Deseo Prohibido. Capítulo XIV:

“Revelaciones”

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Después de haber descubierto que Valentina era su prima, Eduardo se encerró en su habitación. Sentado en su cama, leía un libro, quería olvidar a esa muchacha, pero entre más trataba de evadirla, más aparecía en sus pensamientos. Dejando el libro en la cama se levanta y sale del cuarto, dirigiéndose a su jardín, ahí enciende un cigarrillo. Aquello no era un hábito en él, solo había fumado en su adolescencia para molestar a sus padres. 

No obstante, con todos los cambios que había sufrido su vida en un par de semanas, el tabaco era una manera de poder aliviar ese ajetreo en su cabeza. Soltando el humo por los aires, recuerda a Vicky, ella también fumaba cuando estaba indecisa y no sabía que opción tomar. Una sonrisa floreció en su rostro con solo recordar a su ex prometida y de pronto varias escenas románticas se le venían a la mente, sin embargo, toda su nostalgia sería interrumpida, por un abrazo. 

–“¿En qué piensa mi semental?”- murmuró Belén, acariciando con sus dedos la entrepierna del hombre. –“Be-Belén, ¿tú qué haces aun aquí?”- consultó el maduro extrañado y tratando de liberarse de los brazos de esa muchacha para mirarla de frente. –“Romina, nos pidió que nos quedemos una noche más, para hacerte compañía”- respondió ella, lamiéndole el oído. Él logra separarse de la morochita y al darse vuelta contempla que esa atrevida jovencita, solo llevaba puesto un body transparente. 

No podía negar que bajo la luz de luna esa negrita con ese atuendo lucía muy atractiva, sin embargo, no podía dejarse llevar por la calentura, debía pensar correctamente y no caer en el juego de esa coqueta muchacha. Pero solo bastó que ella se parada al frente de él y sobada sus labios, para que tiemble y quiera jugar con Belén. –“Jamás lo he hecho al aire libre, ¿no quieres ser el primero también en darme esa experiencia?”- le murmulló de manera seductora, el hombre cuestionándose se toma su tiempo para contestar. 

Belén: Sabes, he estado todo el día caliente esperando tu llegada para terminar lo de la mañana. 

Eduardo por más que colocada resistencia empezaba a flaquear y deja caer de su mano aquel pucho. 

Belén: Estoy ansiosa por sentir tu cremosa esperma ya sea en mi boca, en mi vagina o en mi culito. 

Sentenció, rodeando el cuello del hombre con sus manos. 

Eduardo: Be-Be-Be-Be… 

Belén: Ssshhh… No digas nada, yo sé que también te mueres por hacerme feliz, esa erección no miente. 

Expresa riendo, el hombre no veía escapatoria alguna, su cuerpo tal como durante todo ese día, se encendía por las insinuaciones de una jovencita. Inclinando ligeramente su cabeza a la derecha, sus labios rozando los de la joven, van apretándose y luego de unos segundos, terminan ambos intercambiando un dulce, apasionado y ardiente beso. Las manos de él se filtran dentro de esa lencería, acariciando esa tierna piel ébano, ella por su parte rasgaba ese cuello con sus largas uñas. 

Agarrándola de la cintura la carga, Belén se sujeta de la cintura de su amante, sin que sus bocas se aparten. Ese coñito desnudo y empapado chocaba con la dura verga del maduro que estaba oculta bajo ese pantalón. Aquella flotación se sentía exquisita, no había manera de evitar que esa lujuria la invada completamente y le hiciera bajarse los pantalones, para que penetre a esa morocha. Mordiendo los labios del otro, él intenta liberar su pene que se moría por atravesar ese chochito rosado. 

Fue complicado y le tomo algo de tiempo, no obstante, logró que su pantalón descendiera hasta sus rodillas. Su tranca hirviendo, abre los labios vaginales de la chica, como si fuera un cuchillo partiendo una mantequilla. –“Jo-joder”- exclamó con gusto, esa pija siguió su camino e igual que la mañana se detiene hasta que sus huevos golpean ese trasero moreno. Todavía mordisqueando esos labios, vuelve a enredar su lengua con la de ella, al mismo tiempo que comenzaba a mover su pelvis. 

Cada vez iba incrementando sus estocadas y la muchacha a jadear con fuerza, todo aquello con el aire arañando sus fervientes cuerpos. –“Oooohhh”- es lograba escuchar por algunos pasillos de la casa, Romina y Gabriela que miraban una revista se levantan del suelo en donde estaban sentadas y bajan las escaleras. Cruzando una de esas partes en donde el eco de los chillidos resaltaba, recogen sus carteras y como si supieran en donde precisamente estaba el hombre, caminan hasta el jardín. 

Antes de que abrieran la puerta, la rubiecita destornudó, previendo así a Eduardo para que busque un escondite. Ocultándose detrás de unas macetas, continúa dándole a la chavalita, quien ahogaba sus gemidos. Romina abre la puerta, quien con dificultad logra distinguir a su tío entre la oscuridad, al hacerlo le comunica que con Gabriela irían a comprar unas cosas. Él siente como esas paredes se contraen, apretando fuertemente su pene, por lo que le es imposible no dejar escapar un suspiro, al mismo tiempo que le respondía a la hija de su amiga. 

Eduardo: O-ok… Va-vayan con cuidado y no tarden. 

Romina: No te preocupes tío, solo nos tomada un par de minutos, por cierto, ¿estás bien?, porque has sonado algo raro. 

Eduardo: E-estoy bien, mi niña. 

Contestó el hombre, estando cerca a soltar una gran cantidad de su leche. 

Romina: Ok, bye tío. 

Eduardo: Bye cariño. 

La muchacha cerraba la puerta y él guardaba silencio con mucho esfuerzo, mientras seguía embistiendo a Belén, quien se corre al tener ese tronco atravesándola sin tregua. –“Oh, Dios, Dios… También me vengo mi bella negrita”- susurra sosteniendo con fuerza esos glúteos y su pija palpitante, soltaba unos pequeños chorritos. Imaginando que las otras dos muchachas ya se habían ido, grita eufóricamente a la vez que rellenaba ese útero con una gran carga. 

Ambos se quedaron tirados en el suelo, besándose y acariciando sus cuerpos, –“Uufff, me encanta esta sensación de adrenalina y morbo, que me provoca Romina al estar cerca de descubrirnos”- comenta el maduro, –“A mí también, aunque siéndote sincera me gustaría más que ella viera cómo me partes el coño con esta vergota”- responde apretando la herramienta del hombre que volvía a estar dura, venosa y empinada.  Él sonriendo, se coloca de pie y la carga entre sus brazos. 

Eduardo: Es increíble cómo me enciendes putita, solo pensar que Romi nos va a encontrar me pone a mil y ahora me han entrado ganas de darte por ese culito.

Belén: Adelante, ya te dije que es todo tuyo cuando tú quieras.

Eduardo: Eso lo sé, pero vamos a mi cuarto, quiero seguir esta cogida ahí.
 
