Terapia con mi madrina IV

Después de esa cogida (la cual prácticamente me la pegó ella a mí) me sentía muy realizado, había podido aguantar y también ella había sentido placer. Yo estaba parado al lado de la cama, había vuelto de higienizarme, ella estaba acostada de espalda a mí, solo se escuchaba un pequeño viento y algunos ruidos de la calle. ¿Cómo explicarles que semejante mujer había hecho el amor conmigo? ¿cómo contarles todo lo que sentía en ese momento? Sabía que todo era para una práctica pero no podía dejar de sentir cierto amor por ella, pero un amor sano, libre, agradecido. Victoria miraba un punto fijo, perdida, ya pensaba en ella como Victoria, pensaba en ella como una mujer aparte de su rol de madrina.

_ ¿Qué pensás madrina?
_ Nada, pavadas, cositas sin importancia.
_ ¿Está todo bien?
_ Sí sí...
_ Si te preocupa que hayamos hecho ruido capaz pod...
_ No ahijado, al lado no hay nadie en todo el día, y en la otra casa hay unos viejos chusmas pero ¿qué van a decir? ¿"Hola señor, su mujer estaba gimiendo cuando usted no estaba"? Tranquilo, no me preocupa eso
_ ¿Entonces?
_ Pienso un poco que... hacer el amor con vos me hizo dar cuenta de algo, que estoy en un matrimonio atascado. Lo amo, te juro que amo a Adrián, con todo mi corazón, pero quiero vivir otras cosas...
_ Perdón, si sabía que iba a generar esto yo no...
_ No ahijado, no es culpa tuya, es culpa mía por quedarme donde tendría que haberme ido hace rato.
_ ¿Estás triste?
_ No, es una tristeza que ya pasé y hoy es más seguridad que otra cosa.
_ ¿Te vas a separar?
_ No lo sé, él me da libertad para hacer lo que quiero pero para otras cosas... bueno, mientras él no se entere puedo probar cada tanto...
_ Podés probar cosas conmigo... no sé, creo que tenemos piel ¿no?
_ Jaja, es cierto, tenemos piel, no te voy a negar. Pero venís muy bien y creo que pronto podría darte "el alta" ja. Quemarme frente a todo el mundo con vos sería quemarte a vos también.
_ Yo no tengo problema, yo me arriesgo
_ Vestite ahijado, no debe faltar mucho para que llegue Martín...

De alguna u otra forma pasaba más tiempo en esa casa que en otro lado; mi madrina cocinaba mientras Martín le hablaba y como ella estaba de espalda él no perdía el tiempo para mirarle el culo. También la abrazaba por la cintura, muy por la cintura, tanto que un referí de boxeo le advertiría pidiendo que pegue más arriba del cinturón porque estaba al límite. En esa casa explotaban los morbos pero sinceramente me importaba poco, no iba a juzgar.

Lo que sí me hacía sentir mal era que me haya dicho que faltaba poco para "el alta", sentía que si quedaba poco tenía que quemar naves. Sentí unos pasos en la noche, como siempre a mí me costaba dormir, podría ser ella o no pero preferí levantarme aunque sea a confirmar. Esta vez la luz de la cocina estaba prendida, de nuevo mi madrina estaba en tanga y musculosa pero había un actor más en la escena, Martín. Entré y saludé, mi madrina se dió vuelta, "¿otro más que no puede dormir'" y se rió. Martín no dejaba de observarla, ella caminaba como si nada por la cocina; intercambiamos unas palabras y volvimos a nuestros cuartos, Martín se ve que tenía necesidad de comentar lo sucedido.

