Mi esposa y los rancheros (parte 3)

Aqui la parte 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/4527458/Mi-esposa-y-los-rancheros-parte-2.html
Ella se sentó de lado, así encueradita, ya sin pena:“tengo hambre” les dijo, “¿a dónde me van a llevar a comer?”, se oyeronproposiciones y quedaron de ir a un restaurante cercano, “me parece bien, “dijoella “pero primero,” dijo dirigiéndose al chino y a Rodo: “ustedes vayan avestirse mientras yo me doy un baño con Gonzito para que no se quede caliente”todos se rieron menos el gordito, quien al parecer no entendía la situación. Elchino y Rodo se pusieron de pie y salieron hacia sus habitaciones, mi esposatomó de la mano a Gonzo y coqueta lo llevó hasta la puerta de cristal de laducha, empinándose alargó el brazo para abrir la llave y el agua comenzó asalir tibia, ella se metió y el agua comenzó a llevarse el esperma de suespalda y cuello, y luego le dijo a Gonzo que se metiera al agua también,abrazándolo lo beso y el gordito le correspondió, pero ella tuvo que llevar lasmanos de él a su trasero, donde se dio gusto acariciando. El pene se apretabaentre los dos cuerpos, cuando mi esposa, poniéndose de rodillas se lo comenzó amamar, y Gonzo se recargaba en la pared de donde salía el tubo de la regadera,disfrutando todo, ella estuvo un rato así, devorándole el pito, y luego se pusode pie y dándole la espalda, recargó sus manos en el cristal, abrió las piernasparando las nalgas y le dijo “métemela, Gonzito”. El gordito la agarró de lacintura y dirigiendo con su mano su tremendo tronco lo metió entre las nalgasde mi esposa, cuando sintió que la cabeza ya estaba segura dentro de la raja,se la soltó y sus manos fueron a las caderas para írsela metiendo lentamente enmedio de los suspiros de ella. Cuando mi esposa sintió que la tenía toda dentro,comenzó a moverse adelante y atrás, clavándose solita, Gonzo ya en confianza,se daba gusto masajeándole las tetas que se balanceaban al ritmo de la cogida yse aplastaban contra el cristal. Ella volteaba el cuello lo más que podía parabesarlo en la boca y él, caliente le lamía la lengua, los labios y mezclaba sussalivas. Trataron de coger de frente, Gonzo sostenía una pierna de ella con sumano mientras la otra la sujetaba de una nalga y le mamaba sus chiches una yotra, mientras ella, pasando su mano por detrás dirigió el pito dentro de supanocha, se dieron unas cuantas metidas, pero por la incomodidad, desistieron.Así que ella volvió a darle la espalda y él se la volvió a meter como alprincipio. Las metidas que Gonzo le daba se fueron haciendo más frenéticas ysus gemidos más fuertes, hasta que los dos alcanzaron el orgasmo juntos y él sechorreó dentro de su vagina. Se besaron un poco otra vez y terminaron debañarse, ella lo hizo que le tallara todo el cuerpo con el zacate y jabón, y élpuso mayor atención a los pechos de ella, la erección de Gonzo no estaba a su máximo,pero tampoco la perdió del todo. “dime una cosa Gonzito, “le preguntó ella:“¿verdad que eras virgen?”, él al principio lo negó, pero cuando ella insistiómás, el gordito lo aceptó, pero le insistió que no les dijera a los otros dos.Después del baño, Gonzo se fue a vestir y mi esposa se metió al cuarto tambiéna arreglarse, Rodo llegó ya vestido después de un rato, entró al cuarto y miesposa le dijo que le diera tiempo de arreglarse y maquillarse, mientrasplaticaban de la cogida, a Rodo se le hizo muy caliente, pero hubiera preferidovenirse dentro de la vagina de mi mujer, dijo, mientras ella, aceptó que lehubiera gustado hacer más posiciones, “pero dime cuales posiciones, paracumplirte la próxima vez” le preguntó él. Ella todavía estaba