cerca de su rostro!; aquella deliciosa rajita cubierta por el abundante vello púbico, aquella húmeda cavidad que era la entrada al placer. ¡Era increíble cuanto lo obsesionaba aquella "cueva" semicerrada y oculta bajo esa mata de pelos!

Seth reía de satisfacción mientras veía con expresión de loco aquella jugosa parte del cuerpo de su madre, mientras ella gemía y lloraba de miedo y vergüenza. Ella hubiese querido apartarse de el, pero el la tenia fuertemente abrazada otra vez, por debajo de la cintura; el acerco su cara al coño de ella, y comenzó a besarlo. Con la punta de su lengua el palpo la entrada del coño, lo que estremeció a Eva que con sus manos empujo levemente los hombros de el; como si quisiera apartarlo de ella.

Entonces el echo para atrás la cabeza, y luego de un breve instante la empujo hacia atrás; como ella aun tenia el taparrabos enredado entre sus piernas, mas abajo de sus rodillas, fácilmente resbalo por el empujón y cayo de espaldas sobre el "lecho" hecho con pieles sobre el suelo. Como un animal que se dirige a su presa indefensa, el gateo hacia ella con calma pero en guardia; tomo el taparrabos y se lo termino de sacar por los pies y lo arrojo lejos.

Desesperado, comenzó a besar y lamer las hermosas piernas de ella, al mismo tiempo que las acariciaba con sus manos. Aquellas largas y esbeltas piernas eran ahora su juguete erótico, con el que se entretenía mientras su excitación iba en aumento.

No perdió tiempo y fue a su coño; hundió la cabeza entre las piernas de ella y con avidez empezó a lamer aquel sabroso coño. Usando su lengua con destreza lamió la cavidad cubierta por vello púbico como un animal lamería algo especialmente delicioso para su paladar; introduciendo su lengua entre los labios vaginales lo mas hondo posible y chupando el pliegue de la vulva con glotonería. En verdad parecía un animal hambriento mientras se "comía" el coño de su madre, sin parar un instante ni sacar la cabeza de entre sus piernas.

Pronto también estaba metiendo sus dedos en el orificio de la vágina; hurgando con ellos en el interior de aquella "cueva" que era objeto de su deseo y que ahora exploraba por primera vez. Le metía los dedos con brutalidad, indiferente a las quejas y lamentos de ella; nada haría que detuviera el movimiento de mete y saca que practicaba con sus dedos en el coño de ella brindándole un gran placer.

Cuando acabo de mamarle el coño, y de agredirle con sus dedos; se dirigió hacia arriba y le beso y lamió el vientre. Luego volvió a estrujar sus tetas con sus fuertes manos y acostado sobre su madre busco la boca de ella para darle un beso; pero ella no quería brindarle sus labios.

-Eva no te resistas- le dijo el- esta es la voluntad de tu creador; ¡Tu tienes que ser mía! ¡Serás mi mujer por toda la eternidad! ¡Nunca más serás mi madre! ¡Eres mi esposa y debes cumplirme!

Inmediatamente Seth tomo su verga con su mano y la acomodo en la entrada del coño de Eva; y con brusquedad le metió su grande y gruesa verga, sin importarle lo mas mínimo el dolor que le produjo con la violenta penetración.

¡Estaba dentro de ella! ¡Al fin era suya!; sentía un inmenso placer al sentirla empalada con su poderoso miembro, al sentir como la taladraba con su verga, como introducía su miembro en lo mas profundo de ella.

La follo con violencia, con un brutal y frenético movimiento de mete y saca; sacando un poco para luego arremeter con ímpetu y hundírselo hasta la raíz. Cada embestida era más salvaje y le daba duro sin misericordia; increíblemente podía contenerse para no acabar de prisa, mientras no perdía el ritmo en aquel ritual en que el macho sometía a la hembra y la "castigaba" sin piedad.

Ella no cesaba de llorar mientras de su boca salían fuertes quejidos que pronto fueron gritos ante la violenta arremetida no deseada que estaba sufriendo; pero esto solo aumentaba el placer de Seth, que disfrutaba viendo como ella soportaba el "castigo".