Ellos se vuelven a besar fogosamente, sus labios llenos de babas no se detenían, hasta que él se apartó de ella porque si no lo hacía, se la volvía a follar ahí mismo. Caminando hasta la entrada, ella se acomoda entre esos musculosos brazos, aquel ancho y marcado pectoral la estaba provocando, así que, durante el trayecto hacia el dormitorio del hombre, ella lame el pezón que tenía al frente de su boca y el otro lo pellizca su mano. Eduardo perdía la cabeza otra vez con tanta excitación que le provocaba esa morochita.

Antes de pisar el último escalón para llegar al segundo piso, el hombre baja de sus brazos a la joven y la deja tendida entre la escalera, con su culito bien levantado. Belén no comprendía lo que estaba pasando, no obstante, tampoco iba le preguntar qué tenía en mente, ya que le encantaba ese suspenso. Él encorvándose soba la cabeza de su pene entre esos húmedos labios, entre  tanto con su mano libre abre esas nalguitas y deja salir saliva de su boca para que caiga justo en ese anito. 

Sigue lubricando su vigorosa polla con los jugos de la muchacha y con sus dedos, prepara ese hoyito que le encantaba destrozar. Eran tres dedos, los que recorrían ese ano delicioso, ella lo sentía bien abierto y listo para recibir esa enorme tranca que poseía el maduro. Él continuó jugando con sus dedos, sacándolos y metiéndolos hasta el fondo Belén se regocijaba de lo maravilloso que se sentía aquello. Excitada quería que se lo metiera ya, no obstante, él siguió con su perverso y cachondo juego por varios minutos.

Creyendo que todo estaba listo, retira sus dedos y se los lleva a la boca, catando así el sabor de ese agujerito que iba a penetrar en segundos. Colocando su verga entre medio de esos glúteos, se masajea, a la vez que se allegaba al oído de la jovencita y le muerde el lóbulo. –“Por lo audaz y atrevida que eres, te lo recompensaré con una follada aquí mismo, corriendo el riesgo que Romina nos encuentre”- susurró, empezando a clavar la punta de su gran mástil.     

Belén: Hhhhhmmmmmmgg… Síííííííííííí…

Aulló sintiendo cada vez más hondo ese trozo de carne. 

Eduardo: Uuuff… A pesar de meterte tres dedos, sigue siendo estrecho tu culito, nena. 

Belén: Jooooofff… Deeeeerrr… Di-dime qué culo no va ser estre-trecho, con ese monstruo que tienes. 

Eduardo: Una vez cogí uno que se adaptaba muy bien a mi polla, era increíble, pero eso no quiere decir que el tuyo no sea una delicia, al contrario me encanta. 

Respondió el hombre enterrando todo su tronco, sujetando fuerte la cintura de la muchacha y está haciendo lo propio en el peldaño, comienzan las embestidas. El cuerpo entero de Belén se mecía con cada penetración profunda que recibía, sin embargo, se mantenía firme agarrada en ese escalón, rogando por más y más. Eduardo la felicitaba, pues esas estocadas no eran para nada suaves, a pesar que ese hoyito fuese tan ajustado, él se las ingeniaba para clavarla hasta el fondo de sus entrañas. 

Los senos de la muchacha se tambaleaban de lado a lado y algunas veces chocaban entre sí misma, ese sonido cachondeaba más al hombre, que se aproxima al oído de ella. Lamiendo sensualmente cada rincón de esa oreja, le murmura, –“I-imagina que Romi entra y lo primero que ve al entrar es a su tío desnudo en las escaleras, enterrando su verga en el culito de su amiga de la infancia, uufff, ¿no crees que sería muy excitante esa escena?”-, la joven tratando de tomar aire, tarda unos segundos de dar su respuesta.   
  
Belén: Joofffderrr, sí. Es con lo que he so-soñado des-de la prime-mera vez que lo hicimos.

Eduardo: Y lo puede cumplir, por ser una jovencita tan osada. 

Contestó, llevando una de sus manos a la vagina de ella e introduciéndole un par de dedos. 

Belén: Ooooohhh, ooooohhh, q-que, ricooooooo…

Suspiró la morocha, que sentía una ardor magnifico en su ano, que no dejaba de recibir esa tranca. En eso, Romina y Gabriela, se acercaban la puerta de la casa. Al principio ninguna de las dos distinguía los gemidos y gritos de placer de Eduardo y Belén, pero mientras  la tetoncita buscaba sus llaves y abría la puerta comenzaron a escucharlos. Al entrar, se miraron desconcertadas, porque aquellos jadeos no habían sido ideas suyas, estaban cogiendo en la casa y no podía ser otros que Eduardo y Belén.

Romina no era capaz de moverse, se cuestionaba si ver a esos dos dándose placer o salir de la casa, pero luego de un sutil suspiro, da un paso hacia adelante, sabiendo que le resultaría doloroso ver al maduro con otra. Gabriela la sigue y ambas se fueron acercando al salón, lugar de donde provenían aquellos aullidos. Belén no dejaba de recibir esa polla a la cual era adicta, menos cuando vio por un espejo a Romina asomarse, una sonrisa se le formó a la morochita, quien balbuceo.

Belén: Oooohhhh, síííí... Sííííí... Síííí... Hhhhhmmm, más, dame más fuerte mi sementaaaaaal...

Romina a pesar de que ya sabía con lo que se iba a encontrar, no pudo evitar quedar perpleja al ver a su amiga de la infancia, siendo penetrada analmente por la verga del hombre. Eduardo sin necesidad de mirar al espejo o voltear su cabeza, sabe que la hija de su amiga, había llegado, por el repentino movimiento de caderas de Belén y el incremento de sus gemidos. Él además de placer sentía un miedo que se esparcía por su cuerpo.   

No quería lastimar a Romina, sin embargo, tampoco podía detenerse. La morocha sumergida en el gozo no podía ver con claridad el rostro de su amiga, que era lo que ella quería disfrutar. Romina por su parte, no podía apartar sus ojos de ambos, que parecían unas bestias en celos, Belén no soporto mucho y se volvía a correr, Eduardo por su parte, alababa a la joven morocha. 

Eduardo: Oooohhhh... Eres una Diosa Belén... Una Diosa con un culito maravilloso...

Belén: Hhhmm... Sí, sí, sí... Aaaahhh... ¿Te gusta mi culito?

Eduardo: Me encanta tu culito de chocolate. 

Belén: Entonces llénamelo... Llénamelo de tu leche exquisita.

Eduardo: Lo que ordenes, putita.

Eduardo estaba más excitado que antes y se la metía con mucha fuerza a la morocha, quien trataba de levantar su cabeza y mirar por ese espejo a Romina, quien balbuceaba levemente, sin asimilar aun lo que veía. 

Romina: T... Ti... Ti... Tío... 

Dijo, sin que él la escuche con claridad.

