Amor de madre 3

Las siguientes semanas fueron muy grises. No la vi casi nunca a Mabel y las actividades de verano me aburrían bastante.
Tuve alguna invitación de compañeros de la universidad para una fiesta de recepción a los nuevos. Fui por la insistencia de uno de ellos. Una chica me llamó la atención esa noche y estuvimos hablando y tomando unas copas juntos. Luego nos besamos. Fue muy bueno, pero todo lo que hacía me recordaba a Mabel. Me recordaba a los besos de la mujer que era mi madre. Me inventé una excusa y me fui.
Esa noche, en casa, me masturbé pensando en las tetas de Mabel.
Un domingo, me llamó pidiéndome disculpas por haberse ausentado pero entre el trabajo y la culpa no había encontrado el momento de llamarme. Después de mucho pensar me llamaba para invitarme a un almuerzo de su empresa ese mismo día. Yo iría como su novio, pareja o lo que fuera.
- Si no querés, no hay problema. Yo entiendo.
- No, no. Sí quiero ir. A que hora es?
Después de informarme de todo lo que debía saber, me dijo que pasaría a buscarme.
- Espero que no hayas olvidado tus lecciones! Jaja
- No las olvidé! Hasta pude ponerlas en práctica!
- Ah sí? Ah... me parece bien... Nos vemos más tarde!
- Sí... Nos vemos...
Para que le había dicho eso? La noté molesta en el teléfono. Pero por otro lado, es mi madre real, no mi novia real. Ese almuerzo iba a confundirme mucho.
Vino a la hora indicada en un taxi. Al subir, vi lo linda que estaba. Se lo dije.
- Gracias, amor. Vos también estás muy guapo!
Me besó en los labios y el taxi arrancó.
El almuerzo era en un club muy agradable, con mucho verde. Mabi nunca me soltó el brazo y yo tuve que simpatizar con desconocidos toda la tarde. La comida era buena y había mucho vino de buena calidad. Aunque yo prefiero no beber de día, mi "novia" bebió bastante. Se reía mucho y me besaba a cada rato. En un momento me dijo al oído:
- Vamos a casa, amor. Me quiero acostar.
Llegamos a casa y se fue derecho a mi habitación, se sacó la ropa y se metió en la cama en ropa interior.
- Aaayy... por que tenía que haber tan buen vino?
Yo me fui a la cocina a prepararle un té.
- Vení por favor! Te necesito conmigo!
Fui a verla. Su cara de nena me derretía.
- Entrá y cuidame hasta que me duerma. Ah ah... sacate la ropa antes!
Me saqué todo menos el boxer y me acosté a su lado. Ella puso su cabeza en mi pecho.
- Mmmm que lindo... se siente tannn bien!
- Sí. Muy bien!
La abracé atrayéndola más. Ella acariciaba mi abdomen. Yo acariciaba su espalda pasando mi mano por labtira del corpiño.
- Sacámelo, por favor.
Lo hice con mucha torpeza.
- Ahhh... mucho mejorrrr!
Frotó sus tetas contra mi pecho. La erección fue instantánea.
Los dedos de su mano jugaban bajo el elástico de mi boxer.
- No me voy a poder dormir sabiendo que el señor está tan despierto... jijiji
- Ehm... lo decís por mí o...
-Lo digo por él!
Entonces sucedió lo que mi cuerpo deseaba: metió la mano y apretó el tronco de mi pene.
- Uhh... que dura está! Tengo que verla de cerca!
Me bajó el boxer de un tirón, dejando mi pene al aire.
- Mirá lo que me estabas escondiendo! La estuviste usando por ahí?
-No!
- No que?
- Nno mi amor!
- Así me gusta!
Sin decir más nada llevó su boca a mi pene y empezó a besarlo, chuparlo y frotarlo en su cara.
- Que linda pija bebé! Para quien es?
- Para vos, mi amor!
- Mmm... siii... toda mía!
Llevó una mano a su entrepierna y empezó a tocarse mientras se metía en la boca todo lo que podía de mi pija. Mamaba y se tocaba con habilidad y furia a la vez, con una necesidad animal. Yo movía mis caderas para aumentar la profundidad de la chupada.
Aproveché para enterrar un dedo en su mojada concha mientras ella castigaba su clítoris. Acabó entre gemidos ahogados por mi pija en su garganta. Se acostó rendida y me pidió:
- Tirame la leche!
Cerró los ojos. Yo me arrodillé apuntando a su cara y me descargué todo. Chorro tras chorro saltaban a sus mejillas, boca, frente, ojos. Casi no quedó piel sin cubrir de semen. No podía creer lo que había hecho. Mientras recuperaba mi aliento y la miraba, me di cuenta que se había dormido. No me atreví a tocarla y la dejé ahí.
Cuando desperté, ella ya no estaba en la cama. La oí en el baño. Salió toda apresurada.
- Me tengo que ir... no me di cuenta como me quedé dormida... No pasó nada, no?
Quería hacer como si nada hubiera ocurrido? El semen que se lavó fue una casualidad?
Ok, yo podía fingir también.
- No. Llegamos y te dormiste enseguida. El aire libre y el vino te dieron mucho sueño.
- Ah, bien. No suelo portarme bien cuando tomo un poco de más. Y después no me acuerdo de nada!
- No querés tomarte un café antes?
- No no... Estoy bien. Mejor me voy antes de que se haga tarde.
- Ok. Chau entonces.
Ella pudo ver la decepción en mi rostro. Se acercó para despedirse tímidamente, pero yo la abracé fuerte y la besé en el cuello. Tembló en mis brazos un momento. Le susurré al oído
- Segura que estás bien, mamá?



Fin parte 3