Don Rogelio y su verga enorme

Antes que cualquier cosa me gustaría decir que este relato es 100% real, paso hace unos meses en la ciudad donde actualmente vivo y desde entonces mi esposa y yo hemos experimentado una sexualidad mas plena, atrevida y renovada.
En esta historia participamos tres: mi esposa, un mujerón increíble, tiene una carita de viciosa que no puede con ella; alta, delgada por el gym, con una poderosa delantera 34D 




Don Rogelio y su verga enorme




y un culito rosadito y muy apretadito




puta




 la panochita depilada y los labios se le inflaman cuando se excita y chorrea como ella solo sabe hacerlo. Se llama Ary. Lo que mas llama la atención de ella son sus tetas, las cuales siguen firmes y duras a pesar de la edad (39) y están coronadas por unos pezones increíbles: gruesos e imposibles de ocultar cuando se prende o cuando tiene frío.




pija





 Para ella siempre fueron un problema, ya que debe buscar brassieres gruesos para ocultar esa encantadora parte de su anatomía. El otro participante soy yo, Pepe. Un moreno regular, algo de panza por lo años, espalda ancha y cuerpo fuerte. Mi verga es una de las cosas que me enorgullece, pues aunque no tiene proporciones descomunales, esta bastante gruesa y cabezona. Y eso vuelve loco a mi mujer. El tercero es Rogelio, mi viejo vecino. Es un hombre de pelo cano, cuerpo atletico y mirada sabia. Es el dueño de la casa donde vivimos actualmente, pues el nos alquila una casa dentro de su propiedad, la cual esta independiente de su casa.
Pues bien, todo comenzó cuando nos mudamos a la casa de don Rogelio, como lo llama mi mujer. Tenemos 3 hijos y necesitábamos un espacio mas amplio donde vivir. Don Rogelio es un viejo conocido y nos ofrecio el alquiler a muy buen precio. La casa es preciosa y está a cinco minutos de la ciudad. Eso nos da una sensación de tranquilidad y nos permite disfrutar de noches espectaculares a la luz de la luna. Don Rogelio era un hombre casado cuando llegamos a vivir a la propiedad hace 3 años. El y su esposa Luz eran todo lo que una pareja perfecta podría ser. Se la pasaba de fiesta en fiesta, ya sea en algun bar de la ciudad o en algun restaurante. Los fines de semana organizaban parrilladas en el patio de su casa y muy a menudo mi esposa y yo participábamos con ellos en sus eventos.



Cierta noche, después de una fiesta. Mi esposa y yo nos fuimos a la casa a descansar de la velada. Mientras caminábamos, Ary me comentó que había bailado mucho con don Rogelio y que se le notaba que estaba borracho pues mas de una ocasión sus manos se deslizaron hasta sus nalgas y la apretaba fuerte contra ella. Me comentó que sentía como crecía el bulto debajo de su pantalón y por mas que se alejaba la curiosidad podía mas que ella y se excitó muchísimo con aquella situación. Al escuchar a mi linda esposa platicarme aquello, sentí un cosquilleo que me subia desde la verga hasta la cara, claramente sentía que mi rostro ardia, pero no de enojo sino de excitación. Ella y lo notó y me preguntó si me había molestado, a lo cual correspondi colocando sus manitas en mi verga la cual palpitaba de excitación… papi!!! Mira como te pusiste! Entramos a la casa y no encendimos las luces, nos fuimos directo a nuestra recámara para seguir con aquel extraño momento. La ventana de nuestra recámara tenia la vista al patio, donde regulamente se hacían las fiestas. Empezamos a besarnos y a desnudarnos por completo cuando escuchamos gemidos muy fuertes, nos quedamos quietos y nos acercamos a la ventana y cual fue mi sorpresa cuando vimos a don Rogelio y su esposa cogiendo en pleno patio. 





concha


No era que nunca hubiésemos visto algo similar, ella era una mujer increíble para su edad. Aun se notaba que conservaba buen cuerpo, pero el que sin lugar a dudas captó nuestra atención fue don Rogelio. En un momento de su cachonda faena, se sentó en una silla y su esposa se volteó para darle una mamada. Pero, Oh… que poderosa herramienta se cargaba aquel vejete… una verga impresionante, de lejos le calculé algunos 25 centimetros; gruesa como la mia, pero mucho, mucho mas larga.