Belén: (Rie) Hhhhmmm... Mira... Miraaaaa... Romina... Te dije que tu tío me destrozaba mi vagina y también el culo... Hhhhmmm... Ooohhh... Veee cómo su pollón entra y sale de mí... Uuuhhhh... Cómo me coge... Hhhmmm... Cómo disfruta de mi cuerpo y me hace su mujer... Aaaaaaaahhh...

Belén volvía a correrse y el maduro ya sentía que estaba pronto para acabar. Romina en vez de romper en llanto, mira con una sonrisa a Gabriela, y ambas comienzan a subir las escaleras, aproximándose donde esos dos disfrutaban de sus cuerpos. Al llegar, la hija de Lorena con una voz quebrada, le pide al hombre que parada, que no siguiera cogiendo con la negrita, pero él no le hizo caso, al contrario, aumentaba el volumen de sus estocadas y tratando de mirarla le dice.

Eduardo: Oooohhh, Dios, Dios, Dioooossss... N-no puedes pedirme eso Romina, es-este ano moreno es una deliciaaaa. Solo quiero seguir cogiéndolo y no parar nunca, a-aunque si tú quieres puedes unírtenos. 

Belén: Aaaahhh... Aaaaahhhh... Aaaaahhh... Hhhhmmm... Sí Romina... Uuummm... Ahora es tu turno de mostrarme cómo recibes el pollón de tu tío...

Eduardo: ¿Cómo?

Consultó él desconcertado. 

Gabriela: Te dije que iba a ayudarte con tu fantasía. 

Entonces Eduardo comprendió, que todo ese rato estuvo en el juego de esas traviesas jovencitas, ¿pero cómo la rubiecita logró aquello?, todo empezó tras la salida repentina del hombre a la empresa. Ahí fue cuando Gabriela empezó a orquestar todo, su primer paso fue convencer a Belén, fue algo difícil pues no creía que Romina también tenía sexo con Eduardo, no obstante, la misma Romina apareció en escena y le confirmó aquello, mostrándole material de aquello.

Gabriela quedó asombrada por la actitud que mostró la tetoncita, pensó que no iba a querer y se sentiría traicionara por el maduro, por estar con otras. Belén resultó ser la más afectada, ya que nunca espero que Romina montada esa tranca y se la comería. Después de unas horas, ella les dijo a las dos que aceptaría ser partícipe de esa loca idea siempre y cuando Romina la viera primero, siendo follada por el maduro, la muchacha aceptó sin ningún problema. 

Cuando estaban a solas, la rubia le comentó a la pechugona que no esperaba que aceptara todo tan sencillamente, oyendo como respuesta siempre sospechó que entre Eduardo y Belén había pasado algo, lo mismo cuando ella apareció en la casa el día anterior, si bien le molestaba que el hombre se divirtiera con otras, no tenía problema de compartirlo, porque a diferencia de su madre, ninguna de las dos le causaba miedo y veía capaz de robarle el amor de Eduardo.   

Sentado en su cama, él veía como esas tres jovencitas chupaban su verga, Gabriela al lado derecho lamia y besaba ese tronco, Belén al lado izquierdo, descendía y ascendía con su lengüita desde la base hasta la cabeza y Romina al medio, dando cortas lamidas a su tallo y dedicándole una deliciosa comida de huevos. Jamás pensó que su sueño era posible hacerse realidad, se sentía en el cielo al ver a esas tres de rodillas, mostrándole su amor a su polla. 

Luego se fueron turnando para comerse esa verga venosa y en ocasiones sus lenguas se cruzaban cuando lamia la glande. –“Hhhmmm... Shíííí…”- balbuceaba el hombre al ser complacido y en su depravada mente se preguntaba, si Valentina podría entrar en esa ecuación. No había mejor venganza, que tener a las dos hijas de su tío, suplicándole por tener su miembro dentro de ellas, imaginaba a la pelo azul mamándole la verga, adelante de Alonso, aquello lo ponía a mil. 
 Deseo Prohibido. Capítulo XIV:

Tras hacerlo eyacular con sus majestuosas boquitas, el maduro se preparaba para ensartar su pene en el coñito que inició toda esa lujuria. Romina sujetándose fuerte de las sabanas comienza a estremecerse con las embestidas del hombre que al mismo tiempo, jugaba con los coñitos de las otras dos, utilizando sus manos. Luego de unos minutos, Eduardo penetraba a la hija de su jefe, mientras besaba a Romina y Belén le comía el culo, vaya que esa negrita sabía darle placer. 

Cuando llegó el turno de ella, se sentía rara, principalmente teniendo a Romina como espectadora. Agarrando ese mástil duro, lo guía hacía su vagina húmeda y tenerla dentro, sus paredes abrazaban con fuerza ese miembro maduro que recorría paulatinamente esa cueva, hasta golpear el útero. La cogida fue más lenta que en otras ocasiones, no obstante, el placer era el mismo e incluso un poco más, sus piernas no tardaron en temblar, todo por culpa de su amiga, que la miraba a los ojos. 

Romina para hacer todo más cachondo, decidió colocar su coñito en la boca de la morocha, que al principio queda sorprendida, pero luego de unos segundos empieza a saborear esa melosa vulva. Gabriela no quería quedarse atrás de esa orgia y apoyando sus pies en los hombros del hombre y sus manos en los de la tetoncita, la besa apasionadamente entretanto él le comía su vagina rubia. Una noche simplemente mágica y de ensueño para esos cuatros. 

Al amanecer del otro día, Eduardo despierta con esas tres chavalas a su lado, abrazándolo, él no podía aceptar todavía todo lo que había pasado durante esa noche. Sin embargo, al tomar su móvil para fijarse de la hora, lee un mensaje que lo dejaría helado. Victoria le comunicaba que estaba embarazada, si bien no le afirmó que él era el padre, fue algo que no pudo evitar pensar. Al mismo tiempo, Lorena abría la puerta y se encontraba con nada menos que Piero que sostenía un ramo de flores. 

Félix contento sale de su habitación, con la intención de ir a ver a su vecina, desearle un buen día en el trabajo y quizás saborear esos labios. La sonrisa del muchacho desapareció y su rostro cambio a uno serio al ver a ese hombre con el ramo de flores en frente de su Milf. Lorena mira a ambos, quedándose paralizada, mientras su respiración y latidos del corazón se aceleraban. Piero voltea al ver que los ojos de la mujer están clavados hacía detrás de él, observando así a Félix.

Tras el intercambio de miradas que hubo entre Lorena, Piero y Felix, la mujer dudaba qué hacer, por más que detestaba a Piero, no quería ninguna escena. Así que tomo el ramo que el hombre le había llevado y lo hizo pasar a su apartamento, esto molesto al joven, más cuando Piero al ir entrando le roba un beso a la Milf. Ella se sorprendió y se apartarse de él inmediatamente, dándole una bofetada fuerte dejando marca su mano en la cara, le pide que solo pasé y luego hablarían. 

