Descubriendo la otra cara del placer

Descubriendo la otra cara del placer
 
La historia que les voy a contar es real y fueel descubrimiento de la otra cara del placer. Comienzo diciéndoles que estosucedió cuando yo tenía catorce años y era un preadolescente que le encantabajugar al futbol, de hecho competía en un cuadro de futbol juvenil; y teníamuchos amigos en dicho cuadro y era común que nos quedáramos a dormir en lacasa de alguno de nosotros con el consentimiento de nuestros padres pues ellostambién eran amigos entre sí.
En cierta ocasión después de un entrenamientofui invitado a quedarme en la casa de un compañero pues al otro día teníamos unpartido y  su padre era el directortécnico. Pero mi amigo tuvo que acompañar a su madre a otra ciudad a visitar asu abuela que estaba enferma. En otras ocasiones ya me había quedado en su casay compartido su habitación, así que no me era extraño quedarme a dormir.
Llegamos a la casa después de la práctica conel padre de mi amigo y yo fui a ducharme mientras Fito el padre de mi amigopreparaba la cena para los dos. Luego de ducharme me puse unas bermudasfloreadas y me quede con el torso desnudo pues hacía mucho calor. Todotranscurrió normalmente en la cena y recuerdo que Fito me comentó que estababronceado, después vimos un poco de tele, hasta que Fito se fue a descansar asu dormitorio y yo al de mi amigo. No se cuánto tiempo pasó pues me dormí alrato, hasta que entre dormido sentí el calor de una respiración en mi nuca queme erizó y a la vez sentía en mi entrepierna un bulto cálido que me rozabasuavemente la cola. Cuando comencé a tomar conciencia sentí un roce de labios yuna lengua en el lóbulo de la oreja a la vez que me pellizcaban suavemente lastetillas. Debo decir que me desperté sorprendido pero con una sensación rara yplacentera y me di cuenta que quien estaba a mis espaldas era Fito y que antesde que yo emitiera palabra me susurró que me relajara mientras me acariciabasuavemente sin dejar de rosarme con sus manos ásperas y me seguía besando. Yosentía que me invadía un calor por sus caricias y el calor de su pene erectocontra mi cola mientras me debatía en decirle que estaba mal lo que hacía orelajarme y entregarme al placer que me provocaban sus caricias y besos.
Su persistente insistencia y el placercreciente de sentir las cada vez más ardientes caricias vencieron cualquierresistencia y lo dejé hacer. Me deslizó el eslip y me estremecí al sentir elcontacto de la piel de su erecto pene entre mis piernas y el calor de su cuerpopegado al mío mientras me besaba la nuca, el cuello y me succionaba suavementelas tetillas alternando suaves pellizcos en las mismas. A esa altura yo estabaya muy excitado y con una erección, comencé a corresponder a lo que me pedía,se humedeció el pene y comenzó a rozarlo contra mi ano que comenzó a palpitarcada vez que lo hacía; volvió a humedecer su pene y mi ano con una crema y muysuavemente comenzó a jugar con  su glandetratando de introducirlo en mi ano poco a poco. Debo decir que esto que meestaba sucediendo nunca antes lo había vivido o imaginado vivir con un hombre.Fito continuó con sus caricias que me provocaban un inmenso placer a esa alturay cuando logró introducir su glande en mi ano grite por el dolor que me causó,mi cuerpo se tensó e hizo que se saliera de mí. Ello me provocó una mezcla decalidez y ardor que se extendió de mi amo a todo mi cuerpo, Fito con muchadulzura me siguió acariciando y besando a la vez que me susurraba que merelajara hasta que me calmó y nuevamente comenzó a jugar con su pene en mi ano,lo cual me provocaba temor y a la vez deseos de sentir esa sensación de calidezinvadiéndome. En el segundo intento sentí como su glande me penetróprovocándome un ardiente placer y Fito no me permitió apartarme mientras mehablaba que aguantara unos segundos y que me relajara para poder disfrutar. Pasaronalgunos segundos y el dolor dio paso a una sensación de oleadas de calorabrazador en mi cola con las pulsaciones de su glande que me abría en dos. Dejóque mi cola se acostumbrara a su visitante y suavemente comenzó a moverse y encada movimiento se introducía lentamente su pene en mi ano, lo que comenzó aprovocarme un placer indescriptible, sentía todo su pene en lo más profundo demi ser y disfruté profundamente cada embestida, mientras me masturbaba hastaque le dije que me moría de placer y de ganas de acabar a lo que Fitointensificó su ritmo y pude sentir cuando su cuerpo se tensó y su pene explotódentro de lo más profundo de mi cola llenándome con su semen caliente y yoeyaculaba como nuca antes me había pasado. Fito me rodeó con sus brazosmusculosos y quedamos abrazados mientras sentía su pene y mi ano palpitando;fue una noche de iniciación donde sentí vergüenza, temor dolor y un placergrandioso. Fito me hizo conocer la otra cara del placer y marcó mi vida parasiempre. Al día siguiente sentí mucha vergüenza, lo repudié y no lo quise vermás; pero este fue apenas el principio  yen una próxima les contaré como sigue mi historia. 

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