Madre puta (11)

Hola Gustavo,
¿Qué tal va todo por allá? Espero que todo te vaya bien. Acá en Zaragoza ya ha empezado el verano y estos días está haciendo mucho sol y un calor espantoso aunque yo no me quejo ya que para mí esta es la mejor época del año. ¿Que por qué? Por varias razones.
En primer lugar, cuando llega el verano, con este sol y calor, mi madre se pega casi todo el día tomando el sol en el jardín, lo que me proporciona muchas ocasiones para contemplarla en pelotas, pues ella suele tomar el sol completamente desnuda o, todo lo más, con un minúsculo tanga que apenas le tapa la concha, lo cual casi resulta más excitante que verla desnuda. Y no te creas que le importa que algunos vecinos puedan verla desnuda, que va. Yo creo que eso incluso le excita.
Como comprenderás después de pegarme el día contemplándole la concha, el culo y las tetas yo me quedo en un estado de calentura constante y no paro de pajearme a su salud.
En segundo lugar, tengo comprobado que cuando llegan a estas fechas a mi madre le aumentan las ganas de chingar, con lo que aumentan también mis posibilidades de pillarla cogiendo con otros hombres. De momento aún no la he pillado todavía pero sé que no tardará mucho, pues es incapaz de pasar mucho tiempo sin una buena sesión de joda y es ahora, en verano cuando tiene más oportunidades para engañar a mi padre ya que suele ir mucho a las piscinas y allí conoce a muchos hombres. Y cuando vamos a la playa no veas, allí es que no para. Una vez vi a mi madre en la playa cogiendo con dos hombres a la vez y siendo doblemente penetrada por el culo y por la concha y gozó como una loca. Ya te contaré eso en otra ocasión.
Además, al tener yo vacaciones también dispongo de más tiempo libre para espiarla y seguirla aquí en la ciudad. Mientras estamos aquí, mi madre suele frecuentar las barras americanas. Aquí en Zaragoza hay varias y es ahora, en verano cuando funcionan a pleno rendimiento. Sé, por otros años, que mi madre frecuenta este tipo de locales pues allí es fácil encontrar a hombres con ganas de cogerse a una buena zorra. Más de una vez he seguido a mi madre hasta uno de esos locales y he podido ver como actúa. Espero que este verano también se repita.
En cuanto la descubra haciendo algo te lo contaré.
Y en cuanto a tí ¿qué tal con tu madre? ¿has vuelto a pillarla de joda con algún otro hombre? Me gustó mucho en tu historia cuando contaste como tu tío la cogió por el culo ¿le gusta mucho que la cojan por el culo? A mi madre le encanta que le revienten el culo con una buena pija, cuéntame si a la tuya le pasa igual y cuáles son las cosas que más le gusta hacer. Otra cosa que a mi madre le encanta es hacer mamadas, ya te dije que en el otro piso donde vivíamos la llamaban "Tere la mamona".
También me gustaría que me contaras otras cosas como cuál es el acto sexual más excitante o más obsceno que la has visto realizar o con cuantos hombres la has visto chingar a la vez. También cuéntame si has tenido alguna otra experiencia como esa que me contaste en que pudiste meterle mano a tu madre mientras dormía. Yo no he hecho nada parecido pero te confieso que mi madre me vuelve loco y sí que suelo espiarla a escondidas mientras se ducha pues me excita mucho verla bajo el agua de la ducha y frotándose todo el jabón por las tetas y la concha. A veces hasta me pajeo allí mismo casi delante de ella. Otra cosa que me excita mucho es ver su ropa interior, ya que alguna prendas suyas como bragas o tangas me traen a la memoria las sesiones de joda en que la he visto vestida con esas prendas (cuando las lleva, pues muchas veces mi madre suele ir vestida sin bragas ni nada debajo). Cuentame si ha ti te pasa algo parecido.
Si te interesa a ti también saber cualquier cosa sobre mi madre o sobre mí, pregúntamela que no tardaré en contestarte. Espero que te guste la historia que te mando hoy sobre mi madre. También sucedió de verdad, hace unos años, cuando vivíamos en nuestra anterior casa. En cuanto pueda te seguiré contando otras ocasiones en que he pillado a mi madre en plena chingada ¡han sido tantas!
