▪️Tengo 41 años y mi nombre es Marcelo Gonzales, o por lo menos lo era. Mi esposa falleció el año pasado, dejándome solo con mi hijo, Agustín, quien es un muchacho no muy sociable el cual tenia una relación inquebrantable con su madre.
Desde que murió mi esposa, siempre he pensado que mi vida sexual había acabado, ya que no me interesaría en nadie más, por lo que me inscribí en un programa de "necesidad de amor maternal".
Consistía en un proceso quirúrgico en el cual se modificaba el sexo de la persona, intercambiandolo, y así podria ser la madre que mi hijo tanto necesitaba, ya que desde mi punto de vista daba igual ser hombre o mujer si no tenia relaciones sexuales.
Era un tratamiento bastante costoso, pero indoloro, y al cabo de una semana en el hospital, me dieron el alta y pude salir. Me había convertido en una mujer sexy y voluptuosa, tenía unos senos enormes, un trasero gigante y redondo, y un cabello rubio ondulado que me llegaba a la mitad de la espalda.
Tuvieron que pasar un par de días para que tome dimensión de mi sensualidad, cuando salía a la calle todos los hombres me miraban de arriba a abajo, me lanzaban piropos e incluso me pedían mi número de teléfono 5 o 6 veces al día. Era una diosa.
▪Al cabo de unos meses, me había acostumbrado a mi nueva vida como mujer, me había comprado toneladas de ropa, usaba maquillaje a diario e incluso había comenzado a masturbarme, pero lo que no mostraba avance era la relación con mi hijo, que parecía no estar contento con mi cambio. Simplemente me ignoraba y se negaba a llamarme mamá.
Hasta que un día descubrí lo que pasaba, un muchacho en la escuela llamado Javier lo molestaba. Su padre era el doctor que me realizó la operación, por lo que sabía de mi cambio de sexo, y se encargaba de hacerle la vida imposible a mi hijo: le quitaba el dinero del almuerzo y lo golpeaba, pero lo más recurrente era los insultos diciéndole que su padre era un mariquita y una puta.
Yo no podía permitir esto, me había realizado el tratamiento para mejorar la vida de mi hijo, y ahora esa era la razón por la que lo molestaban.
Por lo que un día que Agustín no estaba en casa me decidí y llamé al doctor que me había operado, solicitando reunirme con su hijo para discutir unos asuntos.
Al cabo de unas horas, llegó Javier. Era un muchacho alto y musculoso, debía medir cerca de 1,90. Era dos años mayor que mi hijo, ya que había repetido de curso dos veces, por lo que era muchísimo más fuerte y robusto que Agustín.
-M: Buenas tardes. Puedes pasar- le dije abriéndole la puerta.
-J: Como digas...
Nos sentamos en el sillón y comencé a reprocharle todas las cosas que le hacía a mi hijo, reclamándole que no lo haga más.
-J: Como le explico esto, señor...señorita, lo que sea. Su hijo ya tiene la edad para defenderse solo, lo único que está logrando con esto es dejar a su hijo como un debilucho.
-M: ¿Y que si lo es? El es dulce y sensible, y es mucho más hombre que tú.
-J: Si...claro. En conclusión, si su hijo es un perdedor y para colmo su padre se transformó en una zorrita, no hay mucho que yo pueda hacer- dijo con soberbia.
-M: Eres un bastardo. Le estás haciendo la vida imposible a mi hijo, y para peor es mi culpa, cuando yo haría lo que fuera para ayudar a mi bebé- dije lamentándome.
-J: Bueno...si dices que harías cualquier cosa, tal vez podamos llegar a otro tipo de acuerdo- dijo con una sonrisa perversa de oreja a oreja.
-M: ¿A que te refieres?
-J: Bueno...da la casualidad que traje esto (decía, mientras me pasaba un conjunto de red), si te lo pones y nos pasamos un buen rato, quizás considere dejar tranquilo a tu hijo.
-M: Eres una porqueria, quieres sacar ventaja de la situación ya que haría todo por mi hijo! -grité enfadada.
-J: Lo lamento, asi son las cosas. Es más, si no aceptas mi propuesta, ahora molestaré a tu hijo el triple que antes, haré que su vida sea un infierno.
-M: No lo se...¿prometes que dejarás en paz a mi hijo?
-J: Lo prometo.
-M: Esta bien, lo haré, pero solo lo hago por Agustín.