un poco mareadapor el alcohol y cachonda también, así que era fácil para ella abrirse a estetipo de comentarios, “me hubiera gustado la doble penetración” se riópícaramente. “a ver, a ver…” dijo Rodo interesado “explícame más”. Ella estabasentada frente a un tocador y él en la orilla de la cama, así que ella selevantó, fue y se sentó a horcajadas sobre él y después de un largo beso, ledijo:” que me lo hagan por delante y por detrás al mismo tiempo”, Rodo se quedósin palabras, se imaginaba a los tres dándole duro a mi esposa pero nunca se leocurrió esa posición, “mira…” le dijo mientras le sobaba el trasero “ vamos acomer, luego nos pasamos a un bar por unos tragos y regresamos aquí paracumplírtelo”, ella le dio un largo beso asintió con un “mhm”, pero él aún estaba incrédulo “¿estas segura quequieres que te hagamos sándwich?” ella lo miró, “para eso me trajiste, ¿o no?”Rodo no sabía que responder, era cierto y ella lo sabía, “¿para qué?” ella serió y lo soltó y se levantó y fue a sentarse otra vez en el tocador a seguircon su maquillaje, él se levantó y la siguió, sin entender y se paró detrás,viéndola por el espejo. “¿para qué te traje?”, ella detuvo la polvera unmomento para mirarlo con un poco de fastidio “para que me cogieran tus amigos”.
Mi esposa se puso un vestido corto de primavera conescote pronunciado pero de buen gusto, con sus zapatillas bajas y pelo suelto,cuando salieron del cuarto, el chino y Gonzo ya los esperaban en un sillón, asíque se fueron en un carro, Rodo manejando y Maggie en el asiento del pasajero,y el chino y Gonzo atrás, comieron en un restaurante cercano y la plática eradivertida, el chino y Gonzo bromeaban de todo y mi esposa se reía como loca yluego se fueron a un bar donde tenían música fuerte, mesas de billar yvarias  parejas bailando, se sentaron enuna pequeña mesa redonda, siempre dejando a mi mujer entre Rodo y el chino,quienes no dejaban de bromear con ella y acariciarle los hombros desnudos y laspiernas. Conforme las cervezas en vaso se iban acabando, la plática se hacíamás hacia el sexo, le preguntaron si había quedado satisfecha y ella dijo quesi, pero que le gustaría terminar varias veces; le preguntaron si le gustabaque se la metieran por la boca, a lo que ella respondió que mientras letrabajaran bien la vagina, ella les iba a mamar lo que quisieran; lepreguntaron que cual verga le había gustado más, a lo que ella se negó acontestar, diciendo que lo importante era la manera de coger, aunque alinsistirle, aceptó que Gonzo la tenía más grande que los otros; le preguntaronsi estaba bien comerse los mecos de ellos, y ella dijo que si la ponían muycaliente, ella misma se los iba a pedir en la boca; también le preguntaron sile gusta que se la metan por el culo y ella dijo que le encantaba, entoncesRodo se adelantó a decirle: ”diles lo que me dijiste en el cuarto” ella, yaalegre por el alcohol, se atrevió a decirles que quería doble penetración, a loque ellos aceptaron contentos. Varias veces se levantaron a bailar con ella enla semioscuridad de la pista, donde, uno por uno, se daban gusto manoseándolela cola y besándola en la boca, a la vista de los curiosos. En una de las idasal baño, el chino se encontró con un tipo americano que lo saludó un tantoebrio, “¿quién es la putita que traen?” le preguntó en inglés después de darlela mano, “es novia de mi amigo Rodo…” le dijo con cara de serio, cuando elamericano pensó que se había sobrepasado con su comentario, el chino completóla frase riendo “… ¡pero su esposo no vino!” rieron los dos fuertemente, asíque el güero, ya con más confianza le preguntó: “la están poniendo calienteentre todos, ¿eh?”, “ya está caliente” dijo el chino “los tres nos la cogimosantes de venir aquí, y al volver la vamos a coger otra vez”, el tipo lo mirabacon la boca abierta y la mirada vidriosa por la bebida, “que envidia” dijo “estámuy buena”, “mira” le dijo el chino como si sintiera lástima por él “si quiereste puedo conseguir que bailes con ella una pieza, pero más, no creo”, el otrose alegró “¿en serio?