El muchacho mira a la mujer y siente unas grandes ganas de poder besarla, de decirle a ese hombre, que esa Milf era de él, pero se contuvo. Piero entró y Lorena se allega a Félix, abrazándolo le susurra, –“Sé que es complejo de comprender, sin embargo, él no es más que un tonto de mi pasado”-, el joven al sentir ese cálido abrazo de la madura se tranquiliza. Acariciando su cabello, le pregunta si necesitaba ayuda para sacar a ese tonto, porque él no tenía problema de encargarse de aquello, la mujer sonríe y le dice que no era necesario.

Ellos coquetos ignoran que estaban al medio del pasillo, mirándose a los ojos acercan sus labios y se besan con ternura. Ella le sonríe y dándole un piquito se separa de él, regresando así de nuevo a su piso. Como una joven enamorada, Lorena se toca los labios, sintiendo aún el sabor de la boca de su joven amante. No obstante, tuvo que dejar de soñar despierta, al recordar que Piero estaba ahí, tomando el ramo de flores que le había dado el hombre, se acerca a él y se lo tira. 

Lorena: (Enojada) ¿Puedo saber qué mierda haces aquí?

Piero: Me merezco eso y mucho más. Sé que no va ser fácil, pero si estoy aquí es para conquistarte Lorena, porque te amo y quiero estar contigo. 

Lorena: ¿Tú estás loco? ¿Crees que te voy a perdonar después de lo que le hiciste a Eduardo?

Piero se aproxima y le muestra su mejilla en donde Eduardo le había golpeado, diciéndole que fue él quien le hizo eso y también fue la persona que le dio la dirección de ella, ya que estaba de acuerdo con que ella fuera feliz. Lorena no le cree y le pide que por favor se vaya y no la busque más, porque ella no quería nada con él. Sin embargo, Piero no se iba a resignar y aprovechándose del buen corazón de la mujer, le dice que si podía quedarse hasta que encuentre un lugar en donde alojarse. 

Ella suelta un suspiro, luego manifiesta que se podía quedar ahí pero que consiga alojo pronto, que podía comer lo que él quería y que no le abriera la puerta a nadie. La madura sale de su apartamento y otra vez se va caminando a su trabajo. Apenas llega, Juliette se le acerca, para preguntarle cómo había estado su noche, Lorena solo sonríe, diciendo que si quiere oír lo que hizo anoche, tendría que esforzarse en el trabajo, para que pudieran terminar todo a tiempo.

Juliette la llamó amargada, no obstante, se colocó a trabajar como una obsesiva, la jefa de ambas quedó asombrada por el desempeño de las dos, parecían estar más motivadas que nunca. Como terminan todo antes de tiempo, las premia con que puedan irse antes, la Milf se da vuelta y ve a su colega con una sonrisilla, sabía muy bien que significaba aquello. Nuevamente en el coche de la francesa, Lorena comienza a relatar su experiencia con ese muchachito que la tenía loca, Juliette se cachondeaba con cada palabra que soltaba su amiga.   

Después de eso, la llevó hasta el edificio en donde vivía, las dos amigas se despiden, al bajarse, Juliette le desea éxito y espera que tuviera un nuevo encuentro con el jovencito. La mujer al ir dirigiéndose a su piso, se daba cuenta que estaba muy necesitada por haber contado lo de anoche y solo quería ver al muchacho, así que directamente pasa al apartamento de su vecino. Sin embargo, cuando estaba a punto de golpear la puerta, Sofía abre, ya que iba a salir a botar la basura.

La muchacha sorprendida la saluda y antes de que la mujer contestada, la invita a pasar para que tomen una taza de té. Lorena acepta la invitación, después de todo quería ver a Félix. Sin embargo, al entrar no ve al joven y cuando pregunta por él, Sofía le dice que salió, entonces la Milf recuerda que iba a juntarse con Lily. Mientras calentaba el agua, se sentaron en la mesa, Sofía curiosa le pregunta a la mujer si el hombre que estaba en su piso, era algún pretendiente, amante o amigo muy íntimo.

Lorena sonrojada le responde que no, que solo era un conocido, la jovencita nota el nerviosismo de la Milf y se ríe, argumentándole que no sea tan modesta con ella, ya que no iba a andar divagando lo que le diga. Cada vez la charla entre ambas se iba haciendo más íntima, Lorena comenzaba a convencerse que esa chica era muy buena y no merecía sufrir por el capricho que ella tenía con Félix.

Sofía: Disculpa que te haga esta pregunta, pero el día que llegamos, en la noche Félix fue a pedirte azúcar, sin embargo, regreso muy tarde y me dio como excusa que estuvo ayudándote con una cañería, ¿eso es cierto?

La mujer al oír esas últimas palabras sintió cierta incomodes, sin decir nada por un lapso, piensa detenidamente lo que iba a decir. 

Lorena: Sí, sí lo es...

Sofía: ¿Y no notaste ningún comportamiento extraño en él?

Lorena: Eeehh, no... Ninguno.

Sofía: Ya veo... Quizás me tomes como loca, pero creo que él me está siendo infiel.

Lorena quedo helada al escuchar la sospecha de Sofía.

Lorena: ¿I-infiel?

Sofía: Sí... Ha estado muy distante conmigo últimamente ni siquiera me pide que cojamos y eso me hace sospechar. 

Lorena: (Nerviosa) ¿Y qué vas hacer si él te engaña?

Sofía: Lloraría mucho, porque yo lo amo, pero sería capaz de perdonarlo, por lo mismo. 

La Milf se sentía mal por la muchacha, toma todo el té que tenía en la taza y se levanta. No quería seguir hablando con esa joven, le hacía mal y no podía aguantar tanto tiempo siendo una hipócrita. Pidiéndole perdón y justificando que tenía que hacer unos documentos de su trabajo, se retira del piso. Al entrar al suyo, ve que Piero le tenía preparada una cena bastante romántica, pero ella no estaba de ánimos para discutir, así que se dirige a su habitación, la cual cierra y toma una ducha para luego acostarse. 

A la mañana siguiente, cuando se despertó, sale de su habitación para fijarse si Piero seguía por ahí, ya que durante toda la noche, se quedó al de su puerta intentando animarla. No obstante, no lo vio, solo encontró en la mesa una carta, la cual toma y la lee. 

"Cuando estés leyendo esta carta, lo más probable es que yo ande por la ciudad en búsqueda de un hotel para poder alojarme. No quería seguir molestándote ni generarte incomodidad con mi presencia, eso no significa que me haya rendido contigo, al contrario sigo tan motivado como el primer día que te conocí y no sabes cuánto anhelo que me perdones y me des la oportunidad de hacerte feliz. No obstante, te he visto muy decaída y confundida, hay algo que no te deja reflejar esa luz que te hace irresistible, algo que te perturba y temo que haya sido yo, por eso me alejo de ti por unos días, creo que es necesario. Se despide atentamente Piero."

Lorena estaba algo conmovida con la carta, pensaba que quizás fue muy dura y fría con Piero, quien solo estaba intentando de animarla y de alguna manera podía ayudarla a distraerse. Entonces tocan su puerta, ella va a abrir, cuando lo hace, observa a Félix, antes de que ella reaccione el joven entra al apartamento. La mujer cierra la puerta, mientras el muchacho miraba por su alrededor y le pregunta a la mujer en dónde estaba Piero. 

