3. Ros

3.
Después del segundo encuentro con Ros, por las noches intercambiamos fotos, cuando salía antes de sus clase (porque no iba a algún profesor o por su horario) ella llegaba a la oficina, platicábamos, cogíamos y así fue por dos meses aproximadamente; hasta que un día, mientras daba clases (ella sabías que yo tenía clase), mi celular, sonó, era un mensaje de Ros, decía: "espero que te guste" al poco tiempo, llegó un vídeo, de ella, sentada en la cama, completamente desnuda, haciendo movimientos de cadera. En cuanto salí de la clase, le contesté:
- Ros, por favor, no me mandes ese tipo de mensajes cuando esté en clase
- Lo siento profe, pero ya quiero verlo
- Si Ros yo también, pero no lo hagas cuando esté en clase
- Está bien, creo que merezco ser castigada
- Claro, tendrás tu castigo
- ¿Cuando? ¿Podría ir a su oficina por la tarde?
- Sí Ros, pasa por tu castigo en la tarde
- Profe ¿También me podría ayudar con algo?
- Dime Ros, qué duda tienes sobre tus tareas
- No profe, no es de la escuela, es sobre algo que hablamos la vez pasada ¿Me podría ayudar con mi parte trasera?
- ¿Cómo dices Ros?
- Si profe, con esto (manda una foto de sus nalgas abiertas, mostrando su rico ano)
- Sí Ros, primero te castigo y luego te ayudo, te veo en un rato
De camino a la oficina, pasé por una sex shop, compré un dildo de bolas anales para principiantes y un lubricante.
Aproximadamente a las 4 de la tarde, llegó Ros, ya no había nadie en la oficina, en mi escritorio había puesto el dildo y el lubricante, ella no se dió cuenta, Ros pasó, nos comenzamos a besar, comenzó a quitarme la ropa, yo sólo me concentraba en manosear su delicioso trasero, abría y cerraba sus nalgas, las apretaba, les daba pequeños golpes, pasa mis dedos por su ano, una vez que me quitó toda la ropa, comenzó a masajear mi verga y mis huevos, me masturbarme mientras nos besábamos, yo metí mi mano en su pantalón y comencé a introducir la punta de mi dedo en su ano, de pronto paró, me dijo que sí quería pero tenía miedo, yo le respondí que se quedará tranquila, que lo haríamos poco a poco; Ros volteó a ver el escritorio, se sorprendió de lo que ví, le dije "poco a poco, sólo confía".
Continuamos besándonos, comencé a quitarle la ropa, primero su blusa, su brasier, le bajé el pantalón, hice a un lado su tanga, tomé el lubricante y comencé a meter la punta de mi dedo en su ano, ella sólo gemía y apretaba mi pene,
Entonces me dijo que sí iba a quitar los tenis para quitarse el pantalón, se sentó en el sillón, se agachó para quitarse los tenis y el pantalón, yo gire, mi pene quedó sobre su cabeza, ella no se dió cuenta, cuando se incorporó, mi pene pasó por su cabello, se frente, su nariz y quedó justo fuera de boca, Ros comenzó a darle besos, después lo empezó a lamer hasta que lo empezó a introducir en su boca, después de eso la giré y me fuí directo a comerme su ano, comencé a lamerlo, poco a poco fuí metiendo mi lengua, Ros gemía y gemía, cada vez se dilataba más y más. Tomé el dildo, lo llené de lubricante y comencé a introducirlo lentamente, las bolas del dildo aumentaban de tamaño y cada vez que ingresaba una de mayor tamaño, su gemido era igual, hasta que introduje por completo el dildo. Una vez que hice esto, puse lubricante en mi pene y lo introduje lentamente en su vagina, Ros gemía y gemía, así continúe lentamente hasta que tuvo un orgasmo. Entonces me dí a la tarea de comenzar a sacar lentamente el dildo, aún con mi pene dentro de ella, cada bolita