Haciéndole un favor a mi ex 3

Despues de su intenso orgasmo estaba muy agotada, respiraba profundamente y hablaba entrecortado, su cuerpo aún tenía algunos espasmos y notaba como su estrecha vagina se contraía, mis manos la acariciaban por todos lados muy suavemente, necesitaba que se recuperará y ansiaba que pidiera mi verga, que por cierto estaba al máximo, sabía que ella sentiría todo mi grosor pero igual estaba tan excitado que no duraría mucho antes de correrme en esa estrecha vagina, me recosté junto a ella y miraba sus mejillas enrojecidas, su piel blanca contrastaba demasiado y sus pezones rosados se habían tornado más abultados, mis dedos los frotaban lenta y suavemente
- que rico estuvo, entrecortada se escuchaba su tierna voz, con razón mi prima te montaba tan seguido
- mira que bien enterada estabas y yo no me había dado cuenta
- me lo imaginé dijo ella sonriendo, era pequeña pero ya provocaba tocarme a todas horas, cada que tenía oportunidad me acariciaba imaginándo que me cogías con mis piernas en tus hombros
Mientras tanto yo me coloque en posición de misionero, quería tener en primer plano esa blanca carita angelical mientras sentía mi verga entrando en su estrecha cavidad, ella miro hacia abajo y sus ojos verdes se abrieron con algo de asombro y angustia, la bese tiernamente -no te preocupes, lo haré despacio y con cuidado, al tiempo que me besó -Meteme tu verga, metemela ya, quiero ser tuya ya!!!
Coloque mi glande ancho, duro y deseoso de esa caliente y estrecha vagina, lentamente y sin detenerme la fui metiendo, sentía su apretada vagina ir abriendo lento y algo doloroso, lo notaba en su carita pero ya no había vuelta atrás, si la sacaba habria sido más incómodo para ella y mi deseo no me lo permitía, al poco tiempo ya tenía tres cuartas partes de mi verga dentro, yo presionaba mi miembro de a poco para lograr que entrara completo pero no quería lastimarla, así que comencé a besarla y acariciar sus hermosos senos mientras mi pene permanecía inmóvil dentro de ella, relajarla con caricias y besos miéntras se acostumbraba a mi miembro, me hizo recordar a su prima siendo desvirgada por mi, aunque ella lo paso un poco peor la primera vez, la sangre y el dolor le hicieron derramar un par de lágrimas pero nos fue compensado con sus primero orgasmos y mi primer vez corriéndome dentro de ella, pero está vez era diferente, después de su primer orgasmo que le regaló mi lengua y la relajación que dieron mis manos con caricias le hizo pedir pronto que me moviera, el tan deseado vaivén de mis caderas comenzó a tomar ritmo, incómodo al principio para ambos, realmente me apretaba bastante, su vagina pronto se humedeció más de lo que ya estaba y el calor que me hacía sentir en la punta de mi pene lo mantenía deseoso de seguir penetrándola, pronto la velocidad fue mayor y sus gestos de dolor se transformaron en placer, su garganta emitía sonidos que mis oídos recibían como órdenes de acelerar y aplicar más fuerza
En minutos ya la tenía gozando de mis embestidas cada vez más rápidas y fuertes, sus gemidos eran más sonoros conforme el ritmo se volvió más salvaje, entonces ya no solo gozaba, exigía, -Mas duro, dame más duro!!!, Si así, cógeme, cogete a tu puta, dámelo todo!!!
Yo solo seguía esas órdenes y me concentraba en aguantar más, su vagina estrecha me hacía débil ante la inminente corrida, sabía que no resistiría mucho y mi unica salida era cambiar de posición, su cara demostraba el placer que estaba sintiendo e incluso yo comencé a gemir cosa que pocas veces me pasa, ella previo mi salida y me rodeo con sus piernas con bastante fuerza para su pequeño cuerpo -damela toda, no me la saques, dame toda tu leche, no necesitaba pedírmelo ya era inevitable pero me hizo terminar tan intenso con su petición que termine llenándola de mi semen en abundancia, eso desató en ella un intenso orgasmo, sus piernas me apretaban con más fuerza y sentía en mi pene sus contracciones y a su vez cada lechaso que seguía derramando dentro suyo.
Un buen tiempo paso entre nuestro orgasmo y volver a emitir sonidos, pronto salieron las primeras palabras de mi boca -te gusto nena?
-me encantó, mejor de lo que imaginé.
-fue el primer round hermosa, hoy te voy a dar hasta que ya no se me pare
-que rico mi amor, dijo ella.
Seguia dentro de esa vagina caliente y rebosante de leche, si bien mi pene había perdido dureza no se encontraba flácido aún, retrocedí un poco y lo volvía a meter para derramar cada gota de mi semilla dentro de ella, el riesgo de embarazo ya estaba ahí, así que había que disfrutarlo entonces.
-dejame ver tu verga me dijo. Lentamente la saqué mientras veía su deliciosa panochita húmeda, sus flujos y mi semen se desbordaban de dentro suyo, hasta su rubio vello púbico estaba humedecido, note unos pequeños trazos de sangre que salían junto con mi semen y se derramaban de su vagina, ella se apresuro a recoger el exceso con sus dedos y los llevo a su boca, unos segundos tardo en disminuir el diámetro de su vagina mientras seguía expulsando lechita y ella seguía llevándola a su boca, cuando con más rapidez se incorporo y llevo su boca a mi pene semi erguido, lo chupo y lamió con fuerza y mi sensible glande tenía intensas descargas, se separó de mi con un poco de semen en su barbilla -toda está leche es mía y no se va a desperdiciar nada, su dedo índice se encargo de llevar esas gotas de semen hacia sus labios y se lamió el dedo de forma muy provocativa -que rica leche caliente le diste a tu gatita puta.

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