Lorena: Piero se fue, como tú lo vas hacer ahora. 

Félix: (Confundido) ¿Por qué?

Lorena: Porque no tenemos nada de qué hablar Félix. 

Félix: Ay vamos Lore, cómo no vamos a tener nada de qué hablar, si anoche no nos pudimos ver.

Lorena: (Suspira) Félix, no estoy bromeando, sé que actué mal, mi actitud tampoco fue la correcta y te he confundido, pero ahora quiero que comprendas que lo que ocurrió aquellas noches fue un error, una simple calentura.

Esas palabras fueron como si una daga haya sido enterrada en su corazón. 

Félix: ¿Qué? ¿De qué estás hablando? Claro que no fue una simple calentura como dices tú, yo te abrí mi corazón y después de meses de ser humillado por fin sentí amor entre tus brazos. 

Lorena: ¿Humillado?

Félix: Olvídalo... No sé qué mierda te pasa, pero si es lo que me imagino que es, dímelo ahora por favor. 

Lorena: Félix, no estoy para juegos. 

La mujer camina alejándose del muchacho, no obstante, este la sigue. 

Félix: No son juegos, Lorena. 

Lorena: Félix, por favor mantén la distancia. 

A pesar de la súplica de la mujer, el jovencito no le hace caso y tomándola de la cintura la voltea y la besa. Aunque Lorena quería apartarse de él, otra parte de ella estaba disfrutando de ese beso, era algo que estaba deseando desde anoche. Cuando dejaron de besarse, la Milf recordaba la charla que tuvo con Sofía y volviendo a sentirse terrible, abofetea al muchacho. 

Lorena: No vuelvas a tocarme. 

Sin embargo, Félix vuelve a desobedecerla y la toma una vez más de la cintura. 

Félix: Solo quiero saber, ¿si estás enamorada de ese hombre?

Lorena se siente presionada por Félix, quien solo quería oír la respuesta de la Milf. Ella se separa del muchacho y le pide que mantenga la distancia, mientras caminaba a la cocina y tomaba un vaso y bebe agua. El joven por primera vez la obedeció, manteniéndose en la sala, la mujer vuelve y al mirarlo le pregunta. 

Lorena: ¿Por qué no te olvidas de mí Félix? La noche que compartimos fue genial, no lo niego fue un buen sexo y lo del día siguiente fue divertido, pero ahora tenemos la oportunidad de iniciar de nuevo como si nada hubiera pasado entre nosotros. Yo puedo comenzar algo con Piero y tú seguir con tu novia. Ella no merece saber lo que paso entre nosotros y menos que termines la relación porque tuviste una noche loca con una madura. 

Félix realizo una leve mueca de sonrisa, miraba fijamente a la Milf y sin resignarse, se acerca de nuevamente a Lorena. 

Félix: Entonces, ¿si estás enamorada de ese hombre?

Lorena: No, Félix... Claro que no, lo detesto con toda mi alma por lo que le hizo a mi mejor amigo, sin embargo, estoy dispuesta a estar con él, para que tú te olvides de mí y hagas feliz a tu novia. Quizás me tomes como una tonta, pero cuando hable con ella entendí que te amaba mucho y no quiero que sufra. ¿Puedes entender cómo me siento?

Félix: (Sonríe irónicamente) Así que Sofía te engaño a ti también con su disfraz de oveja. 

Lorena: (Confundida) ¿Cómo?

Félix: (Suspira) Hace unos minutos te dije que fui por meses humillado, bueno se vincula a la verdadera cara de Sofía y la razón por la que busco terminar con ella. Lo que te voy a decir es algo que no se lo he dicho a mi padre, porque me da vergüenza confesarle que he sido un cornudo. 

Lorena queda impactada al oír aquello, no comprendía lo que estaba diciendo el muchacho, pero sus ojos y sus gestos reflejaban sinceridad. Ella se sienta en el sofá y el joven también lo hace, entonces Félix comenzó su relato más íntimo. 

Félix: A mi padre no se lo he dicho principalmente porque él desde niño me decía que el hombre cornudo era lo más patético del mundo, alguien que no satisfacía bien a su mujer. Luego cuando me iba haciendo más grande, él me decía que yo no podía ser jamás un cornudo y me daba ciertos tips de cómo complacer bien a una mujer, para cuando tuviera mi primera vez o mantener una relación estable. Por ese motivo evite decirle algo a él y he actuado como si no supiera nada, engañando a Sofía, que no sé qué ella me pone los cuernos con su profesor de universidad. 

Lorena: Espera, no comprendo algo. Tú la noche en donde cogimos, me dijiste que solo estabas con ella porque querías sacarme de tu cabeza. Pero por lo que veo en tus ojos, esa infidelidad si te afecto. 

Félix: Lo que te dije esa noche y te he repetido desde ese entonces no fue mentira, solo estaba con ella por ese motivo, sin embargo, Sofía me cautivo desde el primer día que nos vimos y por eso la elegí a ella y no a otra. (Suspira) De seguro ella te hablo de cómo nos conocimos, ¿verdad?

Lorena: (Moviendo su cabeza) No... Ella no me conto nada de eso. 

Félix suelta una pequeña risa, profundizando así en su historia.

“Eso demuestra que no le importa nada nuestra relación. Solo es una maldita perra que le gusta hacer sufrir a los demás. Pero te contare todo y saca tú tus propias conclusiones. Sofía y yo nos conocimos en mi primer día de clases en Alemania, yo estaba muy nervioso, pues a pesar de que quería estudiar ahí, temía no encajar y fracasar. Lo cual era extraño, porque ya había experimentado ese proceso de llegar a un nuevo país y a diferencia de esa vez, yo manejaba algo el idioma del país en donde estaba.” 


“Recuerdo que me desperté muy temprano y fui el primero en llegar, cuando los demás iban entrando al salón de clases, algunos me miraban con cierta extrañeza y otros simplemente me ignoraban, haciendo que mis nervios solo aumenten, hasta que vi a una muchacha, que al caminar iluminaba todo, por unos segundos sentí ese gran cosquilleo que sentía cuando te veía llegar de tu trabajo.” 


“Ella me miro y soltó una sonrisa, era tan brillante como sus ojos, esa mirada inocente pero a la vez sensual me cautivaron. Finalmente la profesora llego al salón y eso significaba que era el momento de presentarme, ingenuamente creí que era el único, pero me equivoque, aquella chica que me miro y me sonrió, también era nueva, era Sofía.”

Lorena: Entonces, ¿la amaste?

Interrumpió intrigada.

“Sí, pero aún tú seguías en mi cabeza, seguías siendo la persona más importante para mí. Después de saber que ambos éramos nuevos, comenzamos a hablar, nos fuimos conociendo y al poco de las semanas ya éramos muy íntimos. Por primera vez en mi vida dejaste de ser el centro de mis pensamientos, luego de unos meses nos hicimos pareja y todo parecía ir muy bien, demasiado bien. El sexo estaba bien a pesar de que éramos muy conservadores y al querer intentar algo nuevo, ella se negaba diciéndome que no le gustaba, además compartíamos mucho tiempo juntos y salíamos a muchas partes.” 