Al ver aquel instrumento mi esposa comenzó a jadear de excitación, la muy cabrona se estaba dedeando con aquel espectáculo y yo ni cuenta me había dado. Me situe detrás de ella y de un solo jalon le meti mi verga, la cual no tuvo ningún problema en entrar y salir de la palpitante panocha de mi mujer. Los orgasmos fueron intensos, uno, dos, tres hasta caer desmadejada en nuestra cama, con la pepa adolorida de tan violenta penetración y mi cabeza llena de interrogantes al ver la reacción de mi esposa con aquella tremenda verga.




semen



Los días pasaron y la tragedia llamó a la puerta de nuestro vecino, su esposa murió en un accidente de auto mientras regresaban de una fiesta, el estuvo internado un par de semanas y ella murió al instante. Todo cambio en la vida de nuestro alegre amigo, apenas y lo reconocíamos y su andar se hizo triste, envejeció en un par de meses. No recibía visitas y apenas cruzaba palabra cuando lo veíamos al momento de pagarle la renta. Nos dimos cuenta que no estaba alimentándose muy bien por su decaido semblante y sus hundidos ojos. Mi esposa y yo comenzamos a preocuparnos por su salud y diariamente le llevaba algo de pan y conversaba con el algunas horas para ayudarle a salir de aquel bache emocional. Los meses pasaron y pronto había pasado mas de un año de aquel fatal momento. El se había recuperado un poco de su estado físico, pero seguía hundido en su tristeza como el primer dia.
Cierto fin de semana, mis hijos se habían ido de la ciudad a ver a sus abuelos, teníamos una salida que finalmente se canceló y nos pusimos a ver algunas películas en nuestra recámara. Mientras la película avanzaba, me pregunta mi mujer: Te acuerdas cuando don Rogelio estaba teniendo sexo con su esposa? La sola pregunta hizo que me excitara una vez mas; no habíamos vuelto a hablar del tema y decidí preguntarle a quemarropa: ¿Te excitaste demasiado al ver el espectáculo o al imaginar que eras tu la que estaba siendo penetrada por ese pedazo de carne?… los besos comenzaron a subir de intensidad y en poco tiempo ya estábamos muy excitados los dos. Ella traía puesta una camisetita de tirantes blanca, de esas que se usan debajo de la ropa, sin sujetador y unas pijamas ajustadas al cuerpo con una tanga de hilo dental blanca, sus pezones resaltaban por la ropa y su boca jadeaba como señal que la batalla estaba a punto de iniciar. De pronto escuche que tocaban la puerta, trate de ignorar el llamado pero fue muy insistente. Tuve que levantarme de la cama, vestirme como pude y salir a abrir la puerta para ver quien era aquel inoportuno visitante. Mi sorpresa fue mayuscula al ver a mi anciano vecino parado frente a mi casa con una botella de tequila en sus manos y dos vasos en sus manos. Me pidió que necesitaba hablar conmigo con urgencia y que si podía atenderlo.
Tome mi celular y Sali al patio con don Rogelio, nos sentamos en el jardín y comenzamos a charlar; encendimos una fogata y a la luz de aquella hoguera mi viejo vecino comenzó a contarme sus penas. La tristeza que lo acongojaba era inmensa, por una parte se sentía culpable por la muerte de su esposa y por otra parte la soledad lo estaba matando. Sentí lastima al escuchar sus historias y poco a poco fui ganando mas su confianza. Estaba tan centrado en la platica que por poco me olvido de mi mujer, de pronto me llego un mensaje a mi celular donde me decía que se iba a dormir

que ya se había terminado la película y que tenia mucho sueño. La invité a salir al patio con nosotros y le dije que se trajera unas caribes para que ella también tomara mientras platicábamos, no de muy buena gana aceptó sin embargo al cabo de unos minutos se abrió la puerta y apareció ella. Salio en pijamas, como la había dejado, solamente encima de su camisetita traía una camisa suelta, que cubria un poco su culito y sus abultadas tetas, en sus manos traía un six de caribes y en la otra el teléfono celular.

infiel

Buenas noches, don Rogelio! – le dijo mi esposa.
Hola, Ary. Gracias por acompañarnos un momento. Ustedes son lo único que tengo realmente necesitaba hablar con tu marido. – contesto mi vecino.
La noche estaba por demás hermosa, la luna brillaba en todo su esplendor y mi mujercita tomando y tomando licor en medio de aquellos dos machos. Don Rogelio por su parte estaba un poco mas platicador, el tequila le estaba haciendo efecto y se mostraba mas alegre de lo que últimamente había estado. Por mi parte estar en esta situación comenzó a exitarme nuevamente. Sentí aquel cosquilleo que subia de mi verga hasta mi cara, sentía un hueco en el estomago y una idea empezó a rondar mi mente… hacer feliz a mi vecino aquella noche.
¿Qué es lo que mas extraña de su esposa? – preguntó mi mujer a don Rogelio. Uy! Tantas y tantas cosas, linda! – contesto con añoranza. Ella fue la mujer de mi vida y siempre me trato como nadie. No había nada que pudiera pedir que ella no me diera. Siempre fue una mujer muy complaciente… suspiró don Rogelio. Extraño tanto escuchar su risa en mi casa y sus gritos cuando algo no le parecía. Era muy exigente, pero muy cumplidora. Sobre todo muy cumplidora. Ya que estamos en confianza les voy a contar algo… 