▪Inmediantamente fui a mi habitación y me puse el conjunto que me había dado. Era super revelador y erotico, dejaba ver todo mi cuerpo, me sentía indefensa y desprotegida. Pero me armé de valor, me tragué el orgullo, y me dirigí a donde el se encontraba.
-M: ¿Satisfecho?- dije mientras una sensación de vergüenza invadía mi cuerpo.
Él no dijo nada, se limitó a mirarme de arriba a abajo asombrado, mientras se frotaba la verga por arriba del pantalón. Se quedó admirandome por unos dos minutos más.
-M: ¿Ahora que tengo que hacer?- dije con desgana.
-J: Acércate...- me dijo mientras sacaba su verga del pantalón.
Era la verga más grande que había visto, y eso que con mi pasado en vestuarios y baños de hombre, había visto bastantes. Era casi el doble de lo que me medía a mí en el pasado, y además de larga era muy gruesa y gorda, y tenía una vena atravesada en el medio que parecía que le iba a explotar por lo dura que la tenía. Solté un leve sonido de asombro, el cual estoy seguro que escucho, y me dijo:
-J: Agarrala linda -dijo con un exceso de orgullo que me hacía hervir la sangre. Pero dado que estaba haciéndolo por mi hijo, obedecí.
▪Tomé su verga con mi mano y empecé a moverla, mientras el cada tanto dejaba salir un gemido de placer.
-J: ah...que buena que sos chiquita...ah...pareces una experta...
-M: Estoy acostumbrada, yo también tenía una.
Mi mano seguía agarrada a su verga, de lo gruesa que era mis dedos no llegaban a tocarse. El seguía gimiendo, y tenía la verga tan caliente y dura que lentamente y sin notarlo me empezaba a exitar.
-J: ¿Estas con hambre?¿Me la queré comer? -decia riéndose.
-M: Eso no por favor- le supliqué y rogué.
-J: Cállate y abrí grande la boca- dijo mientras sacudía su verga adelante de mi cara- decí ahhhh.
-M: ..............
-J: ¿Que pasa? ¿No era que por tu hijo hacías cualquier cosa? Jajajaja.
Lamentablemente el tenia razón, ya había llegado demasiado lejos para echarlo a perder ahora. Todo era por mi hijo. Así que me trague mi orgullo, suspiré, y abrí la boca tal y como me lo había ordenado.
-M: ...ahhhhhhhh....-dije sumisa y obediente.
▪️De repente sentí algo que me llegaba hasta lo más profundo de mi garganta. La tenía muy caliente y era tan gorda que casi no me entraba en la boca.
-J: ahhh si...buen provecho hermosa...
-M: ...mmmmmm...mmmmm....
▪️Era una sensación muy extraña, como si me llenara toda la boca. Tenía un sabor raro, algo salado pero bastante sutil, por lo que no me llegaba a disgustar. Era tan grande que lo máximo que podía llegar era hasta la mitad.
-J: Como me la estas tratando hija de puta, como se nota que te encanta.
-M: mmmm...mentira...mmmm...cállate...-dije con su verga todavía en la boca.
-J: Así te vas a atragantar, tranquila que es toda tuya- decía con soberbia.
▪️Posteriormente me agarro de la cabeza, cogiendome la garganta con mucha fuerza.
Luego me agarró del pelo y con un movimiento me indico que le lama los huevos. Yo, dejándome llevar, obedecí como si fuera su perra, y comencé a pasar mi lengua lentamente por sus huevos, pasando de uno a otro dejando un rastro de saliva, y ocasionalmente metiéndome uno en la boca para chuparlo entero.
Estaba completamente extasiada, mientras tenía su verga y sus huevos en la boca, sentía como ya no había vuelta atrás, y como ese sabor extraño que sentía cuando se la chupaba se había convertido en un sabor exquisito, que me encantaba, y que hacía que cada vez se la chupe con más fuerza y pasión.
-J: Bueno basta- dijo sacándomela de la boca- me vas a dejar seco.
-M: ¿Ya está? -pregunte ingenuamente, pero esperando bien en fondo, que continuemos.
-J: Hasta no hacerte mi perrita no voy a parar. Acostate acá ahora- dijo dando palmaditas en el sillón.
Yo me quedé en silencio y fui lentamente a hacer lo que me pedía.
-J: ¿Estas lista putita? -decía mientras me frotaba la verga en el clitoris.
-M:....si....-dije tímidamente entre gemidos.