“Todo continuo en el primer año de universidad, fue muy hermoso, yo disfrutaba mucho de su compañía y ella de la mía, no obstante, de un momento a otro, Sofía dejo de ser agradable. La miraba y la abrazaba, tratando de transmitirle mi cariño, sin embargo, ella me rechazaba, con distintas excusas. Como que le dolía la cabeza, que estaba cansada, que no tenía ánimos, etc. Cuando la besa transmitía frialdad y cuando quería intimar con ella me decía que estaba muy ocupada con sus estudios.” 


“Yo comenzaba a sentirme muy mal con sus rechazos y pensaba que eran errores míos que tenía que cambiar tal vez la rutina y hacía el esfuerzo de ser mejor, perfecto para Sofía. No obstante, todo era en vano, a ella no le gustaba nada y yo me hundía en mi miseria. Pase cerca de dos meses intentando lo que sea para llamar su atención, hasta que un día Sofía dejo olvidado su celular en el coche y yo tome. La curiosidad me gano y lo revise, pero no encontré nada raro, ni mensajes, ni llamadas a un número que me genere desconfianza.” 

Lorena escuchaba atentamente cada palabra del joven y se iba conmoviendo, aunque a la vez sentía cierto cachondeo. 

“Me sentí mal por desconfiar en ella, así que decidí ir a entregarle su celular al salón de clase donde estaría ella. Mientras caminaba me decía a mí mismo que tenía que buscar una manera para poder ser el hombre ideal para ella. Al estar cerca del salón, me percate de algo extraño, todo estaba en silencio y la puerta estaba abierta. Al entrar, observe que no había ninguna clase, solo estaba el conserje, le pregunte a él con cierta timidez y curiosidad, si la clase se había cambiado a otra sala.” 

“Él me contesto que no, que no había ninguna clase en ese salón a esa hora, entonces le consulte en dónde se encontraba el profesor Markus. El hombre me dijo que estaba en su despacho, aunque siempre a esa hora estaba ocupado y no atendía a nadie. Me despedí del conserje y salí del salón, la desconfianza volvía y me perturbaba. Me preguntaba a mí mismo, ¿por qué Sofía me había mentido sobre que tenía clases?, ¿en dónde estaba?” 

Félix realiza una breve pausa y tragaba saliva, tenía dudas con continuar con su relato, pero sabía que estaba haciendo lo correcto y Lorena era alguien en quien podía confiar y confesarle todo ese dolor que ha estado ocultando. 

“Fui hasta la oficina del profesor, quizás fue el destino o un capricho de este, ya que la puerta estaba algo abierta. La fui abriendo lentamente, sin hacer el mínimo ruido, mi corazón se aceleraba, la respiración era sofocante y los nervios me hacía un nudo en el estómago. Finalmente los vi, Sofía estaba de rodillas sobre el suelo, completamente desnuda, solo tenía puesto unas mallas que se había colocado en sus piernas, las que resaltaban.” 


“Ella se lo chupaba con muchas ganas y emoción la verga a su profesor, este entre gemidos decía, –“Oooohhh... Estás muy hambrienta hoy, putita"-, Sofía deja de comer esa pija por unos segundos y sonriendo traviesamente, le responde, –“No te imaginas lo desesperada que estaba por tu polla. Solo deseaba que llegara rápido este día para que pudiera tenerla entre mis labios y bien adentro de mí"-, ella bien zorra para sus cosas, le da una lamida a ese tronco maduro y luego vuelve a mamarlo.” 
Morocha


“Por momentos pensé en entrar a esa oficina y hacer un gran escándalo, de pegarle a ese maldito y decirle a Sofía que era una perra sin vergüenza. Sin embargo, no hice nada, me quede ahí observando cómo ese maduro recibía una mamada de mi novia y cuando acabo dentro de su boca, ella se bebió todo su semen. Algo que no había hecho nunca conmigo, porque decía que le era desagradable. Luego él se acercó a ella y le beso su boca, se la comía con muchas ganas y eso le encantaba a Sofía. Ella nunca se había encendido así conmigo, como lo estaba con Markus.” 


“Él jugaba con sus tetas y Sofía jadeaba, luego le retiro esas mallas, para poder comerle el coño. Ella estaba totalmente bajo el dominio de ese maduro, le pedía que no se detuviera, que recorriera con su lengua hasta el último rincón de su vagina, finalmente Sofía se corrió bastante. Él se coloca de pie, aprovechando que la puta de mi novia estaba recuperándose de ese reciente orgasmo, acercó su polla empalmada a su coño y se la clavo. Estuvo un buen rato embistiéndola con fuerza, ella solo decía que se la metiera más y más profundo, que ninguna verga era tan rica cómo la de él.”


El muchacho sentía que Lorena lo observaba con tristeza, aunque eso le molestaba, también comprendía la preocupación de ella hacía él. 

“Luego cambiaron de posición, Sofía se colocó encima de él y movía sus caderas de forma lenta, pero se introducía esa verga bien profundo en su chocho. Él tenía una de sus manos en el torso de ella, tocando su suave piel y miraba como esas tetas se movían con cada estocada. Markus alababa a Sofía, le decía varias cosas que solo hacía que el ego de esa puta aumentara, como que le encantaba su ajustado coño juvenil. Ella como premio le daba un beso cachondo y le dejaba que le chupara las tetas.” 


“Los jadeos de ella eran bastantes excitantes, tanto que se me puso dura por unos momentos, aunque esa escena para mí fuera dolorosa. El maduro le consulta qué excusa me había dicho, a lo que ella contestaba con un tono burlesco, –“Hhhhmmm... El cornudo de mi novio cree que estoy en clases... Si supiera que en realidad tengo la gran y exquisita verga de mi profesor preferido en mi coñoooooogghhh..."-, él se ríe y ella también lo hace, para complementar con su voz entre cortada, –“Me enloquece tu gran vergaaaaggghh, profe... Mi novio nunca será capaz de hacerme sentir como tú lo haces"-


“Me quede ahí mirando hasta que terminaron de coger, cuando se estaban vistiendo, Sofía le propuso a su profesor en hacer esos encuentros más seguidos o pasar un fin de semana juntos. El hombre le dijo que iba organizar algo, para que ellos puedan pasar más tiempo juntos. Antes que Sofía saliera, yo corrí hasta mi coche, me quede ahí tratando de procesar todo lo que había observado. Lo más probable que ella se dio cuenta que había dejado su celular en el auto y no podía llamarme para que la vaya a buscar, por lo cual espero a su amante.” 