Saludos,
Ricardo
P.D.: Recuerda que mi nuevo e-mail es:

argos_jan@hotmail.com
Hola Gustavo. Ya habrás podido comprobar por lo leído hasta ahora que, tal como te dije, mi madre es una gran puta. Yo jamás hubiera pensado que pudiera gustarle tanto la pija y la joda pero ambas cosas le vuelven loca. Supongo que el hecho de que mi padre no pudiera chingarla como es debido explican en parte sus ansias de pija pero supongo que hay otras mujeres a las que sus maridos no las chingan y no por ello se acuestan con el primero que pueden.
Además no es que mi madre sólo se acostara con el ex-jefe de mi padre y con quienes él traía a casa sino es que si entretanto también se le ponía algún otro hombre a tiro también se lo chingaba. Era incansable, nunca tenía suficiente pija y a veces tenía incluso cuando no quería.
Ya te conté que en el edificio donde vivíamos las otras vecinas llamaban a mi madre "la mamona". No me costó mucho enterarme del por qué. Al parecer alguna de aquellas vecinas la había pillado un día haciéndole una mamada al portero de nuestro piso.
La verdad es que me quedé sorprendido ¡mi madre y el portero! No sabía que podía haber visto mi madre en él. Por lo menos, los otros tíos con lo que mi madre se acostaba eran ricos o bien jóvenes y con una buena pija, así que no me lo explicaba.
El portero de nuestro piso era un tipo que se llamaba Benón. Era bastante mayor que mi madre, con el pelo canoso cortado a cepillo y era un tipo basto y sin educación. Fumaba como un carretero y siempre lo podías encontrar en la portería leyendo alguna novela barata del oeste u hojeando alguna revista pornográfica. Más de una vez lo pillé pajeándose por debajo del mostrador de la portería.
En suma, era un tipo bastante desagradable y estaba casado con una mujer que era espantosamente fea. Si era cierto que el tipo se chingaba a mi madre desde luego era un buen cambio y se lo debía estar pasando bien.
Yo me decidí a comprobar si lo que había oído sobre mi madre y el portero era cierto pero pasé bastante tiempo sin poder averiguar nada. Mi madre seguía viéndose con el ex–jefe de mi padre en nuestro piso pero con el portero nada. Al fin, un día, descubrí lo que pasaba. Mi madre no se veía con el portero en nuestro piso sino en otro sitio: en el garaje del edificio. Lo descubrí porque noté que muchas noches a la hora en que el portero sacaba la basura, mi madre salía diciendo que se había olvidado bajar algo u otra cosa y no regresaba hasta pasados unos diez minutos, cuarto de hora. A veces ponía como excusa que se había encontrado con una vecina y había estado un rato hablando y otras que había estado en el piso de al lado, etc.
Una vez que descubrí lo que pasaba no me resultó difícil descubrir donde se citaban. Cuando el portero recogía la basura pasaba primero por un cuarto grande que hay en el garaje donde estaban las calderas y donde además de algunas herramientas, se guardaban lo contenedores y los grandes cubos para poner la basura. Entonces los sacaba, los ponía en el montacargas e iba piso por piso recogiendo la basura. Pero, por lo visto, antes de empezar a hacer todo eso se tomaba un rato para chingar a mi madre.
Como ya sabía dónde se citaban y a qué hora, pues la basura se sacaba cada noche aproximadamente a la misma hora, hacia las diez y media, fue fácil espiarlos, bastaba con regresar más tarde a casa y entrar por el garaje en vez de por la puerta principal.
El día en que por fin los pude espiar estaba yo oculto en el garaje y vi que Benón estaba esperando delante de la puerta del cuarto de calderas. Al rato bajó el ascensor y salió mi madre. Benón la agarró con muy malos modos y casi a la fuerza la metió en el cuarto.
No cerraron la puerta y yo me metí detrás de ellos. Ellos se habían ido hasta la pared del fondo y yo me escondí tras un contenedor de basura que apestaba, pero me daba igual, quería verlo todo.
Benón había arrinconado a mi madre contra la pared del fondo y le había bajado los pantalones y las bragas hasta los tobillos. La besaba en la boca con frenesí y le debía estar metiendo la lengua hasta las amígdalas. También le había subido el jersey hasta los hombros y en ese momento le agarraba o más bien le estrujaba las tetas con las dos manos y se las chupaba y mordía. También le metía la mano entre las piernas y le apretaba la concha. Mi madre se dejaba hacer todas aquellas cosas a pesar de que la trataba casi con brutalidad.
