El día después de lo que pasó con Cande

Pueden leer la primer parte de la historia en: http://www.poringa.net/posts/relatos/3770391/Cande-mi-companerita.html


Me levanté a eso de las 10 de la mañana, mi amigo Ricky mepasaba a buscar para ir a jugar a la pelota, me tiré un poco de agua en la caray fuimos. Nunca fui habilidoso, pero ese día estaba ido. Mi cabeza no estabaahí. Terminado el partido del que ni recuerdo si ganamos o perdimos, volví a micasa a darme una ducha: mentiría si dijera que no me hice terrible paja maquinandoy reviviendo lo que había pasado la noche anterior con Cande en el boliche.


Llegada la tarde, nos juntamos con Ricky y unos amigos máspara ir a jugar al pool. Nuevamente mi cabeza estaba en cualquier lado, mirabael celu a cada rato pensando mil excusas de por qué no recibía respuesta de mimensaje. “No le habrá llegado” “Tiene novio, lo hizo por el momento de enojo” “sehabrá quedado sin batería” “Soy un gil, acá hay minas muy lindas y yo no puedodejar de mirar el celu”. Y es que a veces nosotros somos nuestro peor enemigo,nos imaginamos mil situaciones, que nos dan vueltas en la cabeza como fantasmasque no se terminan de alejar.


Llegaron al pool dos amigas de Ricky, las saludó y me laspresentó. El resto de nuestros amigos estaban en otra de las mesas, tomandocerveza con unos maní y poniendo canciones en la rockola que no eran del estiloque se solían escuchar ahí.


Siendo sincero, no recuerdo el nombre de las chicas peropara que el relato sea más fluido, vamos a ponerles Celeste y Yanina. Celesteera una chica bajita, morocha que se reía todo el tiempo. Unas piernas bien definidasque se lucían gracias al shortcito de jean y una cintura que destacaba por suremera cortita. Pero me llamó mucho más la atención Yanina: También morocha,con unos lentes de contacto verdes que hacían que su mirada sea mucho másdesafiante. Tenía un piercing sobre el labio superior, a la izquierda de suboca, con el que solía jugar. Flaca y alta, fácil me sacaba 10 centímetros.Tenía puesto un jean bien apretado que le marcaba la tremenda cola y una camisaa cuadros suelta, que no dejaba apreciar si cargaba o no una buena delantera.Tomamos unas cervezas y nos fuimos conociendo, chiste va, chiste viene. Jugamosal pool en equipos, adivinen con quién jugué yo. Como no puede ser de otraforma, hicimos un buen equipo con Yani: embocábamos todo. Tenía una mirada quehasta el día de hoy recuerdo, cada vez que yo iba a tirar, me seguía con ellacasi sin pestañear.


Siguieron las cervezas y no nos dimos cuenta cuando cayó lanoche. La cerveza fue haciendo efecto, no solo por el alcohol sino porque tuveque ir al baño para aflojar la vejiga. Cuando fui a sacarla para empezar ahacer pis, recordé a Cande. Agarré el celular y tenía varios mensajes. Ningunode ella. Mientras hacía pis pensaba: “Tiene novio, fija que se arregló y poreso no contesta”. Salí del baño y fui para afuera a prenderme un pucho, fumabacuando ya me pegaba el alcohol. En eso viene Yani, se pone al lado mío y enciendeun cigarrillo. Estuvimos sin decirnos una palabra como por 5 minutos. De lanada nos miramos y nos comimos la boca. Se me hizo imposible no dirigir mismanos a esa cola y apretarla con todas las ganas. Dura, redonda. Ella se teníaque apoyar contra la pared, aflojando las piernas para que estemos a la mismaaltura. Besaba muy bien  cada vez queexhalaba, soltaba un airecito caliente que mostraba las ganas que tenía. Laverga me apretaba contra el pantalón, quería salir a jugar. Siento que me tocanel hombro de atrás y era mi amigo Ricky que estaba con Celes. Ellos también habíantomado bastante y nos dijeron que vayamos los 4 al auto de un amigo a escucharmúsica tranquilos, nuestro amigo seguía en el pool.  


Por suerte el auto estaba a unas cuadras, enuna zona más tranquila. Ricky y Celes se acomodaron en la parte de atrás, Yanien el asiento del acompañante y yo en el del conductor. Prendí la radio yempezamos a besarnos. Atrás hicieron lo propio. Volví a acariciarle la cola,ahora costaba un poco más porque estaba sentada. Subí mis manos por su cintura,por debajo de la camisa hasta llegar a sus tetas. Eran pequeñas pero tenía lospezones chiquitos y duros. Ella comenzó a agarrarme la pija por arriba deljean, hasta que abrió la bragueta y sin sacarme el bóxer, empezó a pasarle lasuñas a todo el tronco que cada vez se iba ensanchando más y más de lacalentura. De repente sentí una cosquilla. Y después otra. Me toqué el bolsillo:era el celular. Tomé la peor elección del momento, creo por inercia. Lo saqué ymiré la pantalla: 2 mensajes de Cande. Abrí la conversación y leí: “Perdón queno te contesté en todo el día, necesitaba pensar” “Espero que te vaya bien ellunes en tu viaje, nos hablamos”.


Y si, Yani se enojó porque corté el momento. Salió del auto.Atrás de ella salió Celes acomodándose la remera. Se iban. Miré a Ricky comopidiéndole perdón, se rió y me dijo: “Tranqui que nos echamos uno en el bañodel pool mientras ustedes estaban afuera”. Las chicas llamaron a un remis y sefueron.
Volvimos donde estaban nuestros amigos, estuvimos un ratomás y nos alcanzaron a nuestras casas en el auto. Me acosté en la cama, miré eltecho y estaba mareado. Saqué la verga y me hice una buena paja. No sé si porel culo que me había perdido, por recordar lo que había pasado con Cande en elboliche o porque recordé el morbo de que no sabía cómo iba a entrar mi verga enesa boca tan chiquita.


Antes de quedarme dormido me acordé que el lunes algunoscompañeros y yo, viajabamos con el colegio a Córdoba por un proyecto que al díade hoy no recuerdo de que se trataba. Pero Cande no iba. Eso sí lo recuerdo.

1 comentario - El día después de lo que pasó con Cande

Corneador22 +1
Muy bueno, seguí la historia!
csnew +1
Muchas gracias! En unos días se viene la tercera parte!!!
Corneador22 +1
@csnew lo espero con ansias