“No sé cuánto tiempo estuve en el coche pensando, donde incluso llore un poco, pero fue el tiempo suficiente para poder verlos salir a los dos, iban muy coquetos y como si fuera una gran casualidad, el automóvil de Markus era el que estaba estacionado al lado del mío. Al verme, una sonrisa de nerviosismo se forjó en los dos, era como si se burlaran en mi cara, ella tratando de evitar que se le saliera una carcajada, me preguntaba qué estaba haciendo ahí.” 


“Yo trague saliva, sentía tanta rabia que quería explotar, pero no lo hice, me contuve a pesar que ellos no tuvieran el descaro de ocultar lo que tenían en frente de mí. Ya que él tenía su mano entre la cintura de Sofía y ella estaba muy apegada al brazo de él.” 


Félix hacía una pausa en su relato, para mostrarle a la mujer las fotos y vídeos que tomo de aquella cogida, sabía que la Milf no dudaba de su palabra, no obstante, de todos modos quería enseñarle las pruebas que conservaba de ese día. Lorena quedaba impactada por lo que veía, aunque al mismo tiempo se humedecía su vulva. Félix al terminar de mostrarle el material que contenía, volvió con su relato.

“Yo le conteste que solo había regresado porque me percate que su móvil estaba en el auto. Sofía se subió al coche y apenas se separó del maduro, su actitud volvió a ser desagradable, sentí que me estaba mirando con desprecio y con cierto rencor, tal vez porque le había arruinado alguna diversión que tenían planeado ambos. Ese día no me moleste en mirarla a la cara o tratar de ser amable y cercano a ella, me mantuve frio. Incluso me acosté en el sofá para evitar de estar junto a esa perra.”
 
“La relación desde ese momento murió, si no termine con ella fue por las razones que ya te mencione anteriormente y esperaba que ella tuviera el coraje para terminar algo que no tenía sentido. Pero no lo hizo, entonces me puse averiguar más del hombre, supe que el profesor estaba casado, tenía dos hijos y tenía bastantes proyectos académicos. También supe cuando inicio esa aventura entre ambos, llevaban tres meses cogiendo a mi espalda.” 

Félix bota un par de lágrimas y Lorena lo abraza, él se secó el llanto que había dejado salir y continuo con lo poco que le quedaba a su historia. 

“Al parecer Sofía y su amante, tenía planeado pasar las vacaciones juntos, sin embargo, para burlarme de ella, organicé este viaje, en donde fuimos a visitar a su abuelita, pasamos donde mi tío, luego a la casa de su madre y ahora aquí. En todo este tiempo he sido frio con ella, ignorándola y tampoco la he cogido, aunque disfrazo muy bien las cosas entre nosotros. Lo chistoso es que ella me ha montado escenas de celos, por admirar a otras mujeres y pasar de ella.” 


Lorena se acerca más y más al muchacho, sus tetas chocaban con el pecho de él, su pene se endurecía, por tener a la Milf a una distancia tan corta. La mujer tras oír esa historia, ver las fotos y vídeos de la muchacha siéndole infiel a Félix, ya no tenía miedo de dañar a alguien, ya que Sofía era una zorra que había lastimado mucho al joven.

Lorena: Entonces, ¿tú y yo no le hacemos daño a nadie?

Félix: (Traga saliva) Sí, exactamente... Mi amor. 

La madura besa apasionadamente al joven, las manos de ella tocaba el torso él y le ayuda a quitarse la camiseta. La Milf se pone de pie y rápidamente se quita la ropa, quedando solo con su pequeña tanguita puesta. El muchacho con su pene empalmado entre sus manos, termina de sacarse el pantalón, se acerca a Lorena y deja su polla entre las nalgas de la mujer. Ella meneando su trasero le pide a Félix que antes de coger, le devore el chocho, él sonriendo le contesta que con mucho gusto comería su coño maduro. Echada en el sofá, observa como ese muchacho de forma traviesa le lame la vagina aún con su tanga puesta, la sensación de aquello hacía que se excitada mucho más. 

Félix retira la braga de la mujer con sus dientes, lo tira al suelo y acerca su boca aquel coño húmedo. Le da una tierna lamida que provoca más a la Milf, ella deseaba sentir esa lengua por todo su órgano sexual. El joven complace a la mujer, al principio sus lamidas eran suaves y gentiles, pero de poco él transformaba esas lamidas en una verdadera comida de coño. 

Lorena solo podía gemir, ninguna de las palabras que quería decir se escuchaban, Félix continuo hasta que sintió el cuerpo de la Milf temblar y de forma desesperada ella agarro la cabeza del joven, explotando en un gran orgasmo. Agitada lo mira sonriendo, él tragando los jugos que le dio la mujer, se saborea la boca, ella se acomodaba y le dice que era su turno de hacerlo feliz. 

Félix le comenta a Lorena que con una corta mamada bastaría, ya que tenía unas ganas enormes de penetrarla. Ella consiente al muchacho dándole una mamada de cerca de un minuto y aunque había sido muy corta, resulto ser magnifica. Pues, Lorena lamió bien ese tronco y lo dejó bañado en saliva, lo que le llevo cerca de 20 segundos, los 40 restante, la mujer se introdujo todo ese miembro en su boca, jugando con él, se lo sacaba y volvía a tragarlo. 

Una vez que termino con su mamada le pregunto al joven en que posición la quería, él sentándose en el sofá le responde que se siente sobre sus piernas, dándole la espalda y se ensarte su polla en esa deliciosa vagina. Lorena se coloca de pie y observa fijamente la pija dura de su amante, la hipnotizaba nuevamente, su cuerpo estaba eufórico al saber que pronto iba a tener aquel trozo de carne en su interior. Dándose la vuelta, toma ese pene erecto entre sus manos y comienza a metérselo lentamente. 

Cada centímetro adentro significaba un sollozo, el cual iba aumentando de nivel, cuando finalmente la mujer lo tenía completamente adentro, suelta un gran suspiro. Félix toma de la cintura a la Milf y le besa sensualmente el cuello, luego llega a su boca y se la devora. De forma coqueta, el joven le pregunta a Lorena, si le encantaba tener su verga adentro, a lo que ella responde, –“Claro, adoro tener tu polla adentro mío. Sentir como mis paredes se estiran y tratan de adaptarse a tu grosor y mi útero se siente perforado por su largor, es algo excitante y extraordinario"- 


El muchacho cachondo comenzaba a mover su pelvis, la Milf suelta un gran chillido al percibir a esa tranca desplazándose en su interior. Las tetas de ella rebotaban de un lado a otro con cada estocada y aunque al joven le apetecía poder tener esos grandes senos entre su rostro, para jugar con ellos, sus ganas de tener a la Milf en esa posición eran mayores. Sin darle aviso previo, Félix toma las piernas de la madura y se las levanta, llevando sus manos a la cabeza de ella, aumenta el ritmo de sus penetraciones. 
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Lorena gemía, jadeaba e incluso lloraba de la emoción, cada taladrada de esa verga era una delicia. Su coño había estado pidiendo aquello durante toda la noche anterior, en la que trataba de olvidarse de Félix. Ahora que no existía ningún sentimiento de remordimiento, dejaba que su cuerpo disfrute de la experiencia. –“Más... Mááásss...”- murmuraba, al mismo tiempo en que se mordía el labio inferior de su boca y se agarra con más fuerza del sofá.

