Nicol mi novia sumisa

Cuando conocí a Nicol, hoy mi novia, todo pasó como por un túnel de la felicidad. Siempre sostuve que así deberían ser los noviazgos, simples. El amor es algo que no debería complicarse como si fuese una ecuación lineal. Nunca creí en eso de “salvar la pareja”, “luchar por el amor” y todo eso. Más bien pienso que uno conoce a su mejor amiga y automáticamente se da cuenta que disfruta pasar tiempo con ella y ya no queda nada por decir, cuando el amor se pierde o la relación deja de ser sana es mejor dar un paso al costado. El resto es que la vida nos de salud para disfrutar de esa persona que hace el tiempo se nos acelere cuando lo compartimos.

Era una chica sana, muy tranquila, nada conflictiva y gracias a eso la relación fluía naturalmente. Ambos éramos hinchas de Newells y empezamos a llenarnos de actividades en común como ir a la cancha (una de las preferidas), salir a cenar, recitales, cine y ese tipo de salidas tan típicas en las primeras instancias de cualquier noviazgo.
Lo que más me gustaba de Nicol es que era tan capaz de comer un pancho comprado en el carrito callejero más sucio del mundo en el cordón de la vereda como de ir al Colón y ver de principio a fin una ópera de Wagner, su nivel de adaptabilidad era inconmensurable y nunca decía que no a nada. Si jugábamos a la play, jugaba conmigo, si tenía ganas de salir pero yo llegaba muy cansado del laburo, se quedaba en casa conmigo viendo una película.

Solo una persona espiritualmente tan increíble podía opacar sus otras virtudes que tenían que ver con todo lo que se podía percibir con los ojos, era una chica mucho más alta que el promedio, esbelta, morocha de ojos café, con tetas muy grandes y un culo mediano bastante bien formado. Su pelo era larguísimo, tanto que superaba su cintura por eso siempre se hacía trenzas, o rodetes, por momentos se volvía ingobernable y todo un presupuesto a la hora de mantenerlo suave y cuidado. No exagero cuando digo que a donde fuera cualquier hombre voltearía a verla, sin mencionar que algunos seguro se clavarían la paja de sus vidas unas horas después. Podría haber sido modelo de Victoria Secret como actríz porno de Tushy o alguna productora porno estilo glam como Tushy, Deeper.

De mi no puedo decir demasiado, soy un tipo común, algo atractivo pero ningún Zac Efron y mi único don de la naturaleza es tener la pija bastante más grande que el promedio, sobre todo las pelotas que son tan grandes que cuando era adolescente me hicieron consultar a un médico para descartar que tuviera algún tipo de tumor. Cualidades en mi personalidad podría destacar que sé lo que quiero en la vida, y siempre lo supe, no soy una persona ambiciosa. Mis objetivos en la vida están cumplidos, que son la ansiada casa propia, trabajar de lo que me gusta, el auto y una moto que siempre quise, y alguien que acompañe esos momentos y basta, ¿para qué más?. Sé también lo que no quiero, y me molesta muchísimo la gente pretenciosa, egoísta, que busca atención todo el tiempo, tengo pocas pulgas con los boludos y eso quizás me haga un poco intolerante.
La intimidad con Nicol fue excelente desde el principio, era todo muy físico, casi deportivo, cogíamos horas y horas, ella se sorprendía de mi rendimiento y yo me maravillaba que le gustara tanto la pija, pero todavía no habíamos tenido tiempo de desatar morbos y fantasías. La rutina consistía en un poco de sexo oral mutuo y "a los bifes", le cogía la conchita todo el día hasta que se le ponía roja. O hasta que después de acabar cinco o seis veces ambos, ella decidía descansar y esperábamos un par de días hasta que se recuperara y volvíamos al mete y saca furioso como conejos.
Un día viendo un partido de Brasil con Bélgica del mundial pasado donde Brasil había perdido, dije alegóricamente y por algo casual “uhhh le rompieron el culo a los brasileros”y ella me respondió “Que suerte tienen, mi vieja es brasilera, eso quiere decir que soy medio brasilera y a mi nadie me lo rompe, unas ganas tengo” y estallamos de risa, me hacían reir a carcajadas sus ocurrencias pero vale decir que ese plan “humorístico” que desataba nos terminaba calentando mucho y terminábamos cogiendo con algún que otro condimento extra.
Otro día en una charla de almuerzo dije que no había notado que el verdulero se la comía doblada, y me respondió “debo ser verdulera yo también, o no, por que yo además de doblara me la como entera”.
Entonces poco a poco, (por que la mayoría de los hombres somos lentos, ¿para qué negarlo?) fui comprendiendo el juego que quería jugar.
Llegaba del trabajo y decía
─“¡¿Que carajo estás haciendo que no me venís a chupar la pija?! Ésta pija no se va a chupar sola”
─¡Obvio bebé, que rico! ─ me decía mientras se arrodillaba y me bajaba el boxer en tres segundos.
─El único bebé acá es éste que tengo entre las patas y vos te lo estás comiendo. Ahora me vas a empezar a decir señor, amo, jefe, papi, según te vaya ordenando. Estoy cansado de que me faltes el respeto.
─Si señor ─respondía mientras le brotaban lagrimas de los ojos atragantada con carne en barra de tamaño XXL.
─Más vale que te tomes toda la leche y si veo que cae en la alfombra una sola gotita te voy a cagar a trompadas, así que vos sabrás lo que vas a hacer.
─Si amo, no voy a desperdiciar nada, quédese tranquilo.

