Ojitos azules

Esta es la historia de Fran, un joven bastante fachero que se está iniciando en su vida sexual y en el proceso va a conocer muchas experiencias, llenas de amigas, amigos, deporte, viajes y por supuesto, muchas historias sexuales. Es un ficción, aunque puede estar basado en algún que otro hecho real...




Capítulo 1: Introducción


- Dale Fran, decime la verdad-  Miguel me preguntaba por enésima vez. Y por enésima vez, mi respuesta fue lamisma.
- Te juro que no, Migue. Aunque me gustaría, la verdad esque todavía no.
- Daaale gil… ¿Cómo puede ser que con tremenda facha todavíano hayas cogido?- me respondió Migue, medio en joda pero también en serio.


La verdad es que en eso tenía toda la razón. Yo nunca mecaractericé por mi humildad, pero hasta los que me odian (que son más de uno)lo reconocen: soy un pibe muy fachero. Es verdad que no soy alto (apenas sipaso el 1,70m), pero tengo un cuerpo bastante trabajado y marcado. Mi caratiene buenos rasgos, delicados pero a la vez varoniles. Mi pelo es ondulado yme llega al hombro, y hace un par de meses había empezado a usar barba. Pero lomejor de todo son mis ojos.
Tengo esa clase de ojos que son díficiles de definir.Algunos dicen que son azules, otros verdes. La cuestión es que son muyllamativos, y en medio de una noche de fiesta brillan como faroles. Son mi granarma a la hora de seducir mujeres, y siempre me aproveché de ellos.


- El problema es que siempre salis conmigo- Samir me sacó demis pensamientos-  Las chicas ven mi caraangelical y ya no se fijan en los que me rodean.
Miguel y yo nos reímos. Samir tiene muchas virtudes, perosus rasgos delicados no es una de ellas. Al contrario, tiene la cara más toscaque vi en mi vida. Aunque tampoco es un tipo feo: es muy fuerte y grande (mide1,90m y pesa casi 120 kg) e impone presencia donde va. Y aunque yo lo llame “elGordo” en realidad todo ese tamaño es puro músculo, ya que todos nosotros (Él,Migue, Juanse, yo) jugábamos al rugby desde hace muchos años.


- Es verdad Gordo, vos siempre terminas comiendo – dije, mirándolocon respeto- ¿Cuál es tu secreto?
- Esto es como el rugby- para el Gordo, la vida es como elrugby-: vos tenés que agarrar la pelota y darle para adelante, llevándote puestotodo lo que se te cruce. Es muy simple.


....


 
El lunes siguiente, llegué al cole y miré todo con otrosojos. Las palabras de Migue y el Gordo me habían quedado resonando todo elfinde. Ya era hora de pasar de nivel: comerme un par de pendejas por sábadoestaba bien, pero tenía que ir más allá. La pregunta es con quién.


Nunca me había dado cuenta lo potentes que eran miscompañeras. Apenas llegué al aula algo se me abalanzó. Era Luz, que comosiempre me daba uno de sus grandes abrazos. Cuando levantó la cabeza de mipecho y me miró con alegría, volví a notar lo hermosa que era su sonrisa,amplia, fresca y contagiosa. Luz era mi mejor amiga y nunca había pasado nada(en ese sentido), pero la verdad su sonrisa me encantaba. En realidad, era condiferencia la chica más linda que conocía: su cara era absolutamente perfecta, esosprofundos ojos negros, esa naricita, esos hoyuelos que se le formaban cuandoreía, esa maldita y perfecta sonrisa…


Luz era perfecta… o casi. Porque no tenía curvasprácticamente. Era demasiada flaca, demasiado estilizada. Aunque si se buscabancurvas, ahí estaba Carmi. Ella era un poco lo opuesto a Luz. Lo único en que separecían era que ambas tenían una piel perfectamente bronceada y un pelocastaño ondulada. Pero si Luz era la delicadeza hecha persona, Carmi era todolo contrario: una mujer mucho menos refinada, más salvaje, era la que siemprese sumaba a nuestras charlas con los chicos y compartía nuestros gustos. Peroaún así era muy bella: tenía unos tremendos ojazos verdes, que destacaban enesa cara de rasgos duros. Y esa presencia imponente la completaba con un culochiquito pero perfectamente parado, muy musculoso, y unas tetas de campeonato.


La única razón por la que las tetas de Carmi eran lasmejores del curso era por su mejor amiga, Vale. Esa chica tenía, lisa yllanamente, dos pedazos de ubres. Nunca había visto unos pechos tan grandes ytan blancos como los suyos. Creo que no hay manos de hombres que puedan agarrarcompletamente esos globos. Y, aunque de cara no es nada del otro mundo, sítenía unos grandes ojos azules que resaltan sobre su piel pálida y terminan decerrar un combo muy interesante.


Si hablamos de los mejores pechos, también hay que hacerlode la mejor cola. Ese título le pertenece sin duda a Ro, que tambiénposiblemente sea la más linda de todas, teniendo en cuenta todo. Ro tiene unosrasgos muy lindos, casi tanto como los de Luz, aunque muy distintos: ella esrubia, de piel clara aunque tostada por el sol, boca y nariz pequeñitas y unoslindos ojos verdes. Es bajita y su pelo lacio y largo le cae hasta… la cola. Sumonumento de cola. Ella juega al hockey (en el mismo club que mis amigos y yojugamos al rguby) y eso se nota: tenía un culo perfecto, grande, voluminoso,perfectamente redondo, pero a la vez firme y trabajado. Cuando caminaba sus doscachetes se movían como dos pelotas perfectamente sincronizadas.


Mi temperatura empezaba a subir. Mirar a mis compañeras deesa forma me hacía mal. Hasta Guada, la chica menudita, rubia, de caraangelical aunque un poco sosa y sin curvas, me ponía increíblemente caliente.Cuando empecé a mirar con cariño a Agus, esa chica que era tan alta como yo yque pesaba como 15 kilos de más, me di cuenta que tenía que hacer algo.


Fui al baño y me mojé la cara. No funcionaba. Mi cabezaseguía maquinando: Luz, culo, tetas, sonrisa, ojos, Luz, culo, tetas, Agus lagorda… Tenía que parar. Así que decidí hacer algo que nunca había hecho antes:pajearme en el cole. Me encerré en el primer cubículo y empecé. Los rostros,culos y tetas de mis amigas pasaban por mi cabeza a toda velocidad. Cuandollegué a la sonrisa de Luz, cerré los ojos y me dejé llevar por la sensación.Nunca me había clavado una paja tan placentera. Estaba por llegar al climaxpensando en el culo de Ro…


- ¡FRANCISCOOOOO!!! ¡¿Qué hace??!!!


Mierda, sin darme cuenta la puerta se había abierto mientrastenía los ojos cerrados. Y ahí mismo, mirando mis pantalones a la altura de larodilla y mi mano encerrando mi pija totalmente erecta, estaba mi preceptoraparada con los brazos en jarra.


CONTINUARÁ

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