Post-Nochevieja

Las fiestas de Nochevieja siempre han sido especialmente locas. Es habitual coger un bono para beber en un par de locales y pasas la noche entre un lado y otro.
En España a las 00:00 del 1 de enero tomas las 12 uvas, brindas con champán y te preparas para ir al centro.
Sobre la 1:30-2 llegas a los bares y comienzas a felicitarte con todo el mundo.

A las 4 ya todo el mundo lleva un buen rato de fiesta y ya ha perdido un poco el control.

A las 7 quien queda está tan bebido y cachondo que casi no tienes que mediar palabra.

Esa noche estuvo tan bien como de costumbre. En un punto dos señoritas nos empezaron a bailar al lado y a restregar el culo, asi que tras un par de copas una nos dijo que vivía al lado y subimos ellas dos y yo y otro amigo.
Allí mi amigo y yo nos podríamos haber separado, pero cuando en el ascensor cada uno nos empezamos a besar con una, pero la otra torció el rostro y besó al otro, vimos que en esta jugábamos en equipo.
Con las dos chicas tumbadas en la cama una al lado de la otra con las piernas abiertas mi amigo y yo nos las empezamos a follar hasta que empecé a mirar a la otra.
-Cambio?
-Vale
Chocamos la mano, se la sacamos del coño a la chica con la que estábamos y fuimos aprisa a metérselo a la otra.
Íbamos corriendo como si la cosa se fuera a enfriar o algo.
Seguimos así hasta un rato y cuando llegaron las 8 de la mañana y todos estábamos satisfechos nos fuimos mi amigo y yo de esa casa.
Yo me fui a intentar dormir un poco, porque en unas horas tenía una comida familiar de año nuevo.
Llegué a casa a las 8:45 y me desperté a las 10 para montar en el coche y hacer los 130 kilómetros hasta el pueblo de mi familia.
Allí estaban todos mis tíos, primos, etc. Me vieron con cara cansada, pero como no era el único, el comentario general era:
-Te lo pasaste bien anoche. Eh.
Tras la comida y la sobremesa, echamos una partida de bingo.
A la segunda yo dije que los dejaba, que me iba fuera a fumar.
Salí a la calle en puro invierno y paseé mientras fumaba un par de cigarrillos.
Al doblar una esquina había un pequeño parque infantil al lado de una escuela y allí unos bancos.
Estaban vacíos, lo único que vi pasar era un anciano con un perro, así que me senté en el banco y estuve un rato descansando.
Escuché un calzado de goma que se iba acercando y abrí los ojos. Era una chica con un vestido de noche con tacones, que estaba pisando el césped del parque con torpeza.
Como no había nadie más se quedó mirando cuando pasaba a mi lado y yo la miraba.
-Qué haces aquí el día de año nuevo
-Descansar un poco de la noche de ayer
-Yo estoy volviendo a casa ahora
-Guau. Son las 4 de la tarde
-Estábamos unos amigos en una nave, nos quedamos dormidos y me he despertado hace un rato
-Buen plan
-Cómo te llamas?
-Jesús, y tu?
-Yo soy Jessica, de Paraguay
-Ah mira. No conocía a nadie de Paraguay hasta hoy
-Y más que conocer?
-Cómo?
-Es que verás. Ya te he dicho que anoche nos dormimos en la nave. Y al final no pude estar con nadie. Y sigo un poco cachonda. A si que a ver si me podrías ayudar
-Claro. Dónde quieres?
-En casa está mi familia, asi que qué te parece ahí
-En el colegio?
-Sí. Nos saltamos la verja y lo hacemos ahí. No nos va a ver nadie
-No hay alarma?
-Tranquilo. Ya lo he hecho más veces
La ayudé a saltar la valla, que estaba algo alta para su altura, y salté yo después.
Se abrió el vestido y dejó caer sus grandes tetas, que no había adivinado viendola antes.
Me abre la bragueta y restriega  mi polla entre su pezón mientras se va poniendo duro. Cuando mi polla está a fuego, separa sus tetas y la coloca entre ellas empezando a frotar.
-Ya la tienes muy dura
Se levanta la falda del vestido y mete su dedo en el ojete.
-Puedes metérmela en la cola?
Restriego un poco la polla por su orto, que no está muy abierto de momento. Meto la puntita y la agarro las tetas por detrás, poco a poco se va abriendo  y ella chilla un montón
-Que nos van a oír
-Sigue
Al final me vengo y me saco el condón. Ella no coge y se lo pone en la frente.
-Ahora fóllame el coño
-Si? No me quedan
-Da igual. Tomo píldora
-Vale. Vale
Se abre las piernas y me hace pinza.
-Correte!
Tras ese polvo la ayudé a saltar de nuevo la valla, nos despedimos, nos deseamos buen año y volví a casa de mi familia.
Allí un tío me dice:
-Pero cuántos cigarros te has fumado?
Esta es la historia de un año que no pudo empezar mejor. Ese año, por cierto, fue hace 5 más o menos. El verano pasado fui a estar unos días con mi familia y volví a ver a Jessica que tenía a un niño pequeño de la mano.
Fui asustado a verla y me dijo que tranquilo, que era de otro chico que se folló después y con el que en este tiempo se había casado.
De todos modos eso no la cortó el volver a envolver mi polla entre sus tetas. Jessica la paraguaya tetona, siempre en mis recuerdos
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