La verga de Seth se abría paso como un intruso entre los labios vaginales, como un ogro que entraba a la fuerza para "reventar" a la dueña de aquel coño y producirle un intenso dolor con su irrupción.

Mete y saca, mete y saca; sin piedad Seth continuo por buen rato, sudando copiosamente por el intenso esfuerzo, fatigado pero sin ceder en el empeño. Hasta que al sentir que no podía mas, le metió toda la verga hasta el fondo en una ultima embestida y luego derramo un abundante y poderoso chorro de leche dentro de ella. Lleno de una sensación incomparable de placer, descanso acostado sobre ella.

Solo estaba reponiendo fuerzas porque no había terminado aun; aun no estaba satisfecho, y sentía que aunque pasara su vida haciéndolo nunca se cansaría y nunca tendría suficiente.

Después de un rato en que el permaneció en silencio, con una gran sonrisa dibujada en su rostro, mientras ella sollozaba con llanto apagado; el comenzó a besarla de nuevo. Pero esta vez el la obligo a darse la vuelta y acostarse boca abajo; y asi beso y lamió toda su espalda, acariciándola además. La piel de ella era lo más suave que había sentido jamás, y palparla era algo absolutamente agradable. Pronto las manos de el se deslizaron hacia abajo y se posaron sobre las nalgas de ella; unas grandes, bien formadas y muy duras. El las acariciaba y apretaba con gran placer; jugaba con ellas juntándola una con la otra, con lo que parecían dos peñascos aun más duros, y les daba firmes nalgadas.

Entonces, sin más, la obligo a ponerse en cuatro; apelando a su despótica autoridad recién estrenada de marido y al creciente temor que ella le tenía, la forzó a ponerse en esta posición. Y luego le metió un dedo en el agujero del culo, lo que hizo que ella diera un fuerte respingo.

Con sonrisa traviesa y maliciosa, Seth disfruto mientras jugaba metiéndole y sacándole el dedo del orificio del ano; y pronto le metió los dos dedos. Lo hacia con vigor y rapidez.

Cuando se canso de esto, puso su verga en la entrada de aquel agujero; y lentamente lo introdujo, mientras Eva lloraba, se quejaba y pedía que parara. Pero indiferente a los ruegos, Seth sodomizo a su madre sin compasión; su verga se abrió paso con cierta dificultad, hasta que se metió toda hasta la raíz produciendo un intenso dolor en la mujer que estaba siendo sodomizada brutalmente.

Seth golpeaba sin piedad, con un inclemente y violento movimiento de mete y saca; en salvajes arremetidas que estaban desgarrando por dentro el ano de su madre, inundándola de oleadas de dolor. La taladraba con aquella caña, removiendo sus entrañas como un sádico verdugo.

Seth atacaba como si su verga fuera un ariete que se usara para reventar la pesada puerta de una fortaleza; atrás y adelante, atrás y adelante sin pausa mientras las nalgas de ella golpeaban contra la entrepierna de el, en donde nacía su miembro que estaba albergado en ese momento en el ano de ella, como si de un excremento se tratara. Aquella salvaje "cogida" por detrás estaba brindando un infinito placer a el, y un gran dolor a ella.

En el paroxismo de su excitación, Seth descargo otro poderoso chorro de leche en el interior del agujero del culo de su madre; ahora todo el interior de ella estaba mojado con su semen.

Aunque Seth estaba satisfecho, sentía a la vez un "hambre" que sabia no se saciaría nunca; por ese día "perdono" a Eva y no siguió follándola, aunque bien pudiera haberlo hecho. Pero ese solo fue el primer día de toda una vida, de muchísimos días de lujuria en los que Seth follo a su antigua madre y nueva esposa como el amante incansable que seria; miles de días en que Seth exploro el sexo en todas sus formas al lado de Eva, mientras procreaban a muchos hijos e hijas que serian la semilla de la futura humanidad.

Y asi la humanidad es hija del primer y sagrado incesto, producto de la astucia de Lucifer y la lascivia de Seth; y muchas serian las veces en que Seth gozaría del placer del incesto, aunque no todas con su madre……pero esto es otra historia.

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