_ Boludo, ¿vos vistes eso? ¡Que buen orto que tiene! y no me digas que no porque no te creo.
_ Sí... sí, que se yo, es muy linda, ya te dije que creo que tiene buen cuerpo.
_ Hasta las tetas se notaba que no usaba corpiño, ya te dije que alguna vez la ví pero así de frente nunca, quedé re duro boludo.
_ ¿Y no te importa que la haya visto?
_ La verdad que no, mientras yo pueda verla
_ Pensé que te molestaría...
_ Mirá, te digo la verdad, desde que me enteré que mi papá la engaña lo único que deseo es que ella le meta los cuernos con cualquiera
_ ¡¿Qué?! ¿cómo?
_ Yo te voy a decir algo pero muere acá, yo sé que hablas mucho con mí mamá, así que te cuento, pero estás a prueba eh
_ Sí, sí, no digo nada
_ Hace rato lo notaba raro a mi papá, cuando agarré su celular tenía un número agendado de un compañero de laburo, cuando ví la conversación pensé que era una mina porque la charla era muy subida de tono pero no, era un compañero de laburo de verdad. Mirá, si le gustan los tipos me chupa tres huevos, me rompe las pelotas que la engañe y le mienta a papá así que lo mínimo que se merece es que ella le meta los cuernos con medio mundo.

Charlamos unas palabras más, ahora eramos más confidentes, nos llevábamos muy bien pero era la primera vez que compartíamos secretos tan profundos. Mentalmente ordené pensamientos, claro, a él no le importaba ser cornudo, sólo quería tener vía libre para estar con ese tipo desconocido, yo le servía como medio, o tal vez ambas: le gustaba ser cornudo y tener a su amante a la vez, no sé, eran muchas preguntas. También estaba Martín, que ahora era un confidente, y no sólo eso, quería que su madre tenga aventuras pero ¿qué le iba a decir? ¿"no te preocupes que yo ya me estoy garchando a tu mamá"? No era una opción, sentía que estaba atado y tiraban de mí desde varias posiciones.

Las cosas se empezarían a poner ásperas y duras, durante otros tantos días no teníamos tiempo con mi madrina. Yo ya había hablado con ella y quería que me la chupe, ya se lo había planteado dentro del contexto de "la práctica" pero ella respondió que habría tiempo para todo, que ni bien pudiera acomodarse seguiríamos practicando. Una noche mirábamos tele en el sofá, mi padrino dormía, Martín estaba en una punta y yo en otra, mi madrina acostada en el medio. Ella descansaba su cabeza en mis piernas y Martín acariciaba sus piernas. Él fue el primero en irse a dormir, la película era pésima y aburrida pero pasado el rato Victoria ya me acariciaba la pierna, en la oscuridad la única lumbre era la tele. Ella la apagó, sentí que podría ser otro momento de gloria para mí, así como estaba giró un poco la cabeza y empezó a darle besos a mi entrepierna, no tardé en ponerme duro.

Creo que un poco ella también disfrutaba del peligro de ser descubierta, Me bajó un poco el pantalón, yo sólo me dedicaba a disfrutar, no pondría ningún pero. Ahora besaba y mordía levemente mi pija, la frotó un poco y sacó, me terminé bajando un poquito más el pantalón para más comodidad. Mientras me masajeaba los huevos aprovechó a darme unos besos y susurrarme "Si vas a acabar avisame".

Comenzó chupando los huevos, luego le daba pequeños besos al resto de la verga, era muy buena manejando progresiones en la estimulación, ahora le daba lengüetazos. Yo por dentro hacía el esfuerzo mental de no acabar, ahora metía mi glande en su boca, ahí lo dejó sin hacer nada, sólo tenía la cabeza de mi pija en su boca y se escuchaba su respiración, yo la tomaba por la nuca o por la cabeza. Sin moverse demasiado empezó a jugar con su lengua, hacía unos movimientos y paraba, y luego otros movimientos y así. Muy despacio empezó a chuparla, de arriba hacia abajo, lento, sin hacer mucha fuerza; yo sentía que podía acabar en cualquier momento, era demasiada buena, subió hasta mi oído para preguntar "¿Estás por acabar? siento que te late mucho", le dije que sí, pero esa mini pausa ayudó a calmarme un poco, siguió chupando un rato. Había estado unos cuantos minutos disfrutando y tratando de aguantar, le avisé que faltaba un poco, se quedó quieta recibiendo mi descarga en su boca, una vez finalizada la chupada se levantó y con pasos rapiditos se fue a escupir a la cocina mientras dejaba correr el agua.

_ No sabía madrina que te gustaba que te acaben en la boca
_ No es lo que más me gusta pero por amor al otro lo hago. Igual, no te enojes ahijado pero ahora fue para no manchar el sillón...