-J: Suplicamelo, rogale a tu papi que te de lo que tanto queres- dijo mientras me daba golpesitos en la vagina con su verga gigante.
-M: ...ah...por favor...metemela toda papi...ah....haceme tuya...
-J: Así me gusta- dijo mientras llegaba con si verga a lo más profundo de mi vagina.
-M: AYY SI PAPIII....-dejé salir un fuerte gemido.
▪️Empezó a penetrarme una y otra vez, cada vez más fuerte. Sentía como su vergota me llenaba toda, y como cada vez que la metía un fuerte placer y calor me recorrían el cuerpo, lo que hacía que se me entrecortara la respiración y que unos jadeos y gemidos incontenibles salgan de mi cuerpo.
-J: ¿Y ahora que paso zorrita? ¿No era que era poco hombre? Mira como estas gozando ahora.
-M: ...AH...AY SI....AH....COGEME...ASI....MAS DURO....AH...AH...
-J: ¿Ahora quien es un hombre?
-M: AH....AH....VOS PAPI....AH....VOS SOS MI MACHO...AY SI...AH....
▪️Rápidamente me agarró y me giró como si nada, dejándome en 4 con mi todo mi culo apuntando hacia él.
-M: Dale papi metemela...la quiero adentro de vuelta... -supliqué.
-J: Que gatita más golosa que sos al final, mira como me pedis que te coga -dijo a la vez que me la volvía a meter lentamente, mientras mi vagina rebalsaba.
-J: Toma puta...tanto que la querías...acá la tenes...-dijo mientras me volvía a coger una y otra vez
-M: AHHHH...AY SI...AL FIN PAPITO...
-J: Me imagino que diría tu hijo si te viera ahora -dijo mientras me nalgueaba.
-M: ..AH...HAGO ESTO POR EL...AH...MAS...MAS..
-J: ...ah...ah...si...seguro que si...ah...
-M: AY SI PAPI....AH...ME ESTAS PARTIENDO AL MEDIO...AH....AH...
-J: ¿Queres que te de mi lechita putita?
-M: AY SI....LA QUIERO TODA...DAMELA EN LA CARA PAPI...AH...AH...
-J: ah....ah...toma puta...ya casi....ah
-M: ...SI DAMELA...ACABAME TODA PAPI....AH....DAMELA...
-J: AAAAHHHHH
-M: AYYYY SIIIII PAPIIIII.
▪️FIN.
Desde que murió mi esposa, siempre he pensado que mi vida sexual había acabado, ya que no me interesaría en nadie más, por lo que me inscribí en un programa de "necesidad de amor maternal".
Consistía en un proceso quirúrgico en el cual se modificaba el sexo de la persona, intercambiandolo, y así podria ser la madre que mi hijo tanto necesitaba, ya que desde mi punto de vista daba igual ser hombre o mujer si no tenia relaciones sexuales.
Era un tratamiento bastante costoso, pero indoloro, y al cabo de una semana en el hospital, me dieron el alta y pude salir. Me había convertido en una mujer sexy y voluptuosa, tenía unos senos enormes, un trasero gigante y redondo, y un cabello rubio ondulado que me llegaba a la mitad de la espalda.
Tuvieron que pasar un par de días para que tome dimensión de mi sensualidad, cuando salía a la calle todos los hombres me miraban de arriba a abajo, me lanzaban piropos e incluso me pedían mi número de teléfono 5 o 6 veces al día. Era una diosa.
▪Al cabo de unos meses, me había acostumbrado a mi nueva vida como mujer, me había comprado toneladas de ropa, usaba maquillaje a diario e incluso había comenzado a masturbarme, pero lo que no mostraba avance era la relación con mi hijo, que parecía no estar contento con mi cambio. Simplemente me ignoraba y se negaba a llamarme mamá.
Hasta que un día descubrí lo que pasaba, un muchacho en la escuela llamado Javier lo molestaba. Su padre era el doctor que me realizó la operación, por lo que sabía de mi cambio de sexo, y se encargaba de hacerle la vida imposible a mi hijo: le quitaba el dinero del almuerzo y lo golpeaba, pero lo más recurrente era los insultos diciéndole que su padre era un mariquita y una puta.
Yo no podía permitir esto, me había realizado el tratamiento para mejorar la vida de mi hijo, y ahora esa era la razón por la que lo molestaban.
Por lo que un día que Agustín no estaba en casa me decidí y llamé al doctor que me había operado, solicitando reunirme con su hijo para discutir unos asuntos.
