Como descubrí el Ballbusting

Este es un relato real de como descubrí esta práctica y porque me ha dado tanto placer.

Para los que no conocen el término, el ballbusting es un fetiche o práctica que consiste en causar dolor en los testículos, ya sea mediante palmadas, golpes, rodillazos, apretones, etc. Acordé al nivel de dolor que cada persona pueda tolerar.

Lo usual es que sea una mujer la que golpea, aunque no todos los hombres necesitan que sea así. En mi caso como descubrí mas adelante si es algo indispensable que sea una mujer quién lo haga.

Para iniciar, debo aclarar que en general no soy alguien que disfrute el dolor, y nunca pensé que pudiera encontrar placer en esta práctica. Como cualquier hombre cada que por alguna razón me ha tocado recibir un golpe bajo he lidiado con ese dolor indescriptible que causa y como a todos en mas de una ocasión terminé hincado en el piso hasta que se pasara.

Sin embargo, por alguna razón siempre fue una sensación que aunque dolorosa me daba curiosidad, no recuerdo exactamente en que momento la empecé a sentir, pero me intrigaba saber el porqué dolía así y sobre todo que tanto podría tolerar. Así que durante la adolescencia hice algunos “dolorosos” experimentos para conocer mas la sensación y probar límites.
En alguna ocasión durante la secundaria, sucedió que jugando pesado con una amiga se le escapara un golpe directo a mi entrepierna que obviamente me obligó a detenerme mientras pasaba el dolor, y al ver su expresión entre pena y risa empece a preguntarme que pensarían/sentirían las mujeres al ver un golpe bajo y sobre todo al darlo. Si imaginaban el dolor, si les provocaba pena o curiosidad. Y esa idea me provocaba sensaciones extrañas que aún no relacionaba con excitación sexual.
Por supuesto, eran pensamientos de adolescente y que no me atrevía a compartir con nadie pues aún no sabía que había un fetiche o práctica relacionada a esto.

Pasaron los años, y fue durante la carrera que volví a tener dichas sensaciones. Tenía una amiga con la que había cierta atracción mutua, pero que por circunstancias nunca hubo una relación entre nosotros. Sin embargo, había mucha confianza a nivel físico y nos provocábamos constantemente.
Justo esa confianza y provocación causaban un estado constante de excitación en ambos a lo que se sumó que jugábamos muy pesado y por supuesto un día sucedió que tiro un golpe que me impacto directo en los testículos, obviamente me dolió y ella muy apenada se disculpó.
Como siempre estábamos jugando así, esta escena se repitió mas de una ocasión y ella siempre se disculpaba y esperaba a que me recuperara. Dado que pasaba seguido, en un punto ella lo tomó como su movimiento de escape por lo que cuando iba perdiendo buscaba la posición en la que pudiera darme un golpe bajo. Tras lo cual obviamente se reía mientras yo sufría pero siempre me compensaba posteriormente permitiéndome tocar sus pechos o algún otro contacto placentero para mi.
Yo me acostumbre a esto y cuando jugábamos ya sabía que en algún punto me golpearía los testículos tras lo cual habría alguna compensación placentera. En algún momento pensé que esto condicionó a mi cerebro a relacionar el dolor con el placer. Pero como ya conté más arriba, ya tenía la curiosidad solo no había experimentado lo suficiente.
En este punto la expectativa del golpe bajo provocaba una excitación adicional que no entendía, y que incluso me daba algo de pena admitir que parte de mí esperaba esa sensación por lo que me negaba a creer que era excitación. Pero creo que ella lo entendió sin que yo se lo dijera y también disfrutaba ese momento de golpear y sobre todo ver y sentir mi reacción.

Tiempo después, ya trabajando, durante un viaje fui con los compañeros a un table dance, men’s club o como se llame en dónde me estén leyendo. Fue una visita usual, la chica que me atendió muy hermosa y muy alegre. Y fue justo ella quién quitó el último clavo de la caja que guardaba mi excitación.
Como es costumbre en esos lugares, después de la usual plática inicial y caricias para ir provocando, pase con ella al privado. Estando ahí en la cabina empecé a acariciarla y a excitarme. Se sentó sobre mi regazo dándome la espalda para que pudiera acariciar sus pechos, al tiempo que comenzó a rozarse sobre mí.
Estaba a tope de excitación y justo en ese momento, sin ningún aviso, !Pafff¡ me soltó una palmada directo a los testículos. No supe como reaccionar, claro que sentí dolor, pero al mismo tiempo un placer inmenso, además de que la sensación incremento en un instante mi erección que ya de por sí estaba a tope.
Seguí tocándola y ella al sentir que tolere el golpe y que me excite mas. Repitió la dosis, otra palmada firme y seca. Pensé que el dolor sobrepasaría mi excitación pero no fue así. Nuevamente incrementó el placer.
Habiendo probado que podía con la sensación, empezó a dar palmadas un poco más leves pero constantes al tiempo que me rozaba con su cuerpo. El dolor y el placer alcanzaron una cúspide simultánea y me vine fuertísimo.
Al principio no me pude explicar como es que disfrute el dolor, así que empecé a experimentar. Poco a poco con ayuda de quién tiempo después se volvió mi pareja fui probando diferentes formas de estimularme con el dolor. Claro que hubo intentos fallidos muy dolorosos pero en general fueron muy placenteros.
Hoy en día es una práctica usual cuando tenemos relaciones sexuales. El juego previó siempre incluye como mínimo palmadas y apretones y estoy buscando tolerar más poco a poco para llegar a impactos más fuertes como puñetazos o rodillazos. Lo hemos intentado pero el dolor aún supera la excitación.
Algo que si he comprobado es que para mi si es necesario que sea una mujer quien golpea mis testículos. La sensación que me causa el saber que ella no puede saber lo que siento y las reacciones que tienen son un detonante muy fuerte en mi excitación.
Hasta aquí este relato. Se que tal vez no sea muy excitante y espero no haya sido aburrido ya que mucho de esto paso en la adolescencia y viéndolo años después puede parecer tonto lo que uno pensaba a esas edad.
Además intente enfocarme en las experiencias que me fueron indicando que la clave de mi placer estaba en un dolor que los hombres usualmente buscamos evitar.

Quería compartirlo y saber que opinan o si tienen experiencias similares o preguntas al respecto estoy abierto a contestarlas.

Un saludo y gracias por el apoyo.

1 comentario - Como descubrí el Ballbusting

laucha_V8 +1
M encanto leerte, senti todas tus emocones. Hace no mucho empece a experimentar con el ballbusting y creo que una de las cosas que mas me ponen es el echo de que ellas se rian y disfruten el dolor, ver que eso las inspira para seguir dando golpes.
Espero mas aportes como este, ojala existan mas personas que compartan esta practica y compartan sus experiencias
JBlood2
Gracias. A mi me prende el morbo de que no pueden saber el dolor que me causan y eso les da risa, pena y curiosidad.
laucha_V8
Si tenes mas experiencias para contar hablame al md