Mientras se hacía buches con agua yo me acomodé para irme a dormir. Ahora ¿por qué digo que las cosas se pusieron duras? Bueno, acá comenzó la parte incómoda, dos días después cayó mi padrino a casa justo en el horario que sabía que mi madre no estaba, tenía bastante aliento a alcohol, yo sabía que se juntaba con sus amigos, o quizá con su amante, quién sabe. Lo hice pasar, me costaba mirarlo con buenos ojos, me parecía un hijo de puta controlador.

_ Ay ahijado, estoy viejo para la joda, pero quería pasar a ver como venía todo, ya sabés a qué me refiero.
_ Viene todo tranquilo, normal...
_ Sabes que la otra noche... vi que Victoria te la chupó... Bastante arriesgado hacerlo en el sofá sabiendo que Martín podía levantarse ¿no? No te olvides del trato que teníamos, él no puede enterarse nada

Ahora su cara embriagada tomaba un tono amenazante pero lejos de intimidarme comenzaba a despertar cierta ira en mí.

_ Pero... volviendo al tema ¿Viste lo mal que lo hace? ja, no sabe chuparla, es media boluda...
_ No hace falta que te dirijas a ella de esa manera
_ ¿Por qué? si lo hace mal, lo hace mal ¿o no?
_ ¿Mal en base a qué o a quién? No hace falta que opines de ella ni menos que la trates de "boluda"
_ ¿Qué pasa? ¿Tan caliente estás que ahora la defendes a la putita esa? ¿Te vas a hacer el machito conmigo?

Me empujó de manera violenta a lo cual devolví el empujón con más fuerza. Agradezco las clases de artes marciales cuando más joven porque quiso pegarme una piña y logré esquivarlo, luego otra y al esquivarlo lo golpeé en el estómago, cayó al suelo. Quiso atacarme de nuevo pero me tiré sobre él e inmovilizándolo fui muy claro.

_ No es una boluda, no es una putita, es Victoria ¿estamos claro? Y una cosita más, el mundo es muy chico Adrián y yo ya sé todo de tu "compañero de trabajo"

Lo solté, parecía que se le había ido toda la borrachera, me miraba sorprendido. Lo dejé en el suelo y me puse de pie.

_ Ahora me vas a responder Adrián, ¿te calienta ser cornudo o esto te sirve para darte tu vida secreta?
_ Eso no te importa pibe...
_ En este momento no estás en condiciones de elegir si responder o no así que decime la verdad

Él seguía en el suelo tomándose el estómago y respirando como podía

_ Mirá, la verdad es que me encanta saber que otro se la coge, pero también sé que en la cama ya no somos lo que eramos, todos tenemos morbos y fantasías, sino no estarías vos encamandote con ella ¿no? Nadie es inocente pibe... Ahora... te pido que no levantes mucho la perdiz, Martín no sabe nada...
_ Tomatelas Adrián, no te quiero ver, y la próxima que hables mal de Victoria no voy a ser tan bueno, dale, andate.

Se fue algo dolorido, él pensaba que tenía todo bajo control pero no sabía que su hijo al menos ya lo había descubierto. Ni bien tuve la oportunidad de hablar con mi madrina lo hice, no tenía pruebas a mano pero pensaba decirle la verdad, a medida que ella me escuchaba ni me miraba, ni reaccionaba, tan sólo comentó "ya lo sabía".

_ Ahijado, gracias por hablar conmigo, lo sabía desde hace rato, no te dije nada porque entendía que no era algo para charlar con vos. No te olvides que yo estoy a cargo de esta casa, veo y leo todo, mientras Martín esté bien yo...
_ Martín lo sabe, sabe que él tiene un amante...
_ ¿Cómo reaccionó?
_ Lo detesta, y entre nos, aunque suene extraño... me confesó que le encantaría que lo hagas cornudo
_ Ja, Martín está raro... noté que no para de comerme con la mirada, y está más cariñoso, cosas de joven calculo yo.... Gracias...
_ ¿Te pusiste mal?
_ No ahijado... solo que siento que se viene oficialmente el fin de mi matrimonio... y es raro, siento que cuando estallen las cosas va a ser tremendo.
_ Creo que necesitas pensar en otra cosas....