¿harías eso por mí?”, “no te prometo nada” dijo el chino “peropuedo preguntar”. El americano se deshacía en agradecimientos, cuando dándosela mano salieron de los baños, Maggie bailaba con Gonzo devorándole la boca yuna de sus manos acariciaba la nalga bajo el vestido, así que el chino le contóa Rodo lo del americano, a lo cual él dijo que, si ella quería, estaba bien.Cuando regresaron a la mesa, Rodo le comentó el asunto a ella al oído, ella seveía hermosa, el sudor la hacía ver más deseable y sus pechos brillaban bajo elescote, ella sonrió y dijo que si, siempre y cuando ellos no se molestaran. Elchino volteó hacia la mesa donde varios americanos bebían, y su vista seencontró con la de su amigo de miada, y asintió con la cabeza, a lo que el otrolevantó su dedo pulgar en señal de acuerdo. No tardó mucho en presentarse a lamesa y pedirle a mi esposa una pieza de baile, ella bebió un largo sorbo de sucerveza y se levantó dándole la mano al desconocido, quien la llevó entre lagente al centro de la pista y tomándola por la cintura comenzó a moverse alritmo de la música. Él le decía cosas al oído haciéndola reir, ella sabía a loque iba, así que llevó la mano de él a su trasero, donde el gabacho se diogusto acariciando, luego enterró su cara en el pelo de ella para besar elcuello húmedo por el sudor, pronto las dos manos de él hurgaban entre lasnalgas de mi esposa, acariciando el delgado hilo de la tanga, mientras labesaba ardiente y la jalaba hacia su cuerpo haciéndole sentir su erección, lapieza terminó y el americano dejo escapar un gemido de tristeza, pero, aun así,ella volvió a la mesa de los otros tres con una sonrisa pícara. Estos leaplaudieron riendo y ella se sentó en su lugar, bebió lo último que quedaba desu cerveza y sin más, le dio un largo sorbo al vaso del chino, y acariciándolesla verga a los dos sobre el pantalón, les ordenó: “ya llévenme a la casa”
El camino a casa fue algo caliente, el chino manejaba,mientras atrás, mi esposa besaba ardientemente a Gonzo, mientras Rodo, despuésde quitarle la tanga, le metía dos dedos en la vagina y uno en el culitoapretado, luego ella se volteaba a besar a Rodo mientras Gonzo la dedeaba ymanoseaba sus pechos, también la pusieron a mamar, a uno y a otro, e incluso setendió entre los asientos para alcanzar la verga del chino y chupárselamientras éste manejaba. En el camino, les dijo que se detuvieran en unafarmacia, a comprar una ducha anal, si es que querían cogerla por el culo, asíque eso hicieron, ella se bajó del auto y acomodándose el vestido, compró labotellita de plástico. Caminando chistoso por la erección que traía, Gonzoabrió la puerta del rancho para que metieran el carro y, una vez adentro, Rodoy el chino bajaron cargando a mi esposa muy ebria y ya desnuda, y la llevarondentro de la casa, Rodo sabía que la cámara del jacuzzi se encendería aldetectar el movimiento, así que les dijo que la llevaran ahí. Ella les dijo quese dieran un baño mientras ella se hacía el lavado anal. En menos de quinceminutos, regresaron ellos, y dos minutos más, mi esposa salió cubriéndose conuna toalla, por debajo, se alcanzaba a ver el triangulito de su tanga blancacubriendo su depilado pubis, “¿Dónde está la cerveza?” les preguntó, ellos laveían como hipnotizados, Gonzo