Al cabo de unas horas, llegó Javier. Era un muchacho alto y musculoso, debía medir cerca de 1,90. Era dos años mayor que mi hijo, ya que había repetido de curso dos veces, por lo que era muchísimo más fuerte y robusto que Agustín.
-M: Buenas tardes. Puedes pasar- le dije abriéndole la puerta.
-J: Como digas...
Nos sentamos en el sillón y comencé a reprocharle todas las cosas que le hacía a mi hijo, reclamándole que no lo haga más.
-J: Como le explico esto, señor...señorita, lo que sea. Su hijo ya tiene la edad para defenderse solo, lo único que está logrando con esto es dejar a su hijo como un debilucho.
-M: ¿Y que si lo es? El es dulce y sensible, y es mucho más hombre que tú.
-J: Si...claro. En conclusión, si su hijo es un perdedor y para colmo su padre se transformó en una zorrita, no hay mucho que yo pueda hacer- dijo con soberbia.
-M: Eres un bastardo. Le estás haciendo la vida imposible a mi hijo, y para peor es mi culpa, cuando yo haría lo que fuera para ayudar a mi bebé- dije lamentándome.
-J: Bueno...si dices que harías cualquier cosa, tal vez podamos llegar a otro tipo de acuerdo- dijo con una sonrisa perversa de oreja a oreja.
-M: ¿A que te refieres?
-J: Bueno...da la casualidad que traje esto (decía, mientras me pasaba un conjunto de red), si te lo pones y nos pasamos un buen rato, quizás considere dejar tranquilo a tu hijo.
-M: Eres una porqueria, quieres sacar ventaja de la situación ya que haría todo por mi hijo! -grité enfadada.
-J: Lo lamento, asi son las cosas. Es más, si no aceptas mi propuesta, ahora molestaré a tu hijo el triple que antes, haré que su vida sea un infierno.
-M: No lo se...¿prometes que dejarás en paz a mi hijo?
-J: Lo prometo.
-M: Esta bien, lo haré, pero solo lo hago por Agustín.
▪Inmediantamente fui a mi habitación y me puse el conjunto que me había dado. Era super revelador y erotico, dejaba ver todo mi cuerpo, me sentía indefensa y desprotegida. Pero me armé de valor, me tragué el orgullo, y me dirigí a donde el se encontraba.
-M: ¿Satisfecho?- dije mientras una sensación de vergüenza invadía mi cuerpo.
Él no dijo nada, se limitó a mirarme de arriba a abajo asombrado, mientras se frotaba la verga por arriba del pantalón. Se quedó admirandome por unos dos minutos más.
-M: ¿Ahora que tengo que hacer?- dije con desgana.
-J: Acércate...- me dijo mientras sacaba su verga del pantalón.
Era la verga más grande que había visto, y eso que con mi pasado en vestuarios y baños de hombre, había visto bastantes. Era casi el doble de lo que me medía a mí en el pasado, y además de larga era muy gruesa y gorda, y tenía una vena atravesada en el medio que parecía que le iba a explotar por lo dura que la tenía. Solté un leve sonido de asombro, el cual estoy seguro que escucho, y me dijo:
-J: Agarrala linda -dijo con un exceso de orgullo que me hacía hervir la sangre. Pero dado que estaba haciéndolo por mi hijo, obedecí.
▪Tomé su verga con mi mano y empecé a moverla, mientras el cada tanto dejaba salir un gemido de placer.
-J: ah...que buena que sos chiquita...ah...pareces una experta...
-M: Estoy acostumbrada, yo también tenía una.
Mi mano seguía agarrada a su verga, de lo gruesa que era mis dedos no llegaban a tocarse. El seguía gimiendo, y tenía la verga tan caliente y dura que lentamente y sin notarlo me empezaba a exitar.
-J: ¿Estas con hambre?¿Me la queré comer? -decia riéndose.
-M: Eso no por favor- le supliqué y rogué.
-J: Cállate y abrí grande la boca- dijo mientras sacudía su verga adelante de mi cara- decí ahhhh.
-M: ..............
-J: ¿Que pasa? ¿No era que por tu hijo hacías cualquier cosa? Jajajaja.
Lamentablemente el tenia razón, ya había llegado demasiado lejos para echarlo a perder ahora. Todo era por mi hijo. Así que me trague mi orgullo, suspiré, y abrí la boca tal y como me lo había ordenado.
-M: ...ahhhhhhhh....-dije sumisa y obediente.