dijo mientras bajaba la voz. Desde que ella murió no he podido voltear a ver a ninguna mujer. Ninguna me llama la atención, es mas, ni siquiera he conseguido tener una erección para poder descargarme un poco… confesó mi vecino. Un largo silencio invadió el momento. Mi esposa se excuso y fue al baño, nos quedamos solos mi vecino y yo y le comenté: vecino, tal vez no has visto algo que te llene el ojo. Y me platico que aunque sus amigos lo habían llevado a algunos table dance, el ni siquiera se había excitado al ver tantas mujeres desnudas y bailando para el. Me dijo tal vez ya hasta se me murió mi aparato con mi mujer.
En eso estábamos platicando cuando de nuevo apareció mi mujer, venia caminando despacio entre el jardín cuando de pronto una de las llaves que riega el césped alcanzó a mojar su camisa con el agua de riego que usábamos en los patios. Ella se acercó y, como era noche, se quitó la camisa para no seguirse mojando. Por las prisas no recordó, pero no llevaba sujetador debajo de su camisetita y el espectáculo que nos dio fue increíble. Sus enormes tetas se dibujaban perfectamente debajo de la ropa y los pezones amenazaban con romper la fina tela. No se si estaba excitada o el frio que le causo el inesperado chapuzón, pero esa visión fue suficiente para que mi verga saltara como resorte en mi pijama, disimuladamente me estaba cubriendo cuando mi vecino se paró y sin decir media palabra se fue a su casa. Mi esposa volteo a ver sus tetas y también salió corriendo a nuestra casa para cambiarse la camisa y cubrir aquellas bellas formas.
No habían pasado ni 3 minutos cuando salió don Rogelio de su casa, con la mirada avergonzada y el rostro un poco decaido. Le pregunte que le había pasado y me dijo, hijo, te voy a confesar algo. Tengo mas de 1 año que no he tenido una erección y hace unos momentos, mientras vi los pechos de tu mujer, algo paso dentro de mi y pude sentir que mi verga cobraba vida. 




Don Rogelio y su verga enorme


 Corrí al baño a descargar mi pasión pero, al llegar al baño era demasiado tarde y estaba flácida de nuevo. Disculpa que te lo diga asi, sin mas ni mas. Pero es que a mi edad y con lo solo que me he sentido necesitaba descargar mi aparato. La excitación seguía a tope y sentía un nudo en mi garganta, ya que mientras el hablaba, yo estaba grabando el audio en whatsapp. Tome el celular y le envié el audio a mi mujer, quien no tardo en responderme. Y salió de nueva cuenta, esta vez solo con la camisetita blanca y su pijama… mientras caminaba a donde estábamos nosotros, sus tetas se movían al compas de su andar. Sus pezones apuntaban desafiantes al cielo y mi mujer, con cara de zorra avanzaba a paso muy lento. Yo y don Rogelio solo atinamos a quedarnos viendo con la boca abierta mientras ella se acercó a nosotros y con una voz muy, pero muy sexy le dijo: vecino, tienes ganas de mujer?
Lentamente sus manos comenzaron a subir por sus caderas, ella abrió las piernas y echo para atrás la cabeza, su culo estaba levantado como perra en celo y sus tetas las inflaba presumiéndolas como solo ella sabia hacerlo. Don Rogelio no daba crédito a lo que sus ojos veía





n y volteó a verme, como pidiéndome permiso. Le dije, somos amigos, don Rogelio. Y mi esposa y yo haríamos lo que sea por verlo feliz. Solamente asegúreme que esto se queda entre nosotros y no hay ningún problema.
Mi esposa se levantó la blusa y llevo uno de sus enormes pechos a la boca de don Rogelio, el cual lo empezó a chupar con desesperación y maestria. Ella gemia de placer y sus ojos se ponían blancos de pasión y excitación. Sus dedos comenzaron a explorar sus hoyitos, primero su panochita la cual era una fuente increíble de liquidos…