que salía, Ros soltaba un gemido, tome lubricante, lo puse en su ano dilatado y comencé a introducir mi dedo meñique, completo, mientras seguí penetrando su vagina con mi verga, Ros sólo gemía, cada vez más rico, saqué el meñique y comencé con el índice, poco a poco hasta tenerlo todo adentro, Ros seguía gimiendo y comenzaba a apretar el sillón, estaba disfrutando, luego fue turno del pulgar, para Ros cada vez era más placentero, se arqueba, se comenzó a acariciar sus senos, sus gemidos eran cada vez más fuerte, llegó el turno de introducción el índice y el dedo de en medio, metí la punta de los dedos, saque mi pene de su vagina y comencé a introducir poco a poco el resto de mis dedos, llegaron a la mitad, comencé a moverlos lentamente, la tomé del cabello, la jalé hacía mí y comencé a besarle el cuello. Después de eso, le saqué los dedos, la giré, la recosté en el sillón, comencé a hacerle sexo oral, chupaba su clítoris mientras metía dos dedos en su ano, Ros me sujetaba del cabello y empujaba su cabeza cada vez más fuerte, paré y le dije:
- ¿Estás lista?
- Sí, házlo lentamente
- No te preocupes
Tomé mi pene, dejé al descubierto la cabeza, le puse lubricante. Puse la cabeza en la entrada de su ano y comencé a empujar lentamente, Ros soltaba pequeños gemidos mientras rasguñaba mi pecho, entró toda la cabeza de mi pene y comencé a sacar y meter lentamente, ella estaba extasiada, me tomó de la cara, me llevó hacía ella y comenzó a succionar mi lengua, de pronto me dijo:
- Empuja más, y usa tus dedos en mi vagina
Inmediatamente metí dos dedos en su vagina y comencé a empujar un poco más, su ano virgen era muy apretado, apretaba mi cabeza, no permitía que entrara más mi verga, comencé a mover mis dedos y Ros comenzó a tener un orgasmo, cada vez que gemía apretaba con su ano la cabeza de mi pene, era delicioso, no aguanté más y eyaculé dentro de su ano, la llene de mi leche, Ros soltó un último gemido, saqué mi pene, nos limpiamos, nos cambiamos, platicamos un rato, salimos de la oficina, ella iba a salir con sus amigas, yo me fui a una sucursal de la empresa.
Al despedirnos Ros me preguntó:
- ¿Qué somos?
- Amigos Ros, no podemos ser nada más
- ¿Por qué no?
(Yo tenía pareja, además de que en la universidad no podíamos relacionarnos con alumnos)
- No se puede, no podríamos ser algo más Ros
- ¿Entonces qué va a pasar entre nosotros?
- Seguiremos igual Ros, sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras
- ¿Pero a mí me gustaría ser algo más?
- Entiende Ros, amigos y ya
- Bueno ¿Podría ser novia de su rico pene?
- Si eso te hace sentir mejor, sí
- ¿Y me puede mandar fotos y videos de él?
- Claro Ros, sí te mandas fotos de tí
- Sí profe ¿Y podría darme de su pene cuando necesite?
- Siempre y cuando se pueda, con mucho gusto.
- Excelente, nos vemos profe (me da un beso en la mejilla), adiós mi amor (me agarra el paquete y lo aprieta)
- Adiós Ros, cuídate
A partir de ese momento, por durante unos 6 meses, Ros y yo nos veíamos frecuentemente, al menos 2 veces por semana, llegaba a la oficina, platicábamos, cogíamos, seguimos intentando el anal, aproximadamente cada 15 días, aunque nunca avanzamos de sólo introducir la cabecita, sin embargo cada vez le gustaba más.
Al cabo de ese tiempo, Ros comenzó una relación sentimental con otra persona y los encuentro comenzaron a ser menos hasta que ya no nos vimos más. Sin embargo hubo un último encuentro
Continuará...

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