Entonces Benón se abrió la cremallera del mono de trabajo y se sacó la pija fuera y obligó a mi madre a arrodillarse delante de él al tiempo que le decía: "Venga, puta, ahora chúpamela, hazme una buena mamada. Venga métetela en la boca y chúpamela que ya tardas, hazme un buen trabajito, anda."
Mi madre abrió la boca y se metió toda su pija dentro. He de decir que Benón, a pesar de ser mayor estaba bastante bien dotado, tenía una buena pija. Mi madre empezó a chupársela de arriba abajo manteniendo sus labios apretados alrededor de la pija. Le estaba haciendo una mamada de las que hacen época. Mi madre le chupaba la pija con gran ardor y dedicación y Benón estaba en la gloria: "¡Eso es! ¡Eso es! ¡Aaaahhh! ¡Qué bien la chupas, so puta! ¡Sigue así, sigue así!".
Mi madre aceleró el ritmo de sus chupadas, arriba y abajo de la pija, cada vez más deprisa y al poco el Benón le echó toda la guasca en la boca. Mi madre se trago su guasca y luego limpió la cara con un kleenex y entonces se levantó e hizo ademán de marcharse pero Benón la retuvo agarrándola por un brazo. "¡Adónde te crees que vas! ¡Aún no he terminado contigo, so puta! ¡Ahora quiero follarte!". Mi madre estaba nerviosa y le dijo: "¡No! ¡No hay tiempo! Si no subo en seguida sospechará algo". "¿Ah, sí? –le contestó Benón con sorna- Pues si no dejas que te folle ahora mismo entonces sí que sabrá algo, ¡sabrá lo puta que es su mujercita y lo de todos esos tíos que no paran de entrar en su casa! Venga, seguro que a una tía tan puta como tú no le costará mucho volvérmela a poner dura".
Así que esa era la razón por la cual mi madre cogía con el Benón. El muy cabrón le estaba haciendo chantaje. No era raro que se hubiera enterado pues al ser el portero debía estar al tanto de todas las idas y venidas de hombres al piso de mi madre cuando mi padre no estaba. Bien, pues si quería que mi madre le hiciera un buen "trabajito" a cambio de su silencio, lo había conseguido. Se notaba que a la puta de mi madre le convenía tenerlo contento porque no protestó más y le obedeció sin rechistar.
Benón tenía razón, a mi madre no le costó volvérsela a poner dura, se notaba que tenía prisa porque se la chupaba y frotaba con la mano con verdadero interés y, al poco, la pija de Benón volvió a estar en condiciones.
Entonces fue mi propia madre la que se volvió de cara a la pared y se apoyó en ella ofreciéndole su concha y su culo para que se los chingara, apresurándole. "Vamos, vamos –le decía- si eso es lo que quieres métemela ya, date prisa, fóllame, vamos".
Benón se dirigió hacia ella con su pija en la mano con tranquilidad. "Calma, calma –le dijo- las cosas o se hacen bien o no se hacen y yo te quiero follar bien follada. Quiero disfrutarlo a tope y quiero que tú también disfrutes, putita".
Entonces la agarró por las caderas y le metió su pija dentro de la concha y mi madre exhaló un gemido de placer. Benón empezó a chingársela poco a poco, metiéndole y sacándole su pija de la concha con lentitud, como si quisiera saborear cada una de las metidas. A mi madre aquello la exasperaba porque estaba nerviosa por volver a casa cuanto antes así que le gritaba: "¡Vamos! ¿A qué esperas? ¡Arréame con fuerza, cabrón! Dame con fuerza ¿es que no eres hombre o qué? ¿no querías follarme? ¡Pues fóllame, cabrón! ¡Fóllame toda, vamos!".
Aquello dio resultado porque Benón se picó y le dijo: "¿Con que eso es lo que quieres eh, puta? ¡Ahora vas a ver si soy hombre o no, zorra!" y empezó a penetrarla con fuerza a lo bestia.