Habíamos descubierto juntos su lado sumiso y como la enloquecía ser “humillada”. Por mi parte advertimos que disfrutaba dominar y todo lo que eso implicaba. Estábamos felices por que era algo que enriquecía la relación, ella se había vuelto incluso más mimosa y atenta que antes. Nuestra vida amorosa era un cofre del cual nunca terminaban de salir piezas de oro, diamantes y perlas. Con el tiempo investigamos que lo que nos gustaba se llamaba técnicamente dominación sumisión con ciertos toques de sado masoquismo. Averiguamos como practicarlo de forma segura, creamos nuestro código para poder cortar el juego de roll por si alguno de los dos no estaba cómodo en el momento, la palabra era “azul” o “Mm Mm” si la boca estaba ocupada.
Al poco tiempo ella se mudó a mi casa definitivamente, que en ese momento pasó a ser de los dos. Como todavía estudiaba y tenía un trabajo mal pago le propuse que la podía “bancar” mientras terminaba de estudiar, de paso que le diera un toque femenino y cálido a la casa que era un desastre y me ayudara a decorar un poco y comprar algunos muebles. Esto se terminó convirtiendo en un arma de doble filo para nuestros juegos, porque a pesar que ambos rechazábamos de plano el machismo, nos daba un poco de morbo ese rol de la “ama de casa” y el “macho proveedor. Entonces cuando llegaba automáticamente empezaba el show.
─¡¿Dónde está la comida?¡
─Señor no cociné por que llegó mi amiga Vivi y charlamos toda la mañana. Ella trajo al bebé y tuvimos que cuidarlo, no tuve tiempo de ir a comprar.
─No te pedí excusas, pregunté si habías cocinado o no. Ni para eso servís puta estúpida. ¿Sabías que no servís para nada? Sos la mina más inútil que conocí en mi vida.
─Si señor, perdón.
─Me vas a pedir perdón, pero con la pija en la boca, y vamos a conversar pero no podés sacártela de la boca. ¿Entendíste o querés que te haga un dibujo? Como sos un poco estúpida no sé como explicarte para que entiendas ─ y le dí un tremendo cachetazo.
Me saqué la pija del pantalón y abrió la boca grandísima y me empezó a mamar.
─Puta de mierda, ¿Te di permiso para chupar? ─ te dije que te la metas en la boca nada más, vés que sos estúpida? ¡Que chupa pija que sos! Ni dos segundos podés esperar.
─ Shi shenoog, pedddónn.
─¡Así me gusta! Ahora me vas a pedir por favor que te deje chuparme la pija y me vas a decir que sos una chupa pija.
─Shoy uma Chubabija jeñod, pofavo buedo yubarle la kija
─Ok, pero apuráte y lubricála bien. Por que te voy a romper el culo por hacerme pasar hambre. Me casé con la puta más idiota de todas. Si llego y no hay nada que comer me voy a comer tu culo, ya sabés. Lubricala con baba, por que no pienso usar aceite, no te lo merecés y agradece que no te reviento el culo en seco como debería.
─No yeñoj, no quiedo, no me guta podel culo, mejo la conchida que dodavía no me cojjje.
Plafff, le pegué otra cachetada en la cara.
─La concha no, te portaste mal. No te lo ganáste, date vuelta ponéte en cuatro en el sillón, bajáte el pantalón y la bombacha y abrite las nalgas que te voy a violar ese culo de puta vaga que se cree que soy el que la tiene que mantener aunque se la pase pelotudeando toda la mañana.