El joven sentía unas contracciones en el interior de la mujer y los muslos de ella temblar, lo que significaba que pronto iba a correrse. Así que aumento la velocidad de sus embestidas a tal grado, que ambos terminaron corriéndose al mismo tiempo. El muchacho suelta a la Milf, quien se recuesta en el sofá para descansar, él sonriendo mira a la mujer y se acerca a sus labios, para besar y decirle que la amaba. Ella mostrando su lado más inseguro, le pregunta si no le importaba la diferencia de era entre ambos y por su físico. 

Félix: Quizás me hagas esta misma pregunta de ahora en adelante y yo te responderé siempre lo mismo. Que no importa la diferencia de edad que tenemos, son solo 15 años, tampoco me importa que tengas una hija de casi mi edad y menos tu físico, porque yo te amo.

Lorena: Sinceramente hablas muy bonito, pero siempre he sido una miedosa y no me atrevo a correr el riesgo. Además no me quiero enamorar perdidamente de ti y que un día, cuando suba unos kilos de más, mis tetas se caigan y comience a verme como una abuela, te vayas y me dejes por otra. 

Félix: (Suspira) Cuando te conocí, estabas más rellenita, pero era lo que menos me importaba, yo encontraba tu cuerpo tan sensual y cachondo, no había momento en que no deseada tu cuerpo. Con el tiempo fui conociéndote mejor y me enamore de ti, por algo pasaba mayor tiempo en tu casa, te esperaba que llegaras del trabajo e intentaba ayudarte en las tareas domésticas. Sabía que tú no me harías caso y antes de verte con un hombre de tu edad, preferí irme lejos y sacarte de mi cabeza. Aunque siendo sincero, prefiero haberme quedado a tu lado en vez de conocer y caer en el juego de Sofía. 

Lorena: (Sonríe) Me conoces tan bien, que sabes decir las palabras que quiero oír. 

Félix: Pero es verdad, ninguna mentira he dicho, me gustaría gritar por todo el edificio que estoy enamorado de ti, sin embargo, sé que eso a ti no te gustaría. 

Lorena: Ni siquiera lo intentes como broma. Estamos bien así por el momento, dejare que me folles todo lo que quieras, pero nada de una relación seria.

Félix: No me dejas otra opción de convencerte a cogidas. 

Afirmó el muchacho riendo, colocase encima de la mujer, vuelve a agarra las piernas de ella, estirándolas hacía atrás, le dice, –“Hay un agujerito, que estoy ansioso por probar”- Lorena sabía que se refería a su ano, para sorpresa de Félix, la Milf no trata de evitar aquello, todo lo contrario, comienza a provocarlo, manifestándole, que ella llevaba desde la primera noche esperando, que él se atreviera a atravesarle el culo con esa enorme polla. Agregando, que incluso tenía un frasco de loción en la pequeña mesa que estaba al lado ellos.

Félix: (Sonríe) Veo que tenía todo preparado. Hoy follabas sí o sí, ¿verdad? Si no era conmigo, lo harías con ese estúpido.

Lorena: Te equivocas, cuando Romina vivía conmigo, solía hacerme masajes después que llegaba del trabajo. Por eso está ahí.

Félix: Dios mío, cómo me encantaría ser yo quien te de esos masajes ahora.

Lorena: ¿Lo dices en serio?, porque realmente los necesito.

Félix: (Sonríe de nuevo) Claro, si quieres, comenzamos desde hoy. 

Félix abre el frasco y deja caer el líquido, formando una línea que se esparcía lentamente. Él comienza a masajear el cuerpo de la mujer, hasta llegar a las tetas de ella, las cuales aprieta y luego coloca su polla entre ellas, para que se lubrique con el líquido.  La Milf abre su boca y cada vez que ese pene estaba cerca ella le daba una lamida. 

Félix: Hhhhmmm... Eres muy guarra Lorena. 

Lorena: (Ríe) No puedo controlarme con ese tronco tan cerca mío. Además, me encanta cómo tocas mi cuerpo. 

Félix: Si te gusto eso, espera a que te amase ese rico culo que tienes. 

Lorena: (Sonríe pícaramente) ¿Qué esperas para hacerlo?

Félix: Me encanta que seas así de atrevida, date vuelta.

El joven se levanta, para que la mujer pudiera darse vuelta, cuando ella estaba girándose, él le da un piquito. Lorena deja su cola a disposición del jovencito y mientras él admiraba ese trasero maduro, dejaba caer la loción sobre este. Dejando el frasco en el suelo, coloca sus manos entre esas nalgas y suavemente las masajea. A la mujer le encantaba como el muchacho jugaba con sus glúteos, sentir esos dedos rozar a su ano. Félix separa bien esas nalgas y acerca su boca e introduce su lengua. 

La Milf se sorprende con la decisión del joven y que le devorada la cola con tanta ganas, entre jadeo decía, –“Oooohhh... Oooohhh... Féliiiiixx...”-, en ese mismo instante, Sofía que no dejaba de mirar el reloj, al ver que su novio tardaba en regresar del apartamento de Lorena, se levanta de la cama y sale a buscarlo. Ella toca la puerta, la mujer al sentir los golpes, pregunta con su voz entre cortada, –“¿Quién es?"-, –“Soy Sofía”- se oyó del otro lado de la puerta. Al escuchar a la muchacha, tanto Félix como Lorena se cachondearon y mirándose se preguntaban si debían detenerse o continuar.   
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Lorena finalmente encontró a su media naranja, Eduardo gozando como nunca pero con Vicky embarazada, las cosas podrían cambiar más si el bebé resulta ser de él. En fin espero que os haya gustado y disfrutado, esta semana solo publicaré este relato, ya que voy hacer un viaje por unos días. La otra semana retomo todo con normalidad. Gracias a todos, los que leen y apoyáis. 

2 comentarios - Deseo Prohibido. Capítulo XIV:

ClonAngeluzMage +1
Ojala Viky deje de hinchar las pelotas. Que busque a algun amante de su pasado, seguramente conoce a alguien de sus dias de zorreo que le calienten las embarazadas para que siga viviendo "La vida loca". 😂
LyonF8 +1
A Vicky le hace falta un Félix, eso está claro, pero es Eduardo el que se complica la vida, en el fondo todavía no supera a Victoria, porque al igual que Lorena, se aferra a ella más que nada porque le golpeó el orgullo, en este caso al meterse con sus colegas. Así que no te extrañe que cierto personaje aparezca para que lo ayude a superar finalmente a estas dos mujeres.
MAN52285 +1
Buen relato. Me parece que falta la historia de Gabriela con el psicologo
LyonF8
Gracias, sobre esa historia que mencionas, la trabajé en este relato.
http://www.poringa.net/posts/relatos/4464451/Vacaciones-Candente-Capitulo-Especial-lV.html

Saludos ✌.