Mi madre empezó a animarle con sus gritos pues quería que Benón se corriera lo antes posible, aunque tal vez también gozase, pues ya te he dicho que Benón tenía una buena pija y aquellas metidas le tenían que estar dando gusto por fuerza. Además ya te he dicho también en alguna ocasión que, por lo que yo había podido ver, a mi madre le gustaba que la chingasen duro, fuerte.
Mi madre gritaba: "¡Muy bien! ¡Muy bien! ¡Así, cariño, así! ¡Dame fuerte, dame fuerte! ¡Métemela toda dentro! ¡No pares, no pares! ¡Sigue, sigue!"
Al parecer sus gritos daban resultado porque Benón no paraba de chingarla cada vez más rápido y con más fuerza. Resoplaba y jadeaba, y ese esfuerzo unido al calor que hacía en el cuarto de calderas hacía que sudase copiosamente.
"¡Qué puta eres! –le decía- ¡Te gusta, eh! ¡No tienes bastante con esos hombres que van a tu casa, eh! ¿Necesitas más pija? ¡Pues toma! ¡Toma!". Hubo un momento en que Benón se paró a tomar aliento pero mi madre le dijo: "¿Qué haces? ¡No te pares ahora! ¡No me dejes así! ¡Haz que me corra, vamos! ¡Sigue metiéndomela! ¡Quiero sentir tu pija!" y entonces Benón volvía a reanudar la chingada con más fuerza que antes, y mi madre venga a gritar "¡Oh, sí! ¡Oh, sí! ¡Sigue, macho mío, sigue!"
¡Será puta!, pensé. Desde luego había que reconocer que mi madre sabía como exprimirle la pija a un tío, se notaba que la muy guarra tenía mucha experiencia chingando.
Estaba claro que Benón no iba a poder seguir aguantando aquel ritmo durante mucho tiempo y al poco rato empezó a gritar de gusto soltando toda su guasca dentro de mi madre por segunda vez sólo que ahora dentro de su concha en vez de en su boca. Mi madre también gemía dejando a las claras que también estaba disfrutando aunque fuera a su pesar. Yo también me corrí y solté una abundante lechada en un rincón del suelo.
Benón le sacó la pija de dentro de la concha. Su tranca ya había perdido toda su rigidez y pendía fláccida entre sus piernas. Mi madre permaneció unos segundos apoyada con la pared con su concha todavía goteando leche. Benón se subió la cremallera y le dijo: "Muy bien, puta. Esta vez te has superado, parece que ya vas aprendiendo... Ya sabía yo que acabarías gozando. Bueno, ya sabes, si no quieres que tu maridito se entere de lo puta que eres, más te vale seguir portándote tan bien como hoy ¿me has entendido?".
Mi madre le dijo que sí, que no se preocupara, y entonces se volvió a colocar bien la ropa y se marchó. Yo subí a casa poco después que ella y su comportamiento parecía perfectamente normal. Mi padre no había sospechado nada pero, mientras veía como se movía por la casa, yo sabía que aún conservaba la leche de Benón dentro de su concha y eso me excitaba mucho. Tanto, que fui al baño y me hice otra paja.
Mi madre siguió "portándose bien" con Benon (por la cuenta que le traía) y, gracias a su chantaje, nuestro portero estuvo disfrutando de mi madre durante todo el tiempo que vivimos allí (ahora vivimos en otra casa). Supongo que para ella no supuso mucha diferencia dejarse chingar por un tipo más o menos. Total, ya se la habían chingado tantos hombres.
Yo ya me había acostumbrado hacía tiempo a la idea de que mi madre era una auténtica zorra y el hecho de que Benón se la estuviese cogiendo sólo suponía que tendría más oportunidades para verla chingar, con lo que por mí encantado. Oportunidades no me faltaron pues Benón era un auténtico salido. Ya te he dicho que su mujer era espantosamente fea y que él se pegaba muchos días leyendo revistas pornográficas. Y cuando estaba tan excitado que ya no podía más, esa noche hacía bajar a mi madre al garaje y cogía con ella a gusto. Yo no sabía cómo hacían para citarse pero me bastaba con ver que mi madre se ausentaba para saber a donde iba. Entonces, disimuladamente, yo también bajaba al garaje, aunque no lo hacía por el ascensor, pues me habrían descubierto fácilmente sino que bajaba hasta la puerta principal, salía a la calle y una vez allí, entraba por la entrada de los coches y de allí iba hasta el cuarto de calderas

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