puta





 luego, con sus dedos mojados empezó a meterlos en su culito, primero uno, luego dos y los movia con frenesí y delicada experiencia. Mi esposa comenzó a jadear en aquel mismo lugar, sus gemidos se convirtieron en gritos mientras aquel viejo vecino exploraba cada una de sus cavidades. De pronto se puso de pie y la sentó en el sillon, estaban a escasos dos pasos de mi. Mi esposa se mordía los labios mientras lo miraba de arriba abajo. El, se desabrocho el pantalón y de su interior apareció la verga mas fenomenal que mis ojos habían visto, 25 centimetros de carne gruesa, venosa, desafiante, coronada por una cabeza descomunal. El, con esfuerzo se retrajo la piel y apareció su glande, brilloso y listo para ser devorado. Mi mujer perdió la nocion del tiempo y de toda moralidad y con grandes esfuerzos comenzó a tragar aquel animal increíble. Nunca la había visto mamar con tanta dedicación y desespero. Los ojos de mi vecino se cerraban del placer que recibía y mientras ellos estaban en este especial momento hice lo que debi hacer hace mucho, me empecé a masturbar. Si señor. El morbo era demasiado, mis sentidos estaban embotados y no podía diferencias entre lo mas selecto de las paginas porno y aquella situación donde mi esposa era la protagonista.



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De pronto, el la levanto y se volvió al sillon. Se acomodó en el filo del asiento y centímetro a centímetro vi como se perdia aquel pedazo de carne en la panocha de mi mujer. Ella gemia y jadeaba del morbo. El mordía sus tetas con ahinco y yo, me limitaba a observar tan preciado cuadro. De pronto ella empezó a cabalgar aquel monstruoso pene y se lo metia hasta el fondo de un solo golpe… mira! Me cabe toda su verga mi amor!



concha


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Me gritaba mientras lo agarraba de la base y sentía todo en su interior. El la volteo quedando su culo frente a el. Y asi volvió a penetrarla salvajemente, mientras mi mujer solo se limitaba a gritar y jadear como una poseída. Acerque mi verga a su boca y pude sentir la mejor mamada de mi vida. No tarde mucho en descargar toda mi leche en sus tetas, pelo, cara, vientre… mientras don Rogelio seguía cogiéndose a mi mujer en mis narices.

infiel








Pasaron como treinta minutos cuando empecé a ver que mi esposa se recargo en su pecho. Las embestidas habían bajado el ritmo y ahora eran un vaiven sincronizado de sexo, lujuria y pasión. El se desenchufó de su panochita y, sin darle tiempo a pensar, empezó a penetrarla por el culito… la excitación era tanta de mi mujer que el no batalló para nada en entrar a su hoyito y llenarlo por completo. Ella estaba como muerta, totalmente entregada a don Rogelio y yo… excitado nuevamente al ver tan increíble escena. Me acerque a ellos por delante y le hicimos un riquisimo sándwich. Mientras la penetraba, podía sentir que mi verga ya no la llenaba como antes, le sentía muy flojita su panocha, ya sea por la lubricación o porque había recibido una verga mucho mas grande que la mia. Asi estuvimos cerca de 5 minutos. Entre jadeos, orgasmos y gritos.



Don Rogelio y su verga enorme



Finalmente, don Rogelio anuncio que estaba por terminar… mi esposa se desenchufó de las dos riatas y se arrodilló frente a su nuevo macho… sin reparo alguno comenzó a mamarle la verga y en cuestión de unos instantes don Rogelio comenzó a descargar toda su leche… era tanta que se le salia por los labios y caia a gotas enormes hasta el suelo. Mi esposa estaba dedicada a darle placer y hacerlo sentir feliz.



puta
Con la cardiaca acabada de nuestro vecino, mi esposa quedo totalmente embarrada de semen… primero el mio, luego el de el… a como pudo se fue a nuestra casa a bañarse no sin antes danos un beso de lenguita a ambos. Esa fue nuestra mejor noche.
Han pasado un par de meses de este encuentro. No lo hemos vuelto a repetir, sin embargo don Rogelio hablo conmigo para hacer un trato de caballeros con mi mujer, un trato donde ella convivirá con nosotros cuando el se le antoje y a cambio nos dejara como únicos herederos de sus propiedades…
La pregunta es, Ella aceptará?
Comentarios?

10 comentarios - Don Rogelio y su verga enorme

criselkpo +1
Jajaja... La pregunta del final es muy graciosa... Por que no ves que es tan recatada que va decir que no ... Jajajaja ... Cuack... Esta bueno el relato
Crazypussyman +1
Mmmmmm hola linda, que sensual y excitante relato, muchas gracias por compartir, besos apasionados y profundos!!!
Laina12 +1
Con una oferta así imposible negarse
javi808 +1
Super relato , tu esposa no solo va a aceptar por la casa va ir por los vienes de todo el pueblo y está bien una putita así hay que aprovechar todos sus encantos y necesidades seminales .
cleofer +1
Excelente... quien es la mujer del último gif
Si-Nombre +1
Excelente Post muy bueno gracias por compartir
Definitivamente excelente decisión espero que hayan aceptado los dos
Cloe2014 +1
Muy bien, lo justo es justo
kpo79 +1
jjajajajja no se habla mas ya tienen casa y herencia jajaja saludos excelente relato ajjajja