Volví para traer una historia

Venía bien, por eso mi ausencia (digamos) en la plataforma. Estaba saliendo con alguien pero esto enfrió todo... El día 19 de marzo me iba a ver con esa persona y, debido a la situación de público conocimiento (ah re que le escribía como a los clientes), no pudimos vernos y el 20 decretaron el famoso ASPO. Con la serenidad que me caracteriza, acepte los primeros quince o treinta días encerrado sin problemas, pero se empezaba a tener conflictos con la sexualidad. Repatriando una vieja frase que escuche hace muchos años, "uno viene acostumbrado a jugar torneo, copa y de repente te dicen que no podés tocar una pelota". Y si, pasó eso, un mes sin hacer nada nos pesa a todos... Es horrible pero uno tiene un cierto compromiso con una situación casi apocalíptica a nivel global, no quedaba otra que esperar. Cómo ya me conocen, soy una persona con gran aprobación de las famosas dating's app (o como se escriba), que, para quienes no sepan, son las aplicaciones para encontrar "pareja", y si bien las había dejado de usar por un tiempo previo a la cuarentena, ya que tenía con que entretenerme, la situación, un poco por calentura, un poco por aburrimiento, me llevo a volver a crear mi perfil y charlar con gente nueva. Una de ellas, famosa por mostrar a las personas que te cruzas, me marcó muy cerca de mi casa una mujer perfecta, que digo perfecta, una diosa por dónde la mire, de la punta del pelo a la punta de los pies, era casi mi cliché de mujer perfecta. Empezamos a hablar de todo, algo que me encanta, poder hablar con alguien de absolutamente cualquier cosa, respetando y exponiendo puntos de vista, y, en una charla, comenzamos a hablar sobre sexualidad. Si bien al principio ella se sentía algo incómoda, mi forma de hablar y contar algunas de mi anécdotas hicieron que vaya entrando en confianza, se empiece a liberar y poder ponernos más picantes hablando sobre gustos, buenas y malas experiencias, incluso con algunos detalles morbosos que comenzaban a subir las ganas de avanzar un poco mas fuera de un simple chat. Un día, como para ver qué onda, le tire que nos habíamos "cruzado" en la esquina de mi casa a lo que ella respondió que un familiar vivía a dos cuadras y que, por la situación, había quedado varado en el sur sin poder volver a AMBA, mientras ella iba cada 3 o 4 días a controlar que en su casa estuviera todo bien, regar las plantas y dejar comida en el patio para los gatos del barrio. Con algo de miedo por la situación que se estuvo viviendo, le dije, medio en joda y medio en serio que, cuando estuviera cerca y con tiempo libre podíamos vernos a lo a que respondió que si, que al otro día iba a ir bien temprano para limpiar y pasar un día lejos de su casa que la tenía ofuscada por el encierro. Aquí hago un parate por qué no se (incluso hasta el día de hoy) que pensar, si se refería a familia biológica como padres y hermanos o pareja. Aunque lo evalué desde que me lo dijo hasta 5 minutos antes de salir de casa, decidí ir, honestamente tenía mucha curiosidad por esa persona. Al llegar y verme me dijo "pensaba que no eras real", a lo que yo quede sorprendido, ella me dijo que solo le faltaba saber si era un mentiroso o si todo lo que decía acerca de la intimidad era cierto. Esto paso en un pasillo, desde la reja hasta la casa, que se encontraba al fondo de un pasillo, a lo que yo no dude, aceleré mi paso, la tomé por la cintura a la pasada, le apoye toda la pija por la cola mientras le pasaba por un costado le decía al oido "yo nunca miento, acostumbrate" y pase para la casa antes que ella. Una vez que entramos, ella comenzó a limpiar, mostrándose de forma muy sugerente mientras yo la ayudaba un poco sin dejar de mirar la perfección que tenía cerca mío. En un momento decidí salir al pasillo a fumar un cigarrillo, pensando en que tenía que volver y cocinar mi cena. Cuando