Ella se encontraba parada contra la cocina, no dudé en tomarla de la panza, poco a poco bajé la mano para frotarle la entrepierna, ella cerró los ojos y se entregó, estábamos solos. Quería hacerle una paja pero me dijo que no porque no estábamos seguros en ese momento, Martín había salido a comprar, no teníamos tanto tiempo; sí la abracé, así nos quedamos un rato hasta que no tuve mejor idea que bajar mi mano para tocarle el culo y darle un apretón (una apretadita para no extrañar). Le empecé a bajar la calza, la dí vuelta y ella entregada me refregaba su entangado culo sobre la pija. No quería perder tiempo así que pelé la verga y se la metí, largó un buen gemido, agarrandola de las caderas la empecé a coger a un buen ritmo, pero sólo se la pude meter algún minuto o dos porque mi madrina sintió la reja de la calle. Así era, Martín había vuelto y nosotros en un ataque de rapidez nos subimos la ropa. Mi madrina estaba tensa, ya la conocía, de la nada le pidió a Martín que vaya a buscar algunas cosas al estudio de yoga, no le gustó la idea de tener que hacer delivery pero fue igual, enojado pero fue. Pasados unos minutos vino rápido hacia mí y me llevó a su cuarto; esta vez no había tiempo para práctica, sacó mi pija afuera y la empezó a chupar. No era la chupada suave de práctica, ahora era una chupada salvaje, debo admitir que si estaba enojada era un buen complemento porque esa mamada se sentía increíble (no es que fuera mejor, sencillamente diferente). Sólo la chupó un ratito, se bajó la calza y se puso en cuatro al borde de la cama, apenas apoyé la punta de la pija en su concha ella se tiró para atrás para metersela toda, estaba desesperada. No quería acelerar para no acabar rápido pero ella se movía pareciendo exigir, no sé de donde saqué fuerzas pero le dí duro; cinco minutos, el round de campeonato. Apenas sentí la sensación saqué mi verga y le tiré la leche en el culo, un chorro cayó en su remera, me pidió papel para limpiarse.

Un buen rato después llegó Martín con las cosas que había pedido mi madrina, se lo notaba algo abatido y me pidió que lo acompañe a dar unas vueltas, nos sentamos a fumar en la plaza. La charla venía bien cuando sentí que el tono cambiaba.

_ ¿Sabes Julián? Cuando te conté todas las cosas que te conté, de mi mamá, de mi papá, sentí que podía confiar en vos, nunca fuimos muy amigos pero... sentí que podía ser esta la vez...
_ Sí boludo, obvio que podés confiar en mí
_ No, me di cuenta que no, o no sé... vos me sabrás decir
_ ¿Eh?
_ Volví a preguntarle algo a mamá porque no recordaba, la puerta de la pieza estaba abierta ¿sabes?
_ Martín...
_ Y ahí estabas vos, cogiéndotela, y no entiendo, quiero saber la verdad, ¿vos te aprovechaste de todo lo que te conté para cogertela? Pensá bien lo que vas a decir porque te estoy dando la oportunidad de responder antes de romperte la cara.

Tomé aire y conté detalle a detalle todo lo sucedido, de principio a fin (no los detalles sexuales sino los situacionales), Martín escuchaba atentamente y los detalles situacionales devinieron en querer saber los sexuales pero la verdad no quería ahondar en eso.

_ Te creo... aunque me cueste te creo... ¿y sabes qué? Me parece perfecto, cada día detesto más al hijo de puta de mi papá... ¿te la cogiste muchas veces?
_ Mirá, no las tengo contadas... unas pares de veces...
_ Ella se tiene que separar, no sé cómo, pero se tiene que separar...

Nos quedamos charlando un rato más, se hacía tarde, eramos dos tipos en contra de ese mentiroso de Adrián, tenía un aliado pese a saber lo que hacía con su madre, y ella, bueno... ella era todo lo que yo deseaba.

1 comentario - Terapia con mi madrina IV

diegoprey +1
uff..terrible historia...todos los condimentos para q la bomba explote en cualquier momento...jeje...van 10pts y saludos...