La siguiente noche con la prima de mi amigo

Recuerden que la noche anterior, después de apretar y manosearnos, quedamos en que la noche siguiente durante o después de la pelea de box, nos tomaríamos el palo (lo más desapercibido posible, ya que ambos teníamos otros “compromisos” de pareja)

Llego a lo de mi amigo, ella por ahí, yo por mi lado, miradas cruzadas, mordidas de labio a distancia, mostrando claramente unas ganas de darnos fuerte!

Empieza la pelea, todos acomodados, mirando la pantalla, y nosotros dos, más al fondo, mirando cómo, round a round, el resto se iba picando y enroscando en la pelea, los comentarios, etc.
En medio de la pelea, me le acerco lo suficiente como para que se le empezaran a poner duros los pezones (no llevaba corpiño, claramente). Y sin retroceder, se me abalanza y me dice: “vámonos YA de acá”. Yo, (histeriqueandola) para que reventara de calentura: “¿te parece? ¿No querés ver el final de la pelea?”

Me pone la mano sobre el bulto (yo ya estaba morcilloso, obvio) y me dice: “vamos a tu casa que yo te voy dar pelea”. Esa respuesta y esa actitud me la puso al palo, el pantalón por estallar. Y el resto sin siquiera darnos bola, totalmente en la suya.

Agarramos nuestras cosas y nos rajamos lo más sigilosos posible para mi casa de ese momento
De una entramos en casa. Tranzando a pura lengua y saliva. Súper calientes los dos.
Ella tenía puesto un shorcito y una remera tipo camisola. Yo le mandaba mano por el shorcito, le suelto el botón y la bragueta y se lo bajo de una!

Se sube a la cama y se pone en cuatro. Le saco la tanga y le veo el hilito del tampón. “¿estás indispuesta?” “no, ya casi no, pero por las dudas tengo puesto”
Para ver qué onda le digo “¿te lo saco con los dientes o te lo sacas vos?” “sacamelo con lo que quieras, pero YA, que no puedo más”

Obviamente fui con los dientes, salió, impecable. Lo tiro a un lado, y me mando de una con la lengua. Tenía la concha un poco resecada por el uso del tampón. Así que me esmeré para salivarla bien, hasta que empezó a mojarse toda!

“Ay pendejo, que bien que me la estás chupando. Comemela toda que no puedo más!”
Ahí le abro las nalgas y le empiezo a meter la punta de la lengua en el ano. Siento como empieza a temblar, me frena, se da vuelta y casi que me arranca el pantalón con calzón y todo!
Mi verga durísima, me la agarra y se la manda a la boca sin dudarlo. (Que bien que la chupaba, no se dan una idea)

Un toque así, chupando y yo tocándole los pezones, tratando de meter mis dedos en su ano, hasta que la tiro hacia atrás, de espaldas sobre la cama, con la verga súper lubricada de saliva, y se la meto. Entró de una a fondo. Sentí como la cabeza de mi pija hizo tope en su vagina.
“por favor cógeme fuerte, necesito que me cojas”

¡Eso me encendió a mil! Garchamos muy bien durante un rato. Acabamos los dos. Ya en pelotas, fumando un puchito y unas flores. Se para y va al baño a mear, yo salgo a buscar agua. Deja la puerta del baño abierta mientras está sentada. Le digo: “veo que no te jode que te ven meando”. “para nada, y si venís acá te la chuparía mientras pillo”

Se me paró de vuelta, de toque. Entro al baño, me pongo frente a ella y me la empieza a chupar sentada en el inodoro. Cuando noto que se estaba masturbando, se la saco de la boca, y le abro las piernas ahí. Y empezamos a coger sobre el inodoro. No era algo muy cómodo que digamos, pero yo estaba excitadísimo, y ella empapada.

Esa noche seguimos garchando prácticamente por toda la casa. Cocina, terraza, living, de vuelta en la cama. No sé de donde sacaba la energía, pero se me paraba cada vez que me decía una guarangada. Al final ya casi no acababa nada de leche. “te drené los huevos nenito”

¿¿Para que??? Otra vez se me paraba y ella me la chupaba ooootra vez. Lo último que recuerdo era que estaba clareando y estábamos en 69, sin posibilidad de acabar ninguno de los dos, pero con esa sensación viciosa de placer. Nos quedamos dormidos, no mucho. Una hora. Nos levantamos, para volver, porque ella tenía al hijo en la casa del primo. La llevo con el auto, en la puerta, antes de bajar, me dice “creo que nunca me habían cogido así, tenés una pija deliciosa”. Y ahí estaba otra vez, caliente, con la pija dolorida, pero dura. Le agarro la mano y se la pongo sobre mi pija “mirá lo que logras cada vez que me decís algo, nos vamos a tener que volver a ver, no sé cuándo ni cómo”

…. continuará

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