volví a entrar no la vi, espere unos minutos y seguía sin aparecer y sin hacer ningún tipo de ruido. Obvio que me asusté, y con mucha timidez empecé a buscarla por la planta baja y luego por el primer piso. Al entrar en la pieza la encontré frente al espejo, con una lencería muy sexy color azul Francia y viéndose al espejo, posando como si se estuviera sacando fotos. "¿como me queda?" Me preguntó, a lo que yo respondí sin pensar "casi tan perfecto como si no tuvieras nada puesto", ella ni lo dudó, se acercó y me besó. Comencé a besar su cuello y me dijo al oido, susurrando con su voz un poco agitada "me lo voy a sacar para que me veas perfecta". En ese momento sentí una de las calenturas más fuertes de mi vida, comenzó tocarme y quitarme la ropa ahí, parados casi en la puerta de la pieza, y fueron unos diez minutos en ese lugar de besos, toqueteo incesante, frases muy sexuales y una química que parecía apagar cualquier cosa que pudiera haber de por medio, y luego nos fuimos a la cama para empezar a tener relaciones, con mucho sexo oral y probando distintas posiciones, recordando lo que habíamos hablado sobre lo que más nos gustaba y como la pasábamos bien en nuestra intimidad con otras personas. Luego de un rato empecé a notar que ella no se cansaba y siempre quería más. Le pedí una botella de agua para rehidratarme e ir al baño para refrescarme. Ella fue a buscar una botella de agua mientras yo permanecía en la cama, respondiendo algunos mensajes cuando volvió, me dió el agua y se puso a acariciar mi pija mientras le daba besos y le pasaba la lengua, ella decía que había que dejarla descansar y para el descanso no había nada mejor que unos buenos mimos. Por su puesto que, unos minutos después me re calenté de nuevo y seguimos cogiendo. Luego del polvo, me di cuenta que se estaba haciendo muy de noche y debía irme, por lo que fui al baño, me refresque un poco, me vestí y salí como para irme. En el patio, previo al pasillo de entrada comencé a fumar un cigarrillo mientras ella buscaba las llaves que no sabía dónde las había dejado en pleno frenesí sexual, luego salió riéndose y me dijo "creo que las dejé acá" mientras manoseaba mi pija, se reía y se mordía el labio inferior. "No maltraten esos labios que hacen magia" le dije y se tentó, comenzó a chuparme la pija en el patio, antes de que me fuera, hasta que en un momento me calenté mucho, hice que se parara, la di vuelta y comencé a cogerla, está vez bien fuerte, de espalda y apoyada contra la medianera. Ella sacaba cola y gemía fuerte, mientras yo la agarraba de los pelos. En ese momento de calentura me doy cuenta que estábamos de frente a la reja y nos podía ver cualquiera que pasará por la calle, lo que me puso un poco nervioso y no podía acabar. Ella acabo bien pero yo no, y se dió cuenta, me tiró contra la pared que estaba ella para ver cuan nervioso me ponía que me vieran y dijo que iba a hacer algo que todavía no me había hecho y empezó a chuparme la pija, pero con una diferencia, cada vez se la metía más adentro, hasta la garganta, mientras sacaba su legua por debajo y con la punta me chupaba los huevos, todo esto mientras mantenía sus ojos mirando hacia arriba directo a los míos. No diré ni 5 minutos que le acabe toda la garganta. Terminamos y me fui, debido a que su familiar volvió del sur, todavía no nos pudimos volver a ver, pero a fin de mes tengo vacaciones, ya arreglamos pernoctar un día de semana y pasar doce horas cogiendo sin parar y si les soy sincero, no aguanto las ganas de que llegue fin de diciembre. 
Espero que la historia les haya gustado, ya saben que yo cuento mis experiencias con libertad por qué así concibo el sexo, libre y sin ataduras. Abrazo para toda la comunidad y que tengan un hermoso y bello fin de semana largo y nos se olviden de armar el abrolito 😁😁

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