Cafe mañanero con Claudia

Había quedado para tomar un café en casa con mi buenísima follamiga Claudia. En cuanto esta dejara a su hijo en el cole se venía a mi casa. Cuando llego y se quitó el abrigo, me quede de piedra. Venia espectacular. Traía una camiseta deportiva ajustadísima, de manga corta, con un degradado gris, claro arriba y oscuro abajo, ajustadísima, que marcaba sus tremendas tetas operadas y el sujetador de aro que llevaba, con un pequeño escote donde se veía el inicio de su canalillo; y unas mallas igual de ajustadísimas, también con un degradado gris, pero al revés, claro abajo y arriba oscuro, que marcaba su culazo ancho, incluso la raja de este y dejaba intuir muy bien su delicioso coño, además de marcarla el tanga. No pude resistirme y mientras íbamos hacia el salón, acaricié sus tetazas y el culazo, diciéndola que la quedaba maravilloso el conjunto. Esta se rio y me dio las gracias y un buen beso.
Durante el café y las pastas que tomamos para desayunar, Claudia y yo charlamos, pero yo no podía dejar de mirar sus tetazas. Estaba tomando el ultimo trago de café cuando Clàudia comenzó a acariciar mi paquete. El cual estaba algo contento desde el momento que la vi. Esta me sonrió y me dijo que se me notaba que me había gustado su vestimenta. Casi no me dio tiempo a responderla, cuando se echó sobre mí y nos besamos.
Mis manos, inmediatamente, agarraron sus grandes tetazas, disfrutando de ellas. Claudia se sentó sobre mí, de rodillas y nos seguimos besando. Mis manos cada vez apretaban más sus tetazas y yo besaba el canalillo que se asomaba. Subí un poco su camiseta y acabé metiendo las manos por ella. Tras un poco más de manoseo en ellas, las acabe sacando del sujetador. Seguí jugando con ellas y besándome con Claudia. Saque mis manos de la camiseta y sus pezones se marcaban de escandalo en ella. Comencé a mordérselos con ella puesta, hasta que claudia se la quito. No pude mas que lanzarme a comerla las enormes tetas, bien apretadas, aunque estuvieran fuera del sujetador gris que llevaba.
Claudia se coloco a gatas en el sofá, me desabrocho el pantalón y comenzó a comerme la polla. Mi mano se poso en su culazo, acaricié su raja del culo, tan marcada, y la di unos azotes. Cuanto más rápido me comía la polla, más fuerte la daba los azotes. Cuando mi polla estaba durísima, Claudia se levanto y, tras darme un beso, donde aproveche para acariciar sus tetazas, se giró, mostrándome su culazo. Se inclino lo necesario para pasarlo por mi dura polla. Yo volví a azotarlo mientras lo hacía. Claudia se puso recta y yo me senté en el borde del sofá. Comencé a acariciarlo, besarlo y morderlo con la malla puesta aún. Una de mis manos paso entre sus piernas, para acariciarla el coño.
Agarre la malla y la baje un poquito, hasta que comenzó a verse un tanga gris. Volví a acariciar su culazo, mientras mordía y estiraba la tira del tanga. Acabé de bajar hasta los tobillos la malla y volví a morderla sus maravillosos glúteos. Mi mano volvió a meterse entre sus piernas para acariciar el coño, por encima del tanga. Acabe metiendo mi mano por el tanga y masturbándola.
Me puse de pie, mientras seguía masturbándola, nos besamos y acaricié sus tetazas. Se giro y nos besamos. Mis manos jugaron con su culazo y sus pechos enormes. No me pude resistir a morderla nuevamente sus durísimos pezones. Cada vez se los mordía mas fuerte, hasta que pego un chillido de dolor. Me empujo y me sentó en el sofá. Se quito la malla y se coloco de rodillas entre mis piernas. Volvió a mamarme la polla, antes de meterla entre sus tetazas y masturbarme con aquellas dos bellezas enormes.
Me puso un condón, se levantó y sentó sobre mí, de rodillas. Aparto su tanga y metió mi polla en su coño. Agarro mi cabeza y la aplasto contra sus tetazas. Me sentía en el cielo, sintiendo bien de lleno, su jugoso coño y sus enormes pechos. Acariciaba y apretaba sus tetazas con mis manos. De vez en cuando sacaba mi cabeza de ellas, para besarnos. La hice ponerse a gatas en el sofá y me coloqué de rodillas detrás de ella. Aparte su tanga a un ladito, para volver a follarla. Me eche sobre su espalda para agarrar sus tetazas. Cambie mi polla de agujero y la folle el culo, duro, como a ella le gusta. Sus tetazas se movían maravillosamente con cada penetración. Cogí la coleta de Claudia y tiré fuerte de ella mientras metía mi polla entera y fuerte en su culazo.
La tumbe en el sofá y me coloque de rodillas entre sus piernas. Le quite el tanga, me incline y la comí el coño. Mis manos acariciaban sus muslos y no pare de mover mi lengua dentro, hasta que se corrió en mi boca. Entonces me tumbe sobre ella y volvimos a follar. Mis manos seguían en sus muslazos, mientras nos besábamos y comía sus tetazas. Me coloque de rodillas, coloque sus piernas en mis hombros y la volví a follar el culo.
No me quedaba mucho para correrme, así que me quite el condón y me coloque de rodillas dejando el pecho de Claudia entre mis piernas. Metí mi polla entre sus tetazas y esta comenzó a hacerme una cubana de escándalo. Yo estiraba mis manos, acariciando sus tetas y pellizcando sus pezones. Cuando me corrí, mi semen salió disparado contra sus tetazas y su cara. Me senté en el sofá y Claudia se volvió a colocar a gatas para lamerle la polla, limpiándomela. Mientras, mis manos acariciaban sus tetazas y su culo.
Claudia fue a limpiarse al baño. Cuando volvió, se vistió y se sentó a mi lado. Nos besamos y agarre sus tetazas un poco mas antes de que tuviera que irse.

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