palmeó la hielera que tenía por asiento,entonces ella se adelantó y parándose en medio del colchón, se quitó la toallay la arrojó a un lado, sus hermosas tetas se balancearon un poco y los pezonesapuntaban acusadores a los mirones, ella les sonrió ebria y caliente, y losinvitó con la mano a hacerle lo que ellos quisieran; ellos se levantaron yquitándose rápidamente la ropa, la rodearon en medio del colchón. La besaban enla boca, el cuello, los pechos y los hombros, y sus manos chocaban manoseandosus formas femeninas, el chino se acomodó detrás de ella y restregaba su pitoteentre las nalgas de ella, quien se las arreglaba para masturbar a los otros dos.Ella se puso de rodillas, turnándolos para mamarles a cada uno, quienes nodejaban de manosearle sus chiches duras. Rodo se acostó en el colchón y le dijoque se montara en él en posición de sesenta y nueve, algo que a ella le encanta,así que ella se acomodó con las piernas abiertas y le puso su rajada calienteen la boca para que empezara a chuparle, y los otros dos también para que ellasiguiera mamándoles. El chino le agarraba la cabeza a mi esposa y empujaba lacadera metiéndole la verga hasta la garganta de manera que ella ni se movía,solo recibiendo el pitote que entraba y salía de su boca. Gonzo le daba achupar sus huevos redondos y grandes que ella lamía con la lengua dejándolosmojados de saliva, y luego ella regresaba a chupar la verga de Rodo, quienparecía ser el director de la escena, porque cuando llegó el momento, empujósuavemente la cadera de Maggie para que lo dejara salir de debajo, la agarró delas caderas y así, de perrito, se la dejó ir por la húmeda vagina haciéndolapegar un gritito de dolor mezclado con placer, así Rodo comenzó a bombearla deperrito y sus hermosas tetas se balanceaban a cada metida mientras los otrosdos hacían lo mismo en su boca, sin dejar de manosearle sus chiches. Ella nodejaba de gemir, todo el tiempo, a veces dejaba de mamar, para volver su rostrohacia Rodo quien la cogía con fuerza y la hacía llegar a su orgasmo, otra vezella enterró su cara en el colchón donde sus grititos se apagaron y su cuerpotemblaba sin control, Rodo se quedó quieto unos momentos, mientras ella secalmaba, mientras le hizo señas al chino para que ocupara su lugar, mientrashacían el cambio, ella alcanzó la mano del chino para detenerlo y, respirandocon dificultad por la agitación y le dijo: “métemela por atrás”, éste asintiócon la cabeza y se apresuró a acomodarse detrás de ella, mientras Rodo le abríalas nalgas para dejar ver su culito, el chino dejó salir un largo hilo desaliva que llegó hasta el ano de mi esposa, para luego untársela en su arrugadoculo con los dedos, entonces agarrando su verga, la llevó hasta ahí y empezó aempujar, luego tallaba la cabeza y trataba de meterla de nuevo. Maggie, al nosentir progreso, se enderezó y agarrando el pito por el tronco, se fue metiendola cabezota poco a poco, mientras el chino cerraba los ojos de placer y Rodoabría los suyos viendo como el culo se abría y se estiraba dejando entrar elsalchichón difícilmente, hasta que ella solita lo  soltó, pero la cabeza ya estaba dentro y lodemás fue fácil, el tronco lleno de venas se deslizó hasta el fondo, donde sequedó sin movimiento, mientras ella con un suspiro, volvió la cabeza haciaadelante, donde la esperaba la verga de Gonzo y ella la volvió a engullir. Rodomiraba como su amigo se cogía a mi esposa por el culo mientras sus dedos leacariciaban los labios vaginales. Gonzo se vino sin avisar, y llenó la boca demi mujer con su leche, que ella tragó rápidamente, mirando a los ojos cerradosdel gordito que suspiraba de gusto. Gonzo