▪️De repente sentí algo que me llegaba hasta lo más profundo de mi garganta. La tenía muy caliente y era tan gorda que casi no me entraba en la boca.
-J: ahhh si...buen provecho hermosa...
-M: ...mmmmmm...mmmmm....
▪️Era una sensación muy extraña, como si me llenara toda la boca. Tenía un sabor raro, algo salado pero bastante sutil, por lo que no me llegaba a disgustar. Era tan grande que lo máximo que podía llegar era hasta la mitad.
-J: Como me la estas tratando hija de puta, como se nota que te encanta.
-M: mmmm...mentira...mmmm...cállate...-dije con su verga todavía en la boca.
-J: Así te vas a atragantar, tranquila que es toda tuya- decía con soberbia.
▪️Posteriormente me agarro de la cabeza, cogiendome la garganta con mucha fuerza.
Luego me agarró del pelo y con un movimiento me indico que le lama los huevos. Yo, dejándome llevar, obedecí como si fuera su perra, y comencé a pasar mi lengua lentamente por sus huevos, pasando de uno a otro dejando un rastro de saliva, y ocasionalmente metiéndome uno en la boca para chuparlo entero.
Estaba completamente extasiada, mientras tenía su verga y sus huevos en la boca, sentía como ya no había vuelta atrás, y como ese sabor extraño que sentía cuando se la chupaba se había convertido en un sabor exquisito, que me encantaba, y que hacía que cada vez se la chupe con más fuerza y pasión.
-J: Bueno basta- dijo sacándomela de la boca- me vas a dejar seco.
-M: ¿Ya está? -pregunte ingenuamente, pero esperando bien en fondo, que continuemos.
-J: Hasta no hacerte mi perrita no voy a parar. Acostate acá ahora- dijo dando palmaditas en el sillón.
Yo me quedé en silencio y fui lentamente a hacer lo que me pedía.
-J: ¿Estas lista putita? -decía mientras me frotaba la verga en el clitoris.
-M:....si....-dije tímidamente entre gemidos.
-J: Suplicamelo, rogale a tu papi que te de lo que tanto queres- dijo mientras me daba golpesitos en la vagina con su verga gigante.
-M: ...ah...por favor...metemela toda papi...ah....haceme tuya...
-J: Así me gusta- dijo mientras llegaba con si verga a lo más profundo de mi vagina.
-M: AYY SI PAPIII....-dejé salir un fuerte gemido.
▪️Empezó a penetrarme una y otra vez, cada vez más fuerte. Sentía como su vergota me llenaba toda, y como cada vez que la metía un fuerte placer y calor me recorrían el cuerpo, lo que hacía que se me entrecortara la respiración y que unos jadeos y gemidos incontenibles salgan de mi cuerpo.
-J: ¿Y ahora que paso zorrita? ¿No era que era poco hombre? Mira como estas gozando ahora.
-M: ...AH...AY SI....AH....COGEME...ASI....MAS DURO....AH...AH...
-J: ¿Ahora quien es un hombre?
-M: AH....AH....VOS PAPI....AH....VOS SOS MI MACHO...AY SI...AH....
▪️Rápidamente me agarró y me giró como si nada, dejándome en 4 con mi todo mi culo apuntando hacia él.
-M: Dale papi metemela...la quiero adentro de vuelta... -supliqué.
-J: Que gatita más golosa que sos al final, mira como me pedis que te coga -dijo a la vez que me la volvía a meter lentamente, mientras mi vagina rebalsaba.
-J: Toma puta...tanto que la querías...acá la tenes...-dijo mientras me volvía a coger una y otra vez
-M: AHHHH...AY SI...AL FIN PAPITO...
-J: Me imagino que diría tu hijo si te viera ahora -dijo mientras me nalgueaba.
-M: ..AH...HAGO ESTO POR EL...AH...MAS...MAS..
-J: ...ah...ah...si...seguro que si...ah...
-M: AY SI PAPI....AH...ME ESTAS PARTIENDO AL MEDIO...AH....AH...
-J: ¿Queres que te de mi lechita putita?
-M: AY SI....LA QUIERO TODA...DAMELA EN LA CARA PAPI...AH...AH...
-J: ah....ah...toma puta...ya casi....ah
-M: ...SI DAMELA...ACABAME TODA PAPI....AH....DAMELA...
-J: AAAAHHHHH
-M: AYYYY SIIIII PAPIIIII.
▪️FIN.
4 comentarios - El bully de mi hijo