Hizo todo lo que le pedí al pié de la letra, cuando la vi con tranquilidad tenía un pantalón blanco de vestir que traslucía la tanga y arriba una pupera sin corpiño que le dejaba la mitad de las tetas afuera. Entonces entendí lo obvio (tarde como siempre, como casi todos los hombres), era justo la ropa que más me calentaba,me estaba tendiendo una trampa.
Mientras estaba en el sillón abriéndose el agujero del culo me decía.
─Señor, no me viole, no quiero que me coja por el culo. No me gusta. No me lo haga a la fuerza ─era uno de sus beboteos más excitantes.
Decidí extender un poco el rol.
─Hoy no tengo ganas de hacértelo a la fuerza, así que si no me decís que sos una puta estúpida que merecés que te rompan el culo como castigo, y que por favor te reviente la cola, no lo voy a hacer.
─Si, merezco que me rompa el culo. Abuseme por favor. Enseñeme a respetar al macho de la casa.
─¿Y que sos?
─Una puta estúpida señor, perdón por no cocinar. Rompáme el culo para que aprenda, quiero no olvidar nunca que soy su esclava y tengo que hacerle siempre su comida. Le suplico que me perdone por ser una perra inservible. Solo sirvo para chuparle la pija.
Entonces hice que me chupara la pija otro rato, y le pedí que me la escupiera. Nunca antes me la había escupido pero a fuerza de cachetazos y pegarle en la cara con la pija fue haciendo absolutamente cualquier cosa que le ordenase por más ridícula que fuese. Cuando ya la tenía dura, mi pija de más de veinte centímetros, se metió en su culo de una sola estocada. Ella se abría cada vez más y lloraba, y su llanto era cada vez más fuerte, parecía una violación, pero veía su cara y estaba babeando como pidiendo que no parase.
─Señor, si no me pega en la cara no está completo el castigo, maltráteme más. Hágame mal.
Y yo le daba cachetadas que iban subiendo en intensidad dejando su cara rojísima, a medidas que la bombeaba analmente se escuchaban los golpes de mi mano contra sus mejillas hasta que finalmente no aguanté más y exploté dentro de su ano y la leche rebalsó y se derramó un poco por sus nalgas mientras ella acababa tocándose el clítoris con una mano. La dí vuelta y la obligué a limpiarme la leche quedaba en la verga y en los huevos. Me la relamió toda como una gatita. Me mostró como le había dejado el culo.
─Me re diste papi ─dijo con una sonrisa de oreja a oreja muy risueña. Para después completar ─ nene, ahora poné la mesa que vamos a almorzar.
─Pero si me dijiste que no habías cocinado, igual no pasa nada, pedimos algo.
─Naah, te dije eso por que quería jugar. Hice milanesas con puré temprano, están en la heladera. Después fijáte que en el piso de la pieza te dejé algo.
Fue muy emotivo nuestro almuerzo, era el primero desde que definitivamente vivíamos juntos. Había puesto velas y un mantel rojo muy cursi, la veía y sus mejillas rojas me daban un poco de ternura.
Quién diría que una mujer podía necesitar que la caguen a cachetazos y le revienten el orto para estar así de plena e irradiar tanta paz.
Cuando terminamos llegué a la habitación mi sorpresa fue gigante, habían cuatro cubiertas para el auto que había comprado con algunos sueldos atrasados que le debían más una última liquidación. La abracé unos segundos, le di las gracias y le dije que me iba a bañar así salíamos más tarde. En realidad me había emocionado y no quería que me viese con lágrimas en los ojos.