se tumbó de espaldas, mientras Rodose burlaba de su poco aguante y tomó el lugar en la boca de mi mujer. Con unaverga en el culo y otra en la boca, Maggie se sentía completa, su ano ya estabadistendido y solo sentía placer, pero aún quería más; dejó de mamar a Rodo y seenderezó, dejando escapar de su ano la verga del chino, besó a Rodo en loslabios y le dijo que se acostara. Rodo me dijo que creyó que ella lo iba amontar e hizo planes para mamarle sus chiches, pero miró sorprendido como ellase ponía de pie para luego montarlo de espaldas, se puso en cuclillas ydirigiendo con su mano la verga de Rodo hacia su ano, se fue sentando en ellahasta que la tuvo al fondo, luego se reclinó hacia atrás, sosteniéndose con susbrazos, sus piernas estaban muy abiertas y su cadera subía y bajaba sobre elpito de Rodo, asi que el chino tenía a la vista toda su panocha abierta yjugosa, ella lo llamó con un gesto para que se acomodara en medio de suspiernas. El chino se acomodó y poniéndose las piernas de ella sobre sus hombros,metió su verga en la vagina de ella, que suspiró abriendo la boca al sentirsepenetrada por dos machos. El Gonzo al ver esto se movió rápidamente de lugarpara ver en primera fila como mi esposa era cogida por dos vergas al mismotiempo, su propio pito despertó al ver lo caliente de la escena, pues el chinoaparte de metérsela como loco, le manoseaba los pechos duros y se agachaba achupárselos. Después de unas cogidas, ella los hizo soltarla, les dijo que ledieran tiempo pues sus brazos se le cansaban. Pero más tardaron en separarseque en acomodarse otra vez, pues ella solo se volteó, para montar a Rodo ytenerlo en la vagina y que el chino se la metiera por el culo, aparte llamó aGonzo para mamársela mientras los otros dos se la cogían. La imagen de miesposa siendo cogida de esa manera se me quedó para siempre en la mente, eramuy caliente ver como esos tres machos se daban gusto metiéndole la verga pordonde ellos querían, cogiéndosela por la boca a la vez que le manoseaban lastetas, la tenían a su gusto para hacerle lo que ellos querían y cada vez quequerían venirse, se la metían por la boca para hacerla comerse los mecos, contédos venidas de Rodo y Gonzo, y tres del chino, quien fue el último en soltarlamientras los otros dos descansaban. Ya satisfechos todos ella les dijo queperdió la cuenta de sus propios orgasmos, así que se fueron a dormir cadaquien, a su cuarto y ella con Rodo, eran casi las tres de la mañana y Rodo medijo que ya solo se fueron a dormir. Al día siguiente, antes que Rodo lallevara a desayunar, después de bañarse con ella, volvieron a cogérsela de lamisma manera, por todos lados y en varias poses, incluso esta vez Gonzo se lacogió por el culo, algo difícil por el tamaño de fierro que tiene, pero lohizo, ellos ya no dejaron de venirse en la boca de ella, así que tragó chorrosde esperma otra vez y a eso del mediodía, llegó a nuestra casa bien bañadita ycambiada. Después de ese día Rodo me comentó que ella quería ir a que se lacogieran por lo menos cada semana, pero le daba miedo que yo sospechara detanta salida así que iba a ir una vez por mes, yo le dije a Rodo que por mí nohabía problema y cuando ella me pidió permiso de ir a la casa de su madre cadasemana para “cuidarla”, por supuesto que le dije que sí. Pero aun así ella serestringía. El sexo entre ella y yo se hizo más caliente, porque los dosteníamos en la mente como se la cogían los rancheros.
Cualquier pregunta o comentarios, a sus ordenes.

1 comentario - Mi esposa y los rancheros (parte 3)

Casadobi2023
Amigo...feliz de leer todos sus relatos...ya va mas de